Sermon Tone Analysis

Uno de los atributos de Dios que el hombre tiende a ignorar es la justicia.

Durante el milenio, el Señor estará impartiendo justicia sobre los habitantes del mundo.

Pero al final de los mil años, el diablo será soltado, por poco tiempo, para engañar otra vez a las naciones y enfrentarlas por última vez contra Jesús y los santos.

Entonces serán destruidos por la intervención divina.

Las huestes de Gog y Magog.

¿Quiénes eran Gog y Magog?

Magog es el nombre que le fue dado a uno de los hijos de Jafet, hijo de Noe (Gen 10:2) .

No se sabe exactamente la fecha en que Noé existió, pero algunos calculan entre 6-7 mil AC.

Pero el profeta Ezequiel, aproximadamente en el 597 AC, o sea como 5400 años más tarde, lo describe como una nación o pueblo:

Josefo, el historiador los identifica como los escitas; y Jerónimo, el traductor de la Vulgata Latina, los decribe como “Naciones escitas, feroces e innumerables, que vivían más allá del Caucaso y el lago Maeotis, cerca del Mar Caspio, y que se extendían hacia la India.”

En Apo 20:8, Juan dice que eran tan numerosos como la arena del mar.

La destrucción de Magog, por fuego del cielo, también fue profetizada por el profeta:

¿A quién representan?

En Apo.

es claro que se refiere a naciones provenientes de los cuatro puntos cardinales (“los cuatro extremos de la tierra”).

Las generaciones existentes al final del milenio, no habiendo aprendido de la historia, volverán a creer las mentiras del más experto mentiroso.

Como dice el conocido dicho, “el que no aprende de los errores de la historia o los olvida, está destinado a volver a cometerlos.”

“Los hombres prefieren las mentiras que los confortan a las verdades que los confrontan.”

,Aunque algunos pretenden identificar a Magog como la tierra de los Magiares (Hungría), pero yo creo que Juan estaba viendo una visión similar a la mencionada por Ezequiel.

La unión de dichas naciones podría representar un ejército extremadamente grande (“como la arena del mar).

Actualmente, cuatro de los ejércitos más grandes se encuentran en las regiones vecinas a Israel: al oriente, China con 2.19 millones, India con 1.44 millones, Corea del Norte con 1.3 millones, y, al norte, Rusia con 1 millón, y al oeste, la OTAN, con 3.5 millones.

Pero es muy probable que cuando Cristo reine durante el milenio, tales ejércitos ya no existirán porque no serán necesarios ya que el mundo estará en paz.

¿Cómo serán destruidos?

El poder de Dios será evidente.

No será necesario que los santos disparen un tiro, sino que el Señor mismo se encargará de ellos.

El Dios que envió granizo sobre Egipto y sobre las huestes de los amorreos, que envió un ángel para que destruyera al ejército asirio que amenazaba a Ezequías, y que envió fuego sobre Sodoma y Gomorra, enviará fuego sobre esas multitudes y las consumirá.

Tal como lo había profetizado Ezequiel.

El cabecilla, siendo un espíritu, no puede ser devorado por el fuego, pero si atormentado en el fuego, ser apresado de nuevo y arrojado al Infierno, el fuego eterno.

Allí será reunido con sus antiguos asistentes, la bestia y el falso profeta, que ya llevarán mil años siendo atormetados.

Este verso nos recuerda la eternidad del castigo para aquellos que rechazaron a Jesús.

No hay tal cosa como Purgatorio o castigo temporal donde los muertos purguen sus pecados.

La estadía en el Infierno será para siempre: “atormentados día y noche por los siglos de los siglos.”

La invención del Purgatorio por la Iglesia Católica Romana solamente perseguía un beneficio financiero para la iglesia, cobrar por las indulgencias.

El Juicio ante el Trono Blanco.

Nuestro Señor Jesucristo había hablado del día en que juzgaría al mundo; ese día cuando todos los hombres serán juzgados por Justo Juez:

En el juicio ante el que está en el trono blanco, los hombres serán juzgados por sus obras.

Juzgados por sus obras.

“y fueron juzgados, cada uno según sus obras.”

Apo 20:13

Nadie escapará el juicio de Dios: “grandes y pequeños, de pie delante del trono.”

Ni los muertos devorados por las fieras marinas se se escaparán del juicio: “el mar entregó los muertos que estaban en él.”

Los cristianos también serán juzgados, tal como Pablo les hizo ver a los Corintios:

Nuestras obras son las que nos condenan como pecadores.

En el momento del juicio, cuando el libro de las obras se abra, será como ver una película de nuestra vida completa.

La evidencia del crimen será presentada y nuestras obras nos acusarán.

El veredicto solamente puede ser uno: ¡Culpable!

Algunos piensan que sus buenas obras los defenderán, pero un criminal es condenado por la mala obra que hizo, independientemente de cuantas buenas obras haya hecho.

La justicia está para castigar el mal, no para recompensar el bien.

En el primer advenimiento vino a justificar a los malvados, en el segundo vendrá a condenar a los impíos.

En el primero vino a llamar a los que habían sido arrebatados de él, en el segundo vendrá a glorificar a los que se conviertan a él.

En el primer advenimiento Cristo fue traicionado por los impíos a una muerte que él no se merecía, en el segundo le dará a los impíos una muerte que se merecen

Si las obras los condenan, ¿Cómo se salvarán?

Salvados por su fe.

“y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida,” Apo 20:12

El libro de la vida es el registro de los nombres de aquellos que, reconociendo que sus obras eran malas, depositaron su fe en Cristo, creyendo que Cristo tomó el lugar de ellos, y que sufrió la muerte en lugar de ellos; creyendo que el pagó la pena, y que Él es el Señor y Salvador.

A ese registro se refería Jesús cuando le dijo a Sus discípulos:

El libro de las obras nos condena, pero el libro de la vida da testimonio si pusimos nuestra fe en Cristo y en Su obra para que nos salve.

Ya que el mundo ha sido juzgado y el enemigo confinado por la eternidad, todo estará listo para dar a este mundo un nuevo comienzo: cielos nuevos y tierra nueva.