Devocional (Dios mi porción para siempre)

Sal.73:25-26 “¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.” Este hermoso salmo nos muestra que el tesoro más grande del creyente es Dios mismo, no son la bendiciones terrenales, la fama, el nombre, por muy maravillosas que puedan parecer, el creyente tiene la amistad ahora y para siempre de Dios.

Muchas veces el creyente es tentado a envidiar o a querer o a vivir como el impío, olvidando que tanto ellos como su riquezas un día perecerán y tanto brillo o tanto nombre queda en la nada por toda la eternidad, estos acompañaran al rico que despreció al mendigo Lázaro en Lc.16:23 “En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio* a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno.”

Por muy justas que puedan parecer nuestras quejas delante de Dios si no están conforme a su voluntad es simple ignorancia, más bien revisa como está tu posición delante de Dios, sí estás en Él o alejado de Él.

Así que en este día reconozcamos como el salmista que nuestro mayor tesoro está en los cielos y Dios mismo nos ayuda en nuestras debilidades y nos fortalece cada día para seguir adelante dándole la gloria y la adoración.