Jugando de Dios
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· 16 viewsPCS: Nos creemos un dios cuando juzgamos a los demás y planificamos nuestros propios planes sin depender de Dios.
Notes
Transcript
Pre Intro: Cine la otra semana 4:00 pm. Plaza Lincoln La iglesia está haciendo un esfuerzo súper chiva de pagar la sala solo para nosotros.
Intro:
Juega de vivo
Juega de vivo
Está jugando de vivo solo porque se compró un carro nuevo.
Tal «persona» es un juega de vivo porque sus padres son los dueños de «aquel» negoci
Cuando te dicen que eres un juega de vivo, te están diciendo que estás actuando de una forma engreída, que te crees más que los demás
Esta jugando de salsa dicen en también.
Hoy quiero hablarles de otro nivel de jugar de vivo y es jugar de Dios.
Orar
11 Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. Les corresponde, en cambio, obedecer la ley, no hacer la función de jueces. 12 Sólo Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?
Me creo Dios cuando juzgo
Porque me creo perfecto
Cómo estoy hablando de los demás?
Como nuestras palabras hacen daño
Cómo nuestras palabras desaniman y afectan a los que tenemos al rededor
Cuando juzgo a los demás no solamente estoy dañando relaciones sino que estoy creyendo que soy Dios y...
Porque estoy criticando también a Dios
Estoy criticando y juzgando la ley de Dios
Estoy viviendo como si esta ley de Dios no me importe, me vale que Dios diga que no hagan esto, lo voy a hacer.
Me importa poco que Dios diga que no debo hablar de mis papás, lo voy a hacer…
Porque me creo juez
Solamente Dios es juez
Ha dado la ley
Tiene poder para salvar o destruir
Hablar mal de otro no es algo que solo ofende a los demás, es algo que ofende a Dios porque estoy tomando atribuciones que solo le corresponden a Dios.
Estoy faltando a la regla de amor de Dios
Amen a los demás como a ustedes mismos.
1 Pedro 2:1 “1 Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes.”
¿Qué derecho tienes para juzgar a tu prójimo?
Mi derecho es a obedecer la ley y así estar en paz con Dios.
Recomendaciones prácticas
Si no es conmigo mejor no me lo diga.
Si no está presente la persona mejor no lo diga
Si a quien usted le está contando no puede cambiar la situación entonces no se lo cuente.
Ponga un alto al chisme. (no de le de vida al chisme)
Guarde su corazón de los feos pensamientos para con los demás que su trabajo es obedecer, no criticar, o juzgar.
13 Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 14 ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. 15 Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». 16 De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes, y semejante jactancia es maligna. 17 Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.
Me creo Dios cuando pienso que mis planes dependen solo de mí
Los judíos eran los mayores comerciantes del mundo antiguo; y en muchos sentidos, ese mundo les dio todas las oportunidades necesarias para poner en práctica sus habilidades comerciales.
En aquel tiempo se fundaron muchas ciudades; y era corriente que los dignatarios que las fundaban estuvieran buscando ciudadanos que las ocuparan. A los judíos se les ofreció muchas veces generosamente la ciudadanía porque, donde ellos iban, iban también el dinero y los negocios. Así que esta escena nos presenta a unos cuantos hombres mirando un mapa. Uno de ellos señala un punto en él y dice:
«Aquí hay una nueva ciudad de grandes oportunidades comerciales. Vamos allá. Empezaremos desde cero; pero, después de un año o así, habremos hecho fortuna, y podremos volver ricos».
Y Santiago contesta que no se pueden hacer así los planes para el futuro; porque no sabemos ni lo que pasará el día de mañana. El hombre propone, y Dios dispone.
El sabio salomón escribía:
Proverbios 27:1 “1 No te jactes del mañana, ya que no sabes lo que el día traerá.”
Jesús contó la historia de un rico insensato que hizo fortuna e hizo planes para el futuro y se olvidó de que esa misma noche Dios podía pedir su alma y que no hubiera más futuro aquí en la tierra.
Hay una frase que dice: «¡Qué estúpido es hacer planes para la vida de uno, cuando ni siquiera el mañana tiene bajo su control!».
«No hay nadie que tenga amigos tan ricos que le puedan prometer el mañana».
No se trata de que por no conocer el futuro entonces vamos a vivir paralizados sin hacer nada por el miedo o a la inactividad, sino a una total dependencia de Dios.
Me creo Dios cuando planifico sin contemplar a Dios porque:
Porque asumo que tengo el control de todo
Porque hago alarde y me jacto de mi mismo
Nuestra forma de vivir debería ser
Dependiendo de Dios
Lo que deberíamos decir:
Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello
Siempre ha sido la característica de las personas serias y responsables el hacer sus planes en esa dependencia de la que Pablo habla a los corintios: «Iré a veros pronto, si es la voluntad del Señor» (1 Corintios 4:19). «Espero pasar algún tiempo con vosotros, si el Señor me lo concede» (1 Corintios 16:7).
La actitud verdaderamente cristiana no es vivir paralizados por el miedo a la incertidumbre del futuro, sino el dejarlo en las manos de Dios con todos nuestros planes, contentos de que no se lleven a cabo si no son la voluntad de Dios.
El futuro no está en las manos de los hombres, y ninguno puede pretender arrogantemente que tiene poder para decidirlo
Es pecado saber lo que hay que hacer y no hacerlo
Jacobo termina con una advertencia.
Si uno sabe que algo está mal pero sigue haciéndolo, está pecando.
Lo que quiere decir es que si se nos ha advertido y se nos ha hecho ver la verdad, y seguimos disponiendo de nuestra propia vida sin tener en cuenta que el futuro está en manos de Dios, escogemos seguir viviendo en un error culpable.
Conclusión
Todos hemos jugado de Dios en alguno de estos 2 puntos, a veces por soberbia, a veces por rencor, a veces por falta de validación, a veces por problemas de identidad. Por muchas cosas, hemos hecho estas 2 cosas.
La verdad es que cuando alguien critica, juzga o habla mal del otro, el problema no está en aquel de quien se habla mal, el problema está en el corazón de quien anda hablando mal del otro.
Si usted es de los que habla mal de otros, chismea, critica o juzga a otros en las reuniones entre semana, o por mensajes o por redes o en las cenas que se dan tanto ultimamente.
El problema no es de quien usted critica, el problema está en su corazón.
Dios puede trabajar esto en su corazón si usted se dispone.
No se ponga sobre sus hombres el rol de juez, ni el rol de dueño de su vida. Porque solo Dios tiene la capacidad de salvar o destruir y mejor dejarle el control de mi vida a aquel que tiene la capacidad de salvarme y mejor dejarle el juicio al que tiene la capacidad de salvar o destruir al otro.
Vivamos muy muy lejos de jugar de Dios porque en este juego siempre vamos a salir perdedores.
Por otra parte si usted se ha sentido juzgado, criticado, evaluado por otros miembros de la iglesia, su familia o amigos.
Tenga gracia y compasión porque Dios aún tiene cosas que trabajar al igual que con usted.
Estos juicios no tienen valor. No te definen, no te marcan y no es lo que Dios dice de vos.
Perdón si en la iglesia te hemos criticado, o juzgado.