Los dones espirituales en acción

Introducción

Muchos creyentes han creído que después de haber creído en Cristo como su salvador no queda nada más que hacer, pues ya mi vida esta segura de ir al infierno. Debemos entender que la conversión no es el fin de la búsqueda del Señor, sino el inicio de la vida en él. En ese sentido queremos dar a conocer qué es lo que sigue después de la conversión. Y lo que sigue es el descubrimiento del don que el Señor me ha dado.

I. Qué son los dones espirituales

Hablamos de descubrir el don que el Señor me ha dado, pero, ¿Qué es un don? En el texto griego encontramos el siguiente término “charisma” de donde también se traduce al término “gracia”. En ese sentido, un don es un “regalo de gracia”. Esto como significado básico de lo que es un don. Debido a que es el Espiritu Santo quien confiere dones a los hombres (1 Co. 12:7), se debe entender que estos dones los recibimos en el momento de la conversión puesto que es el Espíritu Santo que llega a hacer morada en el creyente. Entonces, “un don espiritual es la capacitación que Dios da a una persona para el servicio espiritual” (Paul Enns)

II. Cuál es el propósito de los dones espirituales

Para provecho (1 Co. 12:7; 1 P. 4:10)

El propósito de la presencia de los dones del Espíritu en la vida del creyente es para que él pueda tener provecho, ser ventajoso, mejor, beneficioso. Pedro también dice que esto debe ser ser así, mencionando que los dones que se ha recibido deben ser ministrados a otros, es decir a otros creyentes y esto no sucede sino dentro del contexto de la iglesia, el tiempo de la comunión cristiana. Es para provecho propio, crecimiento personal, y provecho colectivo, crecimiento de la iglesia.

Para edificación de la iglesia (1 Co. 14:12)

Es en ese segundo propósito en que nos encontramos ahora. Si queremos tener muchos dones debe ser con el impulso de edificar la iglesia, para hacerla más apta a esta sociedad, para que se fortalezca.

III. Cuáles son los dones espirituales

Existen por lo menos 7 listas en las que se mencionan los dones espirituales (1 Co. 12:8-10; 12:28-30; 13:1-3; 8-9; Ro. 12:6-8; Ef. 4:11; 1 P. 4:10-11). No vamos a detenernos a analizar cada don en particular y si está vigente o no, vamos a dar por sentado la cesación de algunos dones y la continuidad de otros. En ese sentido, los dones que mantenemos como aquellos que están vigentes son los siguientes (John MacArthur):

Evangelista (Ef. 4:11) Capacitación divina de explicar, exhortar y aplicar con eficacia el evangelio a aquellos que no son salvos.

Exhortación (Ro. 12:8) Capacitación divina para estimular con eficacia la santidad práctica en el corazón y la acción a través del aliento, el consuelo, la amonestación y la súplica.

Fe (1 Co. 12:9; 13:2) Capacitación divina para confiar en Dios en todos los detalles de su obra, incluso cuando el resultado parezca incierto. Este don produce una seguridad estelar de que Dios cumplirá sus propósitos.

Dar (Ro. 12:8; 1 Co. 13:3) Capacitación divina de dar al Señor bienes terrenales de manera generosa, gozosa y sacrificial para la obra del ministerio.

Ayudar/servir (Ro. 12:7; 1 Co. 12:28) Capacitación divina de ayudar de manera sacrificial y sumisa a suplir las necesidades de otros cristianos.

Liderar/Administrar (Ro. 12:8; 1 Co. 12:28) Capacitación divina para gobernar con celo a los cristianos y conducirlos a la meta de cumplir la voluntad de Dios.

Misericordia (Ro. 12:8) Capacitación divina para detectar con alegría, empatizar con otras personas y ayudarlas supliendo sus necesidades físicas, emocionales y espirituales.

Profecía/Predicación (Ro. 12:6) Capacitación divina no reveladora de anunciar, es decir, proclamar las Escrituras.

Pastor/Maestro (Ef. 4:11) Capacitación divina para pastorear a los cristianos, mediante el liderazgo, la provisión, la alimentación, la protección y, en otras circunstancias, el cuidado de ellos.

Discernimiento espiritual (1 Co. 12:10) Capacitación divina para identificar formas de error doctrinal y decepción religiosa. Esto representa el aspecto ministerial permanente del don. Como “padre de mentiras” (Jn. 8:44), Satanás busca continuamente falsificar la verdadera obra de Dios, y se disfraza de ángel de luz (cf. 2 Co. 11:14);obrando principalmente por medio de falsos maestros que imparten“doctrinas de demonios” (1 Ti. 4:1). Hay quienes forman parte de la iglesia de hoy y que han recibido una capacidad importante para identificar la falsedad, al contrastarla con la verdad bíblica.

Enseñanza (Ro. 12:7; 1 Co. 12:28) Capacitación divina para interpretar con claridad, explicar y aplicar las Escrituras a los cristianos.

Conclusión

El cristianismo se basa en el hecho de, no sólo reconocerse con Cristo, sino vivir con él, por él y para él, y eso implica que se debe buscar el servicio continuo por medio de los dones para el beneficio de la iglesia local y el progreso del evangelio.