LA DEMOSTRACIÓN MÁS PODEROSA DEL AMOR DE DIOS

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INTRODUCCIÓN

Texto Juan 13.31-35

DESARROLLO

Como leímos en el texto, el AMOR es la palabra clave, es señal de salvación, es prueba de salvación.
1. LOS DISCIPULOS VERDADEROS AMAN A JESÚS
A lo largo de la historia las personas se han identificado como seguidores de Jesucristo por medio de varias señales externas que incluyen vestimenta especial y hasta diferentes cortes de cabello. En tiempos más recientes, algunos han usado collares, cruces u otras joyas, usan ropa con temática cristiana, pegan etiquetas cristianas en sus autos o beben el café en tazas adornadas con logos cristianos.
Tales muestras de lealtad externa no son de por sí malas y a veces pueden ser útiles para llamar la atención al testimonio cristiano propio. Pero esos símbolos superficiales y externos no son los que caracterizan a los seguidores verdaderos de Jesucristo; son las actitudes internas del corazón. En la parábola del sembrado:
Lucas 8.15 “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”
Esa transformación interna produce vidas cambiadas cuyo fruto se hace visible en el comportamiento del creyente, en actitudes y acciones.
De acuerdo a Gálatas 5:22 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,”
Este fruto del ESPÍRITU SANTO, en su nivel más básico, puede resumirse en una palabra: amor. Los cristianos son quienes de verdad aman a Dios y al prójimo:
1 Juan 4.7-8 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”
Los verdaderos cristiano son quienes están capacitados para obedecer los mandamientos más grandes. ¿Cuál es el mandamiento más grande e importante?
Marcos 12: 30-31 “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”
A diferencia de los impíos que odian a Dios y se aman a sí mismos:
Efesios 2.1-3 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” los cristianos aman al Señor:
Jesús hablando con los religiosos que se creían hijos de Jehová:
Juan 8.42 “Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais”
Juan el Bautista retó a sus oyentes a dar:
Mateo 3:8 “frutos dignos de arrepentimiento”
Pablo predicó que las personas debían realizar:
Hechos 26.20 “...por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.”
La gente va a reconocer nuestro amor por Dios:
Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”
¿Cómo sabemos que amamos a Dios?
Este amor se evidencia al darle la espalda al pecado:
Proverbios 28.13El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
No se visten de orgullo. Al contrario, son humildes:
Mateo 5.3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”
Se les conoce como hombres y mujeres de oración:
Lucas 18.1 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,”
El o ella se apartan del mundo:
Santiago 4.4¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”
Él o ella crecen espiritualmente:
Juan 15.1-2 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”
ÉL O ELLA son obedientes a Jesús:
Mateo 7.21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
ÉL O ELLA tiene el deseo por la Palabra de Dios:
1 Pedro 2.1-3Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
“para que por ella crezcáis para salvación” Siempre es triste ver a un ser humano desnutrido, débil y con retraso en su desarrollo. Pero más triste es ver creyentes espiritualmente desnutridos y poco desarrollados. Todos los creyentes deberían estar motivados por la oportunidad de crecer fuertes y maduros en Cristo, disfrutando mayor bendición y utilidad.La exhortación de Pedro de que los creyentes crezcan por medio de la Palabra implica firmemente la necesidad de no estar contentos con la condición actual de desarrollo espiritual.
si es que habéis gustado la benignidad del Señor.” Si empieza una cláusula condicional que explica los hechos o las condiciones necesarias para que una proposición sea cierta. Ya que en la conversión los lectores de Pedro habían gustado o experimentado la benignidad (bondad y gracia) del Señor, ya sabían cuán bendita y maravillosa era esta. Por tanto, debían haber deseado más de esa bondad por medio de alimentarse de la Palabra.
Desde el versículo 13:31 y hasta el final del capítulo 16, Jesús pronunció un discurso de despedida para sus once apóstoles (Judas ya había sido sacado v30). La responsabilidad final que dio el Señor a quienes ejecutarían su obra incluía instrucción, promesas, advertencias y mandamientos. En esta sección de apertura de ese discurso, el Señor resaltó la marca principal de quienes son sus discípulos verdaderos; a saber, el amor sincero y no egoísta.
Este pasaje enfatiza la norma suprema de ese amor al centrarse en la persona y obra de Cristo. En estos versículos se muestran la expresión profunda, el ejemplo preeminente y el alcance poderoso del amor sacrificial. Ilustran la calidad del amor que debe caracterizar a quienes se llaman sus discípulos.
2. CRISTO DEMUESTRA SU AMOR
Juan 13.31—33 “Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.”
La expresión más alta del amor es el sacrificio de uno mismo. Como dijo el Señor después a los discípulos:
Juan 15:13 “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”
De acuerdo con esas mismas líneas, el apóstol Juan escribió en su primera epístola:
1 Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”
Por lo tanto, Jesús señaló su crucifixión inminente para subrayar lo que estaba a punto de enseñar a los discípulos sobre el amor.
Una vez Judas se comprometió irrevocablemente a traicionarlo, Jesús lo dejó ir:
Juan 13.30 “Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.”
Solo entonces, cuando él hubo salido, comenzó el Señor su discurso de despedida con los once apóstoles. Con la cruz a solo unas pocas horas, los pensamientos de Jesús viraron a la plenitud de la gloria que le esperaba en la presencia del Padre:
Juan 17.5 “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”
Jesús hizo tres declaraciones al respecto de esta gloria que pronto reasumiría.
La primera declaración, “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre” , se refiere a su muerte en la cruz al día siguiente. La cruz parecía ser una derrota desastrosa y vergonzosa para Jesús. Aun así, a través de la cruz, donde dio su vida por los pecadores, la gloria de Cristo se mostró con toda claridad:
Marcos 10.45Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Jesús recibió gloria por medio de la cruz de varias maneras. Primera, su muerte obtuvo la salvación porque satisfizo las exigencias de la justicia divina para todos los que creerían en Él. Pablo escribió a los colosenses que Dios anuló:
Colosenses 2.14 “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,”
“acta de decretos” Es un certificado de deudas. Todas las personas (Ro. 3:23) deben a Dios una deuda por transgredir su ley que les resulta imposible pagar en sí mismos, por esa razón están bajo sentencia irremediable de muerte (Ro. 6:23”la paga del pecado es muerte”). Es entonces, que por medio del sacrificio y la muerte de Cristo en la cruz, Dios ha borrado por completo nuestro certificado de deuda y ha hecho completo nuestro perdón. clavándola en la cruz. La lista de los delitos de un delincuente crucificado era clavada a la cruz junto al delincuente para declarar los delitos y las transgresiones por las que era castigado (como en el caso de Jesús, como se indica en:
Mateo 27.37 “Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.”
Los pecados de los creyentes fueron puestos en la cuenta de Cristo y clavados a su cruz mientras Él pagaba el castigo en lugar de ellos, de tal forma que satisfizo la ira justa de Dios contra los delitos y pecados que requerían el pago total. Y todo esto, por AMOR.
La muerte de Jesucristo también destruyó el poder del pecado:
Romanos 6.6 “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que NO SIRVAMOS MÁS AL PECADO.”
Por último, su muerte destruyó el poder de Satanás y acabó con el reino de poder a quien “tenía el imperio de la muerte”
Isaías 25.8 “Destruirá a la muerte para siempre”
Juan 13.31 “Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.”
Aparte de recibir gloria por medio de su muerte, Dios también se glorificó en Él. Por medio de la cruz, la naturaleza gloriosa de Dios se mostró de manera suprema.
Primero, la muerte de Cristo mostró el poder de Dios. El odio diabólico de Satanás y la impiedad desesperada del mundo intentaron destruir a Jesús con todas las fuerzas, pero fallaron. Dios manifestó su poder resucitándolo de los muertos:
Hechos 3.15 “y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos
Así, Dios destruyó así el poder de Satanás, el pecado y la muerte.
Segundo, la muerte de Cristo declaró la justicia de Dios. La pena por la violación de los pecadores a su ley santa debía pagarse, y como:
Romanos 6:23 “la paga del pecado es muerte”
...alguien debía morir. Por lo tanto:
Isaías 53.6 “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”
Dios solo puede ser justo:
Romanos 3.26 “a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”
Tercero, la muerte de Cristo reveló la santidad de Dios. Dios nunca manifestó tan claramente su odio por el pecado como en el sufrimiento y muerte de su Hijo. El Padre ama al Hijo con amor infinito. Aun así, cuando Jesús se hizo maldición en la cruz por los creyentes;
Gálatas 3:13 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),”
...el Padre, que es:
Habacuc 1.13 “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio”
... se alejó de Él. Esto provocó un grito agónico de Jesús:
Mateo 27.46 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
Cuarto, la muerte de Cristo expresó la fidelidad de Dios. Él prometió un redentor desde el primer momento en que la desobediencia de Adán y Eva hundió a la humanidad en el pecado:
Génesis 3.15 “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Y cumplió su promesa aunque le costara su único Hijo.
Finalmente, de acuerdo con el tema general del pasaje, la muerte de Cristo fue la demostración más poderosa del amor de Dios en toda la historia.
Pablo escribió a los romanos: Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
Juan añadió:
1 Juan 4.10 “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”

CONCLUSIÓN

Texto Expositivo Principal: Juan 13:31Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.”
Jesús dice que si nuestro amor es semejante al suyo será una demostración de que somos sus discípulos. 1 ero: ¿Usted AMA A DIOS?—Si esto no es así es imposible que conteste afirmativamente esta segunda pregunta: ¿Usted ama a su prójimo? Cuando veo gente disputar por pequeñeces, celos que causan división en la iglesia, me pregunto:. ¿Serán salvos? o es pura carnalidad....¿la familia por nuestra conducta observa si somos verdaderos seguidores de Jesús al ver el amor que tenemos?
La demostración más poderosa del amor de Dios sobre la tierra fue del Padre, al enviar a Jesús a morir en una cruz por sus hijos.
¿Cuáles son las demostraciones de amor COMO HIJO O HIJA DE DIOS?
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