La Iglesia - El Pueblo de Dios

Colosenses  •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 265 views
Notes
Transcript

Introducción

De pronto reducimos lo que significa ser “pueblo de Dios” a lo que hacemos durante 2-3 horas los domingos por la mañana.
Es cierto, que la reunion semanal, el día del Señor (domingos), es importante porque nos reunimos para adorar a Dios. Nos reunimos el domingo para celebrar la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.
Traemos Biblia, ofrendamos, cantamos, oramos, etc., pero ser parte del pueblo de Dios significa mucho más que estas 2-3 horas que pasamos juntos los domingos por la mañana.
Hoy que continuamos nuestro estudio en el la carta de Pablo a los Colosenses nos damos cuenta:
La Iglesia es el pueblo de Dios
El pueblo de Dios marcha bajo la bandera amor

I. La Iglesia es el pueblo de Dios

En la Biblia encontramos el término “pueblo de Dios”.
Pueblo de Dios no se refiere a la humanidad entera.
Si vamos al Antiguo Testamento, nos damos cuenta que Israel, la descendencia de Abraham fueron elegidos por Dios para ser el pueblo de Dios. En Deuteronomio 10:15, Dios habla a Israel por medio de Moisés y les dice:
Deuteronomio 10:15 NBLA
»Sin embargo, el Señor se agradó de tus padres, los amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a ustedes, de entre todos los pueblos, como se ve hoy.
Dios eligió entre todas las naciones de la tierra a el linaje de Abraham para que fueran el pueblo de Dios.
Dios estableció un pacto con ellos, les dio su ley, les dio sus estatutos, les dio promesas y bendiciones, les dio su protección.
Y ahora vemos que Pablo, se dirige a los Colosenses utilizando lenguaje similar al que usó Dios para referirse a Israel en el Antiguo Testamento.
Colosenses 3:12 NBLA
Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;
Pablo se dirige a la iglesia de griegos y judíos, y les dice: ustedes son escogidos, santos, y amados.
Son escogidos en base a la predestinación/elección de Dios. La doctrina de la elección es una doctrina un tanto difícil para muchos aceptar; sin embargo es una doctrina Bíblica - y Pablo la aplica a la iglesia de los Colosenses.
Son santos - es decir, son apartados para Dios. Dios los ha separado del mundo para ser exclusivamente de Dios solamente.
Son amados - son el objecto del amor divino. Este principio lo vemos reafirmado en Juan 3:16.
Así que la Iglesia de Dios es el pueblo de Dios. Así como Dios estableció a la nación de Israel en la revelación del Antiguo Testamento, vemos que Dios hace de la Iglesia Cristiana parte de ese mismo pueblo de Dios.
Lo que ahora nos distingue no son los ritos y ceremonias de la ley de Moisés sino la fe en el mismo Salvador - Jesucristo quien dio su vida en la cruz del Calvario.
Somos ahora miembros del pueblo de Dios que Dios estableció desde el Antiguo Testamento en el llamado de Abraham.
¿Qué nos hace parte del pueblo de Dios?
Fuimos hechos miembros del pueblo de Dios en el momento que fuimos revestidos del nuevo hombre - en el nuevo nacimiento - cuando fuimos regenerados por el poder del Espíritu Santo de Dios.
Por lo tanto, reconozcamos nuestra identidad - no como enemigos de Dios sino como hijos, como pueblo de escogido, santo, y amados de Dios.

II. El pueblo de Dios marcha bajo la bandera amor

Sabiendo entonces que somos pueblo de Dios, nos damos cuenta que nuestra vida ahora marcha bajo la bandera de Cristo.
Anteriormente éramos enemigos de Dios y marchábamos bajo la bandera del pecado, de la rebelión, del egoísmo, de la impureza, de las pasiones, de la ira, del enojo, etc. (vv. 5 y 8).
Pero, ahora que tenemos una nueva identidad nos damos cuenta que Cristo marcha al frente de nosotros.
Ahora que somos pueblo de Dios ahora marchamos bajo la bandera del amor:
Colosenses 3:14 NBLA
Sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo de la unidad.
Pablo nos dice que el amor es el valor que predomina en la vida del cristiano.
El amor es como si fuese el broche que mantiene un rollo muy bien envuelto.
El amor predomina porque nos damos cuenta que Dios es amor.
1 Juan 4:8 NBLA
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
El pueblo de Dios no se rige por la ley del interés propio, por defender nuestro honor, por nuestra prosperidad/avance sin importar el costo.
Nos regimos por el principio del amor ya que es el mismo principio que Dios el Padre manifestó en enviar a su hijo Jesucristo para morir en nuestro lugar.
Nos regimos por el principio del amor porque fue el amor lo que vemos manifestado en la vida, ministerio, y muerte de Cristo.
Decir que somos pueblo de Dios no es solo llevar un nombre/titulo que nos identifica como tal; sino que nuestra vida es completamente afectada por el principio del amor.
El principio del amor afecta sobre todo nuestra actitud y la manera en que nos relacionamos con las personas que nos rodean.
Ser pueblo de Dios significa vivir una vida impulsada por el amor de Dios en nuestras vidas.
Vivir bajo el principio del amor, nos lleva a revestirnos:
Colosenses 3:12–13 NBLA
Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes.
Recordamos que los vv. 5 y 8 vimos ciertos pecados que el creyente evita porque son parte del viejo hombre, la vieja naturaleza.
Bueno, ahora lo que Pablo presenta son los hábitos del nuevo hombre - sobre todo aquellos hábitos que tienen que ver con la forma en que nos relacionamos con los demás.
Pablo nos llama a:
Mostrar tierna compasión - mostrar afecto/interés genuino por los demás, sobre todo por los que padecen
Bondad - ser bueno
Humildad - evitar el orgullo y la vanagloria
Mansedumbre - mostrar poder bajo control (p.ej. la medicina es buena, es potencialmente mortal cuando se suministra en dosis muy elevada).
Paciencia - no perder la calma, no desesperarnos
Soportándonos unos a otros y perdonarnos unos a otros
…notemos que el conjunto de estas características son diferentes formas en que mostramos amor hacía los demás.
Amor en este caso no es un abrazo o palabras vanas (que muchas veces son superficiales).
Amor viene a ser acciones que hacemos en las cuales manifestamos estas características por amor a los demás.
Pablo sabe que aunque somos el pueblo de Dios, somos obras en proceso.
Dios sigue obrando en cada uno de nosotros.
Somos aun faltos. Fallamos unos contra otros.
Sin embargo, la respuesta mutua debe ser una de compasión, bondad, humildad, paciencia, etc., sabiendo que no pagamos mal por mal, sino que damos lugar al amor para que predomine dentro del pueblo de Dios.
Y a final de cuentas, Pablo lo relaciona todo con lo que hizo Cristo por nosotros:
Colosenses 3:13 NBLA
soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes.
Pablo sabe que somos humanos y será una lucha mostrar amor hacía los demás, específicamente a los demás que son parte del pueblo de Dios.
Pero, Pablo dice, que debemos perdonar. Si Cristo los ha perdonado, quienes somos nosotros para no querer perdonarlos también.
Si mantenemos vivo este principio, lograremos mantener la unidad dentro del pueblo de Dios, sobre todo en la iglesia local.
La mayoría de personas que no perdonan, olvidan la inmensidad del amor que Dios mostró en perdonar nuestros pecados, en quitar nuestra culpa, en librarnos de nuestra maldad.

Conclusión

Finalmente, Pablo exhorta al pueblo de Dios a:
Colosenses 3:15 NBLA
Que la paz de Cristo reine en sus corazones, a la cual en verdad fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos.
Pablo sabe que ser pueblo de Dios no es solo un ejercicio intelectual.
Ser pueblo de Dios no consiste solo en ceremonias vanas o rituales.
Ser pueblo de Dios es mucho más…tanto que el creyente al vivir en comunidad con el resto del pueblo de Dios experimenta la paz de Cristo y agradecimiento - no solo como individuo sino en comunidad.
El pueblo de Dios debe vivir de tal manera que la paz de Cristo reino en medio de ellos - “llamados en un solo cuerpo”.
Si hemos creído en Cristo quien vino a reparar la relación entre Dios y el hombre, que vino a traer paz entre Dios y el creyente - ¿como es que vivamos enemistados unos con otros?
Si vivimos agradecidos con Dios por lo que hizo en nuestras vidas, ¿como no podríamos vivir agradecidos por el resto del pueblo de Dios con quien tenemos comunión en la iglesia local?
Esto nos lleva a reconocer que Dios hizo de toda lengua, tribu, y nación a un pueblo, el pueblo de Dios, redimidos por la sangre de Cristo, y no a un solo individuo.
Por tanto, revestidos del nuevo hombre, vivimos bajo la bandera de amor - de tal manera que experimentamos la paz de Cristo y verdadero agradecimiento por la comunidad cristiana en la que nos encontramos para ejercitar nuestros dones y animarnos los unos a los otros.
Esto es - verdadera comunión dentro del pueblo de Dios. Tenemos comunión con Cristo y con su pueblo redimido.
Related Media
See more
Related Sermons
See more