La Ley de Dios
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Introducción
Introducción
La semana pasada estuvimos considerando el prologo de la Ley del Señor en Exodo 20 Vimos como la ley fue dada en el contexto de un pacto de gracia. La ley sigue siendo una norma de vida para nosotros, y de hecho Jesus no vino a abolirla como vimos en Mateo 5:17-18, para el creyente la obediencia a la lay es un fruto de la gracia de Dios, Juan 14:15 el amor por el Señor, se manifiesta en la obediencia a sus mandamientos Romanos 13:9-10. Obedecer la ley solo es posible para un creyente por el Espíritu Romanos 8:4 - Y vimos como la ley, lejos de ser restrictiva, obedecerla mas bien trae libertad Santiago 1:22-25
Esta mañana estaremos ampliando un poco mas el uso de la ley para nosotros y para hacerlo vamos examinar lo que confesamos como iglesia tocante a la ley de Dios en nuestra confesión de westmisnter. Hablaremos esta mañana de la perspectiva histórica de la ley, los tres aspectos que la componen y los usos de la ley moral.
1. La perspectiva Histórica de la ley
1. La perspectiva Histórica de la ley
Casi siempre que se habla de la ley de Dios, pensamos en Moisés en el monte Sinaí, sin embargo como iglesia confesamos que la ley de Dios como vimos hace 8 días fue dada al hombre desde el jardín de Edén, nuestra confesión dice:
“Dios le dio a Adán una ley, como un pacto de obras, por la cual lo comprometió a él, y a toda su posteridad, a una obediencia personal, completa, exacta y perpetua. Le prometió la vida si es que la cumplía, y le amenazó con la muerte si es que la quebrantaba, y lo dotó del poder y la capacidad para guardarla”
El pacto de la gracia no aniquila el pacto de las obras; Dios de hecho nos ha salvado sobre la base del cumplimiento del pacto de las obras por parte de nuestro Señor Jesucristo. Romanos 5:19. Por la desobediencia de Adán, el mundo se hunde en la ruina; por la obediencia de Cristo, somos redimidos. Donde Adán fracasó, Cristo triunfó. Adán no cumplió el pacto de obras, mientras que Cristo cumplió el pacto de obras en nuestro favor.
Dice Hodge: Entonces, si Cristo cumplió la ley por nosotros, el Espíritu Santo la cumple en nosotros, por santificarnos hasta alcanzar una conformidad completa a ella. En obediencia a esta ley los creyentes producen aquellas buenas obras, que si no son la base de la salvación, sí son sus frutos.
Implicaciones: Todas las personas de este mundo están ineludiblemente en una relación de pacto con Dios, ya que, cuandoDios entró en una relación de pacto con Adán, lo hizo con toda la raza humana. El hecho de que una persona se niegue a creer en la existencia de Dios no le exime de cumplir los términos del pacto. Todas las personas están en relación con Dios, quieran o no.
Aplicaciones: Dios instituyó el matrimonio para el bienestar de todo el mundo; no es sólo para los cristianos. Una persona no tiene que ser cristiana para casarse. El matrimonio es una ordenanza de la creación dada por Dios a todas las personas. Lo mismo sucede con el día de reposo.
En la creación, Dios puso ante la raza humana una bendición y una maldición:
Genesis 2:16-17.
Entonces antes del Sinaí, ya existía la ley.... luego de la caída, en los día de Noe Dios estableció la pena de muerte Genesis 9:6 Esta ley condena el ataque a un portador de la imagen de Dios, esto se tiene como un ataque a Dios mismo, y el castigo es la muerte. Esta no es una opción, es una orden de Dios. De manera que si un gobierno no cumple con ese mandato, está actuando en rebelión contra Dios.
Cuando como creyentes apoyamos leyes en favor de la vida, del matrimonio solo entre un hombre y una mujer, que se respete un día de descanso para el trabajador, no estamos pidiendo al estado que sea cristiano, sino que funcione como lo que es, un Estado que ha sido puesto por Dios para establecer el orden y aplicar la justicia. La biblia dice en el Nuevo testamento que Dios le dió a los gobiernos el poder de la espada en Romanos 13 por lo tanto la autoridad del estado se deriva de Dios. Proteger la santidad de la vida y hacer cumplir la justicia son tareas que Dios ha dado al magistrado civil.
Amados, lo que la confesión afirma es algo bíblico, Dios obligó a Adán y a todos los demás seres humanos que vivan después de él a una obediencia personal, completa, exacta y perpetua a su ley, prometió la vida al cumplirla y amenazó con la muerte al incumplirla.
Pero además, dotó al hombre con el poder y la capacidad para cumplirla.
Adán y Eva, como cabezas federales de la raza humana trasgredieron la ley de Dios, pero la obligación de cumplirla sigue en pie. Y sigue en pie además porque la ley tiene su origen en Dios y como ya vimos, la ley es una expresión de su carácter. Si Dios no existiera, todo está permitido. Si no hay una norma trascendente o un estándar o un legislador, entonces las leyes son simplemente una expresión de la voluntad de cualquier individuo o grupo que esté en el poder.
De manera que la ley hasta hoy, sigue siendo vinculante y sigue siendo la regla perfecta de justicia. Esta ley fue escrita en tablas para denotar su perpetuidad. Esta ley contiene nuestros deberes para con Dios y nuestros deberes para con los hombres.
Esta es la perspectiva histórica de la ley. No fue dada por primera vez en Sina, sino que fue dada primero a Adán y Eva en la creación. Noten lo que Pablo afirma en Romanos 5:14, La muerte que reino hasta Moises, implica la presencia de la ley porque sin la ley no hay pecado, y sin pecado no hay muerte. Puesto que la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, podemos deducir, como hizo el Apóstol, que la ley de Dios debe haber estado en vigor desde Adán hasta Moisés.
2. Diferentes aspectos de la ley de Dios
2. Diferentes aspectos de la ley de Dios
En el Antiguo Testamento hay diferentes tipos de ley moral:
Proverbiales: estos no son mandamientos, sino una expresión de sabiduría práctica que puede aplicarse a situaciones de la vida. Un proverbio no es vinculante para la conciencia. Si leemos los proverbios como si fueran mandamientos, acabamos en una profunda confusión. Por ejemplo, un proverbio dice: "No respondas al necio según su necedad", y otro dice: "Responde al necio según su necedad" (Prov. 26:4-5). Si ambos proverbios fueran mandamientos universales, nos costaría mucho trabajo obedecerlos, ahora bien, ambos son perlas de sabiduría para situaciones diferentes, aunque parezcan contradictorios. De manera que los proverbios son fragmentos prácticos de sabiduría y prudencia.
La ley Casuística, es lo que llamamos en nuestro tiempo jurisprudencia. La Palabra de Dios está diseñada para darnos una guía para glorificar a Dios en nuestro comportamiento. La ley de Dios es una luz para nuestro camino. Pero si Dios estableciera leyes específicas para aplicar a cada exigencia humana concebible, la Biblia sería más grande que una gran enciclopedia. Asi que Dios da la jurisprudencia: Exodo 21:1 Estos son algunos ejemplos concretos de situaciones de la vida real, y los jueces que conocen de casos concretos pueden utilizarlos como pautas para aplicar los principios de la justicia. Esta ley casuística se expresa en el Antiguo Testamento con un lenguaje condicional, "si- entonces". Estas leyes aplican principios generales a situaciones concretas.
La ley apodíctica consiste principalmente, aunque no exclusivamente, en los Diez Mandamientos. Los mandamientos expresan principios universales y normas absolutas que deben regir la vida del pueblo. Se comunican en la forma literaria que comienza con "Deberás" o "No deberás". Expresan las normas divinas en las que se basa la ética bíblica. Como cristianos debemos basar nuestra ética en estos imperativos de Dios, no en lo que hacemos como personas caídas - Nuestras costumbres o practicas no deberían ser la norma para nosotros. Pablo dijo en Efesios 5:3 Hermanos, estamos llamados a no conformarnos a este mundo, sino a ser transformados, a vivir según una norma más alta que los estándares aceptables de nuestra cultura. Lamentablemente la gente sigue el curso de la cultura. Un día seremos juzgados por Dios y no importara lo que este mundo vea como normal. No seremos juzgados por lo que nuestra cultura aprueba o desaprueba, o por lo que nuestro gobierno permite o no permite. Seremos juzgados por la ley de Dios. Por eso es importante entender la ley de Dios. Esta ley sigue siendo una norma perfecta de justicia.
“Además de esta ley, comúnmente llamada ley moral, agradó a Dios dar al pueblo de Israel, como a una iglesia de menor edad, leyes ceremoniales, que contenían varias ordenanzas típicas, en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias, acciones, sufrimientos y beneficios; y en parte expresando ampliamente diversas instrucciones sobre deberes morales. En la actualidad, bajo el Nuevo Testamento, todas estas leyes ceremoniales están abrogadas”
La confesión utiliza la palabra típica para referirse a la tipología, en la que un tipo primario, simboliza una realidad más desarrollada que viene después. Hebreos 10:4 uno se pregunta ¿eran entonces los sacrificios del Antiguo Testamento eran un ejercicio inútil? No, pero ellos no tenían ningún valor inherente, no podían expiar por sí mismos el pecado, mas bien fueron sombras y símbolos que apuntaban al sacrificio de Cristo en la cruz. Hoy en día celebrar el día de la expiación, no tiene sentido, porque lo que representaba o anunciaba ya vino. Hacerlo, sería asumir que la expiación de Cristo no sirvió y que tenemos que esperar otro mesías. Por esta razón Pablo fue tan radical con los judaizantes que hacían vana la cruz de Cristo, demandando el cumplimiento de las leyes ceremoniales.
Por otra parte, las ceremonias mosaicas no se basaban en el carácter eterno e inmutable de Dios. Apuntaban mas bien a la obra de Cristo para nuestra redención. Después de que esa obra se completo perfectamente, sería un insulto a Cristo y a Dios observarlas. Nuestra confesión enseña entonces, que debemos distinguir las leyes morales de las ceremoniales.
Vemos una situación similar con respecto a las leyes dietéticas del Antiguo Testamento. En el Concilio de Jerusalén (Hechos 15), la cuestión a la que se enfrentaba la iglesia era cómo encajaban los gentiles en el nuevo pacto. En los tiempos bíblicos, existían cuatro grupos distintos de personas:
Los judíos.
Los gentiles convertidos al judaísmo que no llegaban a una conversión ceremonial completa. Se les llamaba temerosos de Dios.
Los samaritanos, que eran despreciados por los judíos.
Los gentiles, que eran ajenos al pacto que Dios había hecho con Abraham y su descendencia. Para que se convirtieran, debían circuncidarse, porque se les consideraba impuros.
Jesús dijo a sus discípulos que debían ser sus testigos "en Jerusalén y en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8). Este mandato abarco todos estos grupos. Sobre cada uno de estos grupos vino el E.S. de manera publica. Tos estos grupos por la fe en Cristo se hicieron miembros de pleno derecho del cuerpo de Cristo.
En la asamblea de Hechos 15 se estableció que ellos hacia parte de la comunidad del nuevo pacto, debían observar parte de la ley del Antiguo Testamento, pero no las restricciones dietéticas ni la ley ceremonial.
Ademas de la ley ceremonial, podemos distinguir en la escritura la ley civil o judicial del estado de Israel. Dice nuestra confesión:
“A los Israelitas, como una entidad política, Dios les dio también diferentes leyes judiciales, las cuales expiraron junto con el Estado de aquel pueblo. Por lo tanto, no obligan ahora a ningún otro pueblo, más de lo que la equidad general de ellas lo requiera”
Hoy en día existe un movimiento llamado teonómico. se llama así por la conjunción de dos palabras griegas: nomos que significa "ley", y theos que significa "Dios". Teonomía es: "la ley de Dios".
Todos los cristianos somos teonomistas en un sentido, creemos firmemente que la ley de Dios es vinculante para todos los hombres y nosotros como creyentes con mayor razón amamos la ley de Dios y nos queremos someter a ella.
Pero, el movimiento teonomista, ha desdibujado los 3 aspectos de la ley de Dios que considera la confesión de westmisnter y al hacerlo ha perdido de vista el desarrollo y avance de la revelación bíblica (Promesa - cumplimiento).
El movimiento teonomísta se ocupa especialmente de aplicar las leyes civiles de la ley mosaica en la actualidad. Por ejemplo, en el código penal de Israel se enumeran 35 infracciones como delitos capitales. Entre estos delitos esta la contumacia de los hijos hacia los padres, las blasfemias públicas, la asociación de las personas con adivinos o magos, y la conducta homosexual. Los teonomistas creen que estas y las demás leyes civiles del Antiguo Testamento deben ser promulgadas en la legislación de las naciones de hoy.
Pero a la luz del progreso de la revelación, nuestra la confesión advierte que la iglesia ya no esta restringida dentro de los limites de una nación-estado, la iglesia no es una entidad política, sino un reino supra-temporal que esta en medio de las naciones de la tierra. Por lo tanto, las leyes judiciales de Israel como nación política expiraron, cuando la nación expiró. Por esta razón, ningún pueblo esta obligado a mantener estas leyes, más allá de lo que la equidad general de una nación lo requiera.
Israel como nación tenía su propio gobierno teocratico, sus reyes estaban sujetos a Dios y la ley que él dió a Moisés - En Israel la iglesia y el estado estaban unidos. Pero en el nuevo testamento, la iglesia fue establecida por Cristo en medio del Imperio Romano como un reino de reyes y sacerdotes, la iglesia tuvo que vivir en un entorno pagano donde los magistrados civiles fueron muchas veces hostiles a los cristianos. Es asi como la iglesia ha existido hasta el día de hoy. La iglesia es llamada por Dios a ser luz en medio de un entorno pagano.
Nuestro llamado es anunciar el reino de Dios, nuestro llamado no es convertir esta nación en una teocracia como lo fue Israel, si ese fuera estamos siendo desobedientes a la gran comisión porque no lo estamos logrando de hecho. Aunque sería genial que todas las naciones se convirtieran al Señor y fueran legisladas de acuerdo con la legislación del Antiguo Testamento. Sería increíble vivir en una nación donde profanar el nombre de Dios públicamente fuera castigado con la pena capital, si esta ley se estableciera, como creyentes no nos opondríamos, ni diríamos que es injusto, pues estaríamos diciendo que Dios fue injusto, así que no deberíamos ofendernos por sus leyes. Ellas nos enseñan lo que es agradable y desagradable para Dios.
Este día no llegará, hasta que Jesus venga y aplique estas leyes en su gobierno justo, por su puesto ese día todos los limpios serán erradicados de la tierra de los vivientes. 1 Corintios 6:9-10 - La teocracia de Israel fue una sombra del estado consumado del reino de Cristo donde no habra distinciónes entre la iglesia y el estado.
La ley ceremonial y la ley civil expiraron, pero la ley moral como vimos obliga a todos los hombres, nuestra confesión afirma:
“La ley moral obliga por siempre a todos, tanto a los justificados como a los que no lo son, a que se le obedezca. Esto no sólo con respecto al contenido, sino también con respecto a la autoridad de Dios el Creador quien la dio. En el Evangelio, Cristo en ninguna manera disolvió esta ley, sino que más bien reforzó la obligación de cumplirla”
Finalmente veamos los usos de esta ley segun las escrituras.
3. Los usos de la ley de Dios
3. Los usos de la ley de Dios
“Aunque los verdaderos creyentes no están bajo la ley, como un pacto de obras, para ser justificados o condenados por ella; sin embargo, es de gran utilidad para ellos como también para otros; en cuanto a que la ley, como una regla de vida que les informa acerca de la voluntad de Dios y de su deber, les dirige y les obliga a caminar de acuerdo con ella, descubriéndoles también las contaminaciones pecaminosas de su naturaleza, de sus corazones y de sus vidas. De manera que, examinándose mediante la Ley, lleguen a una más completa convicción de humillación y aborrecimiento debido a sus pecados, junto con una visión más clara de la necesidad que tienen de Cristo y de la perfección de Su obediencia. Es igualmente de utilidad a los regenerados para restringir sus corrupciones, ya que prohíbe el pecado; y sus amenazas sirven para mostrarles lo que aun merecen sus pecados, y cuáles son las aflicciones que les esperan por causa de ellos en esta vida, pese a que están libres de la maldición con que les amenaza la Ley. De la misma manera, las promesas de la Ley les muestra la aprobación de la obediencia y qué bendiciones pueden esperar cuando la cumplen; pero no como debido a ellos por la Ley como pacto de obras. De manera que, si una persona hace lo bueno y deja de hacer lo malo, porque la Ley lo alienta a lo uno y lo desalienta de lo otro, ello no es evidencia de que está bajo la Ley y no bajo la gracia.”
Este párrafo nos recuerda como desde la caída ningún hombre es capaz de obtener justicia y vida eterna por la obediencia de la ley. Porque todos los hombres han pecado, porque la naturaleza del hombre está corrompida, porque la ley exige una obediencia perfecta , personal t eterna, y "porque si la justicia fuera por la ley, Cristo por demás habría muerto." Gal. 2:21.
Pero además el párrafo nos muestra los diferentes usos de la ley.
A. El uso Civil de la ley (Normativa para otros)
Para todos los hombres en general, la ley es una revelación del carácter y voluntad de Dios, un tipo de excelencia moral y una regla para dirigir las acciones
B. El uso normativo
Los creyentes no estamos bajo la ley como Adan, que si la trasgredía acarreaba para él la muerte. Cristo nos libro de la maldición de la ley, de manera que ahora la ley no nos condena, ella es mas bien una regla de vida que nos enseña la voluntad de Dios.
Como creyentes estamos llamados glorificar a Dios y a imitar a Cristo. La ley moral nos revela lo que le agrada a Dios, y por lo tanto debemos meditar en su ley de día y de noche como cita el Salmo 1 sobre el hombre bienaventurado.
C. El uso pedagógico de la ley
Para los hombres no regenerados, considerándolos en rela- ción con el Evangelio, la ley sirve para convencerlos de la santidad y justicia de Dios, de su propia culpa y corrupción, de su gran incapacidad para cumplir todos los deberes, y así la ley sirve como un ayo para conducirlos a Cristo. Rom. 7:7-13; Gal. 3:24.
Con respecto a los pecadores incorregibles, la ley es de uti- lidad para restringir las explosiones de sus malas pasiones, para dejar su desobediencia sin excusa, vindicar la justicia de Dios al condenar- los y para hacer de su caso una amonestación para los demás. Tim. 1:9; Rom. 1:20; 2:15; Juan 3:18-36.
La ley tambien funciona como un espejo para el creyente, que nos ofrece una clara revelación de nuestras propias imperfecciones y pecaminosidad. Al examinarnos a nosotros mismos, llegaremos a una mayor convicción, humillación y odio contra el pecado.
Como personas nacidas del Espíritu Santo, seguimos pecando. Fuimos liberados de la culpa, del castigo del pecado y estamos siendo libres del poder dominante del pecado en la santificación. El E.S ha cambiado la disposición de nuestros corazones, de manera que ahora tenemos deseo por las cosas de Dios, pero este deseo es resistido por nuestra carne que aun permanece con nosotros hasta la glorificación. Pero en medida que nos nutrimos más y más de la Palabra, llegaremos a odiar más y más nuestro pecado y a amar mas al Señor guardando sus mandamientos.
Esta es la voluntad de Dios para tu vida.... 1 Tes. 4:3. Si quieres saber cómo consagrar tu vida a Dios, necesitas meditar en Su ley día y noche.
Romanos 3:20; 7:7; Galatas 3:25 La ley nos hace conscientes de nuestra necesidad de Cristo.
XIX.7 Los usos de la Ley, mencionados anteriormente, no son contrarios a la gracia del evangelio, sino que concuerdan dulcemente con ella. Pues el Espíritu de Cristo subyuga y capacita la voluntad del ser humano para hacer libre y alegremente lo que la voluntad de Dios revelada en la Ley requiere que se haga.
La ley de Dios no se opone a la gracia. No sólo cumple con la gracia, sino que el cumplimiento de la ley es dulce. Así es como empezamos nuestro estudio de la ley cuando fuimos al Salmo 119. El salmista dice que ama la ley de Dios, que la ley de Dios es más preciosa que las piedras preciosas y más dulce que la miel.
Normalmente no nos gustan las leyes. Pensamos en ella como algo malo, pero el cristiano ama a Dios, ama su Palabra y su ley, y ve que la gracia y la ley no son incompatibles. La gracia cumple con la ley, y la ley cumple con la gracia, y lo hace de manera dulce. Por eso, cuanto más crecemos en la gracia, más amaremos la ley de Dios. Hemos probado al Señor y hemos descubierto que es bueno, y amamos la dulzura de su ley.
Oremos.