Decisiones para un mejor año 2022
Notes
Transcript
Gracias a Dios empezamos el último mes del 2021, un año de retos, tristezas y alegrías; un año que por algunas circunstancias ajenas a nosotros nos cambió el estilo de vida, nos llevó a ajustarnos a una nueva realidad, que sin embargo, si no meditamos a conciencia no habrá ningún cambio profundo en nuestro futuro, lo que quiero decir es que: cambiamos porque nos vimos obligados por las circunstancias externas, pero hay algunas circunstancias internas que quizá siguen igual y eso nos llevará a seguir en un círculo que será difícil de cambiar.
La mayoría queremos, yo quiero que el 2022 sea mejor que el 2021 y estoy convencido que sí puede ser, pero requiere algo de nosotros. Porque si seguimos haciendo lo mismo cada año, tendremos el mismo resultado cada año.
Para tener un mejor año, va a ser necesario una respuesta y evaluación honesta, quizá hasta incómoda para nosotros mismos, porque es necesario ser transparente, vulnerable ante alguien más; si quieres que el nuevo año sea mejor que el 2021, o que todos los anteriores, considera la respuesta a la siguiente pregunta: ¿A qué o a quién te aferras que te está frenando? ¿qué es eso que te frena, pero no puedes soltar? Eso que te detiene lo pueden ver quienes te aprecian y desearían que lo dejes ir ¿Qué te pesa demasiado y te niegas a soltar? ¿qué te arrastra? Porque eso que te detiene, depende de ti seguir aferrándolo o dejarlo ir.
Cuando empezaste a sostener eso a lo que ahora te aferras y te detiene, pensaste que mejoraría tu vida, pero en realidad la ha hecho más complicada, pero ¿por qué no lo sueltas? Te cuesta reconocer que es algo que andas cargando, arrastrando y por eso no lo dejas ir. ¿A qué te aferras que te sientes obligado a seguir escondiendo? No quieres que nadie se entere, porque si lo supieran te sentirías avergonzad, humillado y aún así lo sigues arrastrando, esperando que nadie lo sepa y ¿sabes? Aunque no sepan con exactitud qué, saben que algo no está bien. Veamos video.
No todos los monos se atrapan así, sólo cierto tipo de monos que carecen de la inteligencia para soltar la fruta. Así que por si te duermes o se va la luz, te voy a adelantar la conclusión del tema ¡suelta la fruta y huye! Si escuchas y no eres cristiano, seguidor de Jesús o religioso como tú lo concibas, el consejo para ti termina aquí. Identifica qué te está deteniendo, qué te está arruinando económicamente, en las relaciones familiares, amistades, salud; tú sabes qué es. Así que el tema para ti es ¡suéltalo y huye! Es todo lo que te puedo decir porque no tengo autoridad o derecho de decirte nada con respecto a tu vida ¡es tu vida! Si no eres seguidor de Jesús toma esta aplicación y ponlo en práctica, pero antes quiero agregar algo más; es importante saber qué es eso que a lo que te aferras o andas arrastrando, porque es posible que no sólo te esté lastimando a ti, sino que al aferrarte a eso, estás soltando a las personas que te aman y amas. Ellos saben o sospechan, o quizá ya intentaron hablar contigo y te pusiste a la defensiva, por eso ya no te dicen nada. Tú crees que se han olvidado o dejaron de darse cuenta, pero la realidad es que no quieren enfrentar tu defensiva. Si en los siguientes minutos te das cuenta qué estás aferrando, por el bien de quienes te aman y tú amas ¿lo soltarías?
Ahora si eres cristiano o seguidor de Jesús hay más, porque para los cristianos el problema con ser dominados por algo, lo que sea, es que nosotros ya tenemos quien nos domine, tenemos un amo, un dueño, y aunque esa palabra no nos guste porque evoca imágenes de esclavitud, la pregunta es ¿cómo llamarías a eso que te aferras y no puedes soltar? No es eso ser esclavo de algo.
Si no lo puedes soltar o te niegas a dejarlo ir, lo que sea, eso influye en ti, te controla, impacta tu vida, quizá la degrada, provoca que vivas cosas que desearías no vivir y si eso no es esclavitud ¿qué sí lo es?
Lo interesante para los cristianos es que Pablo, un judío del primer siglo que se hizo seguidor de Jesús, era fariseo, súper inteligente, brillante, escribió la mayoría del NT, se reunieron sus cartas y se volvieron parte de lo que conocemos como Biblia. Escribió una carta a cristianos que viven en Roma y les dice esto:
“¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien (o algo) para obedecerlo, son esclavos de aquel (o eso) a quien obedecen?...” (Romanos 6:16, NVI)
Cuando metes la mano a la calabaza y te aferras a la fruta, te niegas soltarlo, en ese momento estás obedeciéndolo. Obedeces esa dinámica, hábito, mal carácter, pasatiempo, orgullo, lo que sea, en ese momento te haces esclavo de eso, lo que sea que le digas sí al grado que controla tu comportamiento, eso o esa persona se vuelve tu amo.
Quizá digas ¿no lo había pensado así’ por eso Pablo empieza “¿acaso no saben?” porque es algo que ¡no lo pensamos así! Y es necesario pensarlo así porque hay un riesgo un peligro. Pablo sigue:
“…Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia.” (Romanos 6:16, NVI)
Definamos “pecado”, en el NT es simpe de entender, tanto que casi a propósito no lo queremos entender. Pecado en el NT es cualquier cosa que te hiera, cualquier cosa que lastime a quien esta cerca de ti, tu pareja, familia, amigos, conocidos. Todo lo que hagas y le duela a alguien es pecado. Un versículo que hemos escuchado varias veces es:
“»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo...” (Juan 3:16, NTV)
Dios amó al mundo. Cuando amas a alguien y otra persona la hiere o lastima consideras que está mal, te ofende.
Ahora, cuando te hieres a ti mismo -a quién Dios ama- cuanto lastimas a los de tu alrededor -a quienes Dios ama-, eso es pecado. No necesitas una lista de acciones, es algo sencillo de comprender. Ahora unamos las ideas: Si no es bueno para él, para ella o para ti, puede ser pecado. Otra forma de decirlo: si no es bueno ¡no lo hagas! Si no es bueno para ti es algo que no debes hacer porque te lastima y eso es pecado y el pecado lleva a la muerte, el pecado mata las cosas.
Ya definimos pecado, el asunto es este: si pasaste por un divorcio, una separación de un socio, un pleito familiar, eso es doloroso, tú sabes que alguien pecó, lastimó. Puede que no seas religioso, pero alguien hizo algo, quizá fuiste tú que tuvo un secreto, robaste, rompiste un voto, heriste, eso es pecado y algo muere y esto tú lo sabes.
El pecado mata tu paz y no sólo en los cristianos. El pecado mata tu paz con las personas contra quienes pecaste, mata tu paz con Dios, porque te molesta la conciencia y el pecado también mata tu relación contigo mismo. Dostoyvski en Crimen y Castigo o los hermanos Caramazov.
Por eso Dios, quien te dice que le puedes decir: Padre, que te ama tanto que envió a Su Hijo para pagar por tus pecados de manera que puedas tener vida, por supuesto que está contra el pecado ¡no contra ti! Sino contra el pecado, porque está a tu favor y a favor de quienes te rodean. El pecado mata las cosas. Esto es súper importante, por favor no te distraigas que vamos empezando
Por otra parte, la obediencia te lleva a hacer bien las cosas, quizá has experimentado hacer lo correcto cuando es difícil. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste lo correcto y la gente no lo entendió, pero tú sabías que era lo correcto? Hacer lo correcto cuando es difícil es lo que hace que las cosas permanezcan bien, mantiene bien las cosas entre tú y Dios y entre tú y las personas y entre tú y tú mismo.
No hay nada mejor que ir a la cama, mirar el techo y decir ¡no sé qué venga mañana, pero hoy hice lo correcto! No hay nada peor, que destroza tu alma que enfrentarte a ti mismo en el espejo y pensar ¡soy un cobarde, mentiroso, engañé, exploté! Hice lo incorrecto, pero era para protegerme y te das 20 razones por las que tenías que hacer lo que hiciste, pero al final del día sabes que el pecado ha cobrado su precio en tu alma, en tu paz. Si desobedeces constantemente cauteriza tu mente.
Dios, que te ama tanto, te dice a través de Pablo: El pecado mata las cosas, pero la obediencia hace que las cosas sean correctas. La obediencia a Dios arregla las cosas entre Dios y tú, tú y los demás y contigo mismo. Pero hay algo más, hay un contraste:
“Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado...” (Romanos 6:17, NVI)
En el pasado tenías tu mano en la calabaza y no lo soltabas.
“Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida.” (Romanos 6:17, NVI)
No dice, ahora ya han creído, sino: sometido de corazón a la enseñanza, ergo, la obediencia a lo que han aprendido. Esta frase dice: te invito a una nueva forma de pensar todas las cosas, esto es una enseñanza que te lleva a una nueva forma de vivir, un nuevo patrón de conducta, una nueva forma de verte a ti mismo, de ver a tu familia, ver a cada persona con la que te cruces.
Es una nueva forma de ver a Dios, de entender el perdón, de ver a tu personal, el dinero, tiempo, futuro, profesión, es un nuevo patrón de pensamiento y se centra en esta idea sencilla, simple pero que da miedo: Lo que Dios ha hecho por nosotros, lo debemos hacer por otros. En esencia lo que Dios ha hecho por nosotros debemos tratar a otros igual. Así como Dios por medio de Cristo nos trató, así debemos tratar a los demás. Es un nuevo estilo de vida y si lo aceptas y lo llevas de tu mente a tu corazón ¡cambiará todo! Te llevará a finalmente dejar las cosas que te están frenando, que te arrastran hacia abajo, puede ser: odio, rencor, falta de perdón, soberbia, etc.
La obediencia te libera, la obediencia a Dios ¡no te esclaviza! Te libera de complicaciones y en última instancia de las consecuencias del pecado. Pablo sabe que al leer podríamos tener varios argumentos, y cómo si lo sospechara, por si hubiera dudas Pablo se adelanta a esas dudas y dice:
“¿Acaso no saben que su cuerpo…” (1 Corintios 6:19, NVI)
Tu cuerpo, no tu sistema de creencias, esto es tan práctico, no es sólo creer sino ejecutar.
“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo…” (1 Corintios 6:19, NVI)
Recuerda que escribe a cristianos en Roma de Nerón, no los conoce, pero sabe el contexto en que viven, ellos no saben que sus cuerpos son templos. Nuestra comprensión es diferente a la de quienes leyeron en el siglo I, son cosmovisiones diferentes, ellos pudieron entender algo así: ¡mi cuerpo no es un templo! El templo es…un templo y mi cuerpo es…mi cuerpo. Porque ellos han estado en templos en roma. Y el templo para ellos es un lugar sagrado, pensaban que el templo es donde el cielo se encuentra con la tierra ¿quieren saber dónde se encuentra el cielo con la tierra? Así es ¡en el templo!
Pablo les dice: ¡exacto! Así es. Dios ha hecho algo radicalmente nuevo, de ahora en adelante, por lo que Dios ha hecho, la persona que está sentada junto a ti es más sagrada que cualquier otra cosa o lugar sagrado que hayas visitado. La persona junto a ti es más sagrada que la ciudad de Jerusalén para los judíos. Dios ha hecho algo tan radical que las personas se han vuelto más sagradas que los lugares sagrados ¡No saben que sus cuerpos son templos!
“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?...” (1 Corintios 6:19, NVI)
Esto es algo totalmente nuevo para ellos, quizá se tuvieron que sentar, meditarlo, porque si esto es verdad, entonces ¡tú eres sagrado! Yo soy sagrado, y aquí nos detenemos y pensamos ¡yo no soy sagrado! No tienes idea, no me alcanzan los dedos para contar las cosas a las que me aferro y las cosas que arrastro.
Pablo diría: ¡no lo estás entendiendo bien! No dije que eres sagrado por tu comportamiento, dije que eres sagrado ¡por quién vive dentro de ti! Por eso tú, quienes viven contigo y me tienen a mí, son sagrados. La implicación de esto es enorme, porque entenderlo y aceptarlo cambia todo, es más, de hecho ¡cambió todo! Cambió la ciudad de Roma y volverá a cambiar nuestra ciudad. Una vez casi cambió el mundo entero.
Tú eres el templo del Espíritu Santo, Dios reside en ti y lo que es verdad de los templos, es verdad de ti.
“…Ustedes no son sus propios dueños;” (1 Corintios 6:19, NVI)
¿A quién pertenecen los templos? (así lo veían ellos) ¡A Dios! Ahora tú eres el templo, por lo tanto ¡no te perteneces! No eres tuyo. En el 1er siglo quizá pensaron: esto suena como a esclavitud. Pablo podría decir: A eso voy, aguanten:
“fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.” (1 Corintios 6:20, NVI)
Para ellos que leen en el primer siglo esto era más gráfico, ofensivo que para nosotros. Al ser comprado te convertías en esclavo, y muchos de ellos ¡habían sido esclavos! Algunos aun lo eran y Pablo les dice: aunque suene ofensivo y por terrible que parezca, deben entender que no se pertenecen a ustedes, al poner su fe en Cristo le pertenecen a ÉL, porque fueron comprados con precio. Y eso de que tenemos precio, suena ofensivo incluso para nosotros.
No sabemos cuál era nuestro precio y esto es importante, vamos a una clase exprés de economía: “El valor percibido de algo depende de lo que otorga”. El valor percibido depende de lo que da a cambio, de lo que otorga.
No se trata de valor real, sólo de valor percibido, así se determina el precio de algo, por lo que otorga. El valor percibido determina el precio que una persona está dispuesta a pagar.
¡Agárrate porque esto es asombroso! ¡fuiste comprado! Se puso precio sobre ti y el precio determina el valor a los ojos de Dios; el precio que Dios pagó por ti y por mí es… ¡SU HIJO! Los de Roma cuando leen esto al principio, algo que sonaba horrible, degradante, indigno, ahora se sientan, lo meditan y piensan ¡esto no lo sabía! No lo pensé así; al enviar a SU HIJO a pagar por mi pecado, ÉL expresó el valor, puso un valor en mí, que ¿cuánto vale! Ni siquiera puedo empezar a imaginar cuanto es. Tú fuiste comprado con la Sangre del Hijo de Dios.
El Hijo de Dios entregó SU vida; quizá lo has oído antes, pero pon atención: El Hijo de Dios dio Su vida por ti.
Vamos amarrando, te pregunto ¿eso a lo que te aferras qué ha ofrecido por ti? ¿eso que no dejas ir qué ha sacrificado por ti? ¿qué precio ha pagado eso en tu beneficio?
Quién ha pagado un precio ¡eres tú! A ti te ha costado y esto es lo que Pablo ha estado diciendo ¿por qué honrar eso que te cuesta a ti? Porque empoderar eso, por qué inclinarte ante eso, por qué hacer tu amo algo que en realidad te lastima a ti y a quienes amas ¿por qué dejar que te domine?
Tú no eres tuyo ¡has sido comprado a precio! Y Pablo da la aplicación: Por favor no te duermas, aguanta otro rato. Porque ésta es la razón por la que va a cambiar tu forma de actuar, en todas tus relaciones, en cada decisión que tomes ¡honra a Dios con tu cuerpo, con tu comportamiento! Y si preguntas ¿qué es eso? ¿cómo lo hago? Es sencillo: Honra a Dios honrando a quienes Dios honra.
Cuando te aferras a algo que te lastima, crea una falta de dignidad o expresa falta de dignidad o de valor en otras personas ¡tienes que dejarlo ir! Porque eso no es honrar a Dios con tu cuerpo, eso es pasar por alto, eso es no valorar el increíble precio que Dios pagó por ti para que pudieras tener una relación con ÉL. Lo que sea que se interponga en el camino de mi amor por ti, debe quitarse y lo que sea que se meta en tu amor por otras personas, debe quitarse del camino.
Volvemos a la pregunta del principio ¿a qué te aferras? ¿qué te está frenando o retrasando de tener una conciencia limpia con tu Padre Celestial? ¿qué te detiene de ser un mejor padre el siguiente año? ¿a qué te aferras o qué te retrasa o frena? ¿qué está lastimándote o a quienes te rodean? Es enojo, ira, un hábito, orgullo. Sabes que los hábitos no empiezan como hábitos sino como algo divertido, un pasatiempo y te das cuenta qué es el camino a la adicción porque de pronto ya eres esclavo de eso que antes era sólo un pasatiempo.
Quizá es una persona, un amigo, amiga, un grupo, y cuando quien te aprecia te quiere hablar de esos amigos, te pones a la defensiva y dices: me estás juzgando, criticando, pero están usando su buen juicio para hablarte.
Responder la pregunta es por tu bien y para que los otros años sean mejor. ¿Qué te detiene? Quizá es un juego, alcohol, rebeldía, soberbia, negligente con la salud, exagerado con la salud. Quizá es algo con lo que tu familia compite porque es algo que te posee.
O quizá es algo que debes dejar ir por un tiempo, no necesariamente para siempre, porque cada etapa de la vida requiere cosas diferentes. Esto puede ser algo bueno en general, un deporte, que por ahora es un obstáculo, un estorbo y lo sabes porque quizá has tenido discusiones y respondes: no quiero dejarlo, no es malo y quizá es así, pero recuerda, has sido comprado con precio, Dios te ama y te invita a un estilo de vida donde puedas analizar cada estorbo y lo puedas soltar, para que puedas ser completamente suyo.
Si de verdad queremos empezar diferente el 2022, responde la pregunta ¿me estoy aferrando a algo o alguien que me está frenando? Si estás en una relación, pregúntale ¿me aferro a algo que me está frenando y de paso a ti? Si es así ¡suéltalo! Porque no tienes que ser dominado por nada o nadie, porque si eres cristiano ¡Ya tienes un amo!
Es un amo que no sólo lo dijo, no sólo lo creyó, sino que demostró Su Amor por ti, en que mientras estabas aferrado a eso que te frena, te retrasa, mientras eras un pecador, Cristo murió por tu pecado, dio Su vida y te invita que le sigas.
Si aun no eres seguidor de Jesús ¡debes serlo! Da un paso de fe, o sigue conociéndolo, regresa la otra semana, haz preguntas, únete a un grupo. Si antes eras cristiano y te has alejado, reconsidera, porque has experimentado lo suficiente para saber que lo que dije es verdad. Sabes que el pecado mata las cosas, siendo honestos, debes saber que, si has sido seguidor de Jesús desde hace 3 años, es un hecho que quizá ya has evitado tu más grande remordimiento o arrepentimiento; si eres seguidor de Jesús es posible que hayas evitado meter la mano en esa calabaza y no has agarrado eso brillante que te quería atrapar.
Además de soltar lo que te retrasa, te detiene, espero que sostengas a quién te trajo de regreso, te compró con SU Sangre y te quiere llevar a una vida que ÉL describe como Abundante, extraordinaria, una vida que Pablo dice que es verdaderamente VIDA.
Palabra de Dios
Oremos