El Regalo Más Precioso

Introducción

Isaías 9:1–6 RVG

1 Aunque no será esta oscuridad tal como fue en su angustia, cuando al principio Él levemente afligió la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí; y después más gravemente los afligió por el camino del mar, al otro lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. 2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. 3 Aumentando la gente, no aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. 4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. 5 Porque toda batalla de quien pelea es con estruendo, y con vestidura revolcada en sangre; pero esto será para quema, y combustible para el fuego. 6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado será sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

¿Cuál de estos versos es el más conocido para nosotros? Verso 6. ¿En qué pensamos cuándo escuchamos ese verso? En la navidad. Pero, la realidad es que este verso no habla solamente de cierta temporada del año.

Habla del futuro reino idílico de David. Habla del reino terrenal del Mesías. Ahora, eso es lo que los judíos esperaban bajo las opresiones y amenazas de Asiria. Eso es lo que esperaban los judíos bajo lo mismo del imperio romano durante la vida terrenal de Jesucristo. Pero, la verdad es que aunque ese reino físico no vendrá hasta que venga el fin del mundo, por medio de la fe en Jesucristo, la vida eterna está disponible hoy mismo.

Hoy quería centrarme en una sola palabra de este pasaje. Una palabra que revela un sentido poderoso, especialmente durante esta temporada de navidad. Leamos el verso 6 de nuevo.

Isaías 9:6 RVG

6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado será sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

¿Cuál es la palabra? La palabra es dado (natan en el hebreo). Una palabra cortica. Casi parece insignificante a la luz de todo el contenido del verso. Pero, esta palabra es importante.

Desarrollo

Tenemos la manera perfecta de entender esta palabra. Este es un regalo. Los regalos son comprados. Son enviados. Son entregados.

Esta palabra dado del verso 6 habla de Cristo y tiene esos mismo significados.

1 - Comprado

Dios nos puede dar el regalo de la vida eterna porque él lo compró

1 Corintios 6:20 RVG

20 Porque comprados sois por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Cristo pagó el precio por vivir sin pecado

Hebreos 4:15 RVG

15 Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Cristo pagó el precio por derramar su sangre

Colosenses 1:14 RVG

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Cristo pagó el precio por ofrecerla al Padre por nosotros

Hebreos 9:12 RVG

12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una sola vez en el lugar santísimo, habiendo obtenido para nosotros eterna redención.

2 - Enviado

Dios nos puede dar el regalo de la vida eterna porque nos lo envió

2 Corintios 5:20 RVG

20 Así que, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Dios envió a Cristo

Juan 3:17 RVG

17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.

Dios envió a los apóstoles

Lucas 9:1–2 RVG

1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. 2 Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.

(ver 10)

Dios envió a los predicadores

Romanos 10:14 RVG

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

3 - Entregado

Dios nos puede dar el regalo de la vida eterna porque nos lo entregó

Romanos 10:8–10 RVG

8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe la cual predicamos: 9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, mas con la boca se hace confesión para salvación.

Dios entregó a Cristo la responsabilidad de la salvación eterna

Hebreos 12:2 RVG

2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Cristo entregó al Espíritu Santo la responsabilidad de convencernos de nuestra necesidad

Juan 16:8 RVG

8 Y cuando Él venga, redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.

El Espíritu Santo nos entrega a nosotros la responsabilidad de responder.

Apocalipsis 3:20 RVG

20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Conclusión

Lo más importante, si vamos a recibir beneficio de este regalo, es que no podemos dejarlo sentado sobre la mesa y decir, “que regalo tan bonito.” No, deberíamos recibirlo por la fe.

Juan 1:12 RVG

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Efesios 2:8–9 RVG

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.

La navidad nos da una figura de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas

Dios nos quiere dar el regalo mas gratuito, mas hermoso, y mas duradero que cualquier otro: a Jesucristo el Salvador

¿Quién lo quiere recibir?

Amado Dios, soy pecador y necesito perdón. Creo que Jesucristo derramó Su sangre preciosa y murió por mi pecado. Quiero dejar el pecado e invitar a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida como mi Salvador personal. En Cristo Jesús, Amen.