Isaias 9:1-7
Jesús es la luz en la oscuridad
Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea. 13 Partió de Nazaret y se fue a vivir a Capernaúm, que está junto al lago en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para cumplir lo dicho por el profeta Isaías:
15 «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16 el pueblo que habitaba en la oscuridad
ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en densas tinieblas
la luz ha resplandecido.»
Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría—es decir, nuestra justificación, santificación y redención—31 para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor.»
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él 26 y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la ley, 28 Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios:
29 «Según tu palabra, Soberano Señor,
ya puedes despedir a tu siervo en paz.
30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
31 que has preparado a la vista de todos los pueblos:
32 luz que ilumina a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.»