MIÉRCOLES 8 DICIEMBRE

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ESTUDIO DE CORINTIOS

Leer:
La semana pasada quedamos en los pasajes:
1 Corintios 11:13 “Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?
14.La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?
15.Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
16.Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.”
“tal costumbre” El Señor no permite ese tipo de rebelión femenina ni masculina. Las mujeres deben mantener sus peinados femeninos y los hombres sus peinados masculinos.
En resumen: en las iglesias de Jesús, nunca vas a ver mujeres con velos, o a un cristiano ni pastor con pelo largo. !Olvidese de la clase de teología que todos recibimos en las fábulas o en las películas, como JESÚS DE NAZARETH.
Hoy arrancamos nuevo tema. Iniciamos leyendo desde el versículo 17, con el tema: ABUSOS EN LA CENA DEL SEÑOR. Antes de que Pablo explicara sobre la institución de la Cena del Señor, el significado, empezando desde el V. 23. Prefiere iniciar como lo hace un agricultor, hay que limpiar la era.
Leamos 1 Corintios 11 del 17 al 22
1 Corintios 11.17 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.”
Cristo instituyó dos ordenanzas: el bautismo y la Cena del Señor, ordenanzas que deben cumplir fielmente los que creen en Él.
1. Jesús mandó a sus discípulos: Mt. 29:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”
2.Durante la comida de la última Pascua en el aposento alto Jesús inició lo que conocemos como la Cena del Señor NO SANTA CENA, como ha llegado a ser conocida), y les dijo a sus discípulos que continuaran con esa ordenanza como un recuerdo de Él:
Lucas 22.19-20 “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”
Pablo había sido fiel en establecer estas ordenanzas en Corinto.
El presente pasaje 1 Co. 11:17en adelante deja bien en claro que los corintios celebraban regularmente la Cena del Señor, en la que el apóstol había participado con ellos en muchas ocasiones.
¿En dónde nace la Cena o la Pascua?
Dios instituyó la Pascua cuando liberó a su pueblo de los 400 años de esclavitud en Egipto. La comida celebraba el paso del ángel de la muerte sobre las casas de los que tenían untados los postes y el dintel de la puerta con la sangre del cordero sacrificado. El cordero mismo lo asaban y lo comían, junto con pan sin levadura y hierbas amargas.
Éxodo 12:14 “Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.”
Israel celebró a lo largo de su historia esta comida en recuerdo de la suprema liberación que el Señor les dio, desde Egipto a la tierra prometida. Actualmente, todavía la más sagrada de las fiestas judías.
Jesús transformó la comida de la Pascua en una celebración de liberación infinitamente superior, de la cual la Pascua era solo una prefiguración. Cuando comemos su cuerpo y bebemos su sangre, recordamos su redención espiritual y eterna que Él nos dio con el sacrificio de su cuerpo y la ofrenda de su sangre. La mesa del Señor nos habla y recuerda la cruz de Cristo Jesús.
Lucas nos dice que las cuatro marcas de la vida diaria de los primeros cristianos eran: obediencia a la enseñanza apostólica, comunión unos con otros, partimiento del pan y la oración:
Hechos 2.42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
La naciente iglesia desarrolló unas comidas especiales de compañerismo que fueron conocidas como ágapes (fiestas de amor fraternal)_
judas 12 “Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;”
La descripción que Judas hace de los apóstatas como manchas, o escollos (LBLA), describe de manera gráfica el peligro invisible que estos malos elementos representan. Los escollos son formaciones marinas de coral localizadas por lo general cerca de la orilla. Son potencialmente peligrosos para los barcos porque pueden rasgar el fondo de sus cascos, haciendo que se hundan. Al igual que esas manchas dañinas, los apóstatas entraban encubiertamente en los ágapes o fiestas de amor de la iglesia primitiva, en donde con sus mentiras y maldades hacían daño a personas crédulas. Originalmente, los ágapes estaban destinados a ser reuniones regulares de iglesia con el propósito de instrucción mutua:
Hechos 17.11 “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.”
Estímulo:
Hebreos 10.24-25 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Confrontación:
Hebreos 3.13 “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”
Cuidado:
Romanos 12.10 “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”
Los ÁGAPES, eran comidas congregacionales que realzaban el compañerismo, el afecto y el cuidado mutuo entre los creyentes. La importancia que daban a la unidad llevaba fácilmente a la celebración del logro unificador del Salvador en la cruz. La iglesia de Corinto siguió esta costumbre, pero, como aquellos que Pedro condenó:
2 Pedro 2.13 “recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas(!Cuidado los hunden), quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.”
Estas manchas, corales, habían convertido las comidas en parrandas de glotonería y borracheras.
Otro punto que no quiero dejar de lado de Judas es:
Judas 12 “Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos (los ágapes estaban diseñados para que los creyentes se preocuparan unos por otros, los falsos maestros o los falsos cristianos eran culpables de apacentarse a sí mismos. La palabra traducida apacientan viene de poimainō, “pastorear”, que indica que los apóstatas no pastoreaban a otros sino a sí mismos. El único interés que los motivaba era su propio interés y satisfacción, a expensas de los demás.
Finalmente en la parte C:
Judas 12 “...nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos”
En círculos meteorológicos normales, las nubes regularmente producen esperanza de lluvia. Sin embargo, las nubes sin agua llegan con la simple promesa de que van a producir lluvia, pero luego no la entregan. Salomón manifestó:
Proverbios 25:14 “Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad”
Los maestros apóstatas prometen traer verdadera bendición y refrigerio espiritual de parte de Dios, pero no cumplen esa promesa.
Explicado este punto, entremos de nuevo al versículo 17:
Se acuerda que antes que Pablo entrara en la discusión sobre la prenda que cubría la cabeza de las mujeres y ALGUNOS HOMBRES QUE SE LA PONEN EN LA CASA, Pablo elogió a los corintios por mantenerse firmes en las doctrinas que les había enseñado:
1 Corintios 11.2 “Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué.”
Pero ahora no tiene ninguna alabanza. v. 17 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.
Al anunciaros esto que sigue (parangellō) significa “mandar”, específicamente dar un encargo u orden. La idea básica de la palabra es la de “pasar de unos a otros”. Se empleaba especialmente para las órdenes que daba un general del ejército y que pasaba a lo largo de toda la cadena de subordinados. Pablo dejó bien en claro que no les iba a dar meramente consejos personales. Era instrucción apostólica que daba a sus lectores para que la aceptaran y la debían cumplir si o sí.
Hubiera sido mucho mejor para aquellos corintios no haber tenido nunca una fiesta de amor fraternal (un ágape), y no haber celebrado nunca la Cena del Señor, antes que haber abusado de ella. Se habían juntado no v17 para lo mejor, sino para lo peor. La expresión para lo peor es un comparativo de kakos, que representa el mal moral. En vez de que las celebraciones fueran momentos de compañerismo de amor y de enriquecimiento espiritual involucraban capricho egoísta, avergonzar a los más pobres, burlarse de la muerte de Cristo en la cruz y escandalizar a la iglesia delante del mundo incrédulo que los rodeaba.
Al llamar a los corintios a que se santificaran para la observancia de la Cena del Señor, Pablo examina la perversión de la Cena, el propósito que el Señor tenía en cuanto a ella y la correcta preparación que debe haber para celebrarla.

LA PERVERSIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR

1 Corintios 11.18“Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.
19.Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.
20. Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.
21.Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.
22.Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.”
Veamos versículo 19:
1 Corintios 11.18 “Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.”
Iglesia (ekklēsia) significa “asamblea” o “congregación”, “los llamados” y en el Nuevo Testamento nunca se usa para hablar de un edificio o lugar de reunión, sino siempre de los creyentes.
Al parecer cada vez que los cristianos corintios se juntaban discutían y peleaban. Cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones.
Divisiones (schismata: se refiere literalmente a romper o cortar). Los corintios al parecer no se podían poner de acuerdo en nada, ni tampoco buscaban servirse unos a otros. En vez de participar juntos en el compañerismo y la adoración pasaban su tiempo en excesos egoístas, discutiendo y peleando. Quizás debido a que sospechaba que algunas cosas del informe podían estar exageradas, el apóstol quería otorgarles el beneficio de la duda. De modo que agregó: y en parte lo creo.
¿Por qué estaban divididos?
Los creyentes también estaban divididos socialmente, como indica este pasaje. Los que eran pudientes llevaban sus alimentos y se los comían de forma egoísta antes de que llegaran los miembros más pobres. Lejos de:
Hechos 2.44 “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;”
Los corintios de clase alta ni siquiera se dignaban de participar de un intercambio de comida en común con sus hermanos menos afortunados. Cada uno se las arreglaba como podía. Andaban en la carne más que en el Espíritu y seguían sus propios caminos más que de los del Señor.
Una de las cosas más temibles en la iglesia es la división, porque es una de las primeras y más seguras señales de enfermedad espiritual. Uno de los primeros síntomas de mundanalidad y de alejamiento, a menudo antes de que se muestre los errores doctrinales y los estilos de vida, es la disensión en la congregación.
Pablo estaba consciente de que las divisiones no se pueden evitar por completo. Hasta que regrese el Señor, siempre habrá cizaña entre el trigo, y también creyentes desobedientes.
1 Corintios 11.19Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.”
“Porque es preciso” es la traducción de una sola palabra dei, que significa “es necesario”Indica la necesidad u obligación. Cuando el sanedrín mandó a Pedro y a los demás apóstoles que dejaran de predicar el evangelio, ellos contestaron:
Hechos 5:29Es necesario obedecer [dei] a Dios antes que a los hombres”
USTED NO DEBE OBEDECER A SU ESPOSA SI EL DESOBEDECE LOS MANDATOS DE DIOS
Esa palabra se usa a menudo en el Nuevo Testamento para representar la necesidad divina. Jesús empleó ese término en numerosas ocasiones:
Mateo 18:7 “Porque es necesario(dei) que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!”
Esta paradoja del pasaje, da como resultado un contraste.
Ese es el sentido en el que Pablo usa el término aquí.
La paradoja del VERSÍCULO 19 es que era necesario que hubiera disensiones en la iglesia corintia para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. La desobediencia carnal y mundanal de los que causaban las divisiones quedaría expuesta y también realzado el amor, la armonía y la espiritualidad de los que son aprobados. “Aprobados” (dokimos) se refiere a aquello que tiene que pasar una prueba. Se usaba el término en relación con los metales preciosos que se probaban en el fuego y demostraban su pureza. La división de la iglesia, con todo lo impía y pecaminosa que es, el Señor la usa, sin embargo, para probar el valor de sus santos fieles. En medio de las disputas y divisiones ellos quedan separados como el oro puro de la escoria. El mal ayuda a que se manifieste el bien. Las dificultades en la iglesia crean una situación en la que se puede manifestar la verdadera fortaleza espiritual, la sabiduría y el liderazgo.
Pablo habló a los tesalonicenses de los dokimos, ¿Qué significaba DOKINOS? !APROBADOS! de los que habían sido:
1 Ts. 2:4 “aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio”
En cada congregación de creyentes Dios tiene sus siervos aprobados a los que confía la obra de su iglesia. Los aprobados se manifiestan especialmente en la adversidad y la dificultad, y una iglesia debería confiar su liderazgo solo a esos santos que han sido probados(DOKINOS) y han pasado la prueba. Una de las razones principales por la que pastores, misioneros y otros obreros cristianos dejan el ministerio o no son fructíferos es porque no están aprobados, no están espiritualmente calificados para llevar a cabo la obra del Señor:
Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación”, dice Santiago, “porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”
1 Corintios 11.19 “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.”
Disensiones no son meramente perjudiciales; son destructivas. Inicialmente ayudan a que se den a conocer los dirigentes fuertes y espirituales, pero cuando no se enfrentan debilitarán a cualquier grupo cristiano y no deben ser toleradas.
Tito 3:10-11 “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio”
Pero el mismo hecho de que es una persona contenciosa y divisiva demuestra su carnalidad y su incapacidad para ser una parte de la comunidad cristiana. Es necesario que aparezcan las disensiones, pero no es necesario que sean toleradas o que se permita que lleven a la división de la iglesia.
El punto céntrico de este mal era:
1 Corintios 11.20 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.”
Recuerden, la Biblia dice CENA DEL SEÑOR, NO SANTA CENA!
El punto céntrico de este mal era la cena del Señor. El término deipnon (cena) era la palabra normal que se usaba para la comida de la noche. El agregado del Señor le da una importancia muy superior y especial. Era una auténtica comida, en la que la iglesia se congregaba para comer el ágape, que era una comida seguida por la Comunión. La Comunión estaba relacionada con esta cena en la iglesia corintia, pero los abusos estaban oscureciendo su propósito divino y destruyendo su santidad. En la naciente iglesia esta comida fraternal y la celebración de la Comunión se tenían juntas, OJO OJO pero los abusos como los que tuvieron lugar en Corinto forzaron al final a que se separaran con el fin de proteger la Cena del Señor. La comida fraternal terminó desapareciendo por completo.
Por eso es que cualquier actividad que no honre a Dios, o desvié la intención de glorificar DIOS, debe ser eliminada. Antes hacíamos actividades sábado, pero no venían domingo, entonces la eliminé.
1 Corintios 10.31 “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”
SIGUIENTE VERSÍCULO:
1 Corintios 11.20 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.”
Es decir: No podían decir que aquello estuviera dedicado propiamente al Señor, porque ni la comida ni la Comunión le honraban. Ellos tenían la ceremonia, pero no la realidad; la forma, pero no la sustancia. “Ustedes pueden estar partiendo el pan, pasando la copa y repitiendo algunas palabras de Jesús”, les estaba diciendo Pablo, “pero lo que están en realidad haciendo no tiene nada que ver con la ordenanza que el Señor instituyó. Cristo no tiene parte en ella”.
1 Corintios 11.21 “Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.”
Es decir: Los creyentes más pobres acudían a la cena con la esperanza de participar en el alimento que llevaban los ricos, pero ellos se iban hambrientos: física y también espiritualmente. Los que llevaban la comida y la bebida se hartaban y se embriagaban.
En aparente frustración, como si tratara de encontrar una explicación racional, Pablo pregunta: V22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? Si tenían la intención de gozarse egoístamente de aquella forma, ¿no podían hacerlo en su casa? ¿O estaban tratando en realidad de destruir el compañerismo menospreciando de esa manera la iglesia de Dios? ¿O despreciaban tanto a sus hermanos en Cristo que eran pobres avergonzándolos a propósito? Cualesquiera fueran las razones que pudieran tener, no podían justificar el daño que le estaban causando a la iglesia. Si ellos no podían demostrar amor, ¿por qué tener una fiesta ágape?
Al final del VERSÍCULO 22, Pablo les dice de nuevo que no puede decir nada en su defensa. ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. “No recibiréis para nada mi aprobación”, les dice. “Y, por supuesto, tampoco os voy a elogiar”.
Las actitudes y motivos de un cristiano debieran ser puros en todo momento. Pero cuando los creyentes acuden a la mesa del Señor, para participar en el pan que simboliza su cuerpo y en la copa que simboliza su sangre, es absolutamente necesario que dejen atrás todo pecado, toda amargura, todos los prejuicios raciales y sexuales, toda clase de orgullo y todos los sentimientos de superioridad. De todos los lugares y ocasiones, esas actitudes están muy fuera de lugar en la Cena del Señor. Profanan gravemente esa ordenanza de Dios tan santa, bella y unificadora.
Si da TIME leer del versículo 17 al 22
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