La Iglesia de la gente

Sal, ser y hacer Iglesia  •  Sermon  •  Submitted
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La Iglesia apostólica

La nueva Iglesia empezó a crecer y aunque muchos decían cosas acerca de Jesús, aquellas que se empezaron a considerar doctrinalmente correctas eran las que se guiaban por las enseñanzas de los apóstoles.
¿Por qué estas enseñanzas eran tan importantes? Porque ellos habían tenido contacto directo con Jesús. Habían oído de primera fuente todas las enseñanzas que ahora compartían.
Los discípulos no enseñaban el judaísmo aunque eran practicantes de la religión judía, enseñaban lo que Jesús les había enseñado acerca de Dios.
En este punto la Iglesia primitiva no creía que estaba enseñando una nueva religión sino el judaísmo. Por eso la sorpresa cuando aparece Pablo diciendo que el mensaje de Jesús es también para los no judíos.
Para que este rompimiento sucediera tuvo que ocurrir otro primero. Este fue difícil pero estuvo antecedido por uno que solo Jesús podría haber roto.

La interpretación de la ley

Jesús hizo lo que ningún hombre o líder era capaz de hacer: él rompió el molde con el que se interpretaba la ley. A menos que él hubiera sido Dios, no hubiera podido soportar los golpes de los defensores de la ley.
La interpretación que hizo Jesús de la ley era trascendental para que la Iglesia pudiera entender su misión al mundo no judío.
Entendamos esto: Jesús no habló en contra de la ley. Él habló en contra de los legalistas. De hecho, Jesús, en sus enseñanzas y prédicas utilizó la ley como base: Jesús enseñó la ley.
¿Somos una Iglesia del NT? ¿Sabes que Jesús solo enseñó con el AT?
Desde que la ley fue entregada a Moisés, se crearon sectas y grupos doctrinales que interpretaban la ley. Los fariseos y los saduceos eran de esos grupos.
Ellos tenían sus seguidores y habían escrito, acerca de cada ley, otras sub-reglas que “ayudaban” al pueblo a entender las reglas. Si eso hubiera sucedido en nuestros días seguro uno tendría que bajar la nueva actualización de la ley, tal como sucede con el DSM-V.
Jesús no hizo la última y más actualizada interpretación de la ley para que se quedara con nosotros en la gracia. Jesús tomó las demás versiones y nos enseñó que la única válida era la primera, la que el Padre había hecho al momento de darla.
Mateo 5:17 NVI
17 »No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento.
Si con Jesús inició el periodo de la gracia y lo que él hizo fue cumplir la ley, entonces el cumplimiento de la ley es la gracia.
El nuevo pacto no invalida el anterior, lo cumple.
Dios es el mismo siempre, él no puede cambiar. No hay un Dios de la ley y un Dios de la gracia porque Dios no hizo mal las cosas antes y bien después, en tal caso sería humano. Él es el mismo: el de la ley y el de la gracia porque la gracia es la forma en que Dios interpreta la ley.

¿Poner o quitar un peso?

Marcos 2:23–28 NVI
23 Un sábado, al cruzar Jesús los sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar a su paso unas espigas de trigo. 24 —Mira—le preguntaron los fariseos—, ¿por qué hacen ellos lo que está prohibido hacer en sábado? 25 Él les contestó: —¿Nunca han leído lo que hizo David en aquella ocasión, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre y pasaron necesidad? 26 Entró en la casa de Dios cuando Abiatar era el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados a Dios, que sólo a los sacerdotes les es permitido comer. Y dio también a sus compañeros. 27 »El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado—añadió—. 28 Así que el Hijo del hombre es Señor incluso del sábado.
Los fariseos habían escrito 39 reglas dentro de la ley del sabbat, haciendo que el día de reposo fuera una carga en ves de un descanso.
Fallamos como Iglesia cuando pensamos que imponer reglas es la forma de llevar al mundo a Dios.
Fallamos cuando la Iglesia, en vez de ser un deleite para servir a Dios es una pesada y confusa carga llena de protocolos y esquemas.
Si interpretamos como Jesús inspiraremos al mundo para que desee integrarse a los hijos de Dios.

¿Personas o leyes?

Las leyes de los fariseos estaban pensadas en la ley, no en las personas. Jesús deja claro que las personas son más importantes.
En muchas cosas vemos primero a la ley y después a la gente, por eso las vemos e inmediatamente las juzgamos y etiquetamos.
Si interpretamos como Jesús veremos primero a la persona.

¿Una Iglesia para el presente o para el pasado?

Aferrarnos a las reglas es apegarnos al pasado, mirar al presente para afectarlo es aplicar el principio (el espíritu) de la ley.
Estamos tan preocupados por las 39 reglas que nos desenfocamos del propósito de la ley por la que se crearon esas 39 reglas.
Jesús hizo algo estratégico: aplicó el espíritu de la ley. La llevó a su contexto y la aplicó. Por eso cuando los fariseos lo querían engañar con sus preguntas tramposas él sabía responder, porque no estaba invalidando la ley sino aplicándola.

¿Está la ley por encima de Dios?

Jesús termina esos versículos diciendo que él es el Señor de la ley.
La Iglesia tiende, en su afán de agradar a Dios, a poner la ley sobre Dios y no a Dios sobre la ley.
Dios no es un reflejo de la ley, la ley es una expresión del carácter de Dios.
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