Venganza contra Madián

Introducción

En el capítulo 25 de Números, estudiamos cómo los israelitas seducidos por mujeres madianitas pecaron contra Dios al cometer adulterio y ofrecer sacrificios al dios de los Madianitas Baal-pero.

Esta trampa fue el consejo de Balaam a Balac rey de los Moabitas, que junto a los madianitas tramaron enviar mujeres hermosas para seducirlos y así contaminar el campamento de Jehová con pecado.

Esto provocó la ira de Dios sobre Israel, muriendo 24,000 hombres.

Por tal motivo Dios ordena a Moisés que envíe ejercito contra Madián para cobrar venganza por haber sido de tropiezo al pueblo de Dios.

Números 31:1-8 “Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido a tu pueblo. Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián. Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis a la guerra. Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra. Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra con los vasos del santuario, y con las trompetas en su mano para tocar. Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón. Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam hijo de Beor mataron a espada.”

La orden de Dios

El ejército de Israel actuaba bajo las órdenes estrictas de Dios, ellos ya habían experimentado la derrota al salir a la guerra sin el consentimiento de Dios. Números 14:39-45 fueron derrotados cuando quisieron entrar a conquistar la tierra prometida sin el consentimiento de Dios por los Amalecitas y Cananeos en Horma.

Ahora Dios les ordena salir en contra de los Madianitas en una guerra santa porque los incitaron a pecar contra Él, ejecutando la venganza de Dios por medio de ellos.

La prueba del respaldo de Dios se ve en la victoria sobre cinco reinos Madianitas con solos 12,000 hombres.

Es importante recalcar que esta guerra santa, la destrucción de los amalecitas fue por orden de Dios y no por voluntad humana.

De 1096 a 1291 la iglesia romana inicia lo que conocemos como las cruzadas y ellos llamaba “guerra santa”, pues querían recuperar Jerusalén del poder de los musulmanes para el cristianismo. Pero esta guerra no tuvo éxito pues no tenía el respaldo de Dios.

Así mismo, todo lo que emprendamos en la obra de Dios debe recibir su respaldo, pues de lo contrario no tendremos éxito y sufriremos desánimo y frustración.

La justicia de Dios en el castigo

Los israelitas tuvieron éxito y volvieron con bastantes riquezas, mujeres y niños.

pero el haber dejado con vida a las mujeres que no eran vírgenes y a los niños varones no agradó a Moisés.

Números 31:13-18 “Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del campamento. Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra, y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová. Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente. Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida.”

Es bastante difícil asimilar estas historias con nuestra mente moderna, pues nos parece cruel el genocidio.

Sin embargo tenemos que confiar en la justicia de Dios, nunca actuará en injusticia. “Deuteronomio 32:4 El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en Él; Es justo y recto.”

Dios había sido paciente con estos pueblos paganos y les había dado bastantes oportunidades, de hechos los madianitas eran hijos de Abraham con Cetura, (Génesis 25:1-6)

Pero era hora de actuar en justicia: Génesis 15:16 “Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”

Contrario a los actos de genocidio de nuestros días, los israelitas no actuaron en cuenta propia sino por orden de Dios, los israelitas se constituyeron en jueces y verdugos de parte de Dios.

Aunque nosotros no entendamos debemos confiar en la justicia de Dios y en su soberanía:

“Romanos 9:19-23 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria.”

La justicia de Dios en la recompensa

Números 31:25-26 “Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y los jefes de los padres de la congregación.”

Estos 12,000 soldados regresaron con muchas riquezas de esta batalla.

Según la costumbre pagana, los soldados que pelearon se quedaban con todas las riquezas.

Pero Dios que es justo ordena que del guerreros se queden con la mitad del botín y la otra mitad la repartan en el pueblo para que no exista la repartición injusta de las riquezas.

También ordena que se entregue una parte en ofrenda al tabernáculo, sin embargo los soldados además de eso presentaron una ofrenda voluntaria a Jehová por haberlos guardado en la batalla:

“Números 31:48-50 Vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de millares y de centenas, y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra que están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros. Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová.”

Todo el botín debía ser purificado por fuego los metales preciosos y el resto de cosas por el agua.

De la misma manera los soldados debían purificarse durante siete días.

Esto nos habla de orar en agradecimiento y santificación por las bendiciones que recibimos (como una propiedad o un vehículo)

También presentarnos continuamente ante el Señor para ser purificados de nuestros pecados.

Conclusión

Aunque los pecados de los madianitas habían sido suficientes para recibir el juicio de Dios, el pecado más evidente fue el de causar tropiezo a los israelitas.

Este pecado es abominable delante de Dios: “Mateo 18:6-7 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!”

Debemos pedir sabiduría y prudencia a Dios para no caer el pecado de ser tropiezo para nadie, pues es un pecado que cometemos contra nuestro hermano.