De la oscuridad de la noche a la luz del Día

INTRODUCCIÓN: A partir de los 70 en adelante ha habido una revolución por la belleza y la apariencia física: cosméticos, cirugías plásticas, lugares para hacer ejercicio o rebajar de peso, correr… Todo lo que se busca es un cambio físico. Muchos se olvidan de que la personalidad humana (el espíritu humano) necesita también ser renovado. De qué vale poner un «parche nuevo» en «vestido viejo».

SI SE PONE LO NUEVO EN LO VIEJO VA HABER UN LIQUEO

Marcos 2:22 (RVR60) — 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17).

“para que venga lo nuevo hay que soltar lo viejo”

LA VIDA DE NICODEMO

Juan 3:5 (RVR60) — 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

I. Necesita nacer de nuevo:

1. No intelectualmente.

2. No emocionalmente.

3. No religiosamente.

4. No filosóficamente.

5. Sino espiritualmente.

II. Necesita aceptar nuevas cosas:

1. Nueva vida.

2. Nuevos amigos.

3. Nuevos propósitos.

4. Nuevas metas.

5. Nuevas responsabilidades.

EL CREYENTE - LUZ

Mateo 5:14–16 (RVR60) — 14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

I. El creyente-luz nunca se apaga:

1. En su testimonio.

2. En su adoración.

3. En su servicio a otros.

4. En su cooperación con la obra.

con sus ofrendas

con sus Diezmos

con su servicio

II. El creyente-luz está conectado:

1. A Jesús, que es «1 aluz del mundo» (S. Juan 5:35; 8:12; 9:5; 12:46).

“la luz no se crea si no hay una fuente de poder que la genere”

2. Al Espíritu Santo, que es la dínamo de su corriente (Hechos 1:8).

3. A la Palabra, que es «lámpara» y «lumbrera» (Salmo 119:105).

4. A otros creyentes, que son luminares en el mundo (Efesios 5:8; 1 Tesalonicenses 5:5; 1 Pedro 2:9; 1 Juan 1:7; 2:10).

III. El creyente-luz siempre alumbra:

1. Con los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22–23).

2. Con los dones espirituales (1 Corintios 12:1–11).

3. Con los talentos naturales.

4. Con las buenas acciones.

CONCLUSIÓN:

¿Deseas cambiar?

¿Te gustaría ser diferente a lo que eres ahora?

¿Necesitas fuerza de voluntad?

Hay Uno que te puede ayudar, Jesucristo. Abre la puerta de tu corazón e invítale a entrar para que more contigo. Él lo desea. Amén.

Necesita estar en Cristo:

1. Arrepentido de los pecados.

2. Aceptando el perdón y la gracia divina.

3. Poniendo la fe en Jesús, «el autor y consumador de nuestra fe».