Recuperando la Navidad 2

La historia de la Navidad narrada por los registros históricos tiene detalles asombrosos, tanto así que a algunos les parece increíble, como vimos la semana pasada, lo que hace de la Navidad una historia asombrosa es ¡Toda la historia! No empieza con una pareja preguntándose ¿Cómo es que estamos esperando bebé? Sino unos ancianos preguntándose ¿Por qué no hemos tenido un hijo?

Dios aparece a Abram 2 mil años antes de nacer Jesús y le hace una promesa registrada en el Génesis que por medio de él cada nación, persona de la tierra será bendecida. Lo que nos lleva a pensar que por alguna razón Dios cree que el mundo necesita ser bendecido. Le hace la promesa porque el mundo necesita la Navidad, pero también Dios necesitó la Navidad. El tema de hoy.

Como padres tenemos el deseo que nuestros hijos entiendan lo mucho que los amamos, no quieres que piensen que por las noches meditas la forma de arruinar sus vidas. Quieres que tengan la certeza que los amas, porque así pueden confiar en ti y cada padre desea eso.

Dios, tu Padre Celestial pensó lo mismo, ahora pensemos: Dios que es Espíritu, invisible, intangible, Creador del cielo y la tierra ¿cómo puede comunicar ese mensaje en un mundo material? La respuesta a cómo el Espíritu de Dios comunicó lo mucho que te ama a ti y al mundo es: La Navidad. Recuperando la Navidad.

El apóstol Pablo que en un principio odiaba a los seguidore de Jesús, tenía autoridad para arrestarlos, después se convierte él mismo en seguidor de Jesús. Es muy preparado, súper inteligente. Al seguir a Jesús empieza a entender los Escritos Judíos desde otra óptica. Al entender que Dios envió a Su Hijo al mundo, entiende que esos escritos son la revelación de lo que Dios planea para el mundo. El AT es la historia de cómo Dios preparó la historia. A Pablo se le revela que en la historia hay algo inesperado. Él escribe a gente de Galacia:

“Pero cuando se cumplió el plazo…” (Gálatas 4:4, NVI)

En otras palabras: cuando en lo logístico Dios tuvo las cosas como quería, cuando todo estuvo listo, cuando la historia estaba en el momento correcto, cuando tenía la atención del mundo conocido, cuando el imperio Romano estaba en expansión, domina el mundo conocido y exporta el idioma, la cultura, la civilización, cuando hay un sistema de puertos que conecta el mediterráneo, la red de carretera más extensa, había paz en partes del mundo que no la había tenido por años, cuando las cosas estaban como Dios quería que estuvieran.

En lo espiritual el sistema del templo en Jerusalén era un fracaso, el dinero era más importante que la moral, la corrupción remplazó la compasión, líderes del templo creían que Dios era importante, pero no creían que el mundo fuera importante para Dios, estar limpio ceremonialmente era más importante que la compasión.

Resumen: Un imperio violento pero dominante, un sistema religioso corrupto. Pablo dice:

“Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo…” (Gálatas 4:4, NVI)

Al llegar a este punto en la historia, Dios sabe que el suceso no será olvidado, no desaparecerá con el tiempo, cuando el mundo puede saber lo que pasó, porque se documentará y se compartirá por todo el mundo.

Ahora responderemos la pregunta ¿por qué sucedió la Navidad? ¿por qué Dios tuvo que enviar a SU Hijo? ¿por qué en forma de hombre? ¿por qué no envió un mensajero? Pero antes de responder, veamos otro elemento que parece complicar la trama:

“Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley,” (Gálatas 4.4, NVI)

¿Por qué desde bebé? ¿por qué no apareció ya grande? ¿por qué saber la historia de Su nacimiento? ¿por qué sujeto a la ley? ¿por qué no trajo sus propias leyes? Pablo, al ver la historia, los escritos judíos y recordar lo que le han dicho desde niño, ahora lo puede entender desde otra perspectiva. ¿Con qué propósito vino Jesús?

“para...” (Gálatas 4:5, NVI)

¿Por qué Dios necesitó la Navidad? Tiene que ver con las regulaciones de ese tiempo. Vino a hacer lo que los jueces no podían hacer, vino a hacer lo que la ley no podía hacer, lo que los profetas no podían hacer, lo que el castigo no podía hacer, lo que la sola Escritura no podía hacer.

Dios tenía que hacer algo personal, íntimo y no hay nada más íntimo y personal que una relación. Dios quería hacer algo por ti y por mí y un mensajero no cumpliría el propósito -eso se da sólo en la literatura, bueno ni ahí: Cyrano de Bergerac-, por eso Dios necesitó la Navidad, lo más personal.

“para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos.” (Gálatas 4:5, NVI)

Dios no quería llegar sólo a Israel sino a todas las naciones, todas las personas para tener una relación personal. En la Navidad Dios dio ese paso para quitar las barreras, obstáculos que impiden una relación de amistad con Dios ¡Por eso tuvo que venir en persona!

Pensemos en esto ¿cómo sabríamos cuál es nuestra situación con Dios si ÉL no hubiera venido? ¿Cómo sabrías tu situación con Dios si no hubiera venido a estar contigo? Un mensaje no es suficiente, ni una carta o milagro. Por eso, en el plazo establecido Dios preparó una demostración. Todos sabemos que las acciones hablan más fuerte que las palabras; tenía que ser una demostración que se pudiera documentar, tenía que estar en la historia de la humanidad, que se pudiera constatar de forma que miles de años después la gente lo siguiera sabiendo.

Si tienes dudas del cristianismo, analiza la historia de la Navidad, porque hace 4 mil años Dios prometió que haría algo por medio del linaje de Abraham y 2 mil años después ¡nace Jesús! Y 2 mil años después aquí estamos ¡Recuperando la Navidad!

Intenta imaginar las cosas, los eventos sucedidos en la historia los últimos 2 mil años, la verdad es que desconoces la mayoría de los eventos. No sabes las fechas, ni detalles de muchas cosas importantes que han sucedido, muchos de esos detalles ¡ni se documentaron! Han desaparecido para siempre. Ahora piensa en el nacimiento de un bebé judío, en un rincón del imperio Romano y tienes los detalles ¡ves la diferencia! Entiendes a lo que me refiero. En el plazo indicado, en el tiempo perfecto, cuando Dios sabía que no desaparecería en la historia.

“para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos.” (Gálatas 4:5, NVI)

Pablo escribe una carta complicada a cristianos en Roma, el hecho que hay cristianos en Roma es evidencia que Jesús se levantó de la muerte, porque miles de personas en pocos años han aceptado a Jesús como Salvador, en la Roma del emperador Nerón, a ellos Pablo les dice:

“Pero Dios demuestra...” (Romanos 5:8, NVI)

No sólo lo dijo, sino que lo mostró, pero ¿qué demuestra?

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto…” (Romanos 5:8, NVI)

¡Esto es lo que Jesús demostró en favor de todo el mundo!

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8, NVI)

Esto es asombroso, Pablo lo escribe en tiempo presente, o sea tú y yo lo leemos en tiempo presente, Pablo nos explica que Jesús murió y fue al Padre, años antes que yo naciera. Pablo medita, le cae el 20 y dice ¡esto es personal! Mientras yo estaba pecando, me resistía, vivía en el egoísmo, antes de siquiera saber que Dios envió a Su Hijo ¡Cristo murió por mí!

Esto impacta a Pablo, quién antes quería exterminar a los cristianos, los quería matar, ahora piensa: ¡Dios sabe esto! Sabe mi pasado y futuro, sabe que maté a cristianos ¡Dios lo sabía! Mientras mi corazón seguía siendo el de un religioso juzgador, legalista ¡Jesús murió por mí!

La muerte de Jesús es demostración de lo mucho que Dios desea una relación contigo; lo que nos lleva a otra pregunta, quizá la has hecho o te la han preguntado y no sabes qué decir: ¿Por qué tenía que morir Jesús? Ya es complicado entender que decide habitar el mundo, nacer como bebé, pero ¿por qué padeció tortura y vergüenza pública? ¿lo has pensado?

¿Por qué no sólo dijo: 1 2 3 por todos mis amigos? Pudo decir antes de ir al Padre: Todos son perdonados ¿por qué no hizo eso? La respuesta en parte es porque ¡nadie lo hubiera creído! Porque, de hecho, en los evangelios se narra que Jesús hace milagros, sana a mucho y dijo: “tus pecados te son perdonados”. Los líderes religiosos se escandalizaron, pero no porque sanó enfermos, sino por haber dicho ¡tus pecados son perdonados! Los líderes dijeron: ¡no puedes hacer eso! No puedes perdonar pecados, si quieres perdona las ofensas hechas a ti, pero no puedes decir: las ofensas cometidas contra los demás o contra Dios te son perdonados ¡ningún mortal puede hacer eso! ¡cómo te atreves a decir eso!

Si Jesús hubiera dicho: Les anuncio que los pecados de toda la humanidad son perdonados ¿le hubieran creído? ¡claro que no! Nadie le creyó. No lo hubieran tomado en serio y esas palabras se hubieran perdido para siempre con el tiempo. No hubiera sobrevivido el primer siglo porque sólo un loco diría que puede perdonar los pecados de otras personas contra los demás o contra Dios.

Aun más importante es la razón por la que Jesús tuvo que morir, por la que tuvo que venir en cuerpo y de bebé, por la que Dios envió a Su Hijo a crecer entre nosotros y morir una muerte vil y demostrar públicamente que murió, fue para que pudiera ser documentado y podamos estar hablando de ÉL, de este lado de la historia el día de hoy.

Es así porque Dios es el Autor de la Vida. Ahora bien, ese es otro tema en sí mismo, por que la vida es complicada, tu cuerpo hace cosas que no puedes entender cómo lo hace. Pero sabemos que no es producto de la casualidad, si crees eso, te diré que necesitas más fe para creer que es casualidad. El mensaje de la Navidad es que Dios vino en forma humana, el autor de la Vida.

Cuando desprecias la vida, la tuya o la de los demás, incluso desde el vientre, deshonras a Dios, hacer eso es una expresión de ingratitud. Cada día debemos levantarnos y agradecer por el día, es verdad, no ha sido fácil, hay problemas, preguntas, pero ¡gracias! ¿cómo no agradecer a quien te da la vida? ¿cómo no cumplir Su voluntad cuando nos da la oportunidad de vivir? Y eso hacemos cada día.

Además, es interesante que no tú no decides cuándo naces o mueres, pero en ese intervalo de eventos tenemos vida que usamos para hacer lo que queremos como, cuando y donde queremos sin tomar en cuenta a Dios ¡eso es ingratitud! (Esto fue un paréntesis)

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8, NVI)

Cristo murió en mi lugar y aún así he sido ingrato, irrespetuoso con quien me da la vida; por favor no te pierdas, esto es muy importante: después de la resurrección, Jesús manda a sus amigos a Jerusalén, les dice que estén ahí y sabrán cuando ya estén listos. Pocos días después llegan a Jerusalén, el mismo lugar donde Jesús fue arrestado y crucificado. Están frente la misma gente que hizo todo eso, los discípulos van a esas mismas calles después de la resurrección, miran a los ojos de esas mismas personas, frente a frente y les dicen:

“Rechazaron al Santo y Justo, y pidieron que se indultara a un asesino.” (Hechos de los Apóstoles 3:14, NVI)

Cuando Jesús esta fue a juicio, Pilato ofrece liberarlo, perdonarlo, pero ustedes corruptos escogieron un asesino: Barrabás, lo escogieron en lugar de quién vino a dar vida. Los que escuchan se quedan mudos, pero estos hombres siguen hablando directo a sus ojos:

“Mataron al autor de la vida...” (Hechos de los Apóstoles 3:15, NVI)

Esto implica que Dios les dio permiso, porque no le puedes quitar la vida al autor, la fuente de la vida a menos que voluntariamente la entregues.

“Mataron al autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los muertos, y de eso nosotros somos testigos.” (Hechos de los Apóstoles 3:15, NVI)

Dios envió a Su Hijo al mundo, en forma de bebé para crecer entre nosotros de modo que pudiera dar lo que no podíamos quitarle ¡La vida! la muerte de Jesús demostró la magnitud de nuestra ingratitud, lo grave de nuestra ofensa, que despreciamos al autor de la vida, abusamos del dador de la vida ¿qué merecemos por hacer eso?

La muerte de Jesús demuestra la magnitud de SU Amor por nosotros y demuestra la magnitud de nuestra ingratitud. No puedes demostrar amor sin sacrificio, el amor debe ser demostrado para ser experimentado, si dices: te amo, te dirán ¿sí? ¡demuéstralo! Y no hablo de demostrarlo puerilmente, sino de una entrega verdadera.

Ahora, ¿cómo lo demuestras cuando eres Dios? ¿cómo lo hace quién te hizo a Su Imagen? ¿de qué forma demuestra Dios su amor por ti a un nivel personal? La única forma era hacer un sacrificio que no sabías que ÉL podía hacer. Porque no puedes demostrar amor sin sacrificio y no puedes demostrar un Gran Amor sin un Gran Sacrificio. No sabrás qué tanto alguien te ama, hasta que veas qué está dispuesto a sacrificar por ti. Dios demostró SU Gran Amor por ti con un sacrificio Grande y necesario.

“Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena.” (Romanos 5:7, NVI)

Quizá puedas morir por alguien que amas, alguien bueno o de valor.

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8, NVI)

Dios necesitó la Navidad para documentar SU Amor por esta raza rebelde, de otra manera ¿cómo hubiéramos llegado a saber de SU Amor?

“Pero cuando se cumplió el plazo…” (Gálatas 4:4, NVI)

Cuando todos habían perdido la esperanza, nadie lo esperaba. Cuando el Imperio Romano tenía el escenario para que el mensaje fuera transmitido, cuando el sistema del templo era corrupto, cuando se cumplió el plazo, un carpintero judío descubre que su prometida está embarazada y piensa ¿qué debo hacer? ¿debo casarme con ella? ¡es una vergüenza! ¿la protejo? ¿le digo a sus padres? ¿qué hago? ¡la voy a dejar!

“Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.” (Mateo 1:20, NVI)

Dios ya estaba en movimiento, el plazo se ha cumplido, el tiempo ha llegado.

“Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta:” (Mateo 1:21–22, NVI)

“«La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán...” (Mateo 1:23, NVI)

Esto es lo mejor, es la razón por la que estamos aquí, pasa de un Dios ajeno, distante a un Dios personal, íntimo.

“«La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).” (Mateo 1:23, NVI)

Dios preparó una demostración de Su Amor y lo documentó para que el mundo lo sepa 2 mil años después; esto no quedó perdido en la historia, necesitábamos verlo para creerlo, necesitábamos saber la historia, saber que la historia se trata de ÉL. No era suficiente que lo dijera, tenía que enviar a Su Hijo a pagar el precio que nosotros debíamos de tal forma que al entender y aceptar la historia de ¡quién es Jesús! No dudaremos de Su Amor por nosotros. Tenía que estar entre nosotros para que supiéramos que esta a nuestro favor, necesitábamos una demostración, por eso Dios necesitaba la Navidad para demostrar su Amor.

Antes de terminar, ¿qué mejor momento para que respondas a este mensaje? Si escuchas por primera vez o si hoy entiendes la importancia de la Navidad, hoy puede nacer en tu corazón. Juan que conoció a Jesús lo dijo así:

“»Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16, NVI)

Quien cree en ÉL, no sólo que existió, sino cree en ÉL, recibe la vida eterna que no merece. Creer es confiar, no es una palabra mágica o mística. Creer es confiar en Dios y en Jesús. Así como yo confío que la plataforma sostiene mi peso, seguir a Jesús, es decir: Dios, creo que Jesús es tu Hijo, que lo enviaste a morir por mis pecados. Pongo mi peso en SU muerte por mi pecado, pongo mi confianza en el hecho que Su muerte en la Cruz, pagó por todos mis pecados.

En ese momento de acuerdo con las Escrituras y lo que enseñó Jesús, después Pablo, en ese momento llegas a ser hijo de Dios, porque has recibido libremente lo que Dios ofrece gratuitamente, algo que nunca podrías pagar ni lograr por tu cuenta.

Si no has hecho esa oración, si hoy aceptas la razón por la que Jesús tuvo que morir por ti, te invito que hagas esta oración, la oración no te hace cristiano, es una forma de expresar que pasamos de confiar en nosotros mismos a confiar en lo que Dios hizo por medio de Jesús por nosotros. Ora en voz alta, baja, susurro, en tu mente, cambia mis palabras, pero ¡dilo!: Creo que Jesús es tu Hijo, que murió por los pecados del mundo y los míos. En este momento transfiero mi confianza en SU muerte como pago final por mis pecados. Recíbeme en tu familia, en el Nombre de mi Salvador, Jesús, hago esta oración, porque es el Único Nombre que me da acceso a Dios como mi Padre. Amén.

Palabra de Dios

Oremos.

Bendicion y promesas bajo la silla