La navidad en tres escenas

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Introducción:
Hoy celebramos nuestro culto de navidad. A lo largo de nuestra liturgia, por medio de los textos bíblicos y los himnos, ya fuimos presentados a muchos aspectos que conllevan esta celebración cristiana. Ahora, en este santo momento donde esperamos oír la voz de Dios por medio de su Santa Palabra, vamos a tener el privilegio de oír el relato de San Lucas acerca de aquella tan sublime noche.
Juan Calvino, el reformador ginebrino del siglo XXI, escribió cierta vez “Porque es cierto, que este mundo es como un teatro, en el que el Señor nos presenta una clara manifestación de su gloria”. Para Calvino todo el universo creado es como un gran teatro, en cuyo escenario Dios manifiesta su gran Gloria a los hombres. No obstante, como el mismo Calvino añade “…a pesar de que tenemos tal espectáculo ante nuestros ojos, estamos ciegos como una piedra, no porque la manifestación se presenta oscuramente, pero debido a que estamos alienados en mente”
El pecado que yace en el corazón impide que este espectáculo de la gloria de Dios sea contemplado en todo su esplendor, la limitación de nuestras mentes, enraizadas en el pecado, nos ciega para la grandeza del espectáculo que día tras día nos es presentado por el grandioso Dios. En términos de comparación sería como llevar un bebe al teatro para ver una representación de Shakespeare (que curiosamente era protestante), es decir, aunque la obra fuese grandiosamente representada en el escenario, aquel pequeño bebe no tenia la capacidad de comprender lo que se pasaba, su miente todavía estaba limitada, todo lo que el vería seria colores, sonidos, voces, sin sentido.
En este Teatro de la Gloria de Dios, la navidad ocupa un lugar de destaque. Fue en la pequeña villa de Belén, hace más de 2000 años, que Dios manifestó aquel que vendría a ser el Salvador de todo su Pueblo. La historia bíblica de la navidad es sublime. Pero, a semejanza del bebe en el teatro shakesperiano, hombres y mujeres no comprenden la grandeza de este momento. Belenes llenan los escaparates, luces adornan las casas, pero la gloria de la navidad no alcanza los corazones.
Siguiendo la analogía del Teatro, un buscaremos exponer Lucas 2.1-20, el texto más completo acerca de la navidad registrado en los evangelios, a la luz de tres escenas principales. La 1ª escena se desarrollará alrededor de un PESEBRE, y aprenderemos sobre la humildad del Rey que nació, la 2ª escena se desarrollará en el CIELO y aprenderemos sobre la gloria del Rey que nació, y por ultimo la 3ª se desarrollará en la TIERRA y aprenderemos sobre la adoración al Rey que nació.
Mi oración es para que pode medio de esta predicación el Señor alumbre nuestras mentes, para que, ante la Gloria del espectáculo, seamos cambiados, moldeados, y salvados por su gracia.

PESEBRE: La humildad del Rey

Nuestra primera escena en el teatro de la gloria de Dios empieza con un comentario histórico hecho por Lucas donde él preséntanos el contexto de la narración que se seguirá:
Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
Según el relato de Lucas, por aquel entonces el imperador Augusto César, promulgó un censo (obligatorio) en todo su amplio imperio. Según este decreto todos deberían empadronarse. En la historia Augusto César fue uno de los grande responsables por una ejemplar administración y organización del Imperio Romano. La idea básica era saber cuántos habitantes (y sus características básicas) estaban bajo el dominio de los romanos. Lucas aún preséntanos que este primer censo fue hecho mientras Cirenio era gobernador de Siria. Este dato es presentado porque la judea estaba bajo la jurisdicción de la Siria por aquel entonces.
El último dato presentado es que según dicho censo (puede que en especial en la judea) cada uno debería empadronarse en su propria ciudad de origen. Esto era lógico llevando en cuenta el carácter familiar (clan) de la sociedad judía.
Lucas entonces continua:
Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
José, siendo de la casa y familia de David, sube de Nazaret, en la galilea, a Belén, ciudad donde había nascido en Rey David. Es interesante el énfasis en “casa y familia”. Esto quiere decir que José no era tan solo de la misma Tribu de David, sino que de su mismo clan. Este dato es importante a la luz de las innumerables profecías del antiguo testamento acerca del mesías relacionadas a la familia de David.
Según el texto tal empadronamiento debería ser hecho por familias, lo que justifica la presencia de María con José aquí, además de ser ella misma de la tribu de Judá. El texto enfatiza que, aunque, en este momento, ya estaba “casado”, José no había tenido relaciones con su esposa, pues el texto afirma; “desposada con él”. José fue fiel al Señor y a su Palabra esperando para tener una relación de marido y mujer con su esposa hasta después del nacimiento de Jesús.
Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Estando ellos allí, cumplió el tiempo determinado (natural) para el alumbramiento y María ha dado a luz. Es interesante notar algunos aspectos de estos versos. Primero, el texto afirma que ella “dio a luz a su hijo primogénito”. El primogénito es el primer hijo de un matrimonio, y en la cultura judía el legitimo heredero. No tendría sentido el uso de la expresión “primogénito” por Lucas si María no tuviera tenido otros hijos después de Jesús, lo que de hecho puede ser comprobado en las Escrituras en textos como Mateo 13.55.
Segundo, Jesús fue envuelto, cariñosamente por sus Padres, y fue acostado en un pesebre. El texto infórmanos que Jesús nació en un establo pues no había lugar para ellos en el Mesón (posada). Probablemente, debido al censo mismo, la ciudad estaba llena de personas de fuera. Además de las personas que vinieron a empadronarse, como era el caso de José y María, el proprio personal del gobierno, responsable por la ejecución del censo, ya debería estar en la ciudad, y es probable que estos eran los principales ocupantes del Mesón citado en el texto.
Sim embargo, tenemos aquí un hecho: un mesón lleno de personas, donde “no había lugar para ellos”. Siendo así, les es indicado un establo, lugar donde quedaban los animales de los que estaban hospedados, y los animales de los propietarios del Mesón. Fue allí donde nació Jesús, y fue en un pesebre, lugar donde los animales comían, donde fue puesto Jesús.
La primera escena de nuestra navidad es por lo tanto a de una familia humilde. El gran Rey del Universo no nació en los palacios reales, no fue envuelto en seda, sino que nació en un establo y puesto en un pesebre. El nacimiento de Cristo es en si mismo una gran afronta al falso evangelio de la prosperidad, nuestro Redentor no nació lleno de bienes materiales, sino que nació humildemente en un establo, teniendo los animales como sus primeros adoradores.
Implicaciones:
· El nacimiento de Jesús es la comprobación que Dios mira a la historia con ojos distintos de los nuestros. El gran Rey del Universo no nació en un palacio lleno de riquezas, no fue puesto en una cama de finas sabanas, NO, el nasció en un establo, un sitio que a pesar de la belleza de las actuales tarjetas navideñas debería apestar y estaría lejos de ser un lugar proprio para un Rey. Allí, sim embargo, nació aquel que ninguno palacio del mundo seria digno de su presencia, aquel que hizo los cielos, la tierra y el mar.
· Muchos hoy en día, a semejanza de aquel Mesón, están llenos de tantas cosas que no les sobre espacio para Jesús. Muchos andan llenando sus casas de riquezas, placeres, bienes materiales, al punto de no más reflexionar sobre su destino eterno, sobre las cosas del Alto. Que seamos como aquel pesebre y no como aquel Mesón, que en nuestra pequeñez y debilidad hagamos de nuestro corazón la morada de nuestro Cristo, aunque que sea necesario sacar todo lo demás de dentro. Cristo es suficiente.

CIELO: La gloria del Rey

En la continuación la narrativa de Lucas cambia de escenario, es como si en el teatro de la gloria de Dios, una nueva escena fuera presentada, salimos del pesebre, de la humildad, y somos transportados para los cielos. Lucas escribe:
Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo
En aquella sublime noche había en los alrededores de Belem un grupo de pastores, que velaban y guardaban un rebaño de ovejas. Estos trabajadores hacían parte también de un grupo socialmente marginalizado en Israel. Sim embargo, ellos serán los primeros a recibir la noticia de la venida del gran y esperado Mesías de Israel.
El texto declara que mientras estaban allí se les presentó un ángel, enviado por el Señor. Aquel ser angelical, lleno de santidad y pureza estaba revestido de la gloria del proprio Dios, al punto de la gloria de Dios brillar con tanto esplendor que aquellos pobres hombres se quedaron atemorizados.
Sim embargo, las palabras del ángel viene a tranquilizarlos. El mensaje que ellos vinieron a dar era una buena noticia. Era una noticia que produciría gran gozo en todo el pueblo de Dios:
que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. (v.11-12)
Que gran y sublime noticia. Estas palabras son llenas de significado y profundidad. Primero el ángel declara que había nascido hoy un Salvador. Es interesante notar que el texto afirma “os ha nascido” indicando que él nasció para y por aquellos pastores, de la misma manera que nasció para y por todos los que habrían de creer en su santo nombre. Jesús es claramente identificado como el Salvador, es decir, como el redentor y rescatador de su pueblo.
Segundo, este Salvador es también el Cristo. La palabra griega “cristo” es la traducción del hebreo para mesías, es decir, Cristo no es un apellido, sino un título divino otorgado al Hijo. El niño del pesebre era el gran mesías prometido del Israel. Por último, este Jesús, que es Salvador y Cristo es también SEÑOR. Él es el gran Señor de todo el universo, a él debemos obediencia.
Delante de tan glorioso anuncio algo sorprendente ocurre:
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, ¡buena voluntad para con los hombres!
Los cielos se irrumpen en Gloria. Una multitud de las huestes celestiales aparecen junto al primer ángel. Esta expresión denota claramente una cantidad inmensa de ángeles, imposibles de contar. Ellos alaban a Dios por tan grandiosa bondad y misericordia. Como seres espirituales ellos presenciaron la creación del mundo, el pecado, la desobediencia, y todo lo que pasó a lo largo del antiguo testamento, y ahora ha llegado el tiempo fijado por Dios donde el Padre envió al mundo su Hijo, el Salvador. La adoración de estos seres se vuelve en música y ellos declaran: Gloria y Paz.
La primera reacción es dar gloria a Dios por todo lo que él había hecho. Dios es bondadoso, misericordioso, y lleno de gracia. El verbo eterno se ha hecho carne. Por esto GLORIA EN LO ALTO. Sim embargo, algo más era enfatizado en esta canción.
El gran predicador ingles Charles Spurgeon afirmó: Los ángeles siempre habían declarado “gloria en lo alto”, sim embargo ahora, con el nacimiento del mesías prometido, ellos han podido añadir una estrofa más a su canción, ellos pudieron cantar: paz en la tierra. La NVI tradujo mejor esta segunda frase al decir: “y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad”.
Cristo ha venido a traer paz a su pueblo, aquellos que gozan de la buena voluntad del Padre, no porque hicieron el bueno, o porque son mejores, sino que a pesar de sus defectos y pecados. Paz aquí no es la ausencia de guerras o sufrimientos, sino la paz de la reconciliación con Dios.
Implicaciones:
· El niño nacido en Belén, a pesar de toda la humildad de su nascimiento, era el SALVADOR, el CRISTO y el SEÑOR. Estos tres atributos de la persona de Jesús se constituyen en la confesión de fe más básica de la vida cristiana. No podemos ser cristianos sin creer y confesar verdaderamente estas tres verdades esenciales.
· El evangelio puede ser muy bien resumido en dos palabras: GLORIA y PAZ. El evangelio habla de un Dios merecedor de toda la gloria, creador de los cielos y de la tierra, y que a pesar de toda la maldad hecha por nosotros en contra de Él, ha enviado su Hijo unigénito a proclamar PAZ y reconciliación a todos aquellos que él asombrosamente había amado antes de la fundación del mundo.
· Delante del evangelio los ángeles solo consiguen alabar a Dios por su bondad y misericordia. ¿Como estamos reaccionando al evangelio?

TIERRA: LA ADORACIÓN AL REY

Una vez más vemos un cambio en el escenario del teatro de la Gloria de Dios. Dejamos de mirar al cielo y somos llevados a mirar la tierra. La última escena se pasa aquí mismo, en la tierra, por medio de la respuesta de los pastores ante la gloria anunciada por los ángeles.
Sucedió que cuando los ángeles su fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.
Inmediatamente aquellos hombres abandonan todo para ir hacia Cristo. De hecho, esta reacción será una de la más comunes entre los discípulos de Cristo en los evangelios. Ellos buscan a Jesús en Belén y le encuentran exactamente como el ángel les había dicho: acostado en e pesebre y envuelto en pañales.
Al encontrar María, José y el niño Jesús ellos pasan a proclamar todo lo que se les había dicho acerca del niño. La primera reacción de los pastores, además de buscar a Cristo, fue la proclamación. Ellos tenían que contar a otros tan gloriosa noticia, la buena nueva no podía permanecer solo para ellos. Ellos sentían la necesidad de compartirla con todos.
Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Delante de la proclamación de los pastores todos que oían quedaban maravillados. Su madre, sim embargo, además de maravillada, hacia algo más. El texto afirma que María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. La madre de Jesús no solo escuchaba todos lo que era dicho acerca de su hijo, sino que guardaba y meditaba en cada una de estas palabras. Estoy de acuerdo con una gran mayoría de teólogos que comprenden que fue esta actitud de María (a lo largo de toda su vida) que hizo con que ella soportase todas las agonías futuras en relación con su Hijo. Fue solo basado en estas promesa y palabras que ella soportó la muerte de su hijo en aquella cruz.
Las últimas palabras de Lucas aquí describen tal vez la reacción mas esperada ante el asombro de la navidad:
Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
Los pastores glorificaron a Dios. Dar gloria a Dios es la reacción esperada de todos aquellos que contemplan con asombro la buena nueva de Belén.
Implicaciones:
· La última escena de la navidad bíblica llama el público presente en el teatro de la gloria de Dios a tener una reacción apropiada a la grandeza de la encarnación. Como cristianos somos llamados a participar de la historia como adoradores y proclamadores del niño nacido en Belén.
· Aprendemos con esta ultima parte del texto que debemos tener al menos tres reacciones ante el mensaje de la navidad.
o PROCLAMACION: debemos proclamar aquel Jesús que nasció en Belén, el Salvador y Señor de su pueblo
o MEDITACION: debemos guardar y meditar en estas verdades para enfrentarnos los días difíciles de la caminada
o ADORACION: debemos glorificar a Dios por todo lo que hemos oído y con los ojos de la fe vimos.
Conclusión
· En la 1ª escena “EL PESEBRE” aprendemos acerca de su humilde nacimiento y de la necesidad de hacer de nuestro corazón un pesebre.
· En la 2ª escena “EL CIELO” aprendemos con los ángeles acerca de aquel que nació. Que él es SALVADOR; CRISTO y SEÑOR y que su evangelio habla de la GLORIA DE DIOS, y de la PAZ a los que gozan de su buena voluntad
· En la 2ª escena aprendemos con los pastores que debemos PROCLAMAR, con María que debemos MEDITAR y GUARDAR, y como un resumen del texto que debemos ADORAR a Dios en todo el tiempo
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