El gozo de conocer al Salvador.
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Introducción.
Introducción.
Hay personas que al conocerlas nos impresionan y la primera reacción es de gozo y otras que quizá no tengamos una buena impresión de ellas.
Pero en la experiencia de tener un encuentro con Cristo, todo cambia. La experiencia para algunos de conocer a Cristo, será de sumo gozo y para otros será de indiferencia que traerá tristeza y juicio.
Todo cambia según la fe de cada persona...
Ejemplo: La flor de Itabo...
En el nacimiento de Jesús (la primera Navidad) que hacen los evangelios de la Biblia, el gozo es un factor preponderante: y ese gozo es mencionado en cuatro diferentes tipos de persona.
Es así entonces que la Navidad, en todos los sentidos del término, es y debe ser la fiesta del gozo.
1era. Experiencia de ese gozo.
1era. Experiencia de ese gozo.
“Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre” (Lc. 1:44).
Por mucho tiempo Elisabeth fue una mujer estéril.
Eso era especialmente trágico en aquel tiempo en el antiguo Israel, ya que muchos lo veían como un castigo de Dios ser estéril y por esa razón la mujer que no concebía era despreciada y vivía en constante afrenta.
Otra circunstancia para una mujer estéril era no tener asegurado el sustento para su vejez, ya que en esa época los hijos eran los encargados de cuidar a sus padres en la vejes.
"Y he aquí que tu parienta Elisabet, también ella ha concebido un hijo en su vejez; y ya está de seis meses, la que era llamada estéril" (Lucas 1:36).
Con seguridad Elizabeht había sufrido por eso, se había sentido sin valor, sola, despreciada y sin esperanzas. Pero de repente, todo cambió: Elisabeth concibió un hijo, y éste sería quien prepararía el camino para Jesús.
“¿Porque se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Lc. 1.43
A Elisabet le cabe el honor de ser la primera mujer que confesó a Cristo en la carne, incluso antes que María.
Quizás usted piense: “¿Qué pasa con mi vida? ¿No pasa nada extraordinario? No tengo valor, no puedo dar nada, se siente incapaz, y por eso estoy triste o en depresión todo el tiempo”.
Con el gozo de Cristo, Todo cambia en la vida...
2do. Experiencia de ese gozo.
2do. Experiencia de ese gozo.
“Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lc. 1:46-47).
La segunda vez vemos el gozo en la historia de la Navidad es en María misma, la madre de Jesús. Cuando quedó embarazada por un milagro de Dios...
María venía de una aldea insignificante y mal vista, llamada Nazaret.
Nazaret – (o Nazará [Lc 4,16]) – era un modesto pueblo rural de la baja Galilea, sin ninguna importancia ni política ni religiosa, al punto de que Nazaret no se menciona ni en el Antiguo Testamento, ni en los primeros escritos rabínicos.
Ella era de una clase muy humilde y todavía joven (entre 15 y 18 años) y no mostraba nada especial. Su nombre significa “amargura” o “aflicción”, pero a través de Jesús su vida cambió radicalmente:
El Hijo de Dios fue engendrado en ella por el Espíritu Santo, como narran los evangelios. Su “aflicción” se transformó en gozo exuberante.
En muchas ocasiones las dificultades de este mundo caído nos golpea y decepciona de diferentes maneras a tal punto de amargarnos o afligirnos...
Un psicólogo escribe: Podemos identificar los síntomas de las personas amargadas porque siempre están criticando, se están quejando, se sienten enojados, son volátiles, ofensivos, su autoestima está baja y les gusta hacer sentir mal a los demás. La amargura puede transformar el carácter de una persona, y su comportamiento reflejará negativismo, dureza, severidad, rencor y odio.
¿Conoce ud una persona con esas características? o bastará con vernos en el espejo y reconocer estas situaciones en nosotros...
Con el gozo de Cristo, Todo cambia en la vida...
3era. Experiencia de ese gozo.
3era. Experiencia de ese gozo.
“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto...” Lc. 2.20
Encontramos el tercer gozo de la historia de Navidad con los pastores, en los campos de Belén.
Los pastores en aquel tiempo era la clase social más baja y despreciada de la época de Jesús;
Casi no tenían derechos.
Muchos de ellos no tenían un domicilio fijo.
La mayoría no sabía leer ni escribir, y eran puestos en el mismo nivel que los ladrones y los engañadores.
En Israel estaba prohibido comprarles algo, pues podía ser robado. Por esta razón tampoco les estaba permitido presentarse como testigos ante un tribunal.
Ellos debían cuidar las ovejas de otros, sin tener sus propias ovejas.
Mayormente se trataba de hombres sencillos sin alguna educación. No obstante, la profesión del pastor también exigía mucha responsabilidad y sentido del deber. Día y noche debían estar alertas, y enfrentar los peligros de proteger los rebaños de animales salvajes y ladrones.
Sin embargo estos humildes pastores fueron grandes testigos del nacimiento del hijo de Dios
También usted esta llamado no solo a experimentar el gozo de Cristo sino también en convertirse en testigo de ese gran gozo.
Quizás no tengamos una preparación académica cómo otros, quizá no tengamos una posición de importancia en la sociedad.
Quizá más bien usted limpia las habitaciones de otros, construye las casas de otros, lava la ropa de otros, cuida el jardín de otros, saca la basura de otros.
Entonces está cercano a la experiencia de los pastores, y por lo tanto, el mensaje de los ángeles de Dios también es para usted.
Con el gozo de Cristo, nada puede ser lo mismo de siempre...Todo cambia en la vida...
4ta. Experiencia de ese gozo.
4ta. Experiencia de ese gozo.
“Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra” (Mt. 2:10-11).
Los sabios, contrario a los pastores, poseían dinero, propiedades, conocimiento y reputación, pero les faltaba lo esencial: el encuentro con Jesucristo, el Redentor de Dios. En ese sentido, ellos en realidad tampoco tenían más que los pastores. Después de su encuentro personal con Jesús, los sabios se convirtieron en portadores de esperanza.
El gozo verdadero y permanente, no está en las riquezas o en la posición social. El gozo que fortalece se encuentra en adorar al Salvador.
Tal como ellos, en el correr de los siglos incontables personas han encontrado la salvación y un gozo permanente. Dios desea dar más que estatus, reconocimiento y prosperidad.
Ese gozo no se puede comprar.
Ese gozo no se puede vender.
Ese gozo no se puede fingir.
CONCLUCION
El mundo quiere imitar ese gozo, pero nunca lo va a igualar; los regalos, las fiestas, el licor no llegara nunca a llenar la medida del gozo que necesita el ser humano
Dice en el libro de Nehemias 8.10 ”El gozo del Señor es mí fortaleza “ no hay nada que podamos hacer para el Señor sin el gozo del Salvador.
Habra momentos de tristeza, enojo o frustración que traerán dolor y amargura a nuestra vida, pero recuerde siempre qué hay un gozo al cual podemos acudir y ese gozo proviene del perdón de nuestro Salvador.
El Rey David en un momento de su vida había perdido ese gozo por causa del pecado cometido y en un clamor de arrepentimiento en el Salmo 51 pide al Señor “devuélveme el gozo de tu salvación “.