No hay piedad y socorro sin la Palabra de Dios

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 15 views
Notes
Transcript

Introducción

Voy a ser sincero, veo mucha gente que “va a la iglesia” como si fuera a un “burger”. Es lo primero que me viene a la mente al ver mi propia vida cristiana y tal vez la de muchos.
Seguir a Jesús es lo mejor que podemos hacer, todo un reto que nos motiva a avanzar y a no conformarnos con lo que otros han hecho, pero creo que lo hemos entendido mal, que no somos responsables con lo que se nos ha otorgado.
Le hemos quitado importancia a todo lo que Dios nos ofrece y lo hemos convertido en comida rápida, en un producto que ofrecemos para saciar nuestras necesidades del momento.
Llevamos una vida de iglesia acomodada y a gusto del consumidor, una iglesia de la burguesía, hecha por nosotros y para nosotros.
Escuchamos Su Palabra como si fuera una hamburguesa que tiene que saber muy bien, pero poco nos interesa si realmente nos alimentará y será de provecho para nuestras vidas o nos convertirá en obesos espirituales acostumbrados a que nos lo den todo y ahora, y sin quemar ni un gramo de grasa espiritual (Álex Sampedro, Igleburger, 11).
Cita bíblica: Salmo 119:145-152 (Leer)

I. Disposición del alma (145-146)

Todos queremos vivir una vida piadosa, pero no todos queremos pasar por el proceso que eso implica. Tenemos una idea incorrecta de lo que la piedad es. Algunas veces hemos creído que la piedad es la actitud cerrada de no poder hacer nada. Pero lo cierto es que piedad tiene que ver con vivir una correcta religión, entendiendo que religión es vida agradable a la sociedad y a Dios (Stg. 1:26-27).
En el salmista encontramos una vida piadosa que primeramente se ve expresada por una disposición del alma. Esta oración del salmista demuestra la piedad que él tenía y lo profunda que su oración es.
El sentido del clamor que se menciona es el de gritar o llorar, en este caso delante de Jehová. El llanto o grito del salmista sale de lo profundo del corazón, es decir, el corazón en representación de todo el ser. Algo que debemos tomar en cuenta es que no todo llanto delante de Dios expresa piedad. Pero la piedad verdadera causa un estremecimiento del alma.
Respóndeme,… y guardaré tus estatutos” el clamor de pedir que Jehová responda es que él actúe en la situación, así el salmista “guardará” o mejor sería, “observará” aquellos que le fue dado para llevar una vida recta.
No sólo pide respuesta, sino que también pide ser “salvado” o también rescatado, liberado, o sea, estar en una situación segura y libre de peligro.
El alma dispuesta, es el alma que prosperará en piedad delante de Dios. Esta oración que muestra el estar entregado a Dios es lo que debe cambiar nuestro ser.

II. Disposición del cuerpo (147-148)

No sólo la parte interna de una persona debe estar dispuesta a la piedad, sino que como sabemos muy bien, que todo lo que queramos conseguir debemos esforzarnos por asir aquello que tanto deseamos. Así con la piedad, si queremos ser piadosos, hemos de poner a disposición el alma, pero también el cuerpo.
Aquí está la parte más compleja para el ser humano, digo compleja por el hecho de que estamos acostumbrados, casi todos, de querer algo fácil y rápido.
La oración debe ser aquello que nunca debe apartarse del creyente. Dice Thomas BrooksLa oración sólo es amorosa y tiene peso cuando el corazón está en ella, y no de otro modo. No es alzar la voz, ni agitar las manos, ni golpearse el pecho, ni hablar con un tono de voz tembloroso, ni realizar mociones estudiadas y expresiones santurronas lo que Dios busca en una oración, sino la agitación del corazón. Dios no escucha otra cosa que lo que habla el corazón. Si el corazón está mudo, Dios ciertamente hará oídos sordos. Ninguna oración llega a Dios aparte de la que surge como fruto del trabajo del corazón.
Primero, la oración del salmista antes del amanecer
Segundo, el estudio de la palabra antes del sueño en el anochecer

Su necesidad lleva al salmista a anticiparse al alba (v. 147) y a las vigilias de la noche (v. 148) con su oración y su meditación en la palabra. Tal vez hayamos adquirido el buen hábito de apartar un tiempo para hacerlo así antes de iniciar la jornada laboral, pero el salmista nos supera en su entrega y dedicación a las cosas del Señor. Aunque mi trabajo empezara de madrugada, yo me levantaría antes para buscarte.

Cuan difícil es levantarse temprano y orar, así como es difícil pasar tiempo de la noche estudiando evitando que llegue el sueño.

III. Presencia de Jehová (149-152)

La vida en piedad delante del Señor nos permite acercarnos “al trono de la gracia para hallar gracia y oportuno socorro” (He. 4:16). El salmista ahora presenta su condición exigiendo ser oído en la magnitud que brinda misericordia, y ser vivificado en la forma que su juicio lo exige.
Una formula para desviarse del Señor es la siguiente. Acércate a una conducta negativa que es llevada por malos pensamientos, es decir a la sociedad y personas en corrupción progresiva y práctica, y verás cuán fácil te alejarás del Señor y su Palabra.
Por más cercano que el mundo esté a tu vida, nunca debes perder de vista ni del pensamiento que cercano también está el Señor, con todos sus mandamientos que son verdad.
Mantenerse firme en el Señor es el resultado de haber entendido sus testimonios y que para siempre él ha establecido.

Conclusión

No hay piedad y socorro sin: 1) Disposición del alma, 2) Disposición del cuerpo, estás dos acciones llevan a que la presencia del Señor sea evidente en nuestras vidas. Nada de esto de la piedad ocurre sin la Palabra del Señor que debe gobernar todo.
Related Media
See more
Related Sermons
See more