¿Cómo oramos? parte 13: Jesús ora para que sus discípulos sean uno.

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Hermanos, la unidad, es un principio activo en Dios, Dios se manifiesta en tres personas, pero es uno sólo.

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Introducción:

Esta es la oración sacerdotal del Señor Jesucristo; su
clamor al Padre deja ver su interés por la unidad y el
cuidado para los que creen.
Jesús pide para que se mantengan unidos a Dios aquellos que han creído y los que vendrán después de estos; pero, al mismo tiempo, solicita que haya unión entre ellos, pues esta será la señal más grande ante el mundo de su identidad como hijos de Dios y discípulos de Cristo.
En sí todo el capítulo 17, es lo que conocemos como la oración de Jesús por sus discípulos, sin embargo hoy, vamos a centrarnos en tres versículos que enfocan, que en esta oración Jesús oró por la unidad de sus discípulos.
Ahora, Jesús sabía que tanto aquellos primeros cristianos siendo hombres, siendo todavía humanos, podrían caer en errores humanos y en las tentaciones que el diablo, el enemigo de Dios y la iglesia iba a traer para buscar la dispersión de ellos y de nosotros ahora, los discípulos del Señor.
Hermanos, la unidad, es un principio activo en Dios, Dios se manifiesta en tres personas, pero es uno sólo.
Jesús anhela la unidad de sus discípulos, de la iglesia.
Vamos a ver los detalles de esta oración de Jesús para que sus discípulos sean uno.

I. JESÚS ORA POR LA PRESERVACIÓN Y LA UNIDAD DE SUS DISCÍPULOS.

Juan 17:11 RVR60
11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Hermanos, Jesús pronto se iría hacia el Padre y dejaría a sus discípulos en el mundo.
Sin embargo sus discípulos teníamos que permanecer en él para llevar a cabo el plan de Dios de dar a conocer las buenas nuevas de redención y de fundar la iglesia, extender la iglesia.
Para que con la formación de la iglesia, la historia del mundo llegara a ser, en un sentido, “una historia de dos ciudades”: la ciudad de Dios y la ciudad del hombre.
Puesto que los discípulos estarían en el mundo, Jesús oró para que fueran protegidos.
El texto dice:
Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre...
Jesús sabía que la hostilidad en contra de Dios que recayó sobre Jesús, ahora caería sobre el pequeño grupo de apóstoles y sub secuentemente sobre muchos seguidores de Jesús.
El Señor, al dirigirse a su Padre, como Padre santo, subrayó la diferencia que hay entre Dios y las criaturas pecaminosas.
Esta santidad es la base para la separación del creyente del mundo.
La petición de Jesús es que los guardara del pecado y de la enemistad del mundo por el poder de su nombre.
Podemos preguntarnos:
¿Por qué oró Jesús por la preservación de sus discípulos?
Era para promover la unidad de los creyentes siguiendo el mismo patrón de la comunión que hay entre el Padre y el Hijo.
...Para que sean uno, así como nosotros....
Aquí, parece que se refiere a unidad de voluntad y propósito.
En hacer la voluntad de Dios y en cumplir la voluntad de Dios en la iglesia.
Al ser protegidos del mundo, estarían unidos en su deseo de servir y glorificar al Hijo.

II. La oración de Jesús es extensiva ahora para nosotros.

Juan 17:20–21 RVR60
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
La porción final de la oración de Jesús (vv. 20–26) se refiere a los creyentes que vendrían a él por la palabra de los apóstoles.
En la era de la iglesia, todos los cristianos han venido a Cristo directa o indirectamente a través del testimonio de los apóstoles.
Jesús sabía que su misión tendría éxito. Él moriría, resucitaría, enviaría al Espíritu, los apóstoles predicarían, la gente se convertiría y se formaría la iglesia.
Así como cada sumo sacerdote de Israel presentaba los nombres de las tribus ante la presencia de Dios en el tabernáculo y en el templo, así Jesús, el gran sumo sacerdote, llevaría a los futuros creyentes a la santa presencia de su Padre celestial.
Hebreos 4:14–15 RVR60
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Hebreos 7:24 RVR60
24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;
Él es nuestro sumo sacerdote, y nos ha presentado al padre, ha orado por nosotros por nuestra unidad como iglesia como hijos de Dios.
Una vez más Jesús oró por la unidad de sus discípulos, de los creyentes.
El dijo: para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Hermanos, así como él y su padre, son unos, dice, así nosotros debemos ser uno. Esa unidad debe estar en nosotros.
Sabemos que Cristo, nos une, a través de la salvación, y su Espíritu Santo nos une, a través de habitar en cada uno de nosotros, eso nos debe animar a buscar las cosas que tenemos en común.
Luego hermanos, el que podamos vivir en unidad y promover portar, sumar a la unidad.
El Señor estaba orando por una unidad de amor, de obediencia a Dios y su palabra, y un compromiso unido con su voluntad.
Hay tres términos que tenemos que considerar, uniformidad, unión y unidad.
Son términos distintos, que se pueden agrupar, pero la unidad, es mayor.
Cristo estaba orando por la unidad.
Concluyo con esto:

Conclusión:

¿Qué tanto estamos orando por la unidad?
Cada uno de nosotros debemos ser portadores de la unidad y orar por ella, ese, fue el anhelo de Jesús y debe ser nuestro anhelo.
Vamos a orar.
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