Nº1 - El orgullo: De la gloria a la miseria

5 Peligros que debemos evitar  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción

Recuerdo que de niño cuando hacía algo incorrecto sabía que mi mamá o mi abuelita me iban a regañar como consecuencia de mis acciones, ahí realmente me daba cuenta de que estaba en peligro, no antes cuando estaba haciendo la travesura, sino después de haberla hecho.
En nuestra vida espiritual sucede lo mismo, muchas veces estamos llenos de peligros, pero no nos damos cuenta hasta que llegamos a vivir las consecuencias de nuestros actos.
¿Es necesario llegar hasta el final para saber que estamos en peligro? ¡Claro que no!
Ya es tiempo de despertar y ver qué cosas genuinamente estamos haciendo mal, y qué estamos poniendo en peligro. Lo anterior no solo en nuestra vida espiritual, sino, también en nuestra familia, estabilidad económica, en el trabajo, en un proyecto, entre otras cosas más. Debemos recordar que no estamos exentos de fallar, somos humanos y hoy debemos hacer un auto-examen de nuestra vida para ver en qué áreas estamos en peligro.
Cita bíblica: 2 Crónicas 26:1-23

I. Grandes proezas de la mano del Señor (1-15)

Uzías, de nombre que significa “Jehová es fortaleza”, también conocido como Azarías en 2 Reyes 14:21; 15:1-8, 17-27; 1 Cr. 3:12. Este fue uno de los reyes que ingreso con una edad muy corta, tenía 16 años. Mientras él desarrollaba su reinado a esa edad en el reino del sur, que es Judá, en el reino del norte cambiaban muy continuo de rey. En total pasaron 6 reyes (Jeroboam II, Zacarías, Salum, Manahem, Pekaía y Peca se encuentra en 2 Reyes 14:17-15:31).
En 52 años que reinó Uzías hizo grandes proezas, él es uno de los que se conoce como aquellos que hicieron “lo recto ante los ojos de Jehová” La prosperidad en la vida de Uzías se debía a la presencia del Señor en su vida, pues él se dedicó a “daras”, es decir, “buscar, inquirir, consultar, averiguar, es decir, conocer previamente información que no era conocida” todo sobre el Dios todopoderoso.
La grandes obras realizadas con la mano de Dios son las siguientes:
Reconstruyó Elat (2 R. 14:22).
Accedió al trono a la edad de 16 años (2 R. 14:21).
Reforzó la potencia y la independencia del reino de Judá (2 Cr. 26:12-13).
Destruyó los muros de Gat, de Jabnia, de Asdod (2 Cr. 26:6)
Venció a filisteos, árabes y amonitas (2 Cr. 26:7-8).
Restauró las fortificaciones de Jerusalén (2 Cr. 26:9)
Uzías desarrolló la agricultura, edificó torres en el desierto, excavó pozos (2 Cr. 26:10).
Reorganizó el ejército (2 Cr. 26:11)
Inventó máquinas con ingenieros (2 Cr. 26:15)
Dio su adoración a Jehová, pero dejó subsistir los lugares altos donde el pueblo ofrecía sacrificios a los ídolos (2 R. 15:4).
Tantas obras magníficas hizo de la mano del Señor, su fama se había extendido hasta las fronteras de Egipto.

II. Grandes miserias de la mano del orgullo (16-18)

De estar en la gloria ante las naciones, pasó a la miseria de la vida. Un solo paso fue necesario para llegar a esas instancias. Se había olvidado completamente que “Su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso” Halló ayuda de manera sorprendente. No podía haberlo hecho solo.
Su corazón se llenó de orgullo, como dice la versión LBLA “su corazón se hizo tan orgulloso que obró corruptamente, y fue infiel al Señor su Dios.” Como bien dijo Pablo que ninguno “tenga más alto concepto de sí que el que debe tener” (Ro.12:3).
El creer que él al ser fuerte podía ofrecer incienso a Jehová lo condenó a vivir de una forma mísera. Llenó de fortalezas a su pueblo, pero no pudo ser fuerte contra sí mismo. El sacerdote Azarías junto con 80 sacerdotes más confrontaron y llamaron la atención a su error y actitud (2 Cr. 26:17-18).

III. Triste final de apartarse de la humildad (19-23)

Uzías tuvo un triste final por haberse apartado del Señor y la humildad que debía estar en su vida.
Le brotó lepra (v19)
Desechado por Dios (v20)
Fue aislado a vivir solo (v21)

Cabe incluso ver en esa reclusión suya un triste epitafio a su vida, recordatorio, quizás para sus sucesores, de la posibilidad de acabar viéndose apartado del núcleo de la voluntad de Dios: ‘lo sepultaron con sus padres en el campo del sepulcro que pertenecía a los reyes’ (26:23), y no en tumba propia; en su muerte, al igual que lo había sido en esos últimos años de su vida, acabó como un proscrito: leproso, sin fuerzas ni vigor, y desechado por todos.

Conclusión

Alguien dijo:El orgullo te llevará a lo alto, y te dejará allí solo”. Tal como dice el Proverbio 11:2 “El orgulloso termina en la vergüenza, y el humilde llega a ser sabio.” Ten mucho cuidado de eso. El orgullo es darnos méritos a nosotros mismos por algo que Dios hizo. El orgullo toma toda la honra y gloria que solo a Dios le pertenece y la hacemos nuestra. Es una esencia de auto adoración hacia nosotros mismos. El orgullo produce auto destrucción por eso, debemos cuidarnos de este peligro porque la mayoría de oportunidades no nos deja perdonar; no nos deja demostrar amor u otros sentimientos, pero, sobre todo, impide una comunicación sana con Dios.
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