Sermón sin título (19)
8 Mientras tanto, el jefe del Estado Mayor asirio partió de Jerusalén para consultar al rey de Asiria
rey Senaquerib
Antes de salir al encuentro de sus agresores, envió mensajeros de regreso a Ezequías, en Jerusalén, con el siguiente mensaje
mensaje está dirigido al rey Ezequías de Judá
No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe con promesas de que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria
14 Después de recibir la carta de mano de los mensajeros y de leerla, Ezequías subió al templo del SEÑOR y desplegó la carta ante el SEÑOR. 15 En presencia del SEÑOR, el rey hizo la siguiente oración: «¡Oh SEÑOR, Dios de Israel, tú estás entronizado entre los poderosos querubines! Sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra
18 Han arrojado al fuego a los dioses de esas naciones y los han quemado. ¡Por supuesto que los asirios pudieron destruirlos, pues no eran dioses en absoluto! Eran sólo ídolos de madera y de piedra, formados por manos humanas
Esa noche el ángel del SEÑOR fue al campamento asirio y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados. Cuando los asirios que sobrevivieron
Defenderé esta ciudad por mi propia honra y por amor a mi siervo David’ ”»