La Reconpensa de la firmeza (4)
Sermon • Submitted
0 ratings
· 36 viewsNotes
Transcript
Permaneciendo firme
Permaneciendo firme
La Dicha “Bendición” de Perseverar en Integridad a pesar de las adversidades
Intro:
En esta noche quisiera animarle a permanecer firme en medio de las adversidades, sabiendo que la firmeza será recompensada y considerar que las tentaciones no provienen de Dios, sino del propio deseo, codicia de la persona conduciéndole a la muerte.
I. La Recompensa de la firmeza, Stg 1:12.
II. Las tentación no proviene de Dios, Stg 1:13.
III. Las tentaciones viene de adentro Stg 1:14.
IV. Permanece firme en Dios sabiendo que el pecado tiene como fin la muerte, Stg 1:15.
V. Permanece firme sabiendo que de Dios da el bien, Stg 1:16-17.
La Dicha “Bendición” de Perseverar en Integridad a pesar de las adversidades
Intro:
En esta noche quisiera animarle a permanecer firme en medio de las adversidades, sabiendo que la firmeza será recompensada y considerar que las tentaciones no provienen de Dios, sino del propio deseo, codicia de la persona conduciéndole a la muerte.
I. La Recompensa de la firmeza, Stg 1:12.
Permanece firme en Dios sabiendo que, la firmeza será Recompensada
Stg 1:2-4, Santiago les continúa recordándoles que el hombre que enfrenta las pruebas con disposición y gozo es “dichoso, feliz” bienaventurado (feliz, Stg 5:11 “He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”.
Job 5:17 “He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.”
“bienaventurado el varón”
Bienaventurado es mucho más que la simple felicidad de una vida sin preocupaciones, con escasos conflictos y problemas.
De lo contrario más bien es aquella que indica el conocimiento de un gozo y una satisfacción interior muy profunda, un gozo que solo el Señor mismo puede dar a aquellos que por causa de Él y su justicia que viene por medio de su poder, soportando fiel y pacientemente las pruebas.
A. El salmista declara que es una persona apartada Salmos 1:1 “Bienaventurado el varón (1) que no anduvo en consejo de malos, (2) Ni estuvo en camino de pecadores, (3) Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;”
B. Es alguien que verdaderamente es hijo de Dios que ama, medita y se deleita en la Palabra. v.2. “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.” El salmista diría: “Oh cuanto amo yo tu Ley, todo el día es ella mi meditación”.
C. Es la persona que da evidencias de ser hijo de Dios a través de sus frutos v.3 “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.
“bienaventurado”
Jesús en Mateo declara: Mateo 5:10-12, que las personas bienaventuradas son aquellas: “que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
Pedro en su primera carta 3: haciendo recordar que: “hereden bendición, v.9b. que se aparten del mal y hagan el bien, v.11., los ojos del Señor están sobre los justos, v.12”. 1 Pedro 3:13-14 “¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis,”. 1 Pedro 4:14 “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.”
“el varón que soporta o persevera con gozo la tentación, Stg 1:2-4”, es aquel quien cuya confianza no proviene de el, sino que es aquel que nunca abandona su plena confianza en Dios.
Es un creyente con una fe genuina que le lleva a perseverar en la voluntad de Dios, que le lleva a resistir la prueba con su fe intacta. La perseverancia trae como resultado la aprobación de Dios y como resultado la corona de la Vida que Dios a prometido a los que le aman. v.12
E. Es bueno ser humillado, Salmos 119:71 “Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos.” 75 “Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.”
No menosprecies la corrección de Jehová, Proverbios 3:11,
II. Las tentación no proviene de Dios, Stg 1:13. La naturaleza del hombre.
En Levítico poco después de que instituyera el pacto en el Sinaí, el Señor le dijo a Moisés que le recordara a su pueblo Israel: “Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios” (Lv. 19:2 “Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.”
Dios repite ese mandato a la iglesia: “Sed santos, porque yo soy santo” (1 P. 1:16 ).
Su santidad es eternamente pura, con la justicia pura y perfecta. Con plena comprensión de que Dios es absolutamente invulnerable al mal o incluso a la tentación al mal, el profeta Habacuc afirmó: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio” (Hab. 1:13 “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,”).
Al Señor Jesucristo, que era Dios en forma humana, se le describe como “santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores”, (He. 7:26 “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;”
III. Las tentaciones viene de adentro Stg 1:14.
Las tentaciones vienen de los propios deseos pecaminosos de la persona, Stg 1:14.
aaa
Otra evidencia de que Dios no es responsable de nuestras tentaciones de pecar es nuestra propia naturaleza.
Cada uno hace énfasis en la universalidad de la tentación. Todos los seres humanos somos tentados; no hay excepción alguna.
Los deseos pecaminosos de la
IV. La tragedia del pecado, Stg 1:15.
V. Permanece firme sabiendo que de Dios da el bien, Stg 1:16-17.