la fe y la postmodernidad (20)
Las ideas de la postmodernidad han influido también en el mundo de las creencias religiosas
El ateísmo humanista propio de la modernidad
ha sido transformado por el hombre postmoderno en agnosticismo y nihilismo. El agnóstico afirma que es imposible saber si Dios existe o no y que, por lo tanto, es mejor hablar de otra cosa.
El ateo moderno negaba categóricamente la existencia de Dios, el agnóstico postmoderno dice simplemente que es imposible saberlo
Por su parte el nihilismo, como negación de cualquier creencia religiosa, política o social, también ha arraigado fuertemente en el hombre contemporáneo contribuyendo a la atrofia espiritual que se observa hoy. Nietzsche lo profetizó acertadamente: “describo lo que viene: El advenimiento del nihilismo
La postmodernidad ha aprendido a negar casi todos los valores del pasado: la verdad, la libertad, la razón, el bien, la moral y también la creencia en Dios. La vida sin ideales ni objetivos trascendentes se ha convertido en la forma más común de la existencia humana
El reino de la inestabilidad
El nihilismo mata la fe
Nihilista es el acostumbrado a practicar el gesto del encogimiento de hombros frente a las preguntas verdaderamente importantes. Es el “no sabe no contesta” ante lo espiritual
No se sabe si existe Dios pero tampoco importa demasiado. Nietzsche se dio cuenta de que la muerte de Dios representaba también la muerte del hombre. Si la fe religiosa era arrojada al abismo arrastraría detrás de ella a toda la humanidad
Lo que más le preocupa es el nivel de sus ingresos mensuales, su estado de salud y, a lo sumo, las vacaciones estivales. Sin creencias sabe vivir, pero sin dinero no
El ser humano que no cree en la existencia de Dios está desarmado frente a la vida. Cualquier problema por pequeño que sea puede derrumbarlo
Las actividades elementales se han vuelto imposibles”. Son los inconvenientes inmediatos de haber expulsado a Dios; las consecuencias directas de atravesar solos el fatigoso desierto de la vida
esta despreocupación de las cuestiones trascendentes tampoco produce satisfacción porque “al agnóstico, las cosas, le rezuman inestabilidad”, no vive feliz “sino que permanece insatisfecho, irreconciliado con un mal mundo”. De manera que, después de todo, resulta que la instalación en la finitud no es tan perfecta como pretendía Tierno
La carencia de base religiosa ha originado también un modo de vida sin referencias estables. Hoy todo puede ser o dejar de ser; todo depende de algo que puede cambiar. Actualmente hay muchas posibilidades entre las que elegir y la fe cristiana es tan sólo una más. Aunque, como se verá más adelante, sigue todavía estando presente.
Pese a este crecimiento postmoderno del nihilismo y agnosticismo conviene apresurarse a decir que la postmodernidad no es irreligiosa
Pese a este crecimiento postmoderno del nihilismo y agnosticismo conviene apresurarse a decir que la postmodernidad no es irreligiosa