SEREMOS LIMPIOS (Marcos 1:40-45)

Evangelio según San Marcos  •  Sermon  •  Submitted
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1 NUESTRO ESTADO INICIAL (40)
2 LIMPIOS POR JESUCRISTO (41-42)
3 SER LIMPIADOS REQUIERE OBEDIENCIA (43-45)
Introducción
Avanzamos con este evangelio, en este suceso Jesús se encuentra con un leproso.
Los leprosos eran descriminados por su alta capacidad de contagio hacia los que estaban sanos.
Muchas veces la Biblia representa al pecado como la lepra del alma.
Una vida no regenerada por nuestro Señor, es una vida llena de lepra.
Por lo tanto no estábamos muy lejos de lo que realmente vivió este hombre.
Aunque hoy en día muchos tienen esa lepra, pero ni siquiera son consciente de ellos.
Por eso es que necesitamos un sanador.
Isaías 53:5 LBLA
5 Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados.
¿Sanados de que?
Pues de esta lepra del pecado que nos carcomía por dentro.
Si aun tengo ese tipo de lepra, ¿Cómo puedo ser sanado?
Si ya he sido sanado, ¿Qué tengo que ver yo con este leproso? Mucho, vamos a indagar…

1. NUESTRO ESTADO INICIAL (40)

¶40 Y vino* a Él un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.

Esto nos hace recordar al pasaje de nuestro Señor Jesucristo, cuando dice.
Marcos 2:17 LBLA
17 Al oír esto, Jesús les dijo*: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Pero, ¿Quién hay sano? Realmente Cristo lo decía con conciencia. Todos necesitamos un sanador, un salvador, pues nuestra estado inicial, es como el del leproso. Tenemos la lepra del pecado.
a) Como el leproso.
Si no hay nada que lo remedia estamos condenados a vivir con esa lepra hasta nuestra muerte.
Y esta Lepra nos impide muchas cosas.
Levítico 13:1–3 LBLA
1 El Señor habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Cuando un hombre tenga en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca lustrosa, y se convierta en infección de lepra en la piel de su cuerpo, será traído al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes. 3 Y el sacerdote mirará la infección en la piel del cuerpo; y si el pelo en la infección se ha vuelto blanco, y la infección parece más profunda que la piel de su cuerpo, es una infección de lepra; cuando el sacerdote lo haya examinado lo declarará inmundo.
En este capítulo tenemos toda la regla de como había que proceder con aquellos que presuntamente tenían lepra. Y si esto se confirmaba eran declarados inmundo. Es decir impuro.
Así es nuestra alma en su origen, un alma impura por causa de la lepra del pecado. Y que nos incapacita. Nos hace…
b) Indigno para la adoración
Los leprosos eran declarados indignos para la adoración. Eran aislados y si era crónico no eran aislado pero se señalado de por vida. Veían la lepra como una maldición divina, un castigo, un estigma para la no comunión con Dios.
Nosotros, en el estado natural de nuestra alma caída, esperimentamos lo mismo, por mucho que el obre deseé, al no estar sanado no puede adorar a Dios, pues no lo hace en el debido orden establecido.
¿Veis cuánto paralelismo entre este leproso y nosotros en nuestro estado natural?
Por lo ranto,
c) Indigno para la comunión con Dios por causa de la la «lepra»
Al igual que leproso se le cortaba de la comunidad, nosotros no podemos tener esa comunión con Dios en nuestro estado natural.
Necesitamos un remedio.
Y esto lo sabía el leproso de que el pasaje se refería.
Y gracias a Dios lo supimos nosotros.
Y aunque llevamos unos buenos minutos haciendo un paralelismo entre el leproso y nuestra lepra, de nuestra antigua enfermedad, que hoy aún mucho tienes. El protagonista de la historia no es el leproso ni nosotros.
Es Cristo.

2. LIMPIOS POR JESUCRISTO (41-42)

No debemos poner nuestra atención en el leproso, sino en Aquel que otorgó el favor y que estuvo dispuesto a derramar tan inestimable bendición sobre un hombre tan indigno.
Hemos visto su poder para exorcizar demonios (1:21–28, 34) y para curar (1:29–31); ahora vemos su habilidad para producir pureza donde había profanación.
Los demonios “impuros” (profanadores) han sido expulsados; las enfermedades profanadoras ahora quedan eliminadas. Jesús ha venido a traer plenitud y santidad a la gente que estaba manchada.
Marcos 1:40–42 LBLA
40 Y vino* a Él un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio. 42 Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio.
a) La actitud del leproso (rogó, arrodilló, se encomendó a la voluntad de Dios)
El Leproso, por gracia de Dios, había entenido quien era Jesucristo, por eso tuvo una actitud maravillosa en la cual debemos aprender. No digo, me delcaro, yo te ordeno, de, profetizo que tu me vas a curar.
No.
Sino que:
Le pidió, aquí vemos una actitud de humildad ante el Señor.
Vemos un indicio de un corazón humillado, arrepentido, lleno de fe, sabiendo que Cristo le puede limpiar.
Arrodilló, una actitud de reverencia, adoración, humildad nuevamente. De decir, estoy en tus manos, me encomiendo a ti.
Cuanto debemos aprender.
Se encomendó a la voluntad de Dios - Si quieres, puedes limpiarme
No dice, decreto, ordeno, profetizo, te exijo, como algunos tienen por costumbre.
Dijo, esta es mi situación, tu la conoces mejor que yo, si es tu voluntad puedes limparme.
Pero esto nos enseña que, al tener una clara perspectiva de quien era Jesús, está dispuesto a aceptar su voluntad sea cual sea.
Es maravillosa esta actitud.
^Pero como ya hemos dicho, aquí el preincipal, el protaginsita es Cristo.
b) Sólo Cristo puede limpiar de la lepra del pecado.
Isaías 53:5 LBLA
5 Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados.
Sólo Crsito, como plenamente hombre y plenamente Dios, puede hacer tal obra. La manifetación de Dios al hombre. El que pagaría el precio de nuestras iniquidades.
Y esto dijo Jesús
Marcos 1:41 LBLA
41 Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio.
Esto es lo que le mueve a Cristo, el amor y la misericodia por nos nosotros. Por eso entregó su vida.
Y ahora tenemos un sumo sacerdote y rey sentado en su trono
Hebreos 4:15 LBLA
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.
Y tambuén
Hebreos 2:17 LBLA
17 Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
Por lo tanto el Señor por su Palabra sanó al leproso
Salmo 33:9 LBLA
9 Porque Él habló, y fue hecho; Él mandó, y todo se confirmó.
Y ahora que somos limpios de cierta manera, esto requiere cambio y obediencia,

3. SER LIMPIOS REQUIERE OBEDIENCIA (43-45)

Y así nos lo enseña nuestro Señor.
a) El Señor le instruyó conforme a la ley
Le ordenó tal como enseña la ley
Pautas sobre enfermedades de la piel según la Biblia
•Las enfermedades de la piel se detallan en Lv. 13. Si se trata de una nueva infección, la persona debe ser aislada durante siete días, seguido de otros siete días adicionales si no se ha producido ningún cambio. Si no ha habido cambios en la infección después de 14 días, se considera que la persona está limpia. Si ha habido algún cambio, la persona se considera impura hasta que la infección desaparezca (y, por lo tanto, indefinidamente).
•Respuesta a tener una enfermedad de la piel. El rol de sacerdote es significativo, como se muestra en Lv. 13 donde ocurren 11 instancias donde se “declarará impuro” y siete instancias donde se “declarará limpio”. Una mención de una persona limpia o inmunda sin un anuncio del pronunciamiento del sacerdote es rara. (La palabra traducida como “lepra” también se usa para la ropa y, por lo tanto, puede referirse a algún tipo de moho).
•Acciones requeridas de una persona pronunciada impura. La persona enferma debe vivir sola fuera del campamento, usar ropa desgarrada, mantener su cabello despeinado, cubrirse el labio superior y gritar “impuro, impuro” (Lv. 13:45–46).
•Para ser considerado limpio, la persona debe ir a un sacerdote. La ceremonia oficial de limpieza incluye la limpieza de la ropa, el afeitado del cabello y un ritual de limpieza. Además, al menos un cordero, si la persona era demasiado pobre para varios corderos, las aves podrían usarse como sustituto, y la harina y el aceite se deben dar como ofrenda (Lv. 14).
Pues:
B) Cristo tenía que cumplir toda la ley
Mateo 15:17 LBLA
17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina?
Por esto tenía que cumplirla:
Gálatas 4:4–7 LBLA
4 Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5 a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos. 6 Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre! 7 Por tanto, ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios.
Para que ahora por medio de Cristo, si podamos por sus méritos cumplir la ley, la ley moral.
Y en base a esto:
Fuimos limpios
c) Limpios para difundir el menaje de salvación
Llama la atención la actitud del leproso, no expecifica si acabó yendo al sacerdote. Pero, toma otra iniciativa primaria. Por otro lado, eso nos hace aprender la Palabra, que Cristo está por encima, como Señor y Dios, del estamento sacerdotal. Jesús es el sumo sacerdote.

45 Pero él, en cuanto salió comenzó a proclamarlo abiertamente y a divulgar el hecho, a tal punto que Jesús ya no podía entrar públicamente en ciudad alguna, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a Él de todas partes.

CAPITULO 2

Lo que hizo fue compartir con otros loq ue había Dios obrado en su vida.
Ese es neustro llamado, compartir con otros, que Crsito nos sanó de la enfermedad mortal, de la muerte, de la lepra del pecado y que lo puede hacer también con ellos.
CONCLUSIÓN
Hermanos
Juan 6:68–69 LBLA
68 Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios.
Aprendamos este de Pedro.
Sólo en Jesús hay sanación del alma.
Sólo en Jesús hay salvación.
Ni ídolos, ni falsos dioses, ni terapias humanas o endiosadas, ni técnicas de meditación.
Él Único que te puede limpiar de esta lepra y salvarte, se llama Jesucristo y está en su Trono, y algún día volverá. Y ahí seremos totalmente limpios.
Sigue a Cristo. Y ten la actitud que tuvo el leprosos sanado…
Pero recuerda, la gloria es para Dios, y si Cristo no hubiera obrado, el hombre sanado no hubiera tenido esa actitud, al igual que nosotros.
Gloria al Padre, al Hijo y al ES.
ORACIÓN FINAL
Concedenos Señor, ya que nos limpiaste de la lepra del pecado, podamos vivir en consecuencia a ello, es decir, vivir para ti, dándote la gloria en todo. Servirte como lo hizo después el hombre que tu sanastes, para que otros que aún vive con esa enfermedad, puedan conocerte y encomendarse a ti.Él único que puede limpiarnos para siempre. Mientas anhelamos el día en que seremos totalmente limpios para estar en la Eternidad contigo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Apelamos a tu bendición
24 “El Señor te bendiga y te guarde; 25 el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz”».
Porque tuyo Señor, es el reino y el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén».
Que la Bendición de Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea con todos vosotros. amén
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