El sufrimiento y el dolor

Job 5:7-9 “Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción. Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa; El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número;”

Job 5:17-18 “He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El hiere, y sus manos curan.”

Introducción

El sufrimiento y el dolor es un tema controversia y debatido en la iglesia, muchos afirman que los justo no deben sufrir y los que si sufren, es porque está pagando sus pecados, pero esta es una verdad a medias.

“Juan 9:2-3 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”

Padecer dolor no es cuestión de espiritualidad, aunque ser sabio y prudente evitará muchos dolores: “Salmos 32:10 Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.”

Así que, aun los justos están expuestos al dolor y sufrimiento: “Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Bajo los gobierno de Nerón (años 54–68) y Domiciano (81–96), muchos cristianos fueron decapitados, crucificados, quemados vivos, entregados a los perros, desmembrados o comidos por los leones del circo romano.

Perpetua una mujer joven, detenida violentamente, fue martirizada con azotes y heridas por animales salvajes, su padre le suplicaba que renegara su fe por el bien de su pequeño hijo. Pero ella le dijo: “¿ves esta vasija?, asó como esta vasija no puede llamarse por otro nombre, yo tampoco puedo llamarme de otra manera que cristiana”. Felicita fue decapitada, no sin antes animar a sus hermanos que eran martirizados.

En esta época Juan, el último de los doce apóstoles , fue apresado en Éfeso. Cuenta Tertuliano de Cartago (160–220) que para Juan prepararon un gran caldero lleno de aceite hirviendo, y tras mucho esperar a que el Apóstol quedara frito, terminaron por sacarlo totalmente ileso. Así fue cómo Juan, el discípulo amado, fue a parar a la isla de Patmos.

En el dolor y sufrimiento vemos obrando la soberanía de Dios sobre sus hijos.

Causa del Dolor

Todos experimentamos dolor, ya sea físico o emocional, y aunque es algo que queremos evitar a toda costa, veremos que es inevitable porque lo merecemos.

“Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”

a causa del pecado:

“Génesis 3:17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.”

El dolor que hemos sufrido es porque lo merecemos, y aun es menos de lo que nos corresponde.

Sufrimos por los pecados propios y por los pecados de nuestra especie humana.

Padecer dolor para ganar

“Marcos 8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.”

“Mateo 16:24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”

Una madre está dispuesta a sufrir los dolores de parto con tal de traer a vida a su bebé, así también el cristiano que esté dispuesto a padecer por la causa de Cristo recibirá recompensa eterna.

No solo padecer agresión, persecución, sino también sujetar la carne y sus deseos.

Este es una exhortación en la Biblia para vencer al pecado: “1 Pedro 4:1 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado.”

y por amor a nuestros hermanos: “1 Juan 3:16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.”

Estar dispuestos a padecer por la causa de Cristo está llena de grandes promesas: “Romanos 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Es como el atleta que esta dispuesto a sufrir dolor y cansancio con tal de prepararse para la competencia.

Los beneficios del dolor

Hay personas que nacen con la incapacidad de sentir dolor (analgesia congénita), esto les trae muchos problemas y agonía.

Si no sentimos dolor, ¿cómo darnos cuenta de que nos hemos roto un brazo o de que, quizá, nuestro apéndice está a punto de estallar en pedazos?

Esteven Pete "Tenía unos cuatro o cinco meses cuando me diagnosticaron, me habían empezado a salir los primeros dientes y ya me había comido casi un cuarto de la lengua".

El dolor nos indica que algo anda mal, cuando sentimos dolor es cuando más nos acercamos a Dios, pero Él está más interesado en nuestra salvación (lo más importante), que en nuestro alivio.

“2 Corintios 12:7-9 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” El aguijón de Pablo le mantenía en la gracia de Dios para que no se enorgulleciese por las revelaciones.

Sufrimiento

El dolor y el sufrimiento están ligados pero no son lo mismo.

Los atletas, las madres, los padres están dispuestos a padecer dolor, pero lo hacen con buen ánimo teniendo la esperanza que tendrá fruto de alegría, por lo tanto, aunque sienten dolor no están sufriendo, en el sentido de lamento y auto-compasión.

“Hechos 5:40-41 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”

El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional

Mientras más orgullosos somos, más sufrimos con el dolor.

Es nuestra desición sumirnos en la miseria del sufrimiento y auto-compasión cuando sufrimos dolor, o soportar pacientemente el proceso.

Sin embargo debemos ser compasivos con el que sufre y consolarlo, así como Dios nos consuela.

“2 Corintios 1:4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”

La esperanza gloriosa debe fortalecernos en el dolor, el saber que todo estos es temporal, pero la gloria y bienestar que nos espera con Cristo es eterno:

“Apocalipsis 21:4 “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”