Creer sin la intención de obedecer

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Estaremos en el mismo camino de los israelitas , que siempre decidieron No escuchar la vos de Dios.

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Creer sin la intención de obedecer
Estaremos en el mismo camino de los israelitas, que siempre decidieron no escuchar la voz de Dios Padre.
La obediencia es parte fundamental en una relación con Dios Padre Dios Hijo y Dios Espíritu,
Si uno escucha verdaderamente la palabra de Dios, entonces la obediencia es inevitable. Por lo tanto, si la gente no puede obedecer, los profetas a menudo acusan a los israelitas de ser sordos. La obediencia es lo que se espera de la relación de uno con Dios y la relación de un hijo con su padre “Hijos míos, escuchen las enseñanzas de su papá; presten atención para que adquieran inteligencia, porque lo que yo les enseño es bueno e importante, así que nunca olviden mis enseñanzas.”
Proverbios 4:1-2 PDT
https://bible.com/bible/197/pro.4.1-2.PDT
La verdad es que si no obedecemos es porque no estamos escuchando,, En el AT, Dios reveló sus planes y propósitos a Israel por el uso de su “palabra” o su “voz” mediante sus mensajeros. Así la idea de obediencia está íntimamente relacionada con la palabra hebrea shama, “oír”. Tan entrelazados están el “oír” con el “obedecer” que los traductores frecuentemente se ven presionados para saber cuándo deben traducir shama como “oír” u “obedecer”. En la religión hebrea el genuino oír es sinónimo de obedecer. Si una persona no obedece, indica que realmente no ha oído.
Qué pasó con Eva y Adán, Dios Padre le dio la orden a Adán que no comieran del árbol del bien y del mal..... La palabr a «obedecer», tanto en el AT como en el NT, es una traducción contextual del verbo «oír». De manera que, «obediencia» en la Biblia significa una respuesta activa a lo que uno oye, en lugar que un mero escuchar pasivo (Cf. Gn. 3:17; Ex. 24:7; Dt. 21:18–21). De esta forma,
La palabra «obedecer», tanto en el AT como en el NT, es una traducción contextual del verbo «oír». De manera que, «obediencia» en la Biblia significa una respuesta activa a lo que uno oye, en lugar que un mero escuchar pasivo (Cf. Gn. 3:17; Ex. 24:7; Dt. 21:18–21). De esta forma,
Claramente, hay una expectativa implícita de la obediencia en «oír» un mensaje
A los ojos de cualquier observador sincero de la escena religiosa actual, hay dos cosas que se harán evidentes de inmediato:
1. Que hay muy poco sentido del pecado entre los no redimidos. Y cuando hablamos de los no redimidos nos referimos a aquellas personas que están muertas para Dios Padre que espiritualmente son un cadaver.
2. Que el supuesto cristiano promedio vive una vida tan mundana y negligente que es difícil distinguirlo del hombre inconverso. Eso es creer sin tener la intención de obedecer. Y es allí donde entra el dilema moral, que es la disyuntiva y obligación que puede presentársele a una persona y que implica que deba decidir entre dos opciones, mas claro apocalipsis te lo dice “»Sé todo lo que haces. No eres ni frío ni caliente. ¡Sería bueno que fueras lo uno o lo otro! Como eres tibio, no frío ni caliente, te voy a escupir de mi boca.”
3. Apocalipsis 3:15-16 PDT
4. https://bible.com/bible/197/rev.3.15-16.PDT
Fíjate que La Biblia en toda su extensión da por sentada la habilidad de Israel para obedecer la ley. La condenación vino porque Israel, teniendo esa habilidad, rehusó obedecer. Y tu lo puedes ver a lo largo de toda la historia bíblica como el pueblo de Israel siempre desobedeció dicha ley. Ellos pecaron no por afable (prudente desaliento) decaimiento, sino por rebelión deliberada contra la voluntad de Dios.
Esa siempre es la naturaleza del pecado: el rechazo voluntario de obedecer a Dios. Aún así los hombres siguen tratando de lograr convicción en los pecadores, diciéndoles que pecaron porque no podían evitarlo.
La salvación en su totalidad es obra de Dios En esta posición es que Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo están activamente involucrados en el proceso de la salvación de los pecadores. Como señaló Cristo: “el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc. 19:10). “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere…” (Jn. 6:44). “ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (Jn. 6:65). “El Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:9). El argumento es reforzado por lo que el mismo Jesucristo cuenta acerca del buen pastor. El hombre, como aquella oveja, está perdido y no tiene la capacidad de encontrar el camino al Padre, por tanto el buen pastor tiene que ir en busca del perdido para salvarlo. Dios de tal manera ama a esta humanidad perdida, que va en busca de ellos para salvarlos. La iniciativa es toda de Dios. Y es ahi donde es qué hay que estar atento a escuchar su llamado, hay que escuchar, y oír, porque Jesucristo se presenta en el momento exacto y oportuno en tu vida, y hoy puede ser ese momento, que estas escuchando este audio, nuestro pastor Jesucristo te esta buscando
Si Dios dejara al hombre solo, sin intervenir soberanamente, nadie se salvaría, pues como es pecador y ama el pecado, el ser humano no tiene ni la inclinación ni la habilidad natural para buscar a un Dios santo. Bajo este concepto la salvación del pecador responde a una iniciativa divina directa. Sin esa iniciativa nadie se salvaría. Lo que nos interesa ahora es acudir a la Palabra de Dios, nuestra única regla de fe y práctica, en busca de la respuesta correcta. No nos interesa la opinión de algún individuo, ni argumentos filosóficos. Buscamos la clara enseñanza de la Biblia.
Thompson, Les. 2005. La fe que mueve montañas: Cómo ser libre de la esclavitud del pecado. Grand Rapids, MI: Portavoz.
El apóstol declara que la contaminación del pecado produce “muerte”. Le quita al ser humano la “vida”, la capacidad, la fuerza, la habilidad para buscar y hallar a Dios. En su estado natural, sin Cristo, el hombre no puede discernir a Dios. Las cosas espirituales le son locura (1 Co. 2:14). 14 Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede comprender, porque se han de discernir espiritualmente.
No tiene la mínima capacidad para animarse a prestar atención a lo que Dios demanda de él (Jn. 3:3, 5). “Jesús le respondió: —Te digo la verdad: el que no nace de nuevo, no puede tener parte en el reino de Dios. Nicodemo le dijo: —Pero si uno ya es viejo, ¿cómo puede nacer de nuevo? ¿Acaso puede regresar al vientre de su mamá y nacer otra vez? Jesús respondió: —Te digo la verdad: el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar al reino de Dios.”
Juan 3:3-5 PDT
https://bible.com/bible/197/jhn.3.3-5.PDT
Espiritualmente es como un cadáver. Solo cuando Dios hace entrar espíritu vivificante en esos huesos secos (Ez. 37:4–6) “Él me dijo: «Profetiza sobre estos huesos y diles: “Huesos secos, escuchen el mensaje del SEÑOR. Así dice el Señor DIOS a estos huesos: Voy a hacer que entre en ustedes aliento de vida para que tengan vida de nuevo. Les pondré ligamentos, los cubriré con carne y piel. Pondré en ustedes un espíritu que les dará vida. ¡Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR!”»”
Ezequiel 37:4-6 PDT
https://bible.com/bible/197/ezk.37.4-6.PDT
es que puede el ser humano responder a su divino llamado. Sin que Dios le dé vida, en su estado natural, todo hijo e hija de Adán sigue muerto en sus delitos (esta palabra, usada por el apóstol, quiere decir en griego que nos “salimos del camino” o que nos “caemos”) y pecados (que “no alcanzamos la meta” o “no alcanzamos el blanco”).
Ahí está el dilema humano. Somos pecadores. Nuestra naturaleza no puede evitar el pecado. No obstante, Dios es perfecto. Él no puede aceptar ni tolerar el pecado. Entonces, ¿qué podemos hacer para que Dios nos acepte?
¿Cuál es el argumento del apóstol Pablo? Nada podemos hacer a favor de nuestra salvación, ya que nacimos manchados por esa enfermedad del pecado. De hecho, ¡estamos muertos! Y ¿qué puede hacer un muerto? Si acaso llegara a tener vida, Dios se la tendría que dar. ¡Dios solo puede resucitar al que está muerto! Y de esta “resurrección” es que nos habla el evangelio.
Thompson, Les. 2005. La fe que mueve montañas: Cómo ser libre de la esclavitud del pecado. Grand Rapids, MI: Portavoz.
La respuesta de Cristo es que tal nacimiento es una obra de Dios y no algo que nace del hombre: “Lo que es nacido de la carne —el proceso natural del hombre—, carne es; y lo que es nacido del Espíritu —el proceso divino—, espíritu es”. Entramos al reino terrenal por el vientre de una madre. Entramos al reino de Dios por una obra renovadora del Espíritu de Dios. Este nuevo nacimiento no es logrado por algo que una persona haga, sino por obra del Espíritu Santo.
¿Quién recibe ese nuevo nacimiento? ¿Cuándo lo recibe? La respuesta de Jesús es: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Jn. 3:8). En otras palabras, es Dios quien determina el momento, no el hombre.
Thompson, Les. 2005. La fe que mueve montañas: Cómo ser libre de la esclavitud del pecado. Grand Rapids, MI: Portavoz.
El problema radica, aparentemente, en nuestra concepción de la fe. La fe, como Pablo la veía, era algo viviente, ardiente, que conducía a la redención y obediencia a los mandatos de Cristo. La fe en nuestros días a menudo no significa más que un pasivo asentimiento a una doctrina. Muchas personas, convencidas de su necesidad de poder, pero renuentes a pasar por la dolorosa lucha de la muerte a la vida vieja se vuelven con alivio a esta doctrina de tomarlo por fe como una salida de su dificultad.
Ahora regresamos al principio de este tema, Si uno escucha verdaderamente la palabra de Dios, entonces la obediencia es inevitable. La verdad es que si no obedecemos es porque no estamos escuchando, que aras ahora con esta información que tienes en tus manos.
Dios nunca producirá ninguna de sus grandes obras en tu vida, a menos que la realice por medio de tu fe personal.
Entonces al final de nuestra vida, la salvación eterna será el precio y la recompensa por haber oído, creído, recibido y obedecido a Jesús como tú salvador.
Hoy es el día de salvación recibe a Jesus como tu salvador en tú vida, si deseas puedes orar con migo y repite después de mi...
Señor Jesus yo te recibo hoy como mi único y suficiente salvador personal, creo que eres Dios, y que moriste en la crus por mis pecados y que resucitasteis al tercer día, me arrepiento soy pecador, perdóname Señor.
Gracias doy al Padre por enviar al hijo a morir en mi lugar, gracias Jesus por salvar mi alma hoy. En cristo Jesus mi salvador amén.
Si tu hicisteis esta oración, quisiera agregarte en mi lista de oración, si deseas hacerlo visita la pagina de impulso con montano en facebook y déjame un si en el masenger y estaré orando por ti.
Soy Ricardo montano una vos que clama en el desierto, nos escuchamos en el próximo episodio.
📷
Este del 14 al 15 tuvimos nieve.
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