JESÚS ES EL CAMINO AL PADRE
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Dentro de la conversación el jueves por la noche, en la semana de la Pasión, Tomás hace una distinción que suele pasar a la gente y a nosotros. Observe como Tomás distingue entre “donde” y el “camino”. La mayoría de personas en el mundo le puede decir, aun hasta niños, que el Cielo está arriba, que el infierno está abajo, pero cuando hablamos de camino al cielo, se abre un abanico de religiones diciendo cuál es el camino al cielo.
Juan 14.5 “Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”
En el v.6 Jesús dice que Él es el camino al Padre. Los que tienen a Jesús como Señor y Salvador, tienen un Padre, tienen una habitación ,tienen una familia en el cielo esperándoles.
continua Jesús diciendo:
Juan 14.7 “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”
Tres veces solo en este vesículo aparece la raiz del “conocer”. Esto me indica que conocer a alguien ahora, no después es importante para poder verlo.
La palabra Padre aparece cincuenta y tres veces en Juan 13–17. El cielo es “la casa de mi Padre”, según el Hijo de Dios. Es el hogar para los hijos de Dios.
El poeta Robert Frost dijo que el hogar es el lugar adonde, cuando llegas, tienen que recibirte. ¡Buena definición!
Texto Expostivo Juan 14:7 al 11
DESARROLLO
DESARROLLO
Jesús es el ÚNICO camino.
En este conversatorio: Jesús-Tomás y Felipe.
Juan 14.6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Durante los tres años del ministerio del Señor Jesucristo, anunció una y otra vez que ÉL era el Camino. A lo mejor me puedes decir: !..Si pastor, yo voy al cielo, pero eso pasa, aquí con pruebas tras prueba, enfermedades me llevan de la mano día a día, y el viento del desprecio me pega en la cara en ocasiones…!
EXAMPLE: Cuando era niño me escapa para ir a una poza (Había que pasar el límite de la ciudad-era una finca tenebrosa-solotaria-había un guarda con escopeta. Uno adulto sabe que no l e va a disparar, pero siendo un niño, uno piensa que sí.Llegar a la poza era un gran desafío, sin contar los arruñazos de alambre púas, los espinasos, las majadas de boñiga. Pero, todo ese riesgo y dolor para llegar a la poza, se desvanecía cuando se llegaba a ese lugar tan bello y refrescante.Y además, el que iba quedaba como valiente, pues no todos los niños se atrevían.
¿A quién le importa el viaje cuando el camino lleva a casa?” La seguridad de un hogar celestial al final del camino de la vida nos permite soportar gozosamente los obstáculos y batallas en el camino. Fue esta seguridad que animó incluso a nuestro Señor:
Hebreos 12:2 “el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz”
Pablo tenía en mente esta verdad cuando escribió:
Romanos 8:18 “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
Jesús, el camino al Padre dice:
2. La esperanza se presenta al confiar en la persona de Cristo
Juan 14.7 “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”
Hasta este momento, em al conversación son: Jesús-Tomás y Felipe, pero esto va a cambiar. Para levantarlos de la ceniza de una fe inconstante de los discípulo, representada por la voz de Tomás:
Juan 14.5 “no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”
Jesús los devolvió a la verdad de ser el Dios encarnado. Los reprendió (los verbos en el v. 7 son plurales, lo cual indica que El Señor ya no se dirigía solamente a Tomás, como en el v. 6, sino a todos los discípulos)
Juan 14.7 “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”
“Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais”. Si los discípulos hubieran entendido completamente quién era Jesús, también habrían conocido al Padre.
Ellos había escuchado:
Juan 10.11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
Como no lo relacionaron con una pasaje tan conocido en esa época, como en la nuestra, pero aun así, muchos no creen que Jesús es Jehová:
Salmo 23.1 “Jehová es mi pastor; nada me faltará.”
Juan 10.30 “Yo y el Padre uno somos.”
En el A.T. aparece la palabra “Señor” “Kirios”. Pero este Señor no es como hablando del jefe: !Si señor! sino diciendo El Soberano-El Elohim-Jehová-El Eterno. Esa palabra “Kirios” es la que usaba Jesús. Por esa razón los judíos se encendía al oír que Jesús se hacía igual a Dios.
“Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais”. Esta es una clara declaración de completa deidad e igualdad con el Padre. Jesús es el camino hacia Dios, porque Él es Dios. No solamente es una manifestación de Dios, es Dios manifestado. Este no es un tema nuevo en el Evangelio de Juan, es más , comienza así:
Juan 1.1-3 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”
Este tema, que Jesús es Dios, es una linea divisoria entre la iglesia verdadera vrs las sectas falsas.
Génesis 19.24 “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;”
Filipenses 2.6 “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,”
Romanos 9.5 “ según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.”
Tomás:
Juan 20.28 “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”
Muchos a lo largo de la historia han considerado que Jesús solamente es un hombre bueno; un maestro religioso o de la moral, virtuoso y ejemplar. Pero eso es imposible. Si alguno afirmara ser Dios encarnado y su aseveración fuera falsa, ese sería un engañador malo. Mas la evidencia muestra de modo concluyente que Cristo ni era mentiroso ni estaba loco. Más bien, Él era Dios, tal cual dijo que era.
Esto es vital, lo que estoy afirmando. La reacción o la respuesta de cada persona ante esta afirmación determina su destino eterno:
Juan 8:24 “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.”
La parte B:
Juan 14.7 “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”
La parte B “desde ahora le conocéis, y le habéis visto” puede interpretarse como referencia a ese mismo instante en el aposento alto. Sin embargo, la pregunta de Felipe en el versículo 8 “muéstranos al Padre”,
Juan 14.8 “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.”
Donde se sugiere que los discípulos aún no entendían qué quería decir Jesús, es un argumento contra el cumplimiento inmediato de sus palabras. Solo fue después de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo, y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés , que los discípulos entendieron por fin la deidad de Jesús y su relación con el Padre. Jesús les habló como si fuera una realidad presente porque así lo entenderían en el futuro.
Juan 14.26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
La respuesta de Jesús silenció a Tomás, pero Felipe no estaba satisfecho:
Juan 14.8 “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.”
No estaba contento con el conocimiento revelado de que Jesús es Dios. En su lugar, quería una manifestación visible de la presencia del Padre para dar sustento a su fe. Tal vez tuviera en mente las experiencias de Jacob:
Génesis 32:30 “Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara,
Las visiones de Isaías o Ezequiel.
Tal teofanía (Dios toma forma de cuerpo), añadió Felipe, bastaría para darles tranquilidad (el pronombre plural en muéstranos el Padre sugiere que Felipe hablaba e nombre de todos).
3. La Respuesta del Señor
Juan 14.9 “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”
Era una reprensión a Felipe y a los otros discípulos por la incredulidad y fe inconstante.
Jesús les dice firmemente a Felipe y a los otros: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”
Las palabras de Cristo tienen un sabor a tristeza. Pues Jesús había invertido su vida en estos hombres. Habían vivido en Israel un día tras otro con:
Colosenses 1:15 “la imagen del Dios invisible”
2 Corintios 4.4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
Jesús es aquel en quien:
Colosenses 2:9 “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”
Hebreos 1.3 “el resplandor de [la gloria de Dios], y la imagen misma de su sustancia”
Aun así, a pesar de estar con Jesús por tanto tiempo, los discípulos no entendían completamente la verdad sobre Él y su unión con el Padre. Esta confusión parece relacionarse con que Jesús no vivió de acuerdo con las expectativas mesiánicas de ellos. Aún después de la resurrección seguía con el pensamiento de libertador de Roma:
Hechos 1.6 “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”
Eso era inexcusable de parte de ellos y decepcionante para Jesús.
Jesús hace otra pregunta:
Juan 14.10 “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”
Y su mandamiento en el versículo 11:
Juan 14.11 “Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.”
Sugieren la cura para la confusión y el desconcierto de los discípulos. La fe no solo es el medio para apropiarse de la salvación:
Efesios 2.8 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe”
También es la esencia misma del sustento para la vida cristiana:
Hechos 6.5 “Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe”
2 Co. 5.7 “(porque por fe andamos, no por vista);”
Vea versículo 10:
Juan 14.10 “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”
Pero la fe cristiana no es un “salto en el vacío” ciego e ilógca, ni una fe mística y vaga en la fe misma. La fe cristiana se apoya en el fundamento sólido de la evidencia abrumadora. Jesús afirmó la fe decaída de los discípulos recordándoles primero sus palabras, que no las habló por su propia cuenta, sino por el poder perenne del Padre. Juan el Bautista testificó así de Cristo:
Juan 3.34 “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.”
En Juan 7:16 Jesús declaró:
Juan 7.16 “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.”
También añadió:
Juan 12.49 “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.”
Las palabras del Señor eran tan poderosas que en la conclusión del Sermón del Monte:
Mateo 7.28-29 “cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”
Cuando los enviados a arrestar a Jesús fallaron en su intento de prenderlo, dijeron intimidados a sus superiores los alguaciles:
Juan 7.46 “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”
dLas palabras divinas y poderosas de Jesucristo, que penetran el corazón y la mente, son la respuesta al clamor de los redimidos, que cuando son expuestas nos aumentan la fe:
Lucas 17.5 “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.”
Los apóstoles no son debían creer en las palabras, sino también en las obras :
Juan 14.11 “Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.”
Jesús dijo:
Juan 10.25 “ las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;”
Nuevamente el Señor hace un llamamiento a la fe. Jesús da dos motivos para que crean en la igualdad Suya con el Padre. Primeramente la palabra de Jesús. Nunca había hablado más que la verdad.
Hay cosas que no comprenderían en la dimensión necesaria. La idea de Dios que existe en tres Personas, no estaba en la teología que les había sido enseñada. Tendrían que meditar en ello. El Espíritu Santo, que vendría, luego de la partida de Jesús, cumpliría la misión de enseñarles y conducirlos a toda verdad. Pero ahora, lo que pide Cristo es que ellos crean que el Padre y Él son uno, y asuman por fe, si no es por comprensión intelectual en aquel momento, la providencia divina.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Juan 14.7 al 11
Como en un jucio, cuando se escuchan las pruebas, los testimonio y el juez se levanta a dar el veredicto:
Jesús es la imagen visible, tangible, del Dios invisible. Es la revelación completa de lo que es Dios. Jesús explicó a Felipe, el que deseaba ver al Padre, que conocerlo a Él equivalía a conocer a Dios. La búsqueda de Dios, de la verdad y de la realidad, conducen a Cristo.