LAS MARCAS DE LA GRACIA

GRACIA  •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 120 views
Notes
Transcript
Orar

1. Introducción:

Yo llegando a la iglesia diciendo que, me he demorado porque un camión me ha atropellado y no tengo evidencia alguna de ello.

2. Marcas:

Una persona que esta en la Gracia, se vuelve humilde.

a. Es humilde:

Quien esta en la gracia de Dios, quien ha abrazado la gracia de Dios no es soberbio, es humilde.
¿Por qué?
Porque él entiende todo lo que ya vimos. Él era un muerto, un esclavo del pecado, era un hijo de la ira, un pecador camino hacia la condenación eterna.
Él era malo y cuando uno entiende que es malo, no ve con malos ojos a nadie más.
Ro. 6:17
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados.
¿Habéis obedecido, cómo? De corazón
No para ganar nada, no para conquistar nada, no para ganar el favor de Dios. Fue de corazón.
La gracia de Dios fue lo que te libero de la esclavitud del pecado, fue la gracia de Dios que te capacito para poder obedecer de corazón al Evangelio (decir si a Cristo como Señor y Salvador).
Ahora que entiendes que, por Su Gracia te saco Dios de aquel lodo en el cual te revolcabas, ahora que entiendes como era antes tu condición, ahora solo te queda ser humilde, porque no tienes de que jactarte, no tienes de que gloriarte.
Y si de algo quieres gloriarte, puedes decir al igual que Pablo:
…lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, …
Gal. 6:14
Hermanos, cuando un creyente conoce la Gracia de Dios, aquel creyente se mueve por el corazón y se vuelve humilde.
El humilde no es aquel que es pobre, poque hay pobres soberbios y ricos con una actitud humilde.
La humildad genuina es el resultado de la Gracia de Dios actuando en una persona.
Cuando miramos a alguien que no hace lo mismo que yo hago, no me siento superior.
- Yo oró y mi esposa por qué no ora.
- Yo leo la Biblia y mi esposo por qué no lee la Biblia.
- El día que me reclame de que yo no oro, le diré: Si tú no oras, si tú no lees.
Si haces lo que haces que sea en humildad, para la Gloria de Dios, de corazón.
Si haces lo que haces que sea con un corazón humilde, porque entiendes que, si no fuera por la Gracia de Dios, no harías nada de lo que hoy haces. Si no fuera por la Gracia de Dios, no tendrías ese sentir del querer como el hacer.
Cuando estoy en la Gracia lo único que me mueve a hacer las cosas es la humildad y hacerlas de corazón.
Una persona que esta en la Gracia no solo se vuelve humilde, sino que también tiene una buena conducta para con los demás.

b. Buena conducta:

2 Tim. 2:24 - 26
24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos (hay quienes solo son amables con los cristianos, algunos ni con los cristianos, pero tenemos que ser amables para con todos), apto para enseñar, sufrido;
25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
Tenemos que ser amables con todos, tenemos que corregirlos con mansedumbre, tenemos que enseñarles, tenemos que ser sufridos.
Cuando uno está en la Gracia de Dios, una de las cosas que más se ve, es la manera en como tratas a los demás, la conducta que tienes ante los demás.
- ¿Cómo tratas al mozo que se demora en atenderte?
- ¿Cómo eres cuando después de haber esperado una hora tu pedido, no es agradable tu plato de comida? ¿qué cara se te queda? ¿con qué tono le reprochas al mozo?
- ¿Cómo eres en la cola del banco, de la vacuna, donde se demoran más de una hora en atenderte?
- ¿Cómo eres cuando un día tu esposo te contesta mal? ¿cómo eres cuando un día tu esposa se comporta inadecuadamente?
- ¿Cómo hablas a tu hijo cuando ha desaprobado un curso?
- ¿Cómo es tu conducta frente a tus clientes?
- ¿Cómo es que le hablas a tu vecino que siempre hace bulla a lado?
Mis hermanos, el creyente que vive en la Gracia, reacciona ante las circunstancias con buena conducta.
El creyente que vive en la Gracia, sabe dar gracia a los demás.
Pero ahí esta el hermano con esa frase: Así soy yo.
Esa es la frase de un incrédulo, pero no de un creyente que vive en la Gracia.
Esa es la frase más egoísta y antipática que puedes escuchar en una persona.
Mi hermano, eso es soberbia, eso no es humildad, eso no es negarse, eso no es amar al prójimo.
Eso no es mostrar una buena conducta y aquel que no muestra una buena conducta ante los demás, es porque no a abrazado aún la Gracia de Dios.
Quien ha abrazado la Gracia de Dios, también comparte el Evangelio con todos.

c. Comparte el Evangelio:

Jn. 4:39
Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
¿Recuerdan este encuentro de Jesús con la mujer samaritana?
Esa mujer abraza la Gracia de Dios. Porque Jesús con Gracia y verdad, con mucha ternura le hace entender la vida pecaminosa que ha venido llevando.
No, tú has tenido muchos maridos y él que tienes tampoco es tuyo.
Hermano, en pocas palabras le llamó eres una cualquiera, con tacto. Para su tiempo ella era alguien vista como una ramera, pero se lo dijo con prudencia, no ha modo de juicio, Jesús le hizo ver su pecado.
Jesús le hizo entender que su alma estaba sedienta y que nada en este mundo iba a saciar su alma. Pero Jesús era y es esa agua viva que, cuando ella bebiera de Él, ella nunca más tendría sed.
Y esa mujer bebió del agua. Abrazó la Gracia de Dios y automáticamente se fue a contar a todos sus vecinos de samaria.
Y dice Juan, muchos samaritanos creyeron en Él, por esa mujer.
Hermanos, la prueba de que yo he abrazado esa Gracia, es que me he visto mis pecados claramente, he visto cuan pecaminoso es mi corazón, he visto que nada en este mundo me puede satisfacer y he visto la única salvación que Dios por Gracia otorga a través de Cristo.
Pero no me quedo ahí, sino que comparto del Evangelio, comparto de la Gracia de Dios.
Soy como un mendigo que avisa a otro mendigo, donde hayo pan (el Pan de vida que descendió del cielo).
Soy como un mendigo que avisa a otro mendigo, donde hayo agua (el agua viva que, cuando la bebés no tendrás sed jamás).
Yo siendo un fornicario, un adultero, un asesino, un mentiroso he conocido la Gracia de Dios, yo tengo que llegar con la Gracia de Dios a otro fornicario, ladrón, mentiroso.
Decirle que hay alguien que pagó por sus pecados y no con billetes, sino con Su sangre, que nos va a satisfacer, que hay alguien que nos da de un agua que, nunca más tendremos sed.
Hermano, quien esta en la Gracia de Dios, no puede callar el Evangelio.
Si tú no hablas del Evangelio a nadie, dudo que la Gracia de Dios este en ti, porque la Gracia transpira por los poros de un creyente.

d. Arriesga e invierte recursos y su vida:

Mt. 6:19 – 21
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
El hijo de Dios no solo predica, no solo tiene buena conducta ante los demás, no solo muestra humildad, el hijo de Dios da su vida y con su vida entran sus recursos.
El hijo de Dios no busca acumular riquezas en esta tierra ¿para qué? Para que el día de mañana al ya no estar tus hijos se peleen por la herencia.
El hijo de Dios no se estresa por generar cada vez más ingresos.
El hijo de Dios no sufre de ansiedad por conseguir cada vez más bienes.
El hijo de Dios, si algún momento debería de estresarse, si algún momento cae en ansiedad, debería de ser por una preocupación de no estar haciendo nada para la Gloria de Dios, de no estar dando su propia vida en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
Debería de estar preocupado de que, la Gracia de Dios, le hizo entender que, su vida física y espiritual no le pertenece a Él, y justamente es con esa vida que no esta haciendo nada para el Reino de Dios.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Deberías de estar preocupado si tu corazón alberga tesoros terrenales y no a Cristo, como tu tesoro.
Todo ser humano solo piensa en la tierra, en el aquí y ahora, pero si la Gracia de Dios ha tocado nuestras vidas, nuestros ojos dejan de ver el polvo de la tierra y suben al cielo.
Ahora yo pienso en la eternidad.
¿Qué es lo mas importante que yo tengo que hacer en esta tierra? ¿Una casa, un coche, un trabajo? No, glorificar a Dios.
¿Qué es lo más importante que yo tengo que hacer como Padre? Que mi hijo tenga todo. No, que ame a Dios sobre todas las cosas.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Si tu corazón a abrazado la Gracia de Dios, entonces tu tesoro ahora está en los cielos.

e. Alaba al Señor de la Gracia:

Cuando entendemos que somos unos miserables, pecadores y hemos sido perdonados, tú corazón no para de gritar: Gracias, gracias.
1 Co. 1:31
para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Ilustración:
Hermanas, muchas veces ustedes más que los padres han dicho a sus hijos: Cuando seas grande me entenderás. Cuando seas grande me lo vas a agradecer.
Y ya cuando los hijos somos mayores, entendemos. Cuando ya los hijos somos mayores, damos gracias a papá y mamá por lo que hicieron por nosotros. Y a veces los hijos queremos llevarlos a comer, queremos llevarlos de viaje, vestirlos, porque es loable todo lo que antes hicieron por nosotros.
Ahora que entiendes lo que la Gracia de Dios ha hecho por ti a través de Cristo, ¿agradeces?
Ahora que entiendes quien eras tú, cual era tu condición, de donde te saco Dios, cual fue el precio, ¿lo alabas?
El que se gloría, gloríese en el Señor.
Si ahora mi hermano, has cambiado y ya no eres el de antes, alaba a Dios.
Si ahora mi hermana, ya no buscas pelear con tu esposo, alaba a Dios.
Si ahora joven, sientes que puedes luchar con tus tentaciones, alaba a Dios.
Si eres usado por Dios de alguna manera, alaba a Dios.
Y puedes decir al igual que Pablo:
…por la gracia de Dios soy lo que soy…
1 Co. 15:10
Sal. 145:1 – 7
1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
2 Cada día te bendeciré,
Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su grandeza es inescrutable.
4 Generación a generación celebrará tus obras,
Y anunciará tus poderosos hechos.
5 En la hermosura de la gloria de tu magnificencia,
Y en tus hechos maravillosos meditaré.
6 Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
Y yo publicaré tu grandeza.
7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
Y cantarán tu justicia.
El salmista no habla de lo que él es, de lo que él hace, él ha desaparecido por completo aquí.
Todo es Él, Él, Él. Todo es Su, Su, Su.
Es necesario que yo mengue y que Él crezca.
Es Su grandeza, Sus obras, Su amor, Su gracia.
Mis hermanos, cuando la Gracia de Dios forma parte de nuestra vida, nosotros dejamos de ser el centro de nuestra vida y Dios comienza a ser el eje de nuestra existencia.
Hermano, soy lo que soy, eres lo que eres, por la Gracia de Dios.
Así que, gracias a Dios por la Gracia.
Related Media
See more
Related Sermons
See more