La compasión

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Introducción. La creación estaba completa, Dios la diseñó para que fuera autosustentable, fuera cuidada por el hombre y sin necesidades para el ser humano, y ahí estaban el primer hombre y la primer mujer en ese Edén completos, porque Dios sustentaba todas las cosas y ellos tenían un futuro delante suyo con la bendición de Dios. Oh qué dicha sería vivir con esa bendición por siempre, pero terrible es el pecado que corrompe al ser humano y lo vuelve miserable y distante de toda bendición eterna.
Oración.
Para abordar este tema de la misericordia, tenemos que reconocer que no habría un entendimiento sobre este tema tan profundo sino comenzamos en el carácter mismo de Dios. Ahora bien para ello necesitamos mirar a los pactos que Dios ha hecho con la humanidad.

1 La compasión de Dios

Génesis 3.15-17 “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.”
Génesis 9:12–16 RVR60
Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.
Génesis 17.1-6 “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.”
Jeremías 31.31-32 “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.” Jeremías 31.33-34
Jeremías 31:33–34 RVR60
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
En qué se basan estos pactos
En todos los casos Dios toma la iniciativa: no se trata de un acuerdo entre partes iguales; Dios establece los términos. Los da a conocer y sólo Él garantiza su cumplimiento. Los seres humanos disfrutan de las bendiciones del Pacto en tanto obedezcan y cumplan los mandatos de Dios.
Pero podemos estar seguros y convencidos de que todo lo que Dios se ha comprometido a hacer por medio de dichos Pactos, Él lo hará con toda la perfección de su infinito Ser.
Por ello cuando participamos de la Cena del Señor, estamos recordando el nuevo pacto en Su Sangre preciosa.
No vamos a hablar de los pactos en sí. Necesitamos mirar lo que Dios hace por medio de esos pactos.
Tiene misericordia de la humanidad.
No merecen la bondad de Dios, ni la preservación de la vida.
No merecemos ser participes de ese 1 Pedro 2.9-10 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
La compasión de Dios se expresa en.
La preservación de una humanidad rebelde
La gracia común que vemos en la creación.
En amor nos dio salvación, por su puro afecto Efesios 1.5 “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,”
La más grande muestra de la compasión de Dios es su salvación por medio del Sacrificio perfecto de Jesucristo.
La incapacidad de la humanidad.
No podemos dejar de lado la incapacidad de los seres humanos de amar como Dios espera.
La humanidad es pecadora y no representa en nada el carácter de compasión de Dios.
Los seres humanos no podemos salvarnos porque nuestra es esencia es caída y corrupta.
Dios no nos salva y nos transforma, no nos deja en una vida sin sentido y sin santidad, pues es su poderosa obra por medio del Espíritu Santo en la verdad de Su Palabra que nos lleva a ser hijos de verdaderos de Dios.
Ahora bien, nuestro Señor espera obediencia amorosa de nuestra parte para que sea el reconocido en este mundo sin Luz y en tinieblas.

2 El mandamiento para nosotros.

Lucas 10:30–37 RVR60
Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
La ordenanza de amar a nuestro prójimo aparece a lo largo de todas las Escrituras.
La Parábola del buen samaritano responde a la pregunta de Lucas 10:25-29 “Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?”
El Señor Jesús le dijo a este intérprete de la ley que el debería ser el buen prójimo
Jesús no respondió la pregunta quién es el prójimo pues claramente lo sabía.
La compasión es un asunto espiritual Lucas. 10.25-28, 36-37. El intérprete quería poner límites en quien amar, trata de aparentar- rebajando el mandamiento de Dios.
La misericordia es dada con libertad y sin expectativas Lucas. 10:33-35.
La misericordia es algo que se espera del pueblo de Dios Lucas. 10:37.
MISERICORDIA: La misericordia es una demostración inmerecida de amor, que fluye del carácter de Dios, a través del Evangelio, buscando aliviar el sufrimiento físico y espiritual de los demás. Curso de CHF “Reevaluando la misericordia”
CRISTO ES EL VERDADERO JUBILEO- SALVACIÓN- DESCANSO- SANACIÓN. Lucas 4.17- 21 “Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”
La compasión que el Señor espera.
Con nuestros bienes. Lv. 19.9-10Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.”
Con nuestras palabras Lv.19.11-12 “No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.”
Con nuestras acciones Lv. 19.13-14No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.”
Con nuestros juicios Lv. 19.15-16No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo. No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.
Con nuestras actitudes Lv. 19.17-18No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
Gálatas 6:7-10 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
La Misericordia - el amar a nuestro prójimo como a uno mismo
Es más que una justicia social- armar un movimiento o hacer una marcha- es una justicia bíblica.
El A.T. nos muestra como se descuidó la justicia bíblica. Isaías 58. Jeremías 22. Amos 5,Así que aquí está la lección para nosotros: los cristianos que no mienten, estafan, roban, asesinan, aceptan sobornos, defraudan, y retienen los salarios acordados, probablemente estén haciendo justicia. Los cristianos culpables de estas cosas probablemente no sean cristianos en absoluto.
Calvino resume: La integridad y la rectitud se dividen en dos partes; primero, que no hagamos daño a nadie; y en segundo lugar, que concedamos nuestra riqueza y abundancia a los pobres y necesitados. Y estas dos deberían ir juntas; pues no es suficiente abstenerse de actos de injusticia, si rechazas tu ayuda al necesitado; tampoco será de mucha utilidad proveer tu ayuda al necesitado, si al mismo tiempo robas algo de aquello que concedes a otros… Estas dos partes, por tanto, deben mantenerse juntas, teniendo nuestro amor a nuestro prójimo aprobado y aceptado por Dios. DEYOUNG, KEVIN; GILBERT, GREG. Cuál es la misión de la iglesia: Entendiendo la justicia social, el shalom, y la gran comisión. Editorial Peregrino. Edición de Kindle.
4. Preocuparse y ver por los afligidos- viudas, huérfanos y pobres no es solo liberal, sino bíblico. Los rituales religiosos y disimular con respecto a este requerimiento es engañarnos a nosotros mismos. Pero PODEMOS hacerlo centrados en el Evangelio.

3 La compasión centrada en el Evangelio.

Hechos de los Apóstoles 2:43–47 RVR60
Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
La iglesia debe ser rica en buenas obras.
Cuando vemos a la iglesia compartiendo lo que vendían de las propiedas nos habla de un despertar, Hechos 2.45-46 “y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,”
La iglesia abraza el Evangelio y predica el Evangelio. Si se dan cuenta no se registra algo igual en las demás iglesias. Perro no significa que no haya sucedido cosas similares.
Hechos 11.28 “Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio.” - Romanos 15.25-26 “Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.” 1 Corintios 16.1-4 y Gálatas 2.9-10 “y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.”
La iglesia- se centra en el Evangelio para mostrar la misericordia.
Afirma nuestra Salvación. Juan 13.34-35 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
Dar con generosidad 1 Tes 1. 6 “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo,” 1 Tes 2.14 “Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos,”
Demuestra nuestro amor a Dios y a los demás. Judas 1.21-23 “conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.” Tito 2.14 “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
La iglesia sabe que la misericordia no es algo intelectual- sino práctico. Hesed amor en acción.
El fin es amar al prójimo. 1 Tesalonicenses 4.9-12
1 Tesalonicenses 4:9–12 NTV
Pero no hace falta que les escribamos sobre la importancia de amarse mutuamente, pues Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros. Es más, ustedes ya muestran amor por todos los creyentes en toda Macedonia. Aun así, amados hermanos, les rogamos que los amen todavía más. Pónganse como objetivo vivir una vida tranquila, ocúpense de sus propios asuntos y trabajen con sus manos, tal como los instruimos anteriormente. Entonces la gente que no es cristiana respetará la manera en que ustedes viven, y no tendrán que depender de otros.
Trabajar para tener que compartir con los que padecen necesidad. Efesios 4.28 “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” El trabajo en la oficina, en la casa, en el negocio es para la gloria de Dios, es para honrar al Señor. Como ama de casa tu honras al Señor, Como trabajador lo haces al ser honesto y al ver como tu labor ayuda para bendecir la ciudad, tu como dueño o encargado puedes honrar al Señor al ser diligente, osado, honesto, pensando en personas no en máquinas de dinero.
El evangelio lo cambia todo, nos salva, nos transforma y nos une para avanzar juntos en estos distintivos que traen a Dios la gloria y muestras que aprendemos de Él.
Pero no podemos ver que el Evangelio no solo trata de ahorita, sino del futuro. Entonces, ¿qué vamos a hacer en el cielo? Lo mismo que le pregunté a mi hermano: adorar a Dios. Pero recuerda que adorar no es solo levantar las manos: al hablar, al reír, al leer, al vivir, se supone que yo estoy adorando a Dios. Y eso es lo que haremos por la eternidad: adorar a Dios con todo lo que somos y con todo lo que hagamos. Apocalipsis 21.1-4 “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” Apocalipsis 21.10-11 “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.”
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