Leyes de la herencia
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· 305 viewsLas herencias de Israel pertenecían a Jehová, por tanto la tribu de Manasés consulta a Moisés respecto a la herencia de las hijas de Zelofehad.
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Leyes de la herencia
Leyes de la herencia
Introducción
Introducción
Dios promete la tierra de Canaán a Israel como posesión perpetua pero con la consigna de que la tierra le pertenece a Él y a ellos solo se les permite habitarla sin que puedan negociarla.
Levítico 25:23 “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.”
Dios estableció reglas para que las familias no perdieran su tierra, sino que en caso de que por algún fracaso económico, pudieran volverlas a recuperar en el día del jubileo.
Los israelitas podían arrendar su tierra a otras familias, y el pago era en base al tiempo que debía transcurrir hasta el jubileo que se celebraba cada 50 años (Levítico 25). Al llegar el jubileo, todas las familias debían regresar a su heredad que les fue entregada cuando conquistaron la tierra prometida.
Los israelitas no estaban pensando quedar establecidos en el desierto, no reclamaban ninguna propiedad ahí, porque tenían la promesa de poseer una tierra a perpetuidad en Canaán.
Así también nosotros tenemos la promesa de una herencia eterna, donde nadie podrá quitárnosla porque le pertenece a Dios y Él nos la dará. Así que no importa si no tenemos propiedades aquí en la tierra.
Las hijas de Zelofehad
Las hijas de Zelofehad
Las herencia eran entregadas a los varones, pues las mujeres adquirían el nombre de su esposo, y esto no porque Dios fuera machista sino porque se establecía un orden por el cual se podía identificar fácilmente el origen de las familias.
En Números 26 estudiamos que un hombre llamado Zelofehad que murió y no tuvo hijos, por lo tanto según las leyes se perdía su herencia. Pero sus cinco hijas no querían que la herencia de su padre se perdiera, no tanto por ambición, pues ellas gozarían de la herencia de sus esposos. Si no para que el nombre de su padre fuera recordado.
Así que consultaron a Moisés y Moisés a Dios, por lo cual Dios estableció que las cinco hijas recibieran la herencia de su padre fallecido.
La petición de la tribu de Manasés
La petición de la tribu de Manasés
Números 36:1-4 “Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y de los príncipes, jefes de las casas paternas de los hijos de Israel, y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la tierra a los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor, que dé la posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas. Y si ellas se casaren con algunos de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de la herencia de nuestros padres, y será añadida a la herencia de la tribu a que se unan; y será quitada de la porción de nuestra heredad. Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; así la heredad de ellas será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres.”
Los líderes de la tribu de Manasés previeron que si las hijas de Zelofehad se casaban con hombres de otra tribu, automáticamente la herencia pasaría a nombre de ellos, perdiendo así territorio.
Por tanto consultan esto a Moisés y nuevamente Moisés consulta a Jehová sobre este asunto.
La respuesta de Jehová
La respuesta de Jehová
Números 36:5-7 “Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los hijos de José habla rectamente. Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se casarán, para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres.”
Dios establece entonces que las hijas de Zelofehad podían casarse con quien quisiesen, pero debían ser con hombre de su propia tribu, para que su herencia quedara dentro de su territorio. Números 36:6 “Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se casarán.”
Dios nos da la libertad de casarnos con quien queramos, pero siempre dentro de los principios establecidos por Él.
2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”
El mundo quiere engañar a los jóvenes con las palabras: “En el corazón nadie manda”, pero la Biblia dice: Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”
Proverbios 4:23 (NTV) “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida.”
El enamoramiento puede ser influenciado por la concupiscencia (deseos de la carne) o guiado por el Espíritu Santo.
Por tanto debes someterte a Dios en oración y llenar tu mente de la Palabra de Dios para que puedas tener el discernimiento y la templanza de tomar decisiones correctas en tu enamoramiento.
Conclusión
Conclusión
Las hijas de Zelofehad: Maala (enfermedad), Noa (Movimiento), Hogla (Perdiz), Milca (Reina) y Tirsa (Deleite), fueron obedientes y contrajeron matrimonio con hombres de su tribu. Números 36:10-12 “Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad. Y así Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos de sus tíos paternos. Se casaron en la familia de los hijos de Manasés, hijo de José; y la heredad de ellas quedó en la tribu de la familia de su padre.”
La obediencia de estas mujeres trajo bendición, no solamente a sus hogares sino también a su comunidad.