NOTAS APATIA
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Es muy común dentro del cristianismo tratar con cristianos indiferentes, perezosos con falta de energía, APATICOS!
Hay muchos cristianos sin fuerzas, que nada importa para ellos, están pensando solo en sí mismos, nada les turba el corazón, nada los hace moverse de su comodidad. Están estáticos. Es muy común verlos que no tienen comunión con Dios, no leen la palabra, no ayunan, no van mucho a la iglesia, no ayudan a sus prójimos. Tienen una vida sedentaria, donde abren más la boca y mueven más rápido la lengua que los brazos o los pies.
Este tipo de cristianos son cristianos apáticos
Apático=
La persona apática percibe la vida espiritual como insulsa, vacía y sin sentido, siente que el gozo y las partes gratificantes del cristianismo han sido detenidas. No se tienen ganas de hacer nada, aunque en el fondo uno sabe que debería hacer algo por salir de esa situación, de esa tristeza. Con frecuencia se suele estar cansado, se está cansado incluso antes de realizar algun esfuerzo. Se siente incapaz de pasar de la intención de hacer algo por sí mismo.
La persona apática nunca no ve la necesidad de hacer las cosas, siempre cuestiona o simplemente no obedece, la persona apática, siempre antepone sus gustos y debilidades de su carne ante sus responsabilidades, si tiene sueño se duerme, no importa si esta en el trabajo, en la universidad, en una exposición o en la iglesia, etc. Durante la etapa de la iglesia primitiva tambien ocurrian estas cosas, a Pablo un apatico se le durmio mientras el predicaba y cayo desde el tercer piso de una casa, “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. y un joven llamado Autico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo.” Hechos 20:7,9-10
La persona apática suele ser poco emocional. Nunca verán un apático queriendo dirigir una enseñanza, queriendo evangelizar, queriendo ayudar, el nunca ve la necesidad de hacer las cosas, y disfraza su pereza de espiritualidad. Esta persona apática no llora, no se ríe mucho, no muestra mucho sus emociones o sentimientos, siempre está encerrado en una nube de tinieblas, siempre anda en misterios, cosas que nadie sabe y no le gusta compartirlas con nadie. El apático siempre está en incertidumbre, nadie sabe lo que sabe o lo que está pensando.
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Una persona apática, no es agradable delante de los ojos de Dios, ya que no le importa nadie más, ni lo que nadie esté pasando, nunca puede ser un instrumento de bendición, sabe hacer lo bueno pero no lo hace, ni le importa hacerlo, “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago 4:17
El Apático no trata de agradar a nadie, sino solo a él mismo, ni siquiera trata de agradar a Dios, siempre busca el bien propio, el apático no ve la necesidad de congregarse, el apático no encuentra el motivo por el cual debe crecer espiritualmente, para él todo esto no tiene sentido, la biblia no exhorta a no dejar de congregarnos y estimularnos en amor “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” Hebreos 10:24-25
El apático antepone sus necesidades carnales a las espirituales, el apático, no puede ser cristiano, siempre esta pensando en la carne, siempre quiere complacerla, “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” Romanos 8:5-8, este apático siempre prefiere ir al cine, mirar friends, jugar Nintendo o chatear antes que orar, leer la palabra, etc
La Persona Apática tiene estas características
1.- Perezoso
Pereza: Heb (atsla, atsél, atsál)=ocioso, indolente, holgazán
Gr (Katanarkáo)= ser una carga, ser gravoso, estorbo / (nodsrós)=holgazán, necio, tonto, estúpido, tardo para pensar.
La Persona perezosa es inconstante, nunca termina lo que comienza, es negligente con sus tareas o compromisos, es tardado para reaccionar, es lento.
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“Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?” Proverbios 6:9, El perezoso siempre quiere dormir más de la cuenta, espiritualmente siempre está dormido, nunca está en la acción, nunca está en el fuego de Dios, siempre esta como cadáver, sin reacción, nunca pide a Dios que obre a través de él, se acostumbra a que siempre le digan lo que tiene que hacer.
“Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, Así es el perezoso a los que lo envían.” Proverbios 10:26, el vinagre es un ácido que actúa sobre el esmalte de los dientes, haciéndolos más sensibles a las temperaturas y también los hace propensos a la caries; el humo sobre los ojos nubla la vista y no permite un correcto desempeño y orientación del individuo. El perezoso es contraproducente a todo lo que se le envía, echa a perder todo lo que se le encomienda. No se le pude encomendar nada porque todo lo estropea a causa de la lentitud y pereza.
“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.” Proverbios 13:4, El perezoso muchas veces desea tener una relación con Dios amplia, desea cambiar, desea dejar la apatía, desea ser mejor cada día, desea madrugar para trabajar, pero no logra nada de lo que se propone, anhela muchas cosas, incluso le pide a Dios por ellas, pero nunca hay esfuerzo de su parte siempre la pereza le gana. “El deseo del perezoso le mata, Porque sus manos no quieren trabajar.” Proverbios 21:25
“Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle.” Proverbios 22:13, esta persona ve el mal y no hace nada para evitarlo simplemente se deja caer; el mira las consecuencias antes de acontezcan pero aun así no hace nada para evitarlas, tenemos el ejemplo de Eli: Eli era el sacerdote de Israel y sus hijos eran desobedientes, impíos, blasfemos y pecadores, Dios le mando una profecía a Eli de que él les quitaría la vida a sus hijos y condenaría a su familia porque Eli no los había disciplinado y Eli dijo: “Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca”(véase 1era Samuel 3:11-14,18) Eli era un hombre ya perezoso y apático a la palabra de Dios y decidió no hacer nada al respecto e inevitablemente murieron sus hijos, el se desnuco y el arca del pacto fue robada.
Dios quiere que te despiertes perezoso de tu dormitar, eres como un muerto que yace en el sepulcro, vamos revive, “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.” Efesios 5:14
“Porque los guardianes de mi pueblo están ciegos, no se dan cuenta de nada. Todos ellos son perros mudos, que no pueden ladrar; se pasan la vida echados y soñando; les encanta dormir.” Isaías 56:10 DHH
El Perezoso no hace bien su trabajo dentro de la iglesia, siempre están durmiendo, nunca cumplen con su trabajo, esta personas nunca se enteran de nada, siempre se mantienen al margen de todo, nunca se involucran más de la cuenta. No evangelizan, no estudian la biblia, no predican, el sueño les gana. La pereza, la madre de los vicios.
El cristiano perezoso no alcanza nada, siempre está deseando hacer algo y nunca lo logra, siempre esta anhelando cosas y nunca las obtiene, siempre quiere mejorar y no mejora.
2.- Indiferencia
Indiferente=no muestra preferencia por nada, no muestra afecto o interés por nada, no le interesa que se haga de una u otra manera
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La Persona Indiferente es completamente neutral en todos los ámbitos, nunca quiere escoger nada, nunca piensa en hacer algo al respecto, siempre está esperando y muchas veces se justicia diciendo voy a ayunar a ver que dice Dios, pero ni ayuna, ni espera el tiempo de Dios, simplemente se excusa para evitar comprometerse en algo.
Esta persona espiritualmente no sirve para nada, este es el típico cristiano que nunca quiere leer la biblia, nunca quiere orar, nunca quiere evangelizar, todo absolutamente todo le da lo mismo. Para este cristiano le es igual el orar o el no orar, le es igual pecar o dejar de pecar, el no ve la necesidad de hacer algunas cosas, todo lo cuestiona y no ve la necesidad de por qué hacer las cosas diferentes. este indiferente siempre esta criticando, siempre esta murmurando, siempre esta en contra de los que estan a favor y a favor de los que estan en contra.
La Persona Indiferente es de corazón duro, ya no le importa nada de nada, puede ver a alguien muriéndose a su lado y no es capaz de mover un dedo. El indiferente pierde poco a poco a sus amigos, porque nunca se mueve para ellos, se vuelve una persona egoísta y egocéntrica y solo cuando necesita a sus amigos son importantes para él, pero cuando ellos lo necesitan a él nunca se muestra amigo, la biblia va en contra del actuar indiferente del cristiano, si tu eres amigo muestrate como tal y deja la pasividad a un lado, “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.” Proverbios 18:24
Casi siempre la indiferencia lleva un poco de orgullo o soberbia, ya que el indiferente piensa que las cosas son como él dice, y que solo él tiene la razón, pero ese es el pasatiempo de el, ganar el argumento, pero es indiferente al cambio que pueda provocar lo que dice o deja de decir, le gusta siempre tener la razón, y si al fin decide hacer algo, tiene que ser como él dice, porque si no todo está mal hecho, se cree más sabio e inteligente que los demás, “En su propia opinión el perezoso es más sabio; Que siete que sepan aconsejar.” Proverbios 26:16
El Indiferente no hace caso a la amonestación, se endurece y no cambia sino que se queda estático, duro; y si esta pecando, permanece pecando; nunca cambia su manera de pensar (no se arrepiente), este indiferente tardo o temprano caera en los lazos de la maldad, “Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.” Proverbios 28:14
El indiferente no ama, el dice que ama a la gente pero nunca lo demuestra, el indiferente pierde oportunidades únicas en la vida, el indiferente piensa en hacer cosas distintas pero nunca las hace.
Consecuencias de la Apatía
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1. Incredulidad=el Cristiano apático, poco a poco va dejando de creer en que Dios es capaz de hacer lo que Dios dice que va hacer, el apático, muere a su fe lenta y sutilmente, esta persona llega a ser peor que un incredulo, ya nada lo mueve, ya nada lo motiva, se vuelve un profesional en el servicio a Dios, pero ya no cree en lo que hace, se acostumbra a hacerlo, "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." Hebreos 11:6
2. Falta de buen Fruto= Una persona apática Jamás podrá llevar buen fruto, ya que se guía por la carne y su vida es conforme a sus deseos, la persona apática muchas veces no es apática en todo sentido, solo en el espiritual, ¿por qué? Porque no conoce a Cristo como debería, ¿como sabemos esto?, por sus frutos, "Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis" Mateo 7:17-20
3. Falta de Amor = El Apático poco a poco va perdiendo su primer amor, su estado de pasividad lo va llevando a apagar el fuego del espiritu santo en si vida, este "cristiano" se empieza a enfriar y se profesionaliza en el ministerio (si es que sirve en alguno), comienza a hacer las cosas por costumbre, pero no por amor, "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor." Apocalipsis 2:4, Esta persona va perdiendo el amor al incredulo y ya no predica, ya no evangeliza, ya no le importa, si se salvan las almas.
4. Tibiez = La Persona apática se vuelve tibia, ya que nada la motiva, nada la hace salir delante, todo le da lo mismo, poco a poco comienza a enfriarse a tal punto en que se vuelve completamente tibia; el sábado va a bailar y el domingo esta golpeándose el pecho cantando santo, santo, santo. Su relación con Dios cae a profundidades irrecuperables, el orar o dejar de orar es igual; el hacer lo bueno o lo malo es lo mismo, esta persona con su boca dice una cosa, pero con su estilo de vida dice otra muy diferente. "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca." Apocalipsis 3:5-6
Conclución
Querido hermano, deja la aptía, examina tu vida a la luz de la biblia, evlua tus intenciones, evalua tu fe, "Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?" 2da Corintios 13:5
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"Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." Efesios 5:14-16
No te dejes vencer, pidele a Dios que él mismo tambien te examine y que revele lo que hay dentro de ti. arrepiente de tu apatía y recobra tu primer amor y aviva el fuego del don de Dios que esta en tí, "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno." Salmos 139:23-24
"Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." 2da Timoteo 1:6-7
Animo, Dios te bendiga!
Desde <http://eldesafiocristiano.blogspot.com/2009/10/la-apatia.html>
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”Las cosas son como son, ¿para qué cambiar? Después de todo, da lo mismo.”
Esta frase es típica de los apáticos. Y a propósito, ¿ya sentiste la sensación del “da lo mismo”? Esta sensación es un fuerte indicio de que puedes estar sufriendo de apatía.
La apatía te deja sin fuerzas, te quita el sabor de la vida, elimina tu alegría. Victoria y derrota significan lo mismo para el que está en este estado. Es como ver el mundo con lentes sucios: se ve todo nublado y manchado. Todo es aburrimiento, y nada es mejor que nada.
¿Conoces la historia de las dos ranas en el agua hirviendo? La que estaba apática murió cocinada.
Sin embargo, cuando la apatía es espiritual, el peligro es mucho mayor. La vida eterna también corre el riesgo de perderse en el agua hirviendo. Y ya que es así, vamos rápidamente a hablar sobre esto.
SENSACIÓN DE BIEN
¿Cuál es el enemigo número 1 de “mejor”? Por increíble que parezca, no es “peor”.Muchos autores concuerdan que el enemigo de “mejor” es BIEN.
Tal vez un proyecto pueda ser mucho mejor, pero de repente, aparece alguien que dice: “Así está bien”. Y así se pierde la oportunidad de hacer algo realmente notable.
Las personas apáticas viven inmersas en la sensación del “BIEN”. Las cosas parecen estar bien de la manera que están. Si alguien dice que es necesario cambiar las cosas, el apático dirá: “Pero, esto siempre funcionó así... está bien”. Es una retórica que siempre se repite: ¿Ropa nueva? Esta está bien. ¿Cuidar la salud? Yo estoy bien. ¿Cambiar estilo? Este ya es conocido y está bien. ¿Nuevos amigos? Con los que tengo está bien.
Cuidado con “bien”. Puedes estar dejando de lado algo realmente excelente. Y redobla los cuidados cuando el asunto es tu relación con Dios. Él no te pide que simplemente seas o estés “bien”, sino que seas o estés lo “mejor” posible. “Sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto”. “Sed santos porque yo soy santo”.
¿Recuerdas estas palabras? ¿De dónde viene la apatía? Si realmente queremos superarla, es bueno conocer su origen. Veamos.
¿SOY O ME CONVIERTO?
A muchos les gusta el viejo dicho “yo nací así”. Pero ¿nacemos apáticos? Creo que no. Podemos nacer con una naturaleza decaída, es verdad, pero es innegable, a no ser que cuando niños nazcamos con problemas graves de salud, que la buena disposición es nuestra mayor cualidad al colocar nuestros pies en este mundo.
No soy apático al venir al mundo, pero corro el riesgo de transformarme en uno de ellos con el paso del tiempo.
Muchas personas son especialistas en cargarnos de apatía. Veamos cómo ocurre esto:
Comparaciones
– “Otros ya lo intentaron y no lo consiguieron. ¿Qué te hace pensar que tú lo vas a conseguir?” Recibimos este mensaje todos los días de varias personas. Y comenzamos a creer que es mejor dejar todo como está. Pero ¿quién dijo que no puedes triunfar donde los otros fallaron? Si estás comparándote con los perdedores antes de luchar, estás nivelando tu potencial por lo bajo, y caminando para la apatía.
Críticas
– Verdaderas puñaladas en tus ideas y proyectos. “Es inútil esforzarme ya que nada le agrada a las personas”. Este es otro pensamiento que refuerza tu decisión que es mejor parar de intentarlo y decir “así está bien”. ¡Apatía a la vista! Cuidado.
Falta de perspectiva
– Las personas que no conocen lo que Dios tiene reservado para el futuro, no ven nada que valga el esfuerzo. Recibes este mensaje en frases del tipo “todo va a terminar en nada”, “álguien va a quedarse con el fruto de tu esfuerzo”, “de cualquier manera todo se va a olvidar”. Estas personas, y tal vez tú mismo, están olvidando que algunas realizaciones son eternas y nos conduce al cielo. ¿Qué tal escuchar las promesas de Jesús?
Falta de desafíos
– Cuando no tenemos nada que superar, el resultado es que tampoco superamos la apatía. Todos necesitan desafíos, nuevas metas, nuevas conquistas que nos motiven.
HAY MÁS...
Existen por lo menos dos factores más que son importantes en el origen de la apatía en la vida de muchas personas.
Salud
– Si tu cuerpo no está bien, luego vendrá el desánimo. No estás en condiciones de acompañar el ritmo de cada día, y parece que las personas están demasiado animadas para tu gusto. La mente se cansa, los músculos duelen, y en un todo, nada es bueno o placentero.
Malas relaciones personales
– Nadie con quien contar para realizar lo que tú quieres. Personas a las que no le interesas de verdad, y que al mismo tiempo son indiferentes para ti. Relaciones vacías o falta de relaciones. Si no hay nadie con quien contar para realizar lo que tú quieres, nadie para reconocer tu esfuerzo, para dividir la victoria, acabas perdiendo el gusto por realizar cualquier cosa.
DESVIA TU ATENCIÓN
El insistir demasiado en algo que no te agrada es una verdadera cuna originadora de apatía. Si no estás feliz con el trabajo, con tus proyectos, con tus cargos en la iglesia o con la falta de cargos, cambia. Tal vez sea un consejo radical, pues no siempre es fácil encontrar otro empleo, pero si no lo encuentras, cambia la manera en que lo miras, cambia tu comportamiento, tu actitud. En las demás cosas, puedes cambiar tus lugares de placer, la manera cómo trabajas en la iglesia o en la comunidad, las cosas que haces en casa y puedes buscar cosas que te motiven.
Huir de la rutina y de las causas de insatisfacción es un gran paso para derribar la apatía, antes que ella nos derribe. Recuerda, eso también es válido para el área espiritual.
APATÍA ESPIRITUAL
El origen de la apatía espiritual no difiere mucho de la apatía común. Surge del acomodamiento, de la insatisfacción y de la falta de confianza. Ella puede nacer por variadas circunstancias.
Falta de comunión con Dios
– Sin la comunión que proporciona la oración, la lectura de la Biblia y el descubrimiento de sus tesoros, todo es monótono, todo es igual, y la apatía espiritual comienza a aparecer.
Falta de compromiso con Él
– Sin observar sus leyes, sus pedidos, su verdad, yendo a la iglesia o a los encuentros simplemente por ir, o para ver personas, todo comienza a perder sentido rápidamente.
Ningún trabajo que hacer
– Profesión: “calentar asientos”. Éste es el único trabajo de muchos jóvenes en la iglesia. No trabajan, y como consecuencia, no vibran con los resultados. Aquellos que simplemente se sientan y apenas participan, sólo conseguirán aburrimiento y dolor de espalda.
Comparaciones con los otros
– Siempre habrá alguien que predica mejor, que canta mejor, que hace amigos más rápido, que es más simpático. Compararse con ellos y creer que no sirves para nada te colocará en estado permanente de inactividad y apatía. No hagas eso.
No conocer sus promesas
– No confiar que Cristo volverá, no emocionarse con el poder que pone a tu disposición, no pensar en una tierra renovada y una vida eterna sin problemas.
Falsas creencias (creer que)
– Ya discutimos esto, pero aquí es un poco más grave. Por creer que Dios no hará esto o aquello, por creer que hacer algo o no hacer algo no es importante, por creer que las personas son como son, por creer que las promesas de Dios no son para ahora, por creer que los tiempos cambiaron y la Palabra de Dios también, entonces hacemos muchas cosas erradas, y es el motivo por el cual también dejamos de hacer muchas cosas y nos transformamos en insípidos para el mundo, nulos para las actividades. Dejamos de ser la sal de la tierra.
¡SUPERANDO!
Bueno, ahora que ya sabes lo que es apatía, y principalmente apatía espiritual, y de dónde viene, ¿cómo superarla? Esta es una lucha íntima, trabada en el interior de nuestra mente, la que ganaremos con la ayuda de Cristo. Sin embargo, podemos sugerir algunos pasos que facilitarán la batalla:
Reconoce tu estado
– Si no admites el estado de apatía en el que te encuentras (si fuere el caso), tampoco vas a salir de él. Simplemente dirás “así estoy bien”. Para y piensa en tu situación, y se te das cuenta, basado en lo que dijimos que es necesario cambiar, admítelo abiertamente.
Decide vencer
– Debes creer que puedes cambiar las cosas. Reúne fuerzas, traza planes y lucha. Decide que no renunciarás a la sensación de felicidad y realización. Decide insistir y buscar la victoria hasta alcanzarla. Visualiza un cuadro mental de victoria y ora todos los días para que sea una realidad en tu vida. ¡Decide vencer!
Busca involucrarte
– Esto es dar el primer paso. cuando observes que las cosas están ocurriendo, haz un pequeño esfuerzo y di: “Hey, quiero participar de eso”. No seas apenas un observador. Eso hace toda la diferencia.
Dedica tu trabajo a alguien
– Tal vez existe alguien para quien te gustaría hacer algo. Entonces dedica tu trabajo a tus amigos, a tu familia, a aquellos que están desamparados y a todos los que consideres apáticos. Ofrece a ellos tus mejores actitudes y realizaciones como un bálsamo para los dolores que el mundo ha causado.
Comparaciones positivas
- ¿Por qué elegir a propósito pertenecer al equipo de los que no pueden, de los que no logran y de los que no quieren? Haz comparaciones del tipo “si ellos vencieron yo también venceré”, y elige modelos positivos. Compara tus progresos con los de otros que vencieron, y no te desanimes frente a quien realiza mucho, porque seguramente ellos comenzaron antes. ¡Comienza a caminar y verás que vas a llegar!
Permanece cerca de los realizadores
– Renueva tu círculo de amistades. Conversa con personas activas y que se muestran realizadas y satisfechas. Verifica si estas personas se sienten felices y procura descubrir su secreto. Verás que tienen mucho que decir sobre la buena relación con Cristo.
Conoce mejor las promesas de Dios
– Saber lo que él espera de ti y también lo que está preparándote hará que tus días estén llenos de significado y la voluntad de realizar y de cambiar va a inundar tu corazón. Además, puedes cobrar en oración muchas otras promesas de Dios para los días de hoy, como fuerza, protección, transformación por el Espíritu Santo, capacitación y todo lo necesario para ayudarte a vencer definitivamente la apatía.
Eso es, sigue adelante y haz una lista de otros pasos que pueden ayudarte. Debes estar consciente de que aún haciendo todo esto, vendrán derrotas y frustraciones, sin embargo ellas son de cierta forma normales en el camino de los que quieren vencer. Sigue adelante y nunca olvides invitar a Cristo a caminar contigo.
Desde <http://www.jovenes-cristianos.com/area-cientifica/psicologia-relaciones/apatia-espiritual-como-vencerla.html>
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La apatía: El pecado que a mucha gente no le importa
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Apocalipsis 3:14-19
«Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descrubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigó a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete».
El pecado que a mucha gente no le importa… es el pecado de la apatía. La palabra apatía es una transposición directa de la palabra griega «apathea«, una palabra usada comúnmente por Aristóteles que significa «sin sentimiento». Los estoicos la usaban para expresar lo que ellos consideraban el estado más apropiado en el cual estar, libertad de cualquier tipo de emoción. Si Ud. busca en cualquier diccionario los sinónimos de esta palabra se encontrará con algunos significados bien sorprendentes de lo que esta palabra significa; esta palabra envuelve cosas tales como «indiferencia, frialdad, falta de interés, desatención, falta de sentimiento, sin emoción, indiferente, impasible, frío». Estas son palabras de las cuales la Escritura tiene mucho que decir. La Escritura define este asunto de la apatía cuando dice que «el amor de muchos se enfriará» Mateo 24:12. «No nos cansemos, pues, de hacer bien» Gálatas 6:9, «para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar» Hebreos 12:3, y, por supuesto, el pasaje que se ha dado, «por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente».
CAUSAS
¿Cuál es la causa de la apatía? ¿Qué causa que cristianos lleguen a ser apáticos, sin sentimientos, sin emoción, indiferentes, fríos? ¿Qué es lo que causa esto? Se pueden encontrar al menos cuatro explicaciones en la Escritura a la cual ya nos referiremos que nos dan las causas de este pecado.
1. La Cizaña
En Mateo 13, vv. 24-30; tenemos la parábola de la cizaña. Y algunos creyentes llegan a ser apáticos por la cizaña que influencia negativamente al cuerpo de Cristo. Se debe recordar que en la parábola se cuenta de un buen hombre que sembró el trigo, y el enemigo, de quien Cristo dijo que era el diablo, vino y sembró la cizaña. Y al nacer el trigo, también nació la cizaña. Y fue difícil distinguir entre el trigo y la cizaña. Cuando alguno de los obreros trató de ir a sacar la cizaña, el Señor dijo: «No lo hagan, porque podrían también arrancar el trigo al tratar de sacar la cizaña.
En el día del juicio, los ángeles separarán el trigo de la cizaña». No hay duda que la cizaña está teniendo una gran influencia en el cuerpo de Cristo hoy día; aquellos que no han nacido de nuevo, que no son «tan» pecadores, personas de las cuales no se pensaría que fuesen pecadores, que hasta se han unido a una iglesia local y profesan ser salvos, pero no tienen una vida cristiana real.
Alguna cizaña pudiera estar leyendo este artículo, alguien quien realmente no tiene una vida cristiana pero aun así pudiera estar profesando ser cristiano, y a quien otros pueden catalogar hasta como cristiano y como no tiene verdadera vitalidad o vida espiritual, su actitud está empezando a influenciar al verdadero hijo de Dios.
2. La Maldad
Otra causa de la apatía es la gran maldad que hay hoy en día. En Mateo 24:12 dice, «por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará». Oh, qué importa; por qué preocuparse por eso; sólo mira como marchan las cosas en otros lugares. La gran maldad que se ve hoy día puede causar que algunas personas lleguen a ser apáticas e indiferentes y decir, «¿vale la pena tratar de buscar a Dios y las cosas de la Biblia, si, mira como va el mundo»?
3. La Pérdida de Visión
La pérdida de visión en cuanto a nuestra recompensa puede también causar la apatía. En Gálatas 6:9 dice: «No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos». El v. 10 prosigue diciendo, «Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe». No se debe perder el enfoque de la recompensa que vendrá. Si nuestra visión de esa recompensa se desvanece, podemos llegar a ser apáticos, indiferentes y fríos al hecho de siempre proyectar un testimonio fervoroso por el Señor Jesucristo.
4. La Presunción
Y por supuesto, aquí en Apoc. 3 se encuentra la causa de la presunción, o la de creerse sabio en su propia opinión, diciendo «yo estoy bien», esto puede producir apatía.
Por supuesto, pueden haber problemas físicos. Alguien puede estar tan cansado físicamente y la apatía puede llegar a su vida. Alguna enfermedad pudiera ser la causa de la apatía o aun alguna deficiencia dentro de nuestro sistema. Pero en la mayoría de los casos, la causa de la apatía se debe a alguno de los problemas espirituales que ya se han mencionado.
MANIFESTACIONES DE LA APATÍA
¿Cuáles son algunas áreas en las cuales se muestra la apatía?
1. Hacia la Escritura
Encontramos una tremenda apatía hacia la Escritura. Personalmente, creo que ese es el problema principal. En Hebreos 5:11, el escritor nos dice: «Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír». El problema no era que esta gente estaba privada de la Escritura, sino que había perdido el interés de escuchar. Había una apatía hacia la Palabra de Dios. Alguien puede estar escuchando la Palabra de Dios semana tras semana, estar donde es enseñada y predicada y aún así tener apatía hacia la misma. Así como una persona se puede encontrar en una multitud y decir: «me encuentro tan solo». En Hebreos 5 se encuentran tres áreas de apatía hacia las Escrituras:
Primero, la pérdida de responder positivamente a la Escritura. En el v. 12 dice, «habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche». Ellos habían llegado a este punto por no haberle hecho caso a la Palabra; y Ud. pudiera llegar a ser apático hacia la Palabra al no responder a ella cuando ésta es predicada o enseñada. En Hechos 28 el apóstol Pablo habla de una multitud religiosa de personas que tenían acceso a la enseñanza de la Palabra de Dios; aquí el apóstol hizo una declaración que el Señor Jesucristo había hecho en Mateo 13. Esta declaración de nuestro Señor también había citado de Isaías 6 cuando dijo: «De oído oiréis y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane». Cuando se pierde la sensibilidad a la palabra, el corazón se pone duro.
Hay algo peor que ser cabezadura, eso es ser corazónduro, no tener un corazón tierno a la Palabra de Dios. Un corazón duro produce apatía.
En segundo lugar, encontramos en Hebreos 5 que la falta de ejercitar o poner en práctica lo que oímos produce apatía. En el v. 14 dice que el que tiene los sentidos ejercitados puede discernir entre el bien y el mal. Es posible hasta en el aspecto físico que una persona coma tanto y tanto que después de un tiempo esté hastiado que no la quiera. Eso mismo puede suceder en el aspecto espiritual. La escuchamos, la estudiamos y la hablamos, pero no la ponemos por obra y después de un tiempo la comida de la Palabra de Dios va perdiendo su atracción. Y esa falta de acción puede resultar en vagancia. En Hebreos 6:12, el escritor dice, «a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas».
Y en tercer lugar, la apatía hacia la Escritura produce una falta de reto. El escrito dice en Hebreos 6:11, «Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección (madurez); no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno». Una pérdida de reto: ésta es la razón por la cual mucha gente se está yendo al movimiento carismático, porque están oyendo algo que no han escuchado y les está retando a que consideren algo nuevo.
Yo viajo 26 semanas al año para tener campañas evangelísticas y de avivamiento. Como resultado de mis viajes, tengo la oportunidad de comer en muchos restaurantes y Ud. sabe que hay tres cosas que pueden alejar al cliente de un restaurante. Número uno, puede ser el precio. Ud. sale de ahí y dice: «Hombre, no vuelvo más a este lugar, los precios son muy altos». Número dos, el servicio ofrecido, ya sea que sea deficiente o que no sea muy limpio. Y número tres, la comida en sí. Personalmente creo que estos mismos factores pueden alejar a las personas de los ministerios. Dicen, «bueno, salieron porque no estaban dispuestos a pagar el precio. No les gustaron las normas y convicciones que tenemos». Esto pudiera ser cierto en muchos casos pero no siempre es así. A veces es porque el servicio es deficiente, el trato y la actitud dejan mucho que desear; o simplemente la comida en sí está mala. El restaurante no está dispuesto a inspeccionar la comida y el servicio que es presentado, y rápidamente dice: «bueno, ellos no estaban dispuestos a pagar el precio». Como resultado, mucha gente está llegando a ser apática a la Palabra de Dios porque año tras año están en «los rudimentos de la doctrina de Cristo» sin ningún tipo de nuevo reto.
2. Hacia la Santificación
La segunda área de apatía es una apatía hacia la santificación, apatía hacia la santidad, lo cual está resultando en que mucha gente exprese disgusto hacia la separación, hacia las buenas normas. En I Juan 3:2-3 dice:
«Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro».
Si llegamos a ser apáticos hacia la santificación, entonces estaremos desenfocados en nuestra posición actual, en nuestra apariencia. Somos hijos de Dios. La realeza debe presentarse como realeza. Yo no podría entender como una persona que asistió a una escuela de modelaje y después tratara de dar la apariencia como si no tuviera buenos modales. Así mismo, no puedo entender a personas que van a una iglesia de «modelaje espiritual» y después tratan de dar la impresión que nunca han asistido a una iglesia así y tratan de actuar como el mundo.
Esto es tener una apatía hacia la santidad, hacia la santificación, porque no se tiene el enfoque correcto de nuestra posición como hijos de Dios. «Y todo aquel que tiene esta esperanza en él (de verle), se purifica a sí mismo». Todo aquel que tiene un buen enfoque está preocupado por la santidad, porque espera al Señor y no quiere que le encuentre vestido con andrajos espirituales.
3. Hacia el Servicio
Y la tercera área de apatía, es la apatía hacia el servicio cristiano. En I Cor. 16:15 el apóstol Pablo habla de la familia de Estéfanas que «se han dedicado al servicio de los santos». Y entonces en el v. 17-18 dice que «me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia. Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas». La palabra «dedicado» en el v. 15 tiene la idea de que se habían hecho adictos a tal tarea. Un adicto es uno que cree que va a morir si no se suple o hace a lo que es adicto. Por el otro lado, una persona nunca dice: «bueno, de aquí en adelante voy a ser un drogadicto». Nadie dice: «de aquí en adelante voy a ser un adicto al alcohol o a otra cosa». Una persona comúnmente no hace esto, pero estos hermanos, sí, se propusieron dedicarse al servicio de los santos.
Note que esta iglesia en Laodicea no estaba sin hacer nada. El Señor dijo: «Yo conozco tus obras». No necesariamente que no hicieran algo, sino lo que estaban haciendo no estaba progresando. No había verdadero poder en lo que esta iglesia estaba haciendo.
¿Ha oído del candidato a misionero cojo que aplicó a cierta misión hace un tiempo? Mientras la junta de la misión lo examinaba le preguntaron: «¿por qué tú, cojo, tienes tanto deseo de ir al campo misionero?» Él les dijo: «Porque no veo muchos con dos piernas interesados en ir».
4. Hacia el Ganar Almas
Y entonces, también hay apatía hacia el ganar almas. Pasajes tales como Judas 22 y 23 que dice: «A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego». Hay una apatía hacia el ganar almas. Hay una indiferencia y falta de preocupación por las almas perdidas.
En cierta ocasión, el gran predicador Percy Crawford, un hombre a quien Dios le dio un gran ministerio especialmente con los jóvenes, iba hacia la ciudad de Filadelfia y llegó a un punto donde no podía seguir más porque el tráfico estaba parado. En su curiosidad, se bajó del auto y fue a ver qué sucedía más adelante. Pronto se dio cuenta que había ocurrido un accidente y un hombre se encontraba entre los escombros sin poder salir. Percy Crawford inmediatamente sacó su Nuevo Testamento y le preguntó si conocía al Señor Jesucristo como su Salvador personal. El camionero dijo: «No, señor, no lo conozco». El Sr. Crawford dijo: «Yo puedo ayudarle al respecto». Y pronto él empezó a explicarle el plan de la salvación. Un poco más tarde llegó un oficial de la policía y al darse cuenta de lo que estaba pasando le dijo al Sr. Crawford que tenía que moverse de ahí. El Sr. Crawford lo hizo y pronto llegó un doctor que diagnosticó que el camionero no tenía mucho tiempo de vida y que lo único que se podía hacer era tratar de cumplir sus últimos deseos. El oficial de policía le dijo al camionero lo que el doctor le había dicho y le preguntó si había algo en lo que le podía ayudar. El camionero le contestó que había estado allí un hombre que podía ayudar. Percy Crawford oyó lo que este hombre pedía y rápidamente fue a ayudarlo. Le presentó el plan de salvación y le dijo que orara con él la oración del pecador.
Cuando terminaron de orar, el Sr. Crawford le preguntó si había hecho la oración también; a lo que el camionero le contestó: «¡oh, gracias, predicador, gracias predicador». Y con un agradecimiento al Sr. Crawford y una sonrisa en su rostro, ese camionero de 24 años de edad fue a encontrar al Señor ya no como su Juez, sino como su Salvador. ¿Qué hubiese pasado si Percy Crawford hubiese sido apático a aquella alma perdida aquel día?
RESPUESTA AL PROBLEMA
En Apocalipsis 3:18 y 19 se nos da la respuesta a este problema de la apatía. El Señor dice: «Por tanto, yo te aconsejo» y le da dos soluciones. Podemos solucionar la apatía ya sea cambiando voluntariamente o recibiendo el castigo de Dios. Podemos solucionar la apatía dominando al viejo hombre a través del arrepentimiento y dándole aliento al nuevo hombre a través de la fe perfecta la cual es representada en el oro refinado en fuego (v. 18) y las vestiduras blancas (v. 18) y el ungimiento de los ojos con colirio para ver (v. 18) o por el otro lado, podemos continuar rechazando el cambio, y el Señor nos corregirá fuertemente. La Biblia dice: «Pero por cuanto eres tibio, y no fío ni caliente, te vomitaré de mi boca» (Apoc. 3:16).
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¿Cómo comienza la apatía espiritual?
Para muchos es una rutina, para otros, una etapa de “pausa» en las metas, para otros más, un estancamiento del que no podrán salir. Pero la apatía espiritual es los tres juntos, y mucho más.
Si vamos a hablar sobre la apatía espiritual, tenemos que definirla:
La apatía espiritual es la etapa o tiempo, dónde el cristiano ha perdido su pasión por las cosas que agradan a Dios, soltandose al desinterés de las cosas meramente espirituales (entiéndase leer la Biblia, orar, congregarse, evangelizar, compartir, dar testimonio, etc), todas aquellas cosas que alimentan, fortalecen, y ayudan al espíritu humano a crecer en una relación mas cercana al Espíritu de Dios.
Pero, ¿Cómo comienza la apatía espiritual?
Con el descuido de nuestra relación con Dios y con los demás. Comienza con un pensamiento de que descuidar nuestros deberes cómo hijos de Dios no nos traerá consecuencias, y la falsa percepción de que ‘siempre puedes arreglar tu vida el día siguiente’.
Una persona puede pasar con rapidez de un estado de pasión a un estado de frialdad (apático) si se descuida la relación personal con Dios, y las disciplinas espirituales mencionadas.
Lo que para muchos comienza con un ligero desliz y una pequeña libertad para pasar por alto compromisos espirituales, normalmente termina en la depresión, soledad, y decaída del ánimo de la persona para los asuntos y deberes espirituales que lo ayudan a crecer. La apatía, si se deja por mucho tiempo, se combina con la rebeldía natural del ser humano y da a luz a oportunidades para alimentar nuestra naturaleza malvada, es decir, da lugar a las tentaciones y a sucumbir ante ellas. Esto trae un círculo vicioso de apatía-tentación-pecado-culpa-más apatía por causa de la culpa-más tentaciones-más pecado-más culpa… etcétera, etc. Si este círculo no se rompe por voluntad própia, el corazón se endurece, al grado de llegar a abandonar la fe.
Personalmente he visto muchos casos de personas apasionadas por Dios, que despues de otorgarse pequeñas libertades y descuidos, se deslizan en este peligroso espiral que los destruye, al grado que hoy han abandonado todas las prácticas de la fe cristiana.
¿Cómo podemos salir de nuestra apatía espiritual?
Es difícil, pero nunca imposible.
Primero, tengamos en cuenta que Dios está más que presto para socorrernos y ayudarnos. El Rey David comprendía esto cuando escribió “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Escucha, oh Jehová, mi oración, está atento a la voz de mis ruegos. En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes.» (Salmo 86:5-7). Y también se nos dice “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.» (Hebreos 4:16).
Siempre recuerda que Dios está dispuesto a ayudarte a salir de esa apatía, y a devolverte la pasión por Él.
Segundo, tenga en cuenta que necesita reactivar su actividad espiritual de inmediato. Necesita dejar de alimentar su carne y comenzar a alimentar su espíritu. Corte de una vez por todas, todas aquellas actividades que le den ocasión para pecar, e involucrese de nuevo en congregarse en su iglesia, leer la Palabra de Dios, orar, orar personalmente, ayunar, escuchar al Espíritu Santo, pero sobre todo: Pongase a cuentas con Dios.
Tome en cuenta estos consejos y sobre todo determines a volver al primer amor, y a recobrar aquella pasión con las que se entregó en las manos del Dios que renueva. Recuerde que Dios lo quiere perdonar y restaurar más que cualquier otra persona!
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La apatía es el estado mental de uno que es insensible y sin emoción: es una falta de interés: una condición decaída; indiferencia, aburrimiento, tibieza, pereza, despreocupación e indolencia. Amos, hace mucho tiempo pronuncio una advertencia sobre Juda e Israel por estar “reposados en Sion” (Amos 6:1). La adoración de Israel era exterior y no sentida, y Dios dijo, “Aborrecí, abomine, vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas, no los recibiré, ni mirare a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados” (Amos 5:21, 22). Esto sucedió durante un tiempo de materialismo, lujuria y comodidad (Amos 6:3-6).
Hubo apatía en la iglesia en Efeso. Ellos habían dejado su primer amor (Apo. 2:4); y la apatía podría destruir esta congregación si ellos no se arrepentían (Apo. 2:5). Algunos cristianos e iglesias en todo el país están llenos de apatía! Esta destruyendo muchas iglesias hoy, y el único remedio es el ARREPENTIMIENTO. Hay muchas consecuencias que resultan cuando las personas se convierten apáticas. Consideremos algunas de ellas y determinemos no ser culpables de este triste estado mental.
1). La apatía nos causa ser de una mentalidad carnal. Pensar en las cosas de la carne, dedicar nuestro tiempo y atención a las cosas de esta vida. La iglesia en Corinto era carnal; estaban llenos de envidia, rivalidad y divisiones, y andaban como hombres del mundo. (1 Co. 3:1-3). Muchos en la iglesia hoy son materialistas, constantemente buscando mas lujo y placer y al igual que en la iglesia en Laodisea, dicen “soy rico”, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tu eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apo. 3:17). Ellos son apáticos a lo espiritual, y han puesto su amor en las cosas de la tierra. (Col. 3:2).
2). La apatía mata el estudio personal de la Biblia. Pablo dijo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 3:15). Los Hebreos fueron amonestados por su fracaso en estudiar: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuales son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido” (Heb. 5:12). Muchos miembros de la iglesia hoy son ignorantes de lo que la Biblia enseña porque no toman tiempo para el estudio personal de la Biblia. Esto conduce a la apatía. Israel fue destruido por falta de conocimiento. (Oseas 4:6), y la apatía nos destruirá como su pueblo en esta generación, sino retornamos para estudiar nuestras Biblias, porque un pueblo ignorante no puede discernir el bien ni el mal. (Hebreos 5:14). Cuando la iglesia esta llena de apatía e ignorancia puede ser llevada a todo tipo de error por los falsos maestros (1 Juan 4:1-2; 2 Juan 9-11).
3) La apatía mata la oración y la confianza en Dios. Dios quiere que su pueblo sea un pueblo de oración (1 Ts. 5:17; Luc. 18:1);un pueblo que ande en El diariamente y confíe en El para toda necesidad (Mateo 6:11-13; Fil. 4:6; Mat. 6:25-33). Una persona que es apática y no siente necesidad de Dios no orara!
4). La apatía mata el deseo para visitar al enfermo (Mateo 25:36), para hacer obra personal (Hch. 8:4) y para asistir fielmente a los servicios de la iglesia. (Heb. 10:25). La apatía lleva a la obra y crecimiento de una congregación a una completa paralización, y luego a un declive hacia aquello que causara a la congregación desaparecer de la comunidad si no hay un completo cambio de actitud hacia el arrepentimiento.
5). La apatía mata el deseo de ofrendar generosamente de nuestros medios. Las personas no serán generosas y así mismas sacrificadas por aquello que hacia lo cual son indiferentes. Los cristianos deben ofrendar liberalmente de aquello que el Señor les ha proveído para su uso. (2 Co. 9:6-7; Luc. 6:38)
6). La apatía debilita la predicación del evangelio. Un grupo apático de personas que se sientan y escuchan la predicación del evangelio y no son movidos para realizar los cambios en sus vidas, o entregar el servicio debido a Dios MORIRA, y algunas congregaciones apáticas a través de todo el país están AGONIZANDO! La apatía desanima a los pecadores de obedecer el evangelio en una y otra comunidad. Esta también tiene un efecto malo sobre hombres que predican el evangelio. Muchos son desanimados mas allá de lo que las palabras pueden provocar! Y luego se oye decir entre los hermanos: “Yo no se porque no estamos creciendo” “Yo me pregunto por que el hermano así y así se cambio de lugar” Yo les diré porque hermanos por la APATIA! , la apatía, la apatía! Esta es la razón!
7). La apatía desanima la obra de la iglesia. Los ancianos en una y otra congregación están desanimados porque ellos reciben poco o ningún estimulo de las congregaciones apáticas en las que se esfuerzan por dirigir: los diáconos son desanimados, los maestros de clases bíblicas son desanimados debido a la falta de envolvimiento y cuidado a las clases que enseñan, los estudiantes no preparan sus lecciones, y los padres no vigilan que sus hijos tengan lecciones preparadas. Todo esto lo produce la apatía. ¡Que vergüenza!
ALGUNAS CAUSAS DE LA APATIA
1. Los “afanes de este siglo”, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas (Marcos 4:19) es la causa de la apatía en una y otra iglesia.
2. La idea de muchos de la religión es solamente para el gozo y el privilegio: esta también demanda el deber, la labor y la actividad. (Stg. 1:27; Mat. 25:35-36; 1 Co. 15:58; Hch. 2:42; Heb. 10:25). Debemos ser obreros de su Viña. (Mat. 20:1-16; 9:37-38).
3. Muchos en la iglesia hoy son apáticos debido a las malas compañías que ellos mantienen. Pablo dijo: “No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Co. 15:33). Muchos en la iglesia necesitan empezar a mantener compañías con sus hermanos y detener la carrera con los hijos de este mundo, porque sus compañías mundanas les están destruyendo espiritualmente!
4. Muchos se ha convertido negligentes en sus deberes. Pedro sabia que este era un peligro y dijo: “Pues tengo por justo, en tanto que estoy en el cuerpo, el despertaros con amonestación” (2 Pedro 1:13). Muchos hoy necesitan ser estimulados con sus primeras obras. (Apo. 2:5).
LO QUE PRODUCE LA MENTALIDAD APATICA
Nos hace tibios y nos engaña sobre real condición ante Dios. (Apo. 3:15-17). 2). Nos vuelve estériles en llevar fruto para Dios. (Romanos 7:4; Juan 15:8; Marcos 4:19). 3). Nos causa ser mala influencia entre los hermanos, nuestra apatía “infecta” a otros, (1 Co. 5:6). 4). Esta tiene mala influencia en la iglesia local; la apatía convierte a la influencia en el mundo; los hombres ven nuestra indiferencia y saben que no es la forma en la que los cristianos deberían actuar, de modo que esta estorba a la conversión de las almas perdidas. Hermano, hermana, ¿Es usted apático (a) hacia su deber con Dios? Si es así, ¿Por qué no hace los cambios necesarios en su vida hoy?
Nuestro enemigo usa la apatía para distraernos. Satanás distrajo a Sansón al usar apatía en sus votos espirituales, al casarse con una pagana, al tocar un cuerpo muerto y muy probablemente al haber tomado en la fiesta. Crecer en apatía a las verdades de la Palabra de Dios ha distraído a muchos cristianos fuertes. Conocemos los himnos y los versículos de la Biblia, pero crecemos insensibles, entumecidos a la verdad que se encuentran en ellos. Dejamos de servir por amor y lo hacemos por mero hábito. Y al final, nos detenemos en nuestro caminar con el Señor y nos alejamos de Él, de su Palabra y de su iglesia. Debemos recordar el consejo bíblico respecto de la apatía: "El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado" (Santiago 4:17)
CONCLUSIÓN
Hay una historia acerca del famoso catcher de los Yanquis de Nueva York, Yogi Berra, y Hank Aarón, que en ese tiempo era el mejor productor de hits de los Bravos de Milwaukee. Sus equipos estaban jugando la Serie Mundial, y se encontraba en una de sus incesantes pláticas con el objeto de animar a sus compañeros y para distraer a los jugadores contrarios. Le tocó el turno a Hank Aarón, y al acercarse a home, Yoghi trató de distraerlo diciéndole: Oye, Henry, estás agarrando mal el bate. Se supone que debes agarrarlo de tal manera que puedas leer la marca del bate. Aarón no dijo ninguna palabra, y a la siguiente pitcheada, pegó un batazo que la pelota fue a parar en las gradas del jardín izquierdo. Después de recorrer las bases y llegar a home, Aarón miró a Yogi Berra y le dijo: "No vine aquí a leer".
y Tú ¿para qué estas aquí?
Desde <http://iglesiabautistabiblicadevillahermosa.blogspot.com/2011/07/la-apatia-y-sus-frutos.html>
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¿Porque hacemos lo que hacemos?
a pesar de que tenemos a un Dios que en fiel y nos demuestra su amor
Ciclo Soy Fiel-Apatía-Desobediencia-Pecado-Disciplina-Pido Misericordia
Empiezo con muchas gana, leo mi Biblia, busco a Dios pero luego, dejo de leer, entra la Apatía, luego el alejamiento, la desobediencia
Que nos puede llevar a un ciclo asi
Dios siempre tiene un Plan
como iniciamos el ciclo
Jueces 2:10
, olvidamos lo que Dios ha hecho en el pasado
si nosotros olvidamos lo que Dios ha hecho por nosotros
-murio por nosotros
-transformo nuestra vida de una vida de pecado, de vicios,
si perdemos de vista y nos alejamos, caemos en la apatia
si lo olvidas empezaras a cuestionar a Dios, porque no me va Bien, porque me pasa hoy lo que me esta pasando
es responsabilidad de los padres no olvidar y enseñar a los hijos (Deuteronomio)
La apatía, se transmite a la gente cercana a ti.
estamos a una generación de la extinción del mensaje de Cristo
imaginate lo que puede pasar
tres cosas
-agradecimiento
-asombrarte de lo que Dios ha hecho
-alábale por lo que Dios ha hecho
-arrepiéntete y regresa a El
cuando olvidamos a Dios
se olvidaron
Escogieron
Sirviendo
Dejaron por completo a Dios
fracasamos en aprender
Porque Dios no acaba con ellos
por la misericordia de Jehova no hemos sido consumidos
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"Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." Efesios 5:14-16
Hay un pecado que está afectando a muchos la apatía espiritual.
La palabra apatía es una transposición directa de la palabra griega “apathea., Una palabra usada comúnmente por aristóteles que significa “sin sentimiento”. Los estoicos la usaban para expresar lo que ellos consideraban el estado más apropiado en el cual estar, libertad de cualquier tipo de emoción. Si buscamos en cualquier diccionario los sinónimos de esta palabra se encontrará con algunos significados muy sorprendentes de lo que esta palabra significa; esta palabra envuelve cosas tales como “indiferencia, frialdad, falta de interés, desatención, falta de sentimiento, sin emoción, indiferente, impasible, frío”. Estas son palabras de las cuales la Escritura tiene mucho que decir. La Escritura define este asunto de la apatía cuando dice que “el amor de muchos se enfriará” Mateo 24:12.
Estamos viviendo en la era de la (apatía (insensibilidad) espiritual, muchos cristiano se han convertido insensibles a la palabra de Dios, y a el pecado. Ya no hay amor o pasión por el evangelio y la palabra de Dios. Esta apatía espiritual causa un sueño lo que la biblia llama espíritu de estupor. Lo cual causa indiferencia, insensibilidad, torpeza, y desánimo lo cual nos impide crecer en Cristo y nos estanca. Es algo similar a entrar en un profundo sueño, el cual nos pone a dormir y nos impide servir al Señor.
¿Cuál es la causa de la apatía?
¿Qué causa que los cristianos lleguen a ser apáticos, sin sentimientos, emoción, entusiamo, indiferentes, fríos?
Por lo general tiene que ver con el pecado.
Ofensas no resueltas-
Una herida que no ha sanado. Muchos han sido lastimados, ofendidos aun dentro de las iglesia. Desafortunadamente nos somos perfectos pero no podemos permitir que la ofensas, heridas nos maten espiritualmente al contrario debemos perdonar, y fortalecernos en estas áreas.
La pruebas tribulaciones-
Dios nos permite la pruebas para fortalecernos. Moldearnos a su imagen pero cuando los creyente no tienes raíces profunda en ves de lo problemas perfeccionarlos lo que les causa es perdida de fe y en ocasiones apatía. Los problemas no deben matarnos espiritualmente al contrario deben hacernos más fuerte.
La tolerancia al pecado.
Cuando uno tolera el pecado, poco a poco nuestro corazón se va endureciendo. Y lo que ayer nos molestaba ya hoy nis nos molesta. Se nos va ese temor a Dios. El pecado cualquiera que sea toma residencia en nuestra alma y el efecto ha de esperarse. Recuerde que cuando uno peca se abren puertas en el mundo espiritual a satanás y esto causara que nos enfriemos. Uno no puede mantener una llama encendida si se le echa agua. Y así es el pecado le apaga la mecha a nuestras lámpara.
La Presunción
Y por supuesto, en Apo 3 se encuentra la causa de la presunción, o la de creerse sabio en su propia opinión, diciendo “yo estoy bien”, esto puede producir apatía.Creer que estamos bien, que lo sabemos todo y que no necesitamos ayuda es un camino a la destrucion.
El efecto de la apatía:
Entonces después que ya uno se vuelve apático los síntomas son claros, eso hasta un niño lo puede notar. No leemos las Escrituras, y cuando queremos nos da un sueno. Dejamos de orar, y leer la Palabra de Dios, y dejamos de servir a Dios. No queremos congregarnos:
Tenemos millones de excusa por lo cual no podemos ir a la iglesia.
No, nos motiva ya el ir al templo, y cuando vamos llegamos una hora tarde y estamos deseando que se acabe para salir volando. Estamos pendiente del celular. Estamos hablando no le ponemos cuidado a la palabra. Se nos entra una pesadez , cansancio, y un sueño a la hora de la predicación. No entendemos nada, no podemos poner en practica nada de lo escuchado, es estar presente sin ser practicante, sino solo un simpatizante.
Resultados de la apatía:
Incredulidad, falta de fruto, falta de amor por Dios, tibieza, y si seguimos en ese camino sin aplicar el antídoto volveremos totalmente al mundo y al pecado.
Que hay que hacer:
Reconocer que estamos apáticos pedir ayuda. Cambiar de ruta arrepentirnos de nuestros pecado. Pedirle a Dios que avive el fuego, volver a nuestros primer amor.
Examina tu vida a la luz de la biblia, evalua tus intenciones, evalua tu fe, "Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?" 2da Corintios 13:5
No te dejes vencer, pídele a Dios que él mismo también te examine y que revele lo que hay dentro de ti. Arrepiente de tu apatía y vuelvete a tu primer amor y aviva el fuego del don de Dios que está en ti.
"Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." 2da Timoteo 1:6-7
Desde <https://pastorajudyjaramillo.blogspot.com/2019/05/apatia-espiritual.html>
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El antídoto para la apatía
Kelly Needham | Vida Cristiana | Comentarios
Ninguna mujer cristiana espera que llegue un día en que se encuentre apartada de Dios. No nos proponemos amar más otras cosas, ni servir a dioses falsos ni ceder ante la tentación. Pero para gran sorpresa de muchas de nosotras, nos hemos encontrado con que llevamos años siguiendo a Cristo con una compañera alarmante: la apatía.
Desafortunadamente, en la vida cristiana no existe un momento en que adquiramos tal inmunidad a cierto tipo de pecado. La pasión por Jesús que alguna vez fue tan fresca, puede secarse y permitir que ahora en su lugar, retoñen los deseos del mundo. Por ejemplo, el tratar de mantener cierto estatus puede usurpar el deseo de mantenernos en comunión con el Espíritu.
Esto no debe sorprendernos. La Biblia resalta las fallas de nuestros héroes a la par de sus victorias: un David devoto… en cama con Betsabé, Noé el justo…emborrachándose, el sabio Salomón …en promiscuidad, el orgulloso Pedro… en su negación. Cada una de nosotras estamos apenas a pocas concesiones de distancia de abandonar el amor que teníamos al principio, y abrazar búsquedas pecaminosas.
¿Cómo sucede esto? Sucede cuando la gracia salvadora de Dios ya no es el tesoro más preciado, sino que ahora es apenas una moneda de un centavo tirada en el piso. Cuando la mención del Evangelio nos provoca un “sí, lo sé” en lugar de, “¿Cómo puede ser esto?” En el momento en que nuestra salvación se vuelve algo ordinario, abrimos la puerta para que algo más cautive nuestro corazón. Apatía hacia Dios es una posición de riesgo.
Se trata de crear conciencia del pecado
¿Hay algún antídoto para la apatía? Jesús estaba rodeado de judíos apáticos. Los líderes religiosos confiados en sí mismos no tenían necesidad de un salvador (¿Quién necesita salvación cuando se es tan bueno siguiendo las reglas?) De manera que su menosprecio estaba en agudo contraste con los pecadores necesitados que vieron en Jesús una esperanza increíble.
Ante tal momento de contrastes, Jesús les cuenta esta historia:
Cierto prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó generosamente a los dos. ¿Cuál de ellos, entonces, le amará más? Simón respondió, y dijo: Supongo que aquel a quien le perdonó más. Y Jesús le dijo: Has juzgado correctamente. Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Yo entré a tu casa y no me diste agua para los pies, pero ella ha regado mis pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste beso, pero ella, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ungió mis pies con perfume. Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama. Lucas 7:41-47
Jesús diagnostica la brecha entre la apatía y la alabanza como un asunto de conciencia de pecado (porque no hay ninguno a quien verdaderamente se le perdone solo un poco). Una conciencia mayor de los pecados perdonados lleva a un amor mayor por el Perdonador. El antídoto para la apatía es una comprensión aguda de cuán grandemente hemos sido perdonados. No somos la chiquilla que merece un manotazo, sino la criminal que merece ir al patíbulo.
No estoy recomendando que enumeremos nuestros pecados, sino más bien que nos esforcemos por ver con claridad la naturaleza vil de nuestro pecado. Si miramos a nuestro malvado corazón y nos encogemos de hombros, el perdón que Dios ofrece no parecerá tan impresionante. Si nuestro pecado es meramente molesto, el conocer a Dios se convierte en un premio de consolación, no el premio mayor. Mientras el pecado es minimizado, la apatía puede continuar.
Necesitamos ser despertadas
Pero minimizar el pecado es lo que nuestro mundo hace mejor. Vivir centradas en nosotras mismas es el estándar en cada corazón humano, por lo cual fácilmente somos convencidas de que un poco de egoísmo es normal. Necesitamos ser despertadas. Pero, irónicamente, el comprender la vileza de nuestro pecado no sucede al enfocarnos más en el pecado. La sola presencia de Dios es suficientemente fuerte para despertar nuestro espíritu y acabar el sinfín de excusas que usamos para justificar el pecado.
Isaías experimenta este momento de claridad cuando ve al Señor sentando en Su trono alto y sublime (Is. 6). Habiendo visto a Dios en Su majestuosa gloria se suscita una aflicción inmediata. “¡Ay de mí! Porque perdido estoy. Pues soy hombre de labios inmundos.” (v. 5)
Isaías no es el único que respondió a Dios de esta manera. Otros dos hombres, Daniel y Josías; los chicos buenos de la historia, no estaban pecando voluntariamente o evitando hacer lo bueno que les tocaba hacer. De hecho, ellos eran, en sus tiempos, algunos de los pocos que estaban buscando a Dios activamente. Sin embargo, en ambos casos, cuando Dios se reveló delante de ellos, les vemos arrepintiéndose, no de los pecados de otros sino de los propios. Encontramos a estos hombres piadosos llorando con profundo quebrantamiento por el mal que vieron en sus propios corazones.
Una vista clara de Dios revela el verdadero horror de lo que a diario justificamos: Nos amamos a nosotras mismas más que a cualquier otra cosa.
Una feliz desesperanza
La denuncia de nuestra miseria siempre es dolorosa. Confirma nuestra incapacidad para vencer al enemigo que es el amor por nosotras mismas que mora en nuestro interior. Pero esta desesperanza es para alegrarnos, porque a través de ella vemos la verdad: Se nos ha perdonado mucho.
Ante cada nuevo entendimiento de la depravación del pecado, las palabras de Jesús son aún más dulces, como si nos dijera: Bienaventurados los pobres en espíritu. Bienaventurados aquellos que lamentan su pecado. Bienaventurados que se abstienen de pecar y están desesperadamente hambrientos y sedientos de justicia. Serán consolados; serán satisfechos; ¡me verán, y mi reino es para ustedes! (Mateo 5:2-11)
La apatía no puede existir donde el pecado es mortificado. Amigas, nuestros pecados perdonados son verdaderamente atroces; se nos ha perdonado mucho. ¡Pero se nos ha concedido el privilegio inmerecido de conocer al Dios viviente! Sí, el conocerlo expondrá nuestra horrorosa naturaleza pecaminosa, pero también exhibirá Su maravillosa gracia. Ven, persistamos en conocer al Señor. Se nos ha perdonado mucho; ¡quiera el Señor enseñarnos a que también Le amemos mucho!
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Podemos definir la apatía como la aceptación de lo inaceptable
Stott, J. (2013). Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis (A. Powell, Ed. Y Trad.; 1° ed., p. 357). Certeza Argentina.