Animando a los deslantados
Estudio Expositivo de Hageo • Sermon • Submitted
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Introducción
Introducción
Russell Kelso Carter (1849-1928) fue un atleta estrella de una academia militar y un excelente estudiante académico, que llegó a ser un exitoso maestro y entrenador. Luego pasó varios años como ministro metodista ordenado, después de lo cual fue a la escuela de medicina.
Aunque Carter fue un cristiano declarado la mayor parte de su vida, no fue sino hasta una grave enfermedad en su corazón que empezó a entender la realidad y el poder de las promesas de la Biblia. A los 30 años, su salud estaba en estado crítico y los médicos no podían hacer más por él. Carter se dirigió a Dios en busca de ayuda y sanidad.
Se arrodilló e hizo la promesa de que, con o sin sanidad, su vida estaba finalmente y para siempre, completamente consagrada al servicio del Señor. Fue a partir de ese momento que la Palabra de Dios escrita se hizo viva para Carter. Empezó a apoyarse en las promesas de Dios, determinando creer sin importar su condición física, sin importar cómo se sintiera. En el transcurso de los siguientes meses su fuerza regresó, y su corazón fue completamente curado! Carter vivió otros 49 años saludables.
El himno que Carter había escrito varios años antes de que su milagro de sanidad se convirtiera en algo más que palabras y música para él. Estar de pie en la Promesa se convirtió en una parte integral de su vida.
Cita bíblica: Hageo 2:1-9
I. El pueblo abatido (1-3)
I. El pueblo abatido (1-3)
Ha pasado un mes desde que el pueblo comenzó a reconstruir el templo. Habían comenzado con todas las pilas, estaban muy animados, el mensaje de Dios por medio de Hageo había sido escuchado, pero 1 mes fue suficiente para que ellos caigan nuevamente abatidos y desanimados.
En el mes séptimo, un mes que era de lluvias tempranas, el mes de cosecha de olivas y uvas, el 1 de Tishri (aprox. 15 de septiembre) se celebraba la fiesta de año nuevo donde se manda que no debían realizar ninguna labor, era una fecha de regocijo y celebración (Lv. 23:23-25), el día 10 de Tishri (apróx. 25 de Sep.) se celebraba el Yom Kipur, recordando el día en que el sumo sacerdote hacía la expiación de los pecados de todo el pueblo cometidos en todo el año. Y del día 15 (fin de Septiembre) al 22 de Tishri se realizaba la celebración de la fiesta de los tabernáculos. Esta fiesta es de acción de gracias por la guía y protección de Dios en el desierto.
Era un mes en el que se supone debían estar de celebración. Comenzaban un año nuevo, sus pecados estaban siendo expiados y estaban recordando por 8 días el poder preservador de Dios. “La fiesta de los tabernáculos era un tiempo también de regocijo por la cosecha, sin embargo, debido a la sequía de tiempos de Hageo (Hag. 1:11) la misma fiesta vino a ocasionar tristeza y desánimo. Un factor adicional era que el gran templo de Salomón fue dedicado precisamente en la fiesta de los tabernáculos, lo que incitó al remanente a hacer comparaciones que los desanimaron” (Alberto T. Platt)
A los ancianos que en aquel tiempo de Salomón eran niños se les pregunta sobre la gloria primera del templo en comparación con la de ahora. Había una gran diferencia.
Motivos de desánimo:
Sin cosecha ni producción de aceite ni vino.
Avergonzados por el poco trabajo
II. Palabra de aliento (4-5)
II. Palabra de aliento (4-5)
Las palabras de aliento nunca pueden faltar. El aliento que reciben es “Esfuerzate” Tanto a Zorobabel como a Josué y al pueblo entero se les dice “tengan la habilidad de lograr lo que se pretende, implicando que se necesita también un elemento de determinación (Jos 1:6)” (James Swanson).
Que hermoso saber que podemos tener fuerzas y así trabajar porque el Señor Jehová de los ejércitos está cono nosotros.
Dos cosas se les exige:
Esforzarse
Trabajar
Lo iban a poder lograr porque las promesas del Señor siempre son verdaderas, así como estuvo con Moisés estaría con ellos (Ex. 33:12-15). ¡No temáis! Yo estaré en medio de vosotros, No teman, no sientan angustia, no entren en profunda preocupación.
Es debido a las grandiosas y fieles promesas del Señor que nuestra vida queda asegurada y en paz para continuar con la labor. Por eso el himno dice:
Himnario: Celebremos su gloria (273 Todas las promesas)
Todas las promesas para el hombre fiel,
El Señor en sus bondades cumplirá,
Y confiado sé que para siempre en él,
Paz eterna mi alma gozará.
Así recibieron ánimo todo el pueblo para continuarla labor de seguir construyendo, debido a que eran 499667 (Esdras 2:64-65) personas que retornaron del exilio y a quienes se les había exhortado a pensar en los asuntos del templo.
III. El propósito del templo (6-9)
III. El propósito del templo (6-9)
Respuesta de Dios a las crisis (Hageo y Malaquías) El propósito del templo 2:6–9
La gente lamentaba la falta de recursos para realizar la construcción primorosa del templo y un ornato impresionante. El pueblo permitió que eso le afectara demasiado, y se desanimó. Sin embargo, Dios comunicó a través de su profeta que él había reservado lo mejor (¡aún mejor que el templo de Salomón!) para una fecha que todavía era futura: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera” (2:9).
Es que el templo que construirían, aunque fuera mejor que el de Salomón, no se compararía con la gloria que tendrá cuando Cristo reine. “ni el templo de Salomón, ni el de Zorobabel, ni el de Herodes, sino el templo milenario es el que disfrutará de lo que de verdad es la gloria, la presencia del Mesías” (Alberto T. Platt).
Todo esto mira al futuro. La labor del pueblo era concentrarse en que la gloria del Señor esté en medio de ellos. Claro, dar todo de sí mismos pero no afanarse por la estética del templo, debido a que en un futuro su presencia llenará de gloria esa casa.
Conclusión
Conclusión
En la obra del Señor habrá momentos de desánimo, momentos que creeremos que nada puede mejorar, pero algo que nunca debemos olvidar es las promesas de nuestro Señor “Mi espíritu estará en medio de vosotros, no temáis”.
Esforcémonos hermanos por lograr lo que el Señor nos manda cada tiempo. Al pueblo se le pidió reconstruir el templo. Quizás nosotros necesitamos esa reconstrucción en nuestra vida. Quizás necesitamos volver a seguir construyendo en algún ministerio. La idea es que sigamos trabajando para el Señor.