La idea central es que en medio de estas circunstancias nosotros los creyentes debemos demostrar carácter, ser pacientes, debemos afirmar nuestro corazón, sin quejarnos, siguiendo el ejemplo de aflicción de aquellos profetas que vivieron y fueron atribulados con mas fuerza antes que nosotros.
Y ahora Santiago nos pide que oremos, que vengamos delante del trono de la gracia en oración y adoración.