Desafiados a confiar en Dios

Introducción

El libro de Deuteronomio es el discurso de despedida de Moisés antes de morir.

Esta palabra significa “segunda ley”, sin embargo, este nombre fue dado por los que tradujeron la biblia hebrea al griego, pero su nombre original en hebreo = “estas son las palabras” o simplemente “las palabras”

Deuteronomio 1:1 “Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab.”

Este es una recapitulación de la ley y las jornadas de Israel en el desierto para darles a conocer o recordar a las nuevas generaciones la ley y la mano poderosa de Dios en la liberación de Egipto y la provisión en el desierto.

Aunque en este primer capitulo presenta un itinerario de los lugares donde acamparon, actualmente no es posible identificar esos lugares, por tanto, nos concentraremos en rescatar la enseñanza para nuestros días.

Deuteronomio 1:19–25

19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea. 20 Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da. 21 Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. 22 Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar. 23 Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu. 24 Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra. 25 Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.

En el pasaje que tenemos delante de nosotros vemos una actitud negativa en el pueblo, a pesar de que habían visto las maravillas de Dios. Moisés reclama: “Aún con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios”.

La incredulidad y sus consecuencias

Deuteronomio 1:26-28 “Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos. ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.”

1. Rebeldía y desobediencia. Dios había ordenado que entraran y tomaran posesión de la tierra, no les dijo que sería fácil pero les prometió la victoria. Pero ellos fueron rebeldes al no obedecer la voz de Dios y escuchar la voz de los hombres que les decían cosas negativas.

2. Murmuración individual y colectiva. Esta provocó la murmuración en el pueblo, hablaron cosas negativas y pesimistas. Deuteronomio 1:27 “y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.”

3. Desfallecimiento. Esto trajo desfallecimiento en el pueblo, se desánimo y los gobernó un terror que se sentían derrotados antes de pelear.

Así también nosotros si le creemos y confiamos en Dios, desfalleceremos y seremos derrotados aun antes de luchar.

El líder se sostiene a pesar de la incredulidad del pueblo

Deuteronomio 1:29-31 “Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, Él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos. Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.”

1. Los anima a no tener miedo a los enemigos. Que no se fijaran en su limitado poder, porque Dios los había enviado y Él los respaldaba.

2. Les recuerda el poder de Dios en acción. Les recuerda las cosas grandes que Dios había hecho por ellos, de como con brazo fuerte los sacó de Egipto y ante sus ojos se abrió el mar y ahogó a sus enemigos.

3. Les recuerda la ternura de Dios. Les hace ver que su Dios no es arrogante y despreciativo como los dioses de los paganos, sino un Dios tierno y amoroso que trata a su pueblo como un padre guía al hijo que ama.

Deuteronomio 1:31 “Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.”

La confianza que se basa en los hechos

Deuteronomio 1:32-33 “Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios, quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.”

1. Habían disfrutado de la compañía de Dios. La nube de día y la columna de fuego de noche era una evidencia física de que Dios iba con ellos.

2. Habían acampado donde Jehová había explorado. Esta nube los guiaba en el desierto, les indicaba por donde ir y donde acampar.

Estas eran evidencias físicas de que Dios estaba con ellos pero aún así fueron rebeldes.

Conclusión

No obstante haber disfrutado de tantas bendiciones y de contar con un líder de fe, el pueblo de Israel fue incrédulo.

No sigamos el ejemplo de ellos. Sigamos con fe al Señor siempre, y evitemos caer en el error en que ellos cayeron.