Jovenes: Paul (Herederos del Sacerdocio)
Notes
Transcript
Textos
Textos
Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser conformados a la imagen de su Hijo, a fin de ser Él, primogénito entre muchos hermanos.
Porque el que santifica y los que son santificados, son todos de Uno, por esta razón no se avergüenza de llamarlos hermanos,
Yo soy la puerta: el que por Mí entra será salvo, y entrará y saldrá y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos bendijo en los celestiales con toda bendición espiritual en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para ser santos y sin mancha delante de Él en amor, cuando nos predestinó para adopción para sí mismo por medio de Jesucristo, según la complacencia de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos concedió gratuitamente en el Amado.
En Él tenemos la redención por su sangre, la liberación de los delitos, conforme a la riqueza de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su complacencia, que se propuso en sí mismo, hasta la culminación de una dispensación de los tiempos señalados, para volver a unir todas las cosas en Cristo, las que están en los Cielos y las que están en la Tierra, en Él.
En Él también fuimos escogidos como su heredad, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que está energizando todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de ser para alabanza de su gloria, nosotros, los que primero hemos esperado en Cristo. En Él también vosotros, habiendo oído la Palabra de la Verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, el cual es arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión, para alabanza de su gloria.
y nos hizo un reino, sacerdotes para su Dios y Padre: a Él sea la gloria y la soberanía por los siglos, amén.