Tercer Mandamiento: No tomaras el nombre de Dios en vano
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Introducción
Introducción
Hemos estado predicando de manera expositiva el libro de Exodo. Ahora estamos en los 10 mandamientos o las 10 palabras.
Vimos en el prologo que estos mandamientos fueron dados a Israel en el contexto de la gracia, ellos ya habían sido redimidos, Dios estaba habitando en medio de ellos y ahora debían aprender a relacionarse con Dios y la ley tuvo este propósito para ellos y por su puesto tambien para nosotros que gozamos hoy de haber sido injertados dentro del pueblo redimido.
En el primer mandamiento aprendimos que Jehová es el unico Dios verdadero y el no comparte su gloria con nadie, por lo tanto se nos prohibe tener a otro Dios delante de El y se nos manda a tenerle solo a El como nuestro Dios, nuestra única fuente de seguridad, identidad y consuelo. Este mandamiento nos enseña a quien adoramos.
En el segundo mandamiento aprendimos como debemos adorara Jehová de manera apropiada. El establece que no puede ser adorado mediante el uso de ninguna imagen. No debemos hacer ídolos y menos compararlos con Dios. Debemos adorar a Dios en Espíritu y verdad, como él lo ha ordenado en su palabra, no como nos parece.
Hoy vamos a examinar el tercer mandamiento, que nos recuerda que el Dios a quien adoramos es santo, por lo tanto debemos tratarlo como tal en toda área de nuestra vida, en nuestro hablar y en nuestro vivir. Este mandamiento abarca mucho mas de lo que se puede leer a simple vista, espero estén atentos para que como iglesia cultivemos una cultura piadosa que santifica el nombre Dios y fomentemos en nuestros hijos un temor reverente por el Señor.
Vamos a ver en nuestro texto, la importancia del nombre de Dios, la orden negativa de no tomar en vano su glorioso nombre, el mandato positivo de santificarlo y la razón que se nos da para tomar en serio este mandamiento.
Oremos para que el Señor use su palabra esta mañana y podamos santificar su nombre como Él desea.
»No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome Su nombre en vano.
Una de las primeras cosas que hicimos con mi esposa cuando nos enteramos de que éramos Padres, fue buscar un nombre para nuestra bebe. A todos Dios nos dió como Padres la autoridad sobre nuestros hijos y esta autoridad se establece en el momento que le asignamos a ellos un nombre. En la escritura nadie le pone nombre a Dios, es de hecho Él quien pone nombre a los que él llama para establecer su autoridad sobre ellos Abraham, Israel, EtC). Y mis hermanos, cada uno de nosotros de hecho se nos ha dado un nombre nuevo que algún día conoceremos:
’El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe’ ”».
Nosotros sabemos el nombre de Dios, porque el lo revelo a su pueblo a travez de Mopisés. Recordemos que esto sucedió en
Y dijo Dios a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY», y añadió: «Así dirás a los israelitas: “YO SOY me ha enviado a ustedes”». Dijo además Dios a Moisés: «Así dirás a los israelitas: “El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes”. Este es Mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de Mí de generación en generación.
Al revelar su nombre Dios dios es quien condescendientemente entra en una relación de amor con su pueblo escogido. A él nadie le asigno un nombre, él es la autoridad absoluta sobre todos los hombres.
Noten que Dios habla en tercera persona para enfatizar la importancia de su nombre: “No tomarás el nombre de Jehová (del Señor) tu Dios en vano”. Recordemos que la biblia que escogimos es la traducción de la versión griega del A.T. “la Septuaginta” esta versión tradujo el nombre hebreo Jehova o YHWH como Kurios en griego, el Señor mismo nos dijo que su nombre significaba: "Yo soy el que soy"… él es el Dios auto-existente, autosuficiente y soberano, el que cumple su promesa actúa con poder para salvar y redimir a su pueblo. Los israelitas habían conocido a Dios de esta manera en los eventos del Exodo. Dios había intervenido en la historia para salvarles.
De manera que YHWH es mucho mas que una etiqueta para identificar a Dios, este nombre representa su carácter, su reputación.
Cuando nuestro texto habla del nombre de Dios, esta usando una figura literaria conocida como sinécdoque - Ejemplo: “No tiene un techo donde vivir” Se nombra una parte para referirse al todo (Casa). En la escritura un nombre representa por lo general la identidad de una persona y esto es lo que significa el nombre de Dios.
¡Oh Señor, Señor nuestro, Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra, Que has desplegado Tu gloria sobre los cielos!
David alaba al Señor por hacer todas las cosas para su gloria, no solo esta exaltando su nombre. Dios tiene una reputación al ser el creador de todo, todas las cosas creadas declaran su gloria. De esta misma forma la salvación de Israel declara la grandeza y la fidelidad de Dios a las promesas de su pacto, su nombre tiene peso, tiene una reputación, él salvó a un pueblo para su gloria.
No obstante, los salvó por amor de Su nombre, Para manifestar Su poder.
Cuando Moisés recibe pues este mandamiento, sabía que el nombre de Dios involucraba todo su ser, su reputación como el Dios creador y redentor. Un nombre representa la naturaleza y el carácter de una persona. A la luz de esto veamos el mandamiento negativo:
1. No debes tomar en vano el nombre de Dios
1. No debes tomar en vano el nombre de Dios
Tomar puede ser traducido tambien como levantar, elevar o enaltecer. El termino se usaba en las cortes civiles cuando se hacían juramentos en en el nombre de Dios o en la adoración cuando se enaltecía con los labios a Dios o cuando se pronunciaba el nombre de de Dios.
La palabra para 'vano' significa literalmente algo que es 'frívolo / insincero / irreflexivo'. Tiene un amplio rango semántico y puede designar cualquier cosa que sea irreal, insustancial y sin valor.
Se nos prohibe entonces no pronunciar, jurar o enaltecer el nombre de Dios de manera frívola, irreflexiva o engañosa. Como si su nombre no tuviera peso o sustancia, como si tratáramos de alguna energía impersonal.
Los Judíos ortodoxos se tomaros tan enserio este mandamientos, que llegaron al extremos de prohibir a sus discípulos pronunciar el nombre de Dios. Y hay que tomarlo en serio, pero tampoco llegar tan lejos para no nombrar a Dios, cuando de hecho la biblia nos alienta a hacerlo:
A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás.
Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
Así que podemos hacer uso del nombre de Dios, pero no podemos usarlo irreflexivamente, de manera descuidada o deshonrosa, como si Dios no importara o como si él no tuviera valor. Tomar en vano el nombre de Dios es una forma de decir que él no vale nada, es menospreciar su carácter Santo. El pecado que aquí se condena es la blasfemia. Blasfemar es tratar algo santo y sagrado como algo común y sin valor.
Douma en su libro de los diez mandamientos comenta que en el A.T. el nombre de Dios podía ser profanado o usado de manera vana en tres escenarios: en la hechicería, en la profecía falsa y en los juramentos falsos:
La hechicería o el ocultismo. Algunas personas creían que podían obtener acceso a poderes sobrenaturales usando el nombres de Dios en sus encantamientos mágicos. Pero Dios se niega a ser manipulado de esta manera; así que ordenó a su pueblo que no usara su nombre de esta manera.
»No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o que sea agorero, o hechicero, o encantador, o adivino, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.
Ejemplo:
Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
Querían usar el nombre de Jesucristo, el mismo nombre de Dios, para obrar sus encantamientos y exorcismos para su propio beneficio personal. Y Dios no los consideró inocentes, sino que permitió que recibieran una paliza.
Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.
Dios preservó el honor de su nombre, no permitió que su nombre fuera mancillado. Solo él decidiría cuándo realizar un milagro, y solo lo haría a través de sus siervos escogidos. Cuantos usan en vano el nombre de Dios hoy en día como estos pobres hechiceros. Dios no los tendrá por inocentes, ellos pagaran por que usaron el nombre de Dios para su beneficio.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
La profecía falsa. Los profetas del A.T decían: “Así dice el Señor”. Aun los falsos profetas cuando querían validar sus mentiras y promoverse a si mimos como agentes de Dios, usaban su nombre así, de esta manera profanaban su nombre.
Cuántos pseudo profetas que Dios nunca llamó usan su nombre para hacerse un ministerio y ganar seguidores incautos.
Cuántos usan el nombre de Dios para promover su propia agenda y dicen: “El Señor me dijo que hiciera esto o me puso este sentir” ¡Esta es una profecía falsa! Dios ya ha dicho todo lo que necesita decirnos en su Palabra y si no esta en su palabra nos ha dado la sabiduría del cuerpo de Cristo de Cristo para dirigirnos. Siempre que confundimos lo que queremos con lo que Dios quiere, tomamos su nombre en vano.
Hacer juramentos falsos, tratando de probar que se esta diciendo la verdad, llaman a Dios como testigo, sea en un tribunal, en un negocio o en una relación. (Jeremías 5:2). Es lo que llamamos perjurio, usar el nombre de Dios para confirmar lo que es falso.
Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
Hoy en día el nombre de Dios se usa para dar crédito a cualquier cosa, allí andan en estos días los políticos profesando seguir a Dios, blasfemando de su nombre y usándolo para sus intereses políticos.
Cuando hacemos promesas ilegitimas o a la ligera.
Cuantas personas pasan adelante en la iglesia jurando creer en el Señor y someterse a él y viven una vida licenciosa como si no hubieran hecho este juramento, esto es perjurio.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Cuando se profesa la piedad y se vive contradiciendo la profesión de fe, es esta quebrantando este mandamiento y hace que el nombre de Dios sea blasfemado:
Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.
Ademas de los ejemplos bíblicos que cita Douman, podemos agregar, que quebrantamos este mandamiento cuando:
Usamos el nombre de Dios como muletilla. Es hablar de Dios de manera descuidada.
Cuando decimos: “¡Alabado sea el Señor!” o algún otro cliché cristiano sin realmente sentirlo.
Cuando ponemos el nombre de Dios en una camiseta o una pegatina o como eslogan para impulsar las ventas de un negocio.
Cuando usamos su Palabra para hacer bromas
Cuando cantamos canciones cristianas sin ningún contenido para elevar el espíritu.
cuando somos descuidados en nuestra adoración. Amados, no restamos reconociendo su verdadera gloria cuando nuestros pensamientos vagan mientras venimos a adorarlo o nuestros ojos leen la biblia sin darle peso a sus palabras, sin tener la intención de conocerle y obedecerle.
Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
Cuando no creemos en Dios mientras le invocamos. Cuando alguien dice: Puede que ore, pero jamás cambiaré…. Dios no escucha la oración, esta tomando el nombre de Dios en vano, pues lo convierte en un ídolo que tiene oídos y no oye o un engañador que promete misericordia, pero no cumple su palabra.
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Cuando profanamos su palabra de alguna forma. Sea burlándonos de ella:
y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;
Estas son las muchas formas en las que podemos quebrantar este mandamiento, que de manera negativa nos ordena no tomar el nombre del Señor tu Dios en vano. Ahora veamos lo que implícitamente se nos ordena de manera positiva:
2. Debes santificar el nombre de Dios
2. Debes santificar el nombre de Dios
En lugar de tomar su nombre en vano, Dios quiere que santifiquemos su nombre. Jesus explícitamente nos pidió orar por esto:
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Santificar es consagrar, apartar algo para un propósito sagrado. Y esto es lo que Dios quiere que hagamos con su nombre: alabarlo, honrarlo, bendecirlo, proclamarlo y celebrarlo. Muchos de los salmos bíblicos nos muestran cómo honrar el nombre de Dios:
Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.
Bendito su nombre glorioso para siempre, Y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.
Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.
¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.
Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS,
El apóstol Pablo dio la declaración más completa y positiva de este mandamiento cuando escribió:
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Santificamos el nombre de Dios cuando confiamos en él.
En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
Dice Watson con razón que, Confiar en Cristo, honra y santifica mas el nombre de Dios que el acto mas sublime de obediencia.
Santificamos su nombre, cuando le mencionamos con reverencia:
y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.
Santificamos su nombre y amamos su nombre, cuando nos regocijamos en él:
Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.
Santificamos su nombre, cuando le adoramos como el ha establecido
Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
Santificamos su nombre, cuando damos a El la gloria, por todo lo que hacemos en la vida:
No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad.
Santificamos su nombre obedeciéndole
Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Recordemos que llevamos su nombre, fuimos bautizados en su nombre y estamos llamados a glorificar su nombre con nuestra vida. El nombre de Cristo está asociado con todo lo que hacemos en nuestra vida- Cuidemos nuestro lenguaje, nuestra actitud y nuestro testimonio.
Santificamos su nombre tomándonos a pecho su deshonra
Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro.
Santificamos su nombre, haciendo discípulos. Cuando el nombre de Jesucristo es proclamado, la gente acude a él para su salvación y su nombre es glorificado.
Santificamos su nombre, cuando le recordamos a los demás que cuiden su lenguaje y no blasfemen del nombre de Dios.
Vimos el mandamiento de no tomar el nombre del Señor tu Dios en vano y su implicación positiva de santificarlo. Terminemos con nuestro ultimo punto:
3. La razón que se te da para tomar este mandamiento enserio.
3. La razón que se te da para tomar este mandamiento enserio.
Dice Santiago
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
Este mandamiento es una guarda para nuestra lengua. El argumento que se no da para que obedezcamos es que Dios no dará por inocente al que tome su nombre en vano. Dios considera al blasfemo y al perjuro, un criminal y lo castigará.
Seguramente, usted a quebrantado este mandamiento, Dios ha pasado por alto el tiempo de su ignorancia y hoy te esta llamando al arrepentimiento y la fe en Cristo.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Necesitamos confesar nuestro mal uso del nombre de Dios porque Dios ha dicho que no nos tendrá por inocentes.
Si usted no se arrepiente, debe saber que lo que haya hecho con el nombre de Dios determinará lo que Dios haga con usted. Jesús dijo:
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Noten que muchas personas pensarán que conocen a Jesús pero se perderán para siempre. Habrá cristianos profesantes, personas involucradas en el ministerio cristiano, que serán condenados. La razón es porque estuvieron tomando el nombre de Dios en vano todo el tiempo. Aunque a menudo estaba en sus labios, nunca estuvo en sus corazones.
Hay algo más que sucederá en el juicio final: el nombre de Jesucristo será verdaderamente alabado. La Biblia dice que Jesús obedeció a Dios hasta su misma muerte en la cruz, donde pagó por todas nuestras violaciones de la ley de Dios.
Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Jesucristo se revelará como el Dios de Moisés, y todos le darán la gloria que merece su nombre. Si ese es el honor que recibirá Jesús al final de la historia, también es el honor que se merece hoy, y debemos dárselo. ¡No tomes el nombre del Señor Jesucristo en vano!
Creyente profesante en el Señor Jesucristo, ¿has tomado Su nombre en vano? ¿Has afirmado ser Su seguidor y, sin embargo, no lo amas, no confías en Él, no tienes fe en Él, no le obedeces ni caminas con Él? ¿Has tomado Su nombre en vano? Dios no dará por inocente al que tome ese nombre en vano.
¿Nunca has confiado en Cristo? ¿Piensas que en el último día cuando estés delante de Dios, Él te recibirá porque has sido una buena persona, pero nunca has tomado para ti el nombre que está sobre todo nombre? ¿Sabes lo que dice la Biblia acerca de ese nombre? No hay otro nombre en el cielo, debajo del cielo, por el cual un hombre pueda ser salvo. No podrás disfrutar del Dios verdadero en el último día a menos que te humilles ante aquel que tiene un nombre sobre todo nombre. Porque al final Él dirá: “Nunca os conocí”.
Hermano, camina de acuerdo con tu profesión del nombre.
Incrédulo, amigo, ven a Dios y te prometo que serás recibido si confías en Jesús, cuyo nombre es sobre todo nombre, porque Él mismo dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os darte descanso. Y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera revelar.
Quiera Dios que confiemos verdaderamente en ese nombre.
Oremos.