La actitud correcta ante el dolor
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· 95 viewsConsolarnos en la esperanza de que aunque ahora sufrimos dolor, este no puede causarnos sufrimiento porque tenemos firme nuestra esperanza en Cristo.
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La actitud correcta ante el dolor
La actitud correcta ante el dolor
Hechos 5:40-41 “Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”
Introducción
Introducción
Los apóstoles, llenos del Espíritu Santo predicaban el evangelio con autoridad y convicción, esto causó los celos de los lideres religiosos por lo que los llevaron presos.
El Señor los liberó y les ordenó seguir predicando.
Los volvieron a apresar, prohibiéndoles y amenazándoles que no predicaran a Jesucristo, mas ellos contestaron: Hechos 5:29 “...Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”
Por esta causa fueron azotados, pero extrañamente en lugar de lamentarse, se regocijaron.
El sufrimiento y el dolor es un tema controversia y debatido en la iglesia, muchos afirman que los justo no deben sufrir y los que si sufren están pagando sus pecados, pero esta es una verdad a medias.
Esta era la cosmovisión de los judíos en tiempos de Jesús:
Juan 9:2-3 “Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”
Debemos equilibrar esta verdad porque también ser sabio y prudente evitará muchos dolores:
Salmo 32:10 “Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.”
Así que, aun los justos están expuestos al dolor y sufrimiento:
Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
En este episodio los apóstoles nos enseñan que podemos padecer dolor, pero eso no debe quitarnos la paz y el gozo que Cristo nos da.
También vemos que en el dolor y sufrimiento obra la soberanía de Dios sobre sus hijos.
Causa del Dolor
Causa del Dolor
Todos experimentamos dolor, ya sea físico o emocional, y aunque es algo que queremos evitar a toda costa, veremos que es inevitable.
Somos culpables de pecado:
Génesis 3:17 “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.”
El dolor que hemos sufrido es porque lo merecemos, y aun es menos de lo que nos corresponde.
Sufrimos por los pecados propios y por los pecados de nuestra especie humana.
Romanos 5:12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
El dolor antecede a la muerte, sin muerte no hay dolor.
En Cristo padecemos dolor para ganar
En Cristo padecemos dolor para ganar
Los apóstoles se gozaron en el dolor porque comprendían que les ayudaría para su bien.
Marcos 8:35 “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.”
Una madre está dispuesta a sufrir los dolores de parto con tal de traer a vida a su bebé, así también el cristiano que esté dispuesto a sujetar su carne por causa de Cristo recibirá recompensa eterna.
1 Pedro 4:1 “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado.”
Estar dispuestos a padecer por la causa de Cristo promete grandes promesas:
Romanos 8:18 “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
Es como el atleta que está dispuesto a sufrir dolor y cansancio con tal de prepararse para la competencia.
Los beneficios del dolor
Los beneficios del dolor
Hay personas que nacen con la incapacidad de sentir dolor (analgesia congénita), esto les trae muchos problemas y agonía.
Si no sentimos dolor, ¿cómo darnos cuenta de que nos hemos roto un brazo o de que, quizá, nuestro apéndice está a punto de estallar en pedazos?
Esteven Pete "Tenía unos cuatro o cinco meses cuando me diagnosticaron, me habían empezado a salir los primeros dientes y ya me había comido casi un cuarto de la lengua".
El dolor nos indica que algo anda mal, cuando sentimos dolor es cuando más nos acercamos a Dios, pero Él está más interesado en nuestra salvación (lo más importante), que en nuestro alivio.
Oseas 2:14 “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.”
Muchas veces Dios nos debe llevar al desierto de la prueba y el dolor para que aprendamos a escuchar su voz, para purificar nuestra alma y seamos salvos.
1 Corintios 5:5 “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
El Sufrimiento
El Sufrimiento
El dolor y el sufrimiento están ligados pero no son lo mismo.
Los atletas, las madres, los padres están dispuestos a padecer dolor, pero lo hacen con buen ánimo teniendo la esperanza que tendrá fruto de alegría, por lo tanto, aunque sienten dolor no están sufriendo, en el sentido de lamento y autocompasión.
Hechos 5:40-41 “Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional
Mientras más orgullosos somos, más sufrimos con el dolor, pues nos consideramos indignos de sufrir.
Es nuestra decisión: o sumirnos en la miseria del sufrimiento y autocompasión, o soportar pacientemente el proceso.
Sin embargo debemos ser compasivos con el que sufre y consolarlo, así como Dios nos consuela. (2 Corintios 1:6)
No podemos tener una vida plena libre de dolor en este mundo, pero podemos consolarnos con la esperanza gloriosa de que en Cristo todo esto es temporal, un día nos llevará a su gloria y bienestar eterno:
Apocalipsis 21:4 “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”
Job 19:25-26 “Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios.”
Si aun no tienes esa esperanza, hoy puedes entregarle tu vida a Cristo.