Un pueblo salvado por Dios
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Introducción.
Introducción.
Es sorprendente ver en la actualidad, la facilidad con que las personas se olvidan de los demás. Hemos sido testigos de personas que nos han dicho que nunca se van a olvidar de uno pero pasado un tiempo, ni siquiera dan, como dicen muchos, señales de humo. Incluso hay casos que llegan hasta rechazarnos.
Pero a diferencia de nosotros los humanos, está nuestro Dios. Él no se ha olvidado, ni de sus criaturas ni mucho menos de su corona de la creación.
Dios no ha rechazado, ni olvidado a Su pueblo sino que lo ha salvado.
I. El pueblo de Dios fue escogido de antemano por Él. (Ro 11:1-10).
I. El pueblo de Dios fue escogido de antemano por Él. (Ro 11:1-10).
Pablo comienza con una pregunta respecto al trato de Dios con Su pueblo. ¿Ha desechado Dios a Su pueblo? rotundamente responde que no. Literalmente en ninguna manera. Ya con esta respuesta es más que suficiente, sin embargo, el apóstol continúa y pone como razón también para ello, su propia identidad. (Israelita, descendiente de Abraham, tribu de Benjamín).
Pero la razón más profunda a la afirmación de Pablo es: Dios no desechó a Su pueblo que preconoció. ¿Qué significa esto? La respuesta nos la da el mismo apóstol:
vv.3-4 Dios ha reservado un grupo para sí.
Es un grupo que no ha sido idólatra.
Es un grupo escogido por gracia de Dios, y no por obras (v.5-6).
Se reservó a un remanente.
¿Cómo fue esto?
La respuesta es pura gracia y misericordia de Dios. Notemos que los vv.7-10 no dejan ver que El Señor, por gracia, eligió un remanente y el resto de la nación fue endurecida.
Commentary on the New Testament Use of the Old Testament (Romans 11:1–10)
The work of God in the present corresponds to that in the past: “Thus also in the present time there has come to be a remnant according to a selection which is of grace”
Entendamos que Dios nos ha preservado como Su pueblo por su pura gracia y misericordia. Es por la obra de Dios que formamos parte de los redimidos.
Agradezcamos a Dios siempre, el habernos reservado para Él. A diferencia de muchos en este mundo que viven en idolatría y en total rebeldía con el Señor; nosotros vivimos para Él. ¿Cómo fue posible esto? No fue por nuestras obras, no fue por seamos mejores que ellos sino por la gracia de Dios sobre nuestras vidas.
Vivamos para el Señor como pueblo que ha sido apartado para Él.
II. El pueblo de Dios compuesto por judíos y gentiles. (Ro 11:11-32).
II. El pueblo de Dios compuesto por judíos y gentiles. (Ro 11:11-32).
Pablo no ha terminado con su con su línea de argumentación. Ahora se adelanta para traer esperanza o mejor dicho para mostrar los propósito de Dios con respecto a la salvación de Su pueblo.
Israel ha tenido un rol en las manos del Señor. Por medio de ellos ha venido la salvación a los gentiles. Sin embargo, la esperanza para ellos está precisamente en esta obra de Dios, porque los gentiles son agentes de celos para los judíos.
El apóstol desea que la salvación alcance también a los judíos como ha sido con resto del mundo (ver vv.13-15). El punto es que el resto del mundo vino a conocer la salvación, en cierta medida, a razón de los judíos.
Ahora notemos la actitud que demanda Pablo del pueblo gentil salvado. No seas arrogantes para con las ramas. Lo que significa es, no seas arrogante u orgulloso para con Israel. El punto es que si el mundo gentil disfruta de la salvación, es por obra de Dios. (Ver. vv.22-24).
A partir del v.25 Pablo sigue avanzando en lo que ha venido diciendo y el propósito es que los hermanos no sean sabios en su propia opinión.
Llama a la manera en la que el Señor salva (Lit. Injertar), misterio. Aquello que la mente humana no puede conocer o entender en toda su expresión. Específicamente en este contexto, tiene que ver con la manera en la que el Señor ha llevado a cabo la salvación.
Debemos dejar en claro que la salvación es del Señor. Y la manera en la que Él lo ha desplegado es un misterio que ha estado presente, pero que es entendido a la luz del evangelio. ¿En que consiste este misterio? En el endurecimiento parcial de Israel, hasta la llegada de la plenitud de los gentiles, y de esta manera todo Israel será salvado. ¿Qué quiere decir el apóstol con todo esto?
El Señor endurece a parte de Israel mientras los gentiles llegan a la plenitud de salvados, provocando a celos a muchos judíos para que crean en el Mesías y sean salvos.
Tal como dice Palmer Robertson al comentar de este texto: “Y de esta manera, por tal proceso fantástico, el cual continuará a través de la presente era, el punto dónde el número completo de gentiles es alcanzado, todo Israel será salvo”.
La cuestión es resaltar que, de esta manera, el Señor llevará a término la salvación.
Notemos la frase: y de esta manera todo Israel será salvo. ¿Qué quiere decir el apóstol con esta afirmación? ¿Significa que todo Israel étnico será salvo sin importar si creen o no? Podemos decir como el mismo Pablo ha dicho cuándo niega la realidad de algo: ¡En ninguna manera! La Escritura no garantiza la salvación de todo el Israel étnico (ver. Ro.9:6).
Podemos decir que es todo Israel que cree (ver. Ro 11:23 ), o sea la totalidad de los salvos.
Para Pablo esto es una realidad atestiguada en las Escrituras. Isaías 59, Jeremías 31. citados en los vv. 26 y 27 por el apóstol hablan de la salvación Mesiánica. Isaías 59 presenta la verdad de que el Señor está dispuesto y es poderoso para salvar a Israel (v.1), pero este ha dado las espaldas a Dios por su pecado (incredulidad) (vv.2-18). Pero Dios prometió que vendría a enjuiciarles (v.19) y a salvar a los que se aparten de sus transgresiones (v.20). Pablo, en Ro. enfatiza que el libertador apartará la impiedad de Jacob.
Hermanos, sabemos por las Escrituras que el hombre natural no puede apartarse de su transgresión si primero no hay una intervención divina. Es por eso que el apóstol en este pasaje combina con esta cita de Isaías, la de Jeremías 31. para dejar muy claro que el Señor es el que salva al volver los corazones a Él, y al perdonar los pecados de ellos.
El plan de Dios orquestado en la salvación es un misterio que ha sido revelado. Los judíos han sido endurecidos para que los gentiles sean salvados, pero mientras llega a completarse la plenitud de los salvados, los judíos que se vuelven de su incredulidad son salvados también. A esto es a lo que apunta Pablo con la expresión en el v.28: según el evangelio son enemigos de Dios, pero según la elección, amados, por causa de los padres.
¿Significa esto que Dios salva de otra manera al pueblo judío a como Él salva al pueblo gentil? ¡NO! La salvación siempre ha sido, es y será por medio de la fe en Cristo. Esto es algo que está más que claro a la luz de toda la Escritura e incluso, fuertemente, afirmado en Romanos. Entonces ¿Qué quiere decir Pablo con esto?
Primero que, en la realidad del evangelio, los judíos son enemigos para beneficiar a los gentiles. Segundo, Pero como la Palabra de Dios no ha fallado, tocante al verdadero Israel que se salva, los judíos (pueden ser) salvos sobre la misma realidad de los patriarcas, la promesa de salvación, y el llamado a la salvación.
Es sobre esta verdad que Pablo afirma que los dones y el llamamiento de Dios sin irrevocables (v.29). Aclaremos algo: ¡Este texto no está hablando acerca de los dones espirituales! El apóstol Pablo se refiere al don y llamado de la salvación que Dios orquestó para los que, por amor, eligió.
Todo esto no es otra cosa que: La manifestación de la misericordia del Señor para salvar, de la misma manera, tanto a gentiles como a judíos. Precisamente, los vv.30-32 muestra que el plan de Dios para la salvación es el mismo para judíos y gentiles. Ambos son objetos de la misericordia de Dios.
“No dejemos de reflexionar en la salvación que el Señor nos ha otorgado por pura gracia y misericordia”.
“Confiemos en que nuestro Dios completará, totalmente, la salvación de su pueblo. Tanto judíos como gentiles.”
“Considerarnos sabios por nosotros mismos no solo es el camino de la ignorancia, sino la expresión del orgullo que lleva a la perdición”.
“Agradezcamos a nuestro Dios por mostrarnos misericordia al salvarnos”. Endureció algunos para que la gracia llegase a nosotros, al mismo tiempo que la gracia disfrutada por nosotros provoca el celo de algunos para salvación.
“Tengamos presente que la salvación que Dios ha orquestado ha sido, es, y será por medio de Cristo”. Pensar que hay otra manera en la que el Señor salve, no solo es mal entender las Escrituras, sino despreciar el evangelio como poder de Dios para salvación, de judíos y gentiles.
III. La sabiduría e incomprensibilidad del obrar de Dios en la salvación de Su pueblo. (Ro 11:33-36).
III. La sabiduría e incomprensibilidad del obrar de Dios en la salvación de Su pueblo. (Ro 11:33-36).
La mente humana sólo puede conocer las cosas hasta dónde se le permite. No podemos conocer a plenitud todas las cosas. Somos seres humanos finitos y limitados. De hecho, esto es una realidad más aguda cuando somos expuestos al Señor-Dios, quién es: Todo-conocedor, Todo-sabio, e incomprensible en su totalidad.
Pablo, en esta parte final del cap.11, prorrumpe en una especie de alabanza a Dios. Esencialmente, concluye glorificando al Señor por su propósito y plan de salvación.
La manera en la que se nos presenta esta porción nos ayuda a seguir el pensamiento del apóstol. Esta alabanza se compone de tres estrofas:
a. v.33 La profundidad de la sabiduría y conocimiento de Dios.
Pablo declara la profundidad del obrar del Señor. En términos de sabiduría, y conocimiento del Señor, llega a expresar, básicamente, que la sabiduría y conocimiento del Señor son más altos que nosotros.
Son insondables sus juicios e incomprensibles sus caminos.
A dónde apunta el apóstol Pablo es al hecho de que el Señor orquestó la salvación, de tal manera que por medio de sus inescrutables juicios e incompresibles caminos, judíos y gentiles pueden experimentar la salvación. En otras palabras, como dice Douglas Moo: “La alabanza de Pablo exalta el control providencial de Dios en la historia de la salvación como algo más allá del entendimiento humano”. Pero, digo yo, que resulta en la salvación de su pueblo.
Sin embargo, en muy cierto que, humanamente, por nuestras fuerzas no podemos entender los caminos del Señor.
b. vv.34-35 La incapacidad humana para entender los caminos del Señor.
Para dejar en claro esto, Pablo, en los vv.34 y 35, cita dos libros del A.T. Isaías 40:13, y Job 41:11. Lo interesante y común de estas citas es que evocan a respuestas absolutas. Lo que quiero decir es que esta combinación de citas son preguntas retóricas que implícitamente nos conducen a una absoluta negación. Por ejemplo:
¿Quién conoció la mente del Señor a parte del Señor mismo? ¡NADIE!
¿Quién fue el consejero del Señor? ¡NADIE!
¿Quién le dio algo al Señor que se le tenga que devolver? ¡NADIE!
Pero, por si fuera poco, las citas de estos libros en su contexto nos aclaran más el punto.
Isaías 40:13 dice: ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? El profeta dice esto en contexto de Salvación prometida a su pueblo en exilio, y de reprensión a este por no confiar en el Señor, quien es el creador de todo.
Pablo, la emplea para dejar muy claro que la manera en la que Dios ha llevado a cabo la salvación no sólo escapa a nuestra comprensión, sino que tratar de acomodarla a nuestros limitados y deformes razonamientos es una REBELDÍA, OPOSICIÓN E INDEPENDENCIA DEL SEÑOR.
Pero Pastor, dirás ¿Acaso nosotros no conocemos ahora al Señor? ¿No conocemos su voluntad? ¿Cómo es que le conocemos?
Estás son muy buenas preguntas. ¡La respuesta a las dos primeras es con un firme, SI! La respuesta de la tercera es: por medio del Espíritu Santo (ver.1Cor.2:16 ).
Job 41:11 expresa: ¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío. Job es encarado por Dios para que responda, en su cuestionamiento, a sus afirmaciones. El punto es que Job no acepta el obrar de Dios, por lo que es sorprendido en su ignorancia y terquedad (Job 40:2). El Señor no debe nada a nadie, todo es de Él.
Pablo, lo relaciona con respecto a la sabiduría y justicia de Dios en la salvación. Dios, no le debe nada a nadie. Él salva libremente y acorde a su gracia y misericordia. Su plan de salvación orquestado no es una deuda a pagar, ni a judíos, ni a gentiles.
c. v.36 La centralidad de Dios en su plan.
La última estrofa de esta alabanza nos lleva a abandonar cualquier enfoque en nosotros mismos para centrarnos total y exclusivamente en Dios.
El hombre se ha auto engañado al creer la vida y todo lo que le rodea a esta, se trata de él.
Lo más gracioso y sumamente triste es que, nos creemos esa gran mentira, al punto de comportarnos de dicha manera.
El problema, incluso, es tan profundo que el hombre ha pensado que la salvación es de él.
! NOOOO! Pablo, deja en claro, que TODO ES PARA LA GLORIA DE DIOS.
Lo dice en una frase que he denominado 3 en uno: porque de Él, por medio de Él y para Él son todas las cosas.... Dichas expresiones apuntan a la soberanía del Señor como creador, sustentador y propósito final de todas las cosas. Y en el contexto de la salvación, todas las cosas orquestadas para dicho fin tienen su origen, sostén y finalización en el Señor.
Es por esto que Pablo concluye afirmando: A ÉL SEA LA GLORIA POR SIEMPRE, AMÉN.
“Glorifiquemos al Señor por la manera en la planeó y consumé y consumará la salvación de su pueblo” Nuestra vidas y pensamientos deben someterse a dicha revelación.
“Exaltemos al Señor por su sabiduría desplegada en la salvación”.
“Adoremos al soberano en la salvación; de Él, por Él y para Él son todas las cosas”. Nunca asumamos que la salvación es obra nuestra, ni siquiera que es algo que merecemos.
Conclusión.
Debemos tener bien presentes en nuestras vidas que:
Dios no ha rechazado, ni olvidado a Su pueblo sino que lo ha salvado.
Esto implica que el Señor está con nosotros y a favor de nosotros. Todo esto no es porque seamos especiales, humanamente hablando o porque haya algo digno en cada uno de nosotros. La única razón de esto descansa en la persona y obra de Cristo a favor de Su pueblo. Su gracia y misericordia han sido lo que han movida a nuestro Dios.
¿Cómo debemos conducirnos a la luz de esto? 1. No despreciemos a nuestro Dios. 2. No nos olvidemos de nuestro Señor y lo que ha hecho favor de nosotros en la persona de Cristo. 3. Disfrutemos la salvación que el Señor, en Su gracia, nos ha concedido en Cristo.