¿Por qué no me crees?
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Introducción
Introducción
Una de las cosas que siempre me han maravillado en este mundo, es la capacidad que tienen los niños para creer. De hecho, todas las lecciones bíblicas que aprendan hoy, quedarán impregnadas en su vida. Recuerdo hace unos años cuando Raquel la hermana de Davylla, vino por navidades, tendría unos 8 años y estaba escribiendo la carta a los reyes para que le traígan el regalo que ella quería. Creía en los reyes, Al año siguiente vino y le pregunte, ya no vas a escribirle carta a los reyes, me dijo que no existían, y le pregunte, como has llegado a eso, Mi hermana Roma me lo dijo, ni Papa Noel, ni los reyes existen, es papa y mama los que me traen los regalos.
Es verdad que en ocasiones, mientras atravesamos en el trayecto de la vida, pueden ocurrir dos cosas, o crecemos en Fe o crecemos en incredulidad.
Hoy el texto en el que vamos a meditar nos lleva justamente a reflexionar en eso, Y me gustaría realmente que la Iglesia en Rosas podamos crecer en Fe y dejemos a trás la incredulidad.
He titulado este mensaje “Por qué no me crees”, porque me da la sensación que en ocasiones a pesar de haber recibido a Cristo, podemos llegar a ser incredulos.
Por esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo, por el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: —¿Hasta cuándo vas a tenernos en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo con franqueza. —Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan, pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño.
Juan nos da algunos detalles del contexto:
La Fiesta de la dedicación (HANUKKAH)
La Fiesta de la dedicación (HANUKKAH)
Se celebraba en honor a la restauración del Templo.
Aintioco Epifanes, amante del mundo helenistico, griego.
Prohibió todo acto religioso judio e Implanto un idolo en el templo, Zeus, de esta forma hizo sacrificios paganos hasta el sacrificio de animales a ese idolo, se sacrificaron cerdos.
Judas Macebeo, origino la revuelta contra Antioco y de esta manera a modo de celebración hicieron la fiesta de dedicación al Templo.
Una de las ceremonias más importantes era la de encender lamparas que alumbren, por eso también se le conoce como la fiesta de las luces y duraba 8 días.
La conversación que tiene Jesús con los Judíos es en un contexto de celebración, y los judíos en vez de gozarse por el recordatorio, endurecen más su corazón incredulo.
1. No es lo mismo creer en Dios que creerle a Dios.
1. No es lo mismo creer en Dios que creerle a Dios.
a) Este grupo de Judíos le planta una pregunta a Jesús ¿Hasta cuando nos vas a tener así, dinos si eres el Mesías?
La respuesta de Jesús es, ya os lo he dicho, pero no lo quieren creer.
b) De igual manera hay personas, y me atrevería a decir dentro de la iglesia, que participan de celebraciones, cultos y hasta dicen yo creo en Dios soy cristiano, pero en su corazón dejaron de crecer en fe y se fueron convirtiendo poco a poco en incrédulos evangélicos.
¿Cómo yo crezco en Fe?
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
c) Esta bien que nos sepamos las historias bíblicas, los versículos de memoria, pero de nada servirá si no aplicamos principios de la Escritura a nuestra vida para pasar de creer en Dios a Creerle a Dios.
Ejemplo de Amazon.
¿Cuántos aquí habéis comprado productos en Amazon?
¿Cuántos aquí creéis que Amazon Existe?
Imaginaros que vais a comprar una funda para móviles, ¿Qué os hace creer que Amazon traerá la funda de móviles hasta Vuestro domicilio?
El pago que habéis hecho.
El numero de referencia.
la garantia.
El haber comprado un producto anterior.
En otras palabras las obras que ha generado amazon para que confies en ellos.
Jesús les esta diciendo he hecho obras que acreditan que digo la verdad pero no quieren creer.
La multiplicación de los panes, la sanidad a un invalido, hace poco sano a un ciego y muchas obras más pero su corazones estaban endurecidos y llenos de incredulidad.
pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño. Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.
2. Las ovejas de Jesús estamos llamadas a confiar en Él.
2. Las ovejas de Jesús estamos llamadas a confiar en Él.
a) La semana pasada vimos la diferencia entres una oveja y una cabra, mientras la oveja oye la voz de su pastor y le sigue, la cabra para donde tira?
b) Lo contrario a la incredulidad es Fe. Y Jesús aquí nos muestra lo que el ofrece a aquellos que confían en Él.
Vida eterna.
No perecerán, es decir, no serán destruidas, no se perderán.
Estarán bajo la cobertura de su mano.
c) Jesús dice que el y el padre uno son, mostrando una vez más esa unicidad que es desde la eternidad.
Una vez más los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús les dijo: —Yo les he mostrado muchas obras irreprochables que proceden del Padre. ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear? —No te apedreamos por ninguna de ellas sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios. —¿Y acaso—respondió Jesús—no está escrito en su ley: “Yo he dicho que ustedes son dioses”? Si Dios llamó “dioses” a aquellos para quienes vino la palabra (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿por qué acusan de blasfemia a quien el Padre apartó para sí y envió al mundo? ¿Tan sólo porque dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a mis obras, para que sepan y entiendan que el Padre está en mí, y que yo estoy en el Padre. Nuevamente intentaron arrestarlo, pero él se les escapó de las manos.
3. La incredulidad nos separa de Jesús.
3. La incredulidad nos separa de Jesús.
a) Ellos tomaron piedras para apedrearlo.
b) Luego lo querían echar a la carcel.
c) Jesús se les escapa.
Lo que ocurre con la incredulidad, es que siempre nos separa de Jesús.
Varios discípulos dejaron de creer en él y se separaron.
Muchos a pesar de haber tenido un encuentro con Jesús, viven apartados de Él porque dejaron no de creer en Él sino de creerle a ÉL.
¿Cómo puede ser esto posible?
Dejaron de escuchar su voz, por medio de su Palabra, dejaron de vivir en comunidad y no me refiero a la pandemia, sino hace mucho.
Dejaron de Orar, Matrimonios se divorciaron, porque dejaron de ponerle a Él en primer lugar.
He conocido a muchos que oran por trabajo y luego Dios abre una puerta y no los vemos mas.
Otros endurecieron su corazón y viven con las heridas del pasado, no dieron lugar al perdón y ya no escuchan la voz de Jesús, sino la voz del rencor o la venganza.
Muchos jóvenes dejaron de oir la voz de Dios, por la del sistema que supuestamente genera libertad, y viven atrapados y vacícos.
Jesús hoy nos dice ¿Por que no me crees? ¿Por que no confías en mi ante esa situación.
Volvió Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado bautizando antes; y allí se quedó. Mucha gente acudía a él, y decía: «Aunque Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo acerca de este hombre era verdad.» Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús.
Conclusión.
Conclusión.
Jesús se va al otro lado del Jordan, porque aún no ha llegado su ora y tiene que atraer a más ovejas a su rebaño.
Muchos terminan Creyendo en Jesús. Empiezan a oir su palabra y se activa la Fe.
Jesús en Jerusalén, en el templo, en medio de una celebración, donde se supone que había gente con gozo, encontro incredulidad, tuvo que irse al otro lado del Jordan a encontrar seguidores.
No sé en que situación de tu vida estas. Pero, hoy la Palabra de Dios, nos dice ¿Por qué no me crees? Acaso crees que te he traído aquí para dejarte solo. Acaso crees que no se por lo que estas pasando, no te das cuenta que estoy forjando tu caracter, no te das cuenta que quiero glorificarme en tu vida.
Deja de confiar en otras cosas, en otras voces, en ese plan b, que piensas por si salen mal las cosas.
COnfia solo en mi, y si sale mal, ´tu solo confia.
Historia de Alejandro Magno. A Quemar tus barcos!