LA VIDA DE UN CRISTIANO
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INTRODUCCION:
INTRODUCCION:
Buenos días amados hermanos. Hoy es un privilegio estar aquí delante de ustedes y de Dios para compartir este mensaje con ustedes.
Al preparar este mensaje, me doy cuenta que es tan poco lo que hago, que es poco lo que busco vivir de todas estas cosas. Le he pedido perdón a mi Señor, porque yo estoy aquí parado para dar un mensaje que en realidad no estoy viviendo. Soy sincero con ustedes, pues para nada soy mejor o más espiritual. Les pido perdón porque no soy un buen ejemplo a seguir, con respecto a lo que voy hoy a enseñar; sin embargo, aunque no merezco estar aquí parado frente a ustedes, y aunque no tengo la autoridad moral para decirles que deben hacer esto o aquello, sin yo estarlo viviendo; hoy me presento como un mensajero de Dios, que va a hablarles por la autoridad de la Palabra de Dios. Así que no soy yo el que estará hablando hoy, sino Su Palabra por medio de mí; solo quiero ser un instrumento para ese fin.
Ciertamente, esto no me agrada hermanos, y así como hoy hablaré hacía ustedes, delante de Dios como mi testigo, hoy estaré hablando a mi propio corazón y mi propia vida primeramente.
Oremos...
Quiero que veamos este pequeño video, el cual nos servirá como analogía para el tema de hoy.
Vimos todas las características de un billete de 50 mil pesos, ¿verdad?
I. LAS CARACTERÍSTICAS DEL CRISTIANO:
I. LAS CARACTERÍSTICAS DEL CRISTIANO:
Una vez en el creyente ha ocurrido el segundo mayor milagro en el mundo (nacer de nuevo), empieza y nunca termina el proceso que la Escritura describe:
1. El creyente se niega a si mismo:
1. El creyente se niega a si mismo:
34 Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.
2. El creyente toma su cruz a diario:
2. El creyente toma su cruz a diario:
23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
3. El creyente va en pos de Su redentor y Señor:
3. El creyente va en pos de Su redentor y Señor:
Sigue sus pisadas, le imita, le conoce y quiere llegar a ser como Él.
1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados;
21 Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
4. El creyente va al calvario en pos de su maestro, cargando su propia cruz:
4. El creyente va al calvario en pos de su maestro, cargando su propia cruz:
31 Después de haberse burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron para crucificarle.
16 Así que entonces le entregó a ellos para que fuera crucificado.
17 Tomaron, pues, a Jesús, y Él salió cargando su cruz al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota,
5. El creyente es crucificado juntamente con Cristo en su cuerpo de pecado, para no ser más esclavo del pecado:
5. El creyente es crucificado juntamente con Cristo en su cuerpo de pecado, para no ser más esclavo del pecado:
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;
20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
6. El creyente el sepultado juntamente con Cristo para morir al pecado:
6. El creyente el sepultado juntamente con Cristo para morir al pecado:
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
7. El creyente ha muerto. Ahora su vida está escondida con Dios en Cristo:
7. El creyente ha muerto. Ahora su vida está escondida con Dios en Cristo:
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
8. El creyente es resucitado por la gloria del Padre, para vivir una nueva vida:
8. El creyente es resucitado por la gloria del Padre, para vivir una nueva vida:
4 Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
23 Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados),
II. ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DEL CREYENTE?:
II. ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DEL CREYENTE?:
Ahora, ¿para qué ocurre todo esto? ¿Cuál es el propósito de que esto pase?
1. El creyente ya no vive él, sino que ahora lo que vive, lo vive por fe para el Hijo de Dios:
1. El creyente ya no vive él, sino que ahora lo que vive, lo vive por fe para el Hijo de Dios:
20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
2. El creyente debe llevar llevar una vida digna de Dios:
2. El creyente debe llevar llevar una vida digna de Dios:
1 Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,
12 para que anduvierais como es digno del Dios que os ha llamado a su reino y a su gloria.
3. El creyente debe anunciar el evangelio a toda criatura:
3. El creyente debe anunciar el evangelio a toda criatura:
16 Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!
4. El creyente debe llevar una vida integra y coherente:
4. El creyente debe llevar una vida integra y coherente:
Como la de Cristo y como aprendimos en otra predica, como la de Daniel.
1 Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu santo monte?
2 El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón.
3 El que no calumnia con su lengua, no hace mal a su prójimo, ni toma reproche contra su amigo;
4 en cuyos ojos el perverso es menospreciado, pero honra a los que temen al Señor; el que aun jurando en perjuicio propio, no cambia;
5 el que su dinero no da a interés, ni acepta soborno contra el inocente. El que hace estas cosas permanecerá firme.
5. El creyente debe perdonar, consolar, orar y servir a su prójimo:
5. El creyente debe perdonar, consolar, orar y servir a su prójimo:
13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
12 »Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Consolar:
4 el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
Orar:
16 Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.
Servir:
13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solo que no uséis la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
6. El creyente debe mostrar obras de fe y no una fe sin obras solamente:
6. El creyente debe mostrar obras de fe y no una fe sin obras solamente:
17 Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
7. El creyente debe mostrar los frutos del Espíritu Santo:
7. El creyente debe mostrar los frutos del Espíritu Santo:
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,
23 mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
8. El creyente de ser sal y luz:
8. El creyente de ser sal y luz:
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar;
15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
9. El creyente debe ayudar a las necesidades de los pobres, viudas y huérfanos:
9. El creyente debe ayudar a las necesidades de los pobres, viudas y huérfanos:
27 La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo.
10. El creyente debe dar honor, honra y gloria al Nombre de Dios en todo lo que hace cada día:
10. El creyente debe dar honor, honra y gloria al Nombre de Dios en todo lo que hace cada día:
31 Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquiera otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
10 examinando qué es lo que agrada al Señor.
10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios;
11. El creyente debe vivir con temor a Dios y vivir en santidad:
11. El creyente debe vivir con temor a Dios y vivir en santidad:
15 sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
17 Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación;
12. El creyente debe preparar su corazón en una vida de oración consagrada a Dios para leer, meditar, atesorar y escudriñar las Escrituras, con el mayor propósito de vivirlas y aplicarlas en su propia vida para finalmente enseñarlas a otros.
12. El creyente debe preparar su corazón en una vida de oración consagrada a Dios para leer, meditar, atesorar y escudriñar las Escrituras, con el mayor propósito de vivirlas y aplicarlas en su propia vida para finalmente enseñarlas a otros.
10 Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel.
13. El creyente debe guardar su corazón de las mentiras, adulterio, fornicación, pereza, juicios injustos a los demás, hipocrecía, odio, venganza, orgullo, avaricia, ira, borracheras, egoísmo, celos, idolatría, impureza, pleitos, enemistad, divisiones y ser un amador de si mismo:
13. El creyente debe guardar su corazón de las mentiras, adulterio, fornicación, pereza, juicios injustos a los demás, hipocrecía, odio, venganza, orgullo, avaricia, ira, borracheras, egoísmo, celos, idolatría, impureza, pleitos, enemistad, divisiones y ser un amador de si mismo:
4 y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás.
23 Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida.
14. El creyente debe amar a su prójimo como a si mismo, como a su propio cuerpo, y como Cristo nos amo:
14. El creyente debe amar a su prójimo como a si mismo, como a su propio cuerpo, y como Cristo nos amo:
12 Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado.
28 Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia;
31 El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento mayor que estos.
15. El creyente debe amar a Dios con todo su corazón, mente, alma, cuerpo y todas sus fuerzas:
15. El creyente debe amar a Dios con todo su corazón, mente, alma, cuerpo y todas sus fuerzas:
30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza».
III.RESULTADOS DE NUESTRA OBEDIENCIA:
III.RESULTADOS DE NUESTRA OBEDIENCIA:
El creyente cuando hace todas estas cosas, pues es su deber hacerlas, Dios de antemano ya le ha dado muchísimas promesas para disfrutar en este mundo y en la eternidad.
Nos ha prometido el perdón de nuestros pecados.
Nos ha prometido consuelo en las dificultades.
Nos ha prometido suplir nuestras necesidades.
Nos ha prometido bendiciones espirituales
Nos ha dado Su Palabra, Su cuidado y protección.
Nos ha prometido estar con nosotros en este mundo hasta el final de los días.
Nos ha sellado con Su Espíritu Santo.
Nos ha dado una herencia incorruptible.
Nos ha prometido ser un día resucitados.
Nos ha prometido una salvación tan segura que la ha prometido por Su propio Nombre
Nos ha prometido Su reino
Nos ha prometido que estaremos por la eternidad con Él, en una nueva creación, viviendo bajo Su Gobierno y Autoridad directa.
Nos ha prometido que ya no habrá enfermedad, muerte, maldad y pecado.
Nos ha prometido un amor inagotable, eterno e inmutable por los siglos de los siglos.
IV. CONCLUSIÓN:
IV. CONCLUSIÓN:
¿Vale la pena ser cristiano?
¿Es fácil ser cristiano?
¿Cuántos estamos dispuestos a llevar una vida real y genuina como cristianos?
¡Oremos!