Principios para una oración efectiva. Estudio 7

Oración eficaz   •  Sermon  •  Submitted
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Necesitamos disponernos a aprender a orar como Dios quiere.

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Introducción:

Seguimos estudiando principios para una oración efectiva.
Hemos estudiado seis principios de oración eficaz :
1. Confesar nuestras ofensas unos a otros y perdonarnos unos a otros antes de orar. Santiago 5:16
2. Orar con una actitud humilde y de dependencia ante Dios, con las palabras correctas. (1 Reyes 8: 27-30, 38-39).
3. Una oración en momentos difíciles, precedida de confianza. Salmo 3:4–5.
4. Orar intercediendo por nuestros enemigos. Salmo 4:1–5. Una oración que no sea externa, sino que proceda de un corazón limpio, lleno de verdadero temor a Dios. Isaías 29:13–14.
6. Acercarse confiadamente, recordando que tenemos a Jesucristo como Sumo Sacerdote que intercede por nosotros, haciéndolo con corazón sincero, limpios de mala conciencia y purificados por el Espíritu y por la Palabra.Hebreos 4:14-16, 7:25, 10:19-25.
De acuerdo a estos principios de oración eficaz que hemos estudiado, la oración pude definirse como “Acercarse a Dios”.
En oración podemos ser honestos con respecto a nuestras preocupaciones y confiarlas a Él.
Ahora el enfoque de nuestro estudio debe cambiar un poco, y quizás debemos preguntarnos:
¿Si la oración es tan simple, por qué muchos de nosotros tenemos vidas de oración tan débiles?
¿Es posible para nosotros los cristianos, orar con la pasión de David y el poder de Elías?
Vamos a comenzar con el estudio de hoy a responder estas preguntas.
Vamos a ver hoy dos aspectos que nos ayudarán a aprender a orar como cristianos, siguiendo el ejemplo de Jesús.

I. LOS DISCÍPULOS SE SINTIERON MOTIVADOS A ORAR.

Lucas 11:1 RVR60
1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Vea por favor la esena, Jesús normalmente oraba a solas, pero en esta ocasión algunos de sus discípulos estaban presente.
El texto dice: Cuando el Señor terminó de orar, uno de sus discípulos, sin duda hablando por los demás, le dijo: Señor, enséñanos a orar.
¿Qué vemos?, Jesús ora y uno de los discípulos le pide que le enseñe a orar.
La pregunta es ¿por qué?, si en el AT, se da tanto énfasis en la oración, que tal petición parece algo sorprendente.
Sin embargo tal petición refleja la triste realidad de que en ese tiempo en la historia, la tradición y la ceremonia habían reemplazado al conocimiento de las Escrituras a tal punto que la oración verdadera se había perdido en gran parte para el pueblo judío.
Esta solicitud de algún modo revela que lo que los discípulos habían conocido acerca de la oración no era lo que Dios quería.
La oración que oyeron hacer a Jesús, era algo totalmente diferente a las oraciones tradicionales que estaban acostumbrados a seguir en las sinagogas por parte de los escribas, fariseos y rabinos.
Ahí entonces al ver a Jesús ellos se motivaron a querer aprender a orar como Jesús lo hacía.
Aveces en nuestra vida cristiana, nos pasa igual, nos a costumbramos a orar, sin el sentido correcto de la oración, venimos repitiendo lo que hemos oído de otros, palabras quizás bonitas, pero no palabras que salgan del corazón de nuestro interior, lo hacemos como una tradición o de manera ceremonial, pero no como Dios espera que lo hagamos.
Otras veces, escuchamos orara a un hermano o hermana y nos impresiona la forma en que ora, esa oración se siente tan tremenda, que podemos pensar:
¡Yo no podría orar así! o
¿Será que yo podría algún día orar así?
Creo que los discípulos al escuchar la oración de Jesús, pensaron, ¿Nosotros podríamos orar así?
Y se motivaron a pedir que les enseñara.
Hermanos, si algún día sentimos que nuestra oración no es como Dios espera, podemos pedirle al señor, que nos enseñe a orar, que nos ayude a orar, como su palabra espera que oremos.
Lo segundo que aprendemos es:

II. LOS DISCÍPULOS ESTABAN DISPUESTOS A APRENDER DEL MAESTRO.

El texto también nos muestra otro aspecto importante, los discípulos, no sólo se sintieron motivados a orar al ver a Jesús, sino que estaban dispuestos a aprender de Él.
El texto nos dice:
“uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos”
Quizás se quedaron profundamente impresionado por la manera en que Jesús oraba, pero no sólo quedaron impresionados, sino que le propusieron que le enseñara, así como Juan el Bautista había enseñado a sus discípulos.
Ahora, La disposición trae más que un simple comentario o idea, la disposición, implica determinarse, prepararse para algo.
Muchas veces en nuestras vidas cristianas, actuamos por impresión únicamente, este acto nos lleva a hacer planes, proponer cosas y decir cosas increíbles que nos gustaría hacer, pero sólo queda ahí.
Disponernos, implica, no sólo pensar en hacer algo o decir que quiero algo, es buscarlo y trabajar por ello.
Más adelante vemos que Jesús conociendo sus corazones les enseña a orar.
Nosotros si sentimos que necesitamos aprender aa orar, veamos como lo hemos estado haciendo en estos estudios, como oraban varones de Dios en la Biblia.
Pidamos al Señor no solo que nos enseñe a orar, sino que dispongámonos a aprender.

Conclusión:

El séptimo principio de oración eficaz:
Aprendamos a orar como Dios quiere, no nos conformemos a lo que vemos y oímos, sino, dispongamos nuestros corazones a aprender.
Vamos a orar.
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