Privilegios y Responsabilidades

Deuteronomio 7:6–11

6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.

7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;

8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.

9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;

10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.

11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

Introducción

El discurso de Moisés continúa con advertencias e instrucciones al pueblo de Israel que son también para nosotros.

El objetivo de este discurso es la Santidad. Kadosh = separado, apartado, consagrado.

La santidad proporciona privilegios que tanto Israel como nosotros tenemos delante de Dios, pero también responsabilidades que debemos cumplir.

Los privilegios del pueblo del Señor.

1. ESCOGIDOS

Deuteronomio 7:6 “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.”

Moisés hace saber a los israelitas que si ellos fueron escogido, no fue porque fuesen mejores que otros pueblos, sino porque: 1) Jehová los amó 2) porque cumplía el pacto que hizo con sus Padres. (v.8)

Escogidos en Cristo Efesios 1:4 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él.” Dios nos escogió, no porque seamos mejores, sino por su amor y misericordia.

2. REDIMIDOS

Deuteronomio 7:8 “sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.”

Los israelitas no tenían ninguna oportunidad de constituirse en una nación, pues estaban destinados a vivir en esclavitud en Egipto.

Pero Dios que los amó los redimió de la esclavitud. La paga fue el derramamiento de sangre del cordero pascual, pero además la sangre de los primogénitos de Egipto. (Éxodo 12)

Como iglesia hemos sido redimidos por sangre de Cristo: 1 Pedro 1:18-19 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”

No tenemos de que jactarnos, pues si somos salvos no es por nuestros méritos sino por la Sangre de Cristo.

3. FAVORECIDOS Y PRESERVADOS

Deuteronomio 7:14-15 “Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados. Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.”

No solamente los rescata de la esclavitud, sino también promete bendiciones y protección.

Estas bendiciones son extensivas a la iglesia si obedecemos su Palabra y nos conducimos conforme a su voluntad, sin darle lugar al enemigo y los deseos de la carne. Deuteronomio 11:26-27 “He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy”

II. Las responsabilidades del pueblo del Señor.

1. ACUERDOS CON EL ENEMIGO.

Deuteronomio 7:1-3 “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.”

Dios prohíbe tajantemente a los israelitas hacer alianzas con las naciones paganas, pues esto afectaría su santidad.

Tampoco permite que sus hijos se emparenten con las hijas de ellos, pues esto provocará que se aparten de Dios.

Eso le sucedió a Salomón “1 Reyes 11:4 “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.”

Por esa razón el apóstol Pablo hace la misma advertencia a la iglesia.

2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”

2. CONNIVENCIAS ALGUNAS CON EL CULTO FALSO

Deuteronomio 7:5 “Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.”

Desde que Dios dio los mandamientos a Moisés prohibió tajantemente en su 2 mandamiento erigir esculturas o imágenes de ninguna clase (Deut 5:8). Mucho menos imágenes o esculturas de dioses paganos.

Además, la tierra que ellos poseerían sería tierra santa, por tanto debían limpiarla de toda idolatría.

Los Filisteos quisieron colocar el arca del pacto junto su dios dagón, pero cayó y fue despedazado. (1 Samuel 5:2)

Este es un mandato de Dios para su iglesia también, si hemos tomado la desición de seguir a Cristo, debemos renunciar y deshacernos de todo lo que nos pueda provocar volver al mundo.

3. CUMPLIR LOS MANDAMIENTOS

Deuteronomio 7:11-12 “Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas. Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.”

Dios requiere que los israelitas obedezcan sus mandamientos, pero para poder cumplirlo primero es necesario conocerlos.

Dios espera que la iglesia también cumpla su Palabra: Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”

4. CODICIA ALGUNA DE LAS RIQUEZAS DEL MUNDO.

Deuteronomio 7:25 “Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios;”

Dios había prometido colmar de bendiciones y riquezas a su pueblo si guardaban su Palabra, por tanto no tenían necesidad de codiciar las riquezas de los otros pueblos.

De la misma manera, Dios promete a sus hijos a proveer para sus necesidades y colmarles de sus bendiciones si permanecemos en Él. Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”

Cuidémonos de la codicia 1 Timoteo 6:8-10 “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”

Proverbios 30:8–9

8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;

9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.