Resolución de Conflictos II

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 34 views
Notes
Transcript
Handout
Handout
1. Identifique los podrían: ¿Cuáles son los podrían haber y los si tal vez que pudieran haber prevenido la intensificación de acontecimientos al punto del conflicto?
1.1 Si hubiera prevalecido el amor fraternal y no los sentimientos negativos.
1.2 Si hubiera existido más presencia pastoral para ayudar a ambas partes
1.3 Si hubiera existido mayor comunicación entre consistorio y directores
1.4 Si hubiera más Tolerancia con aquellos que no compartiamos la misma opinión con respecto a lo que se debería hacer y lo que se estaba haciendo.
1.5 Si hubiera Valorado el trabajo que cada uno hizo para mantener la iglesia activa en vez de recibir una dura critica y hacernos ver como que éramos menos espirituales y poner hasta en duda si en verdad éramos creyentes.
1.6 Si hubiera Mantenido el respeto y la prudencia
1.7 Si se hubiera evitado contaminar a la congregación con falsas acciones.
1.8 Se podría haber tenido una reunión conciliadora promovida por el Pastor, entre  Directores y Ministerios.
1.9 Podríamos haber tenido mejor comunicación, para evitar malos entendidos. 
1.10 Si hubiésemos tenido más respeto al escribir en los chats de la Iglesia, tratando de  no dañar al Hermano.  
1.11
Si hubiésemos afrontado el Problema de Pandemia juntos trabajando en una  misma dirección, como hermanos, hubiese sido todo más fácil.
1.12 Si se hubiesen definido claramente las posiciones y directrices de cada uno. directores, consistorio, pastor, iglesia.
1.13 Si hubiera habido una directriz clara y una linea de sucesión en ausencia del pastor.
2. Enumere los pueden: ¿Qué se necesita hacer para mover a quienes estamos en el conflicto hacia un punto de solución? Haga una lista exhaustiva de opciones.
2.1 Dejar que El Señor restaure nuestras vidas y trabajar unidos como hermanos
2.2 Quitar de nuestra vida el estar prejuiciados ante lo que se dice o se hace.
2.3 Dejar de tildar a los hnos. O rotularlos entre nuevos y viejos, ricos y pobres, etc.
2.4 Saber ubicarse cada uno en el puesto que le corresponde para no usurpar lo que cada quien realiza y respetar de esta manera su autoridad.
2.5 No borrar de la memoria la trayectoria que tiene cada hno. (a) en el trabajo de la iglesia ya sea antiguo o reciente y de esta forma no tomarlo como parte de la división.
2.6 Que haya un mejor seguimiento para los directores por parte del pastor y los ancianos y no la persecución que hubo por parte de los miembros del consistorio en ese momento.
2.7 Valorar muy en serio lo del retorno presencial, asesorarse y brindar las condiciones óptimas para hacerlo y no simplemente porque es la manera de rescatar la iglesia como se aducía en su momento o de seguir juzgándonos.
2.8 Promover que los que han ofendido, mentido, señalado pidan el perdón correspondiente y luego se aclaren los malos entendidos en la congregación a través de un informe para así limpiar la mente y el corazón de los que fueron dañados.
2. 9 Tener tolerancia y no juzgarnos unos con otros.
2.10 Elegir nuevamente hermanos del consistorio que sean “Facilitadores” para cada Ministerio de la Iglesia. Esto permitirá tener un mayor acercamiento entre Ministerios y Consistorio.
2.10 Organizar comités de ayuda en situaciones de emergencia.
2.11 Tener reuniones periódicas durante el año para tener una mejor comunicación entre Directores y Consistorio.
2.12 Revisar la estructura de la Iglesia y recordar las funciones que cada miembro de Consistorio y directores deben cumplir.
2.13 No utilizar el chat de la Iglesia para acusar a otros hermanos o hacen comentarios de mal gusto. Llamar la atención a los hermanos que acostumbran este tipo de acciones. ·
2.14 Revisar detenidamente los pro y los contra antes de regresar por completo a la Iglesia de forma presencial. Tomar en cuenta evaluar las condiciones físicas (Aulas de clase, Sanitarios) y de operación.
2.15 definir las posiciones de cada uno y respetarlas.
2.16 Crear un plan general de la iglesia y respetarlo.
2.17 Reconocer nuestros erroes y en que hemos fallado.
2.18 Trabajar en equipo, respetando el trabajo de los demas.
3. Evalúe los deberían: ¿Cuáles son los pro y los contra de cada opción? ¿Cuál es la conclusión esperada de cada opción?
Definición de Conflicto:
El Diccionario de la Real Academia nos da la definición de conflicto: “1. Combate, lucha, pelea … 3. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida. 4. Problema, cuestión, materia de discusión …” (Diccionario de la Lengua Española, 2001, s.v. “conflicto”).
Otras definiciones de conflicto incluyen “un problema que interfiere con el cumplimiento del propósito” (Bolman y Deal 1997, 172) y “los esfuerzos activos para obtener el resultado preferido por alguien que, de ser alcanzado, impide que otros obtengan el resultado que ellos desean, produciendo así hostilidad” (Likert y Likert 1976).

Estudio Bíblico

¿Cómo explica Santiago la fuente del conflicto (4:1)?
La Biblia pregunta de dónde viene el conflicto y nos da una respuesta: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?” (Santiago 4:1, enfasis añadido.).
Hay algo que todas las personas involucradas en el conflicto deben entender. Cuando entendemos de dónde viene el conflicto, nos dará sabiduría para manejar y solucionar el conflicto.
Los deseos, los estilos, las personalidades y la historia que tienen las diferentes personas, pueden darnos información de cómo tratar con el problema de ese momento y pueden ayudarnos a sentir el tiempo propicio para nuestra participación. El conflicto básicamente viene por:
- Controversias
• Intereses varios
• Diferencias de estilo

Un conflicto apostólico

¿Defina el conflicto entre Pablo y Bernabe?
Leer Hechos 15:37–41.
No todos los conflictos son malos, y, de hecho, algunas veces pueden hacer bien si se manejan apropiadamente. El apóstol Pablo y Bernabé tuvieron un desacuerdo, pero ellos no se amargaron ni se mantuvieron enojados el uno contra el otro, y de hecho Dios bendijo los planes de ambos.
Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
Debemos reconocer que Pablo y Bernabé no estuvieron de acuerdo, se separaron y continuaron trabajando para Dios. Ellos no se amargaron o se pusieron hostiles el uno contra el otro.
En muchos casos de conflicto, las personas se enojan, luego se amargan y arremeten con palabras, acusaciones, calumnias y aún hasta medios físicos, para causar heridas. Esto nunca es la voluntad de Dios. El conflicto es normal, y hay maneras apropiadas e inapropiadas de manejarlo.
Es muy valioso entender que hay diferentes fases del conflicto y también conocer en que fase se encuentra usted.

Fases de un conflicto

La fase uno: Los conflictos normales que suceden cada día.

Alguien se para frente a usted en la línea del supermercado. Un conductor se cruza en frente de usted y debe frenar bruscamente para no chocar contra él. Su ayudante no siguió sus indicaciones en algo que usted necesitaba terminar ese día.
Esta clase de conflictos requiere poca acción. Normalmente tratamos con esa clase de problemas al escoger no enojarnos porque no vale la pena la fuerza con la que se trata. Muchos conflictos de la fase uno se presentan porque las personas son imprevisibles. Simplemente no podemos controlar a las personas y las situaciones que nos rodean.
Podemos tratar con el conflicto de la fase uno ya sea evitando a la persona o al conflicto o siendo complaciente.
Las maneras que podemos escoger para manejar conflictos de fase uno es:
· Podemos evaluar ambos lados del argumento y obtener un buen entendimiento del porqué hay un malentendido o desacuerdo.
· Debemos preguntarnos a nosotros mismos, o a las personas involucradas, si la reacción al problema es proporcional a la situación.
· Debemos identificar primero los puntos que están de acuerdo y de ahí mirar los puntos que están en desacuerdo.
La fase uno de los conflictos sucede a diario. Cada líder de la iglesia, desde aquellos que trabajan en la clase cuna hasta los que trabajan con los ancianos, debe tratar rápidamente con este nivel de conflicto siempre que las personas estén envueltas en cualquier confrontación o programa.

La fase dos: Las personas llegan a ser competitivas y desarrollan una actitud de ganar o perder.

va a un nivel más profundo y se convierte en un desafío mayor. En la fase dos ambas partes creen que están en lo correcto, aunque probablemente una de ellas esté equivocada. Las personas empiezan a contar su lado de la historia a amigos y aliados, y los grupos comienzan a formarse para apoyarlos. Aquí la decisión de terminar con el conflicto (así como alguien que se pare frente de usted en la línea del supermercado) ya no es suficiente para manejarlo.
El nivel emocional en la fase dos a menudo se llama el problema, y las personas empiezan a verbalizar usando generalizaciones como, “ellos siempre …” y “él nunca …” Entonces el chisme, el sarcasmo y la mala información son maneras típicas de caracterizar a la otra persona y su opinión.
La fase dos requiere una nueva manera de manejarlo y, esperamos, de solucionarlo. Como líderes, necesitamos....
- Separar la persona del problema y de la opinión.
- Trate de quitar sus emociones y sentimientos del conflicto.
- Será necesario crear una atmósfera segura donde los problemas puedan ser discutidos.
Un lugar que sea informal (un restaurante, una caminata por el parque, una conversación casual en el estacionamiento) es a menudo menos amenazador o desafiante. Es necesario un entorno neutral (no en la casa, oficina o salón de clase de una persona).
- Tenemos que decidir la agenda para la discusión antes de que nos dirijamos a las partes, y debemos mantenernos en esa agenda.
A los dos lados les gustaría tratar de involucrarnos dentro del problema o de hacernos entender sus emociones diciendo, “Solo me siento …” o “En mi espíritu no puedo …”
Como líder, manténgase en control y marque las pautas de la discusión. No levantar la voz, no poner etiquetas o apodos, y no dejarse influenciar, por un lado, todo ello es parte de estar en control. Quédese con los hechos y sea amable con las personas involucradas.
El objetivo es tratar de encontrar una manera en la que todos los involucrados salgan ganando.
Su desafío es encontrar un punto medio y obtener una resolución. Si fuerza la situación, a menudo tendrá efectos contraproducentes y causará problemas adicionales. La única vez en que deberíamos forzar un asunto es cuando sea un hecho bíblico sólido o la convicción bíblica de que no tiene ninguna otra solución.

La fase tres: Esta puede ser definida como la etapa de batalla.

El conflicto va más allá de la situación y toma vida en sí mismo.
Probablemente hay muy poco que nos preocupa a los líderes tanto como los conflictos de fase tres. Cuando esta clase de conflictos ocurre, no olvidamos la experiencia porque es a menudo mala, impredecible y emocionalmente dañina.
Este tipo del conflicto cambia de solamente querer algo a tratar de hacer daño a la otra persona, emocional, profesional, psicológico o hasta tal vez físicamente.
Muchos de nuestros periódicos mencionan este tipo de conflicto en las primeras páginas. La policía me dijo que las llamadas por violencia doméstica son las más peligrosas que reciben para ayudar, porque a menudo las personas están heridas emocional o físicamente y quieren herir a cualquiera que intervenga.
En la iglesia, las personas se hieren unos a otros con palabras, acusaciones falsas, calumnias y mentiras. Ellos quieren que la otra persona pierda en gran proporción.
El énfasis del argumento es: “Yo tengo la razón y ellos están equivocados.” No hay un punto medio: el enojo, posiblemente el odio, se han vuelto parte del bagaje emocional. Cada una de las partes tiene personas organizadas y ha identificado quien está en cada lado. Cuando los cristianos están envueltos pueden decir: “Todos ellos han transigido …” o: “Necesitamos dividir la iglesia y formar …” Estas personas sólo quieren que se les dé la razón, y no les importa quién puede salir herido (aún sus niños) en el proceso.
Puede surgir un líder o un representante de este pequeño grupo, y se perderá la perspectiva de la naturaleza real del desacuerdo. El sentido común, la buena voluntad de negociar, o la apertura a cualquier intento de avenencia hace mucho que se han ido.
La fase tres a menudo requiere de una tercera persona, de afuera, para intervenir, para traer un arbitraje y mediar la situación.
Como líder, usted podría ser la tercera persona; sin embargo, debe usar precaución ya que una o ambas partes podrían etiquetarlo.
La manera de intervenir en esta fase de conflicto es siendo diligente a los detalles del verdadero problema. No deje que las emociones de los participantes le desvíen. Entienda que esta fase a menudo toma mucho tiempo e involucrará muchas reuniones. Necesitará entender completamente cuales individuos son parte de cada lado y necesitará determinar cuales personas están en la fase uno, dos o tres. Puede ser complicado separar las emociones y opiniones de la verdad; sin embargo, el objetivo es desviar las fuerzas de los combatientes hacia posibles soluciones.
Usted puede pensar: “La fase tres no debería suceder en la iglesia o entre cristianos.” Tiene razón; sin embargo, sucede. Solamente dé una lectura rápida al libro de Corintios y a la mayoría de escritos de Pablo y le señalarán que la fase tres es relativamente común en las iglesias. Aprender a identificar en que fase del conflicto estamos y cambiar nuestra estrategia mientras tratamos con cada nivel es valioso para aquellos que somos llamados a ser líderes.
Related Media
See more
Related Sermons
See more