La verdadera adoración

La Adoración a Dios  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción.

Contexto:
Isaías = “Jehová ha salvado”. Profeta de Judá bajo los reinos de Uzía, Jotam, Acaz y Ezequías. Su profecía fue escrita en una época agitada. El pueblo se había alejado de Dios y se había corrompido.
Isaías era un joven sacerdote del siglo VIII a. de J. C. que fue llamado a dirigir la adoración en el templo.
En su profecía predijo la cautividad babilónica tanto para Israel como para Judá. Pero también profetizó el regreso de los exiliados y la venida del Mesías. Isaías revela al Mesías (o Cristo) como el Siervo sufriente y Rey vencedor.
Propósito de Isaías 12.
Es un himno de adoración compuesto para celebrar la esperanza del glorioso reino del santo de Israel.

I. 1er Principio: Se adora con el entendemiento.

“En aquel día dirás; Cataré a ti, oh Jehová: pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó y me has consolado” Is 12.1
Alguien dijo una vez que “toda experiencia espiritual comienza en la mente”. Para que una experiencia espiritual sea genuina debe surgir como una respuesta a la verdad de Dios revelada en Su Palabra; y la verdad es entendida y asimilada con la mente.
Adoración o manipulación.
La centralidad de las Escrituras deben despertar la esencia de la verdadera adoración, porque esos afectos verdaderos emanan de la fe y sólo pueden ser producidos por la obra del Espíritu en el corazón de los creyentes a través de la Palabra. Todo lo demás no es otra cosa que manipulación y emocionalismo.
Las emociones y la adoración.
Eso no quiere decir que las emociones no sean importantes en la adoración. Una adoración sin emoción es una adoración sin corazón, y una adoración sin corazón no es adoración.
Pero “el sano despertar de las emociones es producido por la verdad de Dios aplicada por el Espíritu Santo a la mente, la conciencia y la voluntad por medio de de la Palabra que emergen las experiencias emocionales más profundas, y es aquí donde encontramos el secreto de los profundos sentimientos asociados en la Escritura con la verdadera adoración”.
Herbert Carson dice al respecto: El “emocionalismo puede guiar a una persona a una falsa profesión [de fe] y anestesiarlo de tal modo que se sienta satisfecho con su condición, y venga a ser inmune a la demanda real del evangelio”.
Todo cristiano sincero tendrá siempre el deseo de percibir la presencia de Dios en los cultos. Pero ese deseo genuino sin la debida instrucción deja a los cristianos a expensas de ser manipulados por la habilidad de un director de himnos, de un predicador o simplemente por el tipo de música que se usa.

II. 2do Principio: El centro de la adoración es Dios, no el hombre.

“He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí” Is 12.2
La verdadera adoración al Señor no tiene cómo meta el hacer sentir bien al adorador o emocionalmente satisfecho...
Existen creyentes que piensan que si la música o el cantante no les ha complacido, simplemente no se sienten complacidos o insatisfechos. Es cómo ir a un concierto de un músico o artista famoso donde los que asistentes participan si realmente lo que oyen y sienten les complace.
John MacArthur cuando nos advierte que “La adoración no es energizada por métodos artificiales. Si sientes que debes tener rituales… o cierto tipo de música que disponga el ánimo para adorar, lo que estás haciendo no es adoración”.
Otros asisten al culto dominical como simples espectadores, es decir se sientan y miran mientras otros adoran. Esto mismo sucede en un estadio de fútbol; las graderías están llenas de espectadores mientras unos pocos son los que participan en la cancha.

III. 3er Principio: Adoramos a Dios por lo que EL es y por lo que Él hace.

“Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.” Is 12.5-6
. ¿Qué significa adorar?
C. S. Lewis define la adoración como: “Alabar con lo que conocemos y gozarnos.” Adorar es ofrendar a Dios. Como creyentes, recibimos regalos de Dios y en adoración se los devolvemos:
Ofrecemos amor a Dios porque él nos amó primero.
Le damos ofrendas a Dios porque él nos dio primero.
Buscamos a Dios, porque él nos vio y buscó primero.
Importa más el espíritu que el método usado.
El lugar y la forma debe ser lo mejor posible, no es lo más importante, porque la adoración se realiza en el corazón.
Eso significa que nuestras actitudes internas son mucho más importantes que nuestras formas externas de adorar.
Lo que Dios es identifica lo que somos.
La adoración así, como otras cosas que hacemos, nos da identidad como pueblo que sirve al Dios viviente. Creo que por esto el escritor de Hebreos estimuló a los cristianos a no dejar de reunirse: “No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos …” <581025>Hebreos 10:25.
Lo que Dios hace nos motiva a congragarnos.
Adorando a Dios es como una persona afirma su vida espiritual. La madurez espiritual viene de adorar, lo cual fortalece y estimula más participación.
Un creyente puede sentirse golpeado, abatido y desilusionado en el mundo durante toda la semana. Pero cuando adora con los demás creyentes puede llegar a sentir que es parte de una comunidad muy especial. Esto le ayuda a darse cuenta de que no está solo.

Conclución

Nos reunimos para adorar, sabes que tu adoración genuina, no se trata de la música, o el tipo de alabanzas que cantamos, o del que canta o toca un instrumento. Más bien se trata de tu corazón con el cual te presentas delante de Dios, se trata de tu actitud en la congregación.
La adoración al final no se trata de tí o de tu satisfacción, sino de Dios y su grandeza…entonces cual es tu actitud cada domingo que vienes a congregarte...
No se puede adorar a quien no se conoce, ¿Quién es Dios para tí?, ¿Quien es Jesucristo?, ¿Qué atributos de Dios conoces?, ¿Que verdades has encontrado en la palabra de Dios, que te hacen adorarle?, ¿Has experimentado el poder de Dios en tu vida?, ¿Has reconocido su perdón y salvación?, ¿Es Jesucristo el Señor de tu vida?
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