Sirviendo a Cristo con el corazón abatido

Introducción

¿Cuántas veces viniste a la iglesia a servir con un corazón abatido? Estoy seguro que innumerables veces. No podemos escapar a esa realidad cotidiana en la vida de los cristianos. Las aflicciones llegan y en su mayoría son inevitables. Los corresponde es aún en con un corazón abatido, seguir sirviendo al Cristo resucitado.

Cita bíblica: 2 Corintios 4:7-12

I. Presiones que afligen v.8

Inicia Pablo “Tesoro en vasos de barro”, El evangelio de Cristo es el tesoro y el barro somos nosotros. Somos portadores de algo muy valioso. Los vasos “de barro”, a diferencia de los de bronce, eran descartados fácilmente; debido a que siempre había barro disponible, tales envases eran baratos y desechables si se rompían o se contaminaban con alguna impureza ceremonial (era un recipiente extraño para un rico tesoro) - Craig S. Keener.

Ser atribulados

Ser atribulados es ser puestos en problemas, Pablo expresa grandemente que hemos recibido un ministerio y que somos portadores de un grandioso tesoro.

Confundirse

El mismo hecho de ser puestos en problemas causa de que quedemos y nos confundamos. y es esa confusión que pone en apuros. El enemigo nos tiene acorralados

Ser perseguidos

Este término proviene de un sentido de cacería, como si los siervos del Señor fueran animales van tras ellos causando todo sentimiento.

Ser derribado

Esto viene de un contexto de lucha libre, el cuerpo es derribado, es herido malamente.

II. Acciones que fortalecen v.9-10

No angustiados

Por más atribulados y puestos en problemas que se encuentre el creyente no podrá caer en la angustia. Estamos en problemas, sí, pero no son la clase de problemas de las cuales no haya una escapatoria o una salida.

No desesperados

Esto implica no estar en extrema desesperación, lo que implica tanto ansiedad como miedo - 'estar en total desesperación, desesperar por completo'. Estamos confundimos y apurados pero no entramos en desesperación extrema.

No desamparados

Esta palabra indica que no nos sentimos capturados por el cazador, no estamos abandonados ni desatendidos

No destruidos

Hemos sido derribados, pero no arruinados sin solución a tal punto que causaron la destrucción.

Todas estas son Esto refleja la paradoja de que estamos correctamente relacionados con Dios, pero a la vez expuestos a problemas físicos debido al mundo caído. Tenemos vida eterna, pero físicamente estamos muriendo (ver 1:8). Tal como Jesús fue rechazado y perseguido (ver Jn 15:20), así también nos pasa a los creyentes (ver 1 Co 15:31; Gá 2:20; Fil 3:10; Col 1:24; 1 Pe 4:12–19).

III. Glorioso propósito que sustenta v.11-12

Detrás de todas las presiones que existen en la vida y el servicio cristiano existe un glorioso propósito que nos sustenta durante la vida.

Siempre entregados a muerte

Es un glorioso propósito ser entregado a muerte debido a que sabemos muy bien que la muerte es ganancia para todos los creyentes. Esto es a causa de Jesús, quien nos libro del pecado y quien nos guarda del mal y nos consuela de las tribulaciones.

La vida de Cristo es manifestada

El segundo glorioso propósito es que la vida de Cristo es manifestada en nuestra carne mortal por medio del sufrimiento cristiano.

Los hermanos son edificados

El tercero es que los hermanos son beneficiados con la edificación por medio de la destrucción de los vasos de barro. Es por eso que mientras morimos otros viven. Y eso es lo que llena el corazón del siervo (2 Co 1:3-4)

Conclusión

Ese fue el ministerio del apóstol Pablo, en ocasiones tener un corazón abatido mientras servía, pero recordar las grandiosas palabras de nuestro salvador nos vuelven a encajar en el evangelio a tal punto que continuamos y no desmayamos teniendo tan grande ministerio según la misericordia que hemos recibido. Es verdad que a unos les toca sufrir más que a otros, pero a todos nos toca el mismo Cristo glorioso (Xavier Loayza).