Masculinidad: Parte II, Complementos perfectos
Dios creó al hombre y la mujer iguales pero distintos, para complementarse el uno al otro.
Iguales en Esencia, Distintos en Forma
26 y dijo: «Hagamos al ser humano
a nuestra imagen y semejanza.
Que tenga dominio sobre los peces del mar,
y sobre las aves del cielo;
sobre los animales domésticos,
sobre los animales salvajes,
y sobre todos los reptiles
que se arrastran por el suelo.»
27 Y Dios creó al ser humano a su imagen;
lo creó a imagen de Dios.
Hombre y mujer los creó,
28 y los bendijo con estas palabras:
«Sean fructíferos y multiplíquense;
llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar y a las aves del cielo,
y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.»
29 También les dijo: «Yo les doy de la tierra
todas las plantas que producen semilla
y todos los árboles que dan fruto con semilla;
todo esto les servirá de alimento.
30 Y doy la hierba verde como alimento
a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo
y a todos los seres vivientes
que se arrastran por la tierra.»
Y así sucedió. 31 Dios miró todo lo que había hecho,
y consideró que era muy bueno.
Y vino la noche, y llegó la mañana:
ése fue el sexto día.