Exhortación Final y Despedida

1 Tesalonicenses (Una Iglesia muy amada)  •  Sermon  •  Submitted
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Pablo se despide con estas últimas exhortaciones y consejos, hasta que vuelva a visitar la iglesia o escribir otra carta.

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Exhortación Final y Despedida (1 Tes. 5:23-28)
1 Tesalonicenses 5:23–28 NBLA
23 Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es Aquel que los llama, el cual también lo hará. 25 Hermanos, oren por nosotros. 26 Saluden a todos los hermanos con beso santo. 27 Les encargo solemnemente por el Señor que se lea esta carta a todos los hermanos. 28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.

ANTECEDENTES: Pablo ruega a Dios por ellos.

A lo largo de la carta, Pablo ha venido orando por ellos, sintiendo una genuina preocupación por los hermanos, (1 Tes. 1:2; 2:13; 3:10-13) y tanto más, que no está allí para verlos y pasar junto con ellos las <pruebas y tribulaciones>.
“El ruego a Dios por la Santidad de los hermanos es la mejor manera de preocuparse por ellos.”
Pablo apela aquí alDios de paz,” esto es, al Dios que les puede proporcionar la reconciliación completa y final, al aplastar a Satanás.
Romanos 16:20
Romanos 16:20 NBLA
20 Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de los pies de ustedes. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.
¿Qué implica la paz para el creyente?
Cita CNT

La paz abarca, entonces, la salvación de la persona entera, y en Cristo esta salvación ya está presente como poder de Dios.

Éste es nuestro Dios, que cuando éramos sus enemigos, ¡nos buscó!
Siendo rebeldes, nos trajo “buenas noticias de paz” y nos reconcilió con Él por medio del sacrificio del “Príncipe de paz,” (Cristo).
Éste es nuestro Dios, y el sacrificio de Cristo, es el “acuerdo de paz.”

I. Pablo desea que el Señor santifique por completo a los creyentes.

1 Tes 5.23
1 Tesalonicenses 5:23 (NBLA)
23 “Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo...”

a) Pablo reconoce que Dios es la fuente de la Santificación

¿Por qué le pide Pablo a Dios que los santifique por completo?

1.- Dios es quien ha comenzado esta obra.

1 Tes 1.4 Dios los escoge para salvación y santificación.
1 Tesalonicenses 1:4 (NBLA)
4 Sabemos, hermanos amados de Dios, de la elección de ustedes,
1 Tes 2.13 La Palabra de Dios comenzó la obra en ellos y la sigue haciendo.
1 Tesalonicenses 2:13 (NBLA)
13 Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen.
1 Tes 3.12-13 El Señor los hará crecer y dar fruto y también los guardará irreprensibles en la venida de Cristo.
1 Tesalonicenses 3:12–13 (NBLA)
12 Que el Señor los haga crecer y abundar en amor unos para con otros, y para con todos, como también nosotros lo hacemos para con ustedes;
13 a fin de que Él afirme sus corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos Sus santos.

2.- Dios lo propuso desde la eternidad

Efesios 1:4
Efesios 1:4 (NBLA)
4 Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor

3.- Él completará esta obra progresiva en la glorificación, el día de nuestra muerte.

Romanos 8.30
Romanos 8:30 (NBLA)
30 A los que predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que justificó, a esos también glorificó.
Conclusión del Punto a)
Cita de R. C. Sproul
Los cristianos en la iglesia primitiva eran llamados santos.
Y eran llamados así, no porque fueran ya puros, sino porque eran gente llamada a la pureza.
Habían sido “apartados para ser salvos” y ahora el trabajo que sigue haciendo Dios es para “apartarlos del pecado y hacerlos cada vez más puros.”
Cita de John MacArthur
Crecer en santidad sólo es posible en unión con Cristo. La santificación es el proceso continuo por el cual Dios separa cada vez más a los creyentes del pecado y los lleva a la santidad.
¡El Señor nos unió a Cristo en el momento que nos salvó!

b) Pablo reconoce que el creyente debe cooperar en su santificación.

Pablo menciona en:
1 Tesalonicenses 5.23
1 Tesalonicenses 5:23 (NBLA)
23 ...y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
El Señor comienza la obra desde la eternidad al elegirnos para la Salvación, (Ro. 8:29) la continúa al llamarnos al arrepentimiento, (Mr. 1:15) sigue sucediendo cuando nos concede vida nueva en la regeneración, (Ef. 2:1) logra su propósito cuando nos hace justos por medio de la fe en la obra de Cristo (Ef. 2:8/Ro. 5:1/He. 10:10) y la continúa haciendo al otorgarnos libertad del pecado (Ro. 6:18) y dándonos poder para vencerlo y alejarnos de él.

1.- Es deber de todo creyente “hacer morir la carne” (Ro. 8:13)

Esto es, considerarse “muerto para el pecado, pero vivo para Dios”
Romanos 8:13
Romanos 8:13 NBLA
13 Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne, vivirán.
Romanos 6:11
Romanos 6:11 NBLA
11 Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
Cita de J. C. Ryle
La verdadera santidad no consiste meramente en creer... sino en hacer y en dar fruto de la gracia de Dios en toda forma de conducta. La fe que no tiene una influencia santificadora en el carácter no es mejor que la fe de los demonios. ¡Donde no hay vida santa... no hay Espíritu Santo!
En la época de Pablo y también ahora, se cree erróneamente que se puede ser “santo” a Dios en el alma, pero no en el cuerpo.
Los filósofos han dicho que el alma humana es buena y que el cuerpo es malo. y que el alma no se mancha por los pecados que comete la carne, así como el cuerpo no se limpia si la mente está limpia.
Es trabajo del Espíritu Santo y del creyente:

-“renovar la mente” (Ro. 12:2)

Romanos 12:2 NBLA
2 Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.

-“tener en reverencia el cuerpo,” pues es templo del Espíritu Santo, y no nos pertenece; (1 Co. 6:19-20)

1 Corintios 6:19–20 NBLA
19 ¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? 20 Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.

-“limpiarse de toda inmundicia” de la carne y del espíritu (2 Co. 7:1).

2 Corintios 7:1 NBLA
1 Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

-”presentarse como sacrificio vivo, santo y aceptable a Dios (Ro. 12.1).

Romanos 12:1 NBLA
1 Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes.
La evidencia de un creyente santificado, será que todo su ser se ha visto afectado y se está entrenando para “despreciar el pecado y someterse a la justicia.”

c) Pablo reconoce que la meta está garantizada.

1 Tes. 5:23-24
1 Tesalonicenses 5:23–24 (NBLA)
23 “...sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es Aquel que los llama, el cual también lo hará.
Pablo está convencido que el creyente verdadero permanecerá fiel y constante, su santificación irá en aumento hasta completarse plenamente en la muerte y en esa transformación que alejará para siempre de nuestro ser el pecado. (Ef 5.20)
Efesios 5:25–27 (NBLA)
25 “...así como Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.

II. Encargos Finales

a) Oren por nosotros

Pablo desea que le regresen el favor que él siempre hace para con todos (1 Tes. 1:2)
1 Tesalonicenses 1:2 NBLA
2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, mencionándolos en nuestras oraciones,
Romanos 15:30; 2 Corintios 1:11; Efesios 6:18–20; Filipenses 1:19; Colosenses 4:2–4; Filemón 22)
Pablo necesitaba de las oraciones de los hermanos.
¡Nosotros, hermanos, necesitamos de sus oraciones!
¡Y ustedes necesitan de las nuestras!
¡Seamos una iglesia que se deleita en orar unos por otros!

b) Saluden a todos los hermanos

¡Muéstrense afecto
En los tiempos de Pablo era usual que las personas saludaran a los superiores con un beso en los pies, rodillas, codos o manos; pero los amigos se besaban en la mejilla (el beso hipócrita de Judas Iscariote es la ilustración más torcida de esta costumbre (Mt. 26:49).
El ósculo santo llegó a ser un símbolo de amor y afecto genuino entre los creyentes; Con el tiempo, las personas comenzaron a abusar del beso santo y en el siglo XIII la iglesia occidental abandonó la práctica.
Ahora, los cristianos de occidente expresan afecto estrechándose la mano o con un abrazo. Sin embargo, cualquiera que sea la forma apropiada que tome el afecto, el apóstol Pablo ordenó que los creyentes se amaran de modo demostrable.
¡Enseñemos a nuestros hijos a saludar, con nuestro ejemplo!
¡Mostremos afecto al saludar, seamos amorosos!

c) Lean esta carta a todos los hermanos

Las cartas de Pablo han llegado a nuestros días porque circularon entre las demás iglesias. como tal cada carta tenía un destinatario particular, pero cada carta es también la Palabra de Dios para todos los creyentes de todos los tiempos.
Pablo les “encargó solemnemente” esto es “los ató a un juramento” para que se comprometieran tanto a recibir las palabras de esta carta, así como a asegurarse que todos la oyeran.

d) Pablo les encomienda a la gracia de Dios

Pablo encerraba el contenido de sus cartas bajo la gracia de Dios, comenzaba saludando con la Gracia y se despedía encomendándolos a la Gracia de Dios.
Recordemos que todo es por Su Gracia.
!Amén¡
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