Un llamado a negarse a sí mismo II parte.

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Un llamado a negarse a sí mismo II parte.

Introducción y Lectura:

El entendimiento que nosotros tengamos de seguir a Cristo afectará nuestra forma de vivir. Afectará nuestra relación con el Señor, con nuestros hermanos y con nuestro prójimo.
Para algunos el seguir a Cristo se trata solo de asegurar su salvación. Para estas

Lectura y repetición:

Mateo 16:21–28 RVR60
21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. 24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
Mateo 16.24 “24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
Dos aspectos: Negarse a uno mismo y tomar la cruz.
Negarse a uno mismo: dejar de vivir para si mismo y vivir para el Señor.
Tomar la cruz: estar dispuesto a ser aborrecido por el mundo y morir por causa d Cristo.
Negarse a si mismo para vivir para cristo también es negarnos a nosotros mismos para servir a nuestros hermanos. No podemos separar al Señor de su Iglesia.
Filipenses 2. 3-4 “3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.”
¿Porqué es esto?
Porque se ha comprendido el valor de Cristo. Y lo que él hace por nosotros.

Tres aspectos en los que debemos negarnos a nosotros mismos.

1. Negarnos a nosotros mismos para soportar las aflicciones por causa de Cristo.

Filipenses 1:12–21 RVR60
12 Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio,13 de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás.14 Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor. 15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. 16 Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17 pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún. 19 Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

2. Negarnos a nosotros mismos para agradar a nuestros hermanos.

Romanos 15. 1-3 “1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. 3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.”

2. Negarnos a nosotros mismos para agradar a nuestro cónyuge.

1 Corintios 7:1–6 RVR60
1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; 2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. 6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento.
No hemos sido llamados a vivir para nosotros mismos, hemos sido llamados para una vida de negación de sí mismo para encontrar el deleite en vivir para Cristo y servir a nuestros hermanos.
Mateo 16.24 “24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
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