La Gran Comisión; pasión y compromiso de la Iglesia.
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Introducción:
Introducción:
Mateo 28:18-20.
Billy Graham en una ocasión dijo respecto la “urgencia” por la Evangelización.
“No somos responsables por la generación pasada, y no podemos llevar toda la responsabilidad por la siguiente. Pero si tenemos nuestra generación y ante esa Dios si nos considera responsables”.
La iglesia tiene ante la generación en la que vive una gran responsabilidad.
Y esa gran responsabilidad, es la de “vivir y predicar el mensaje del evangelio” y “hacer discípulos”.
Esta responsabilidad le fue encomendada a la iglesia por el propio Jesus. Y es comúnmente llamada como “La Gran Comisión” .
Así que, lo que nosotros esperaríamos ver en cada generación es a una iglesia “apasionada” y “comprometida” con obedecer a Jesus, haciendo discípulos en todas las naciones.
Pero lamento decir que esto no siempre ha sido así:
Y que en muchas ocasiones lo que vemos son iglesias perdiendo el estimulo, los deseos Y hasta el enfoque correcto al obedecer la Gran Comisión.
De hecho algunos han sugerido que ha estas palabras de Jesus no se les debería seguir llamando la Gran Comisión sino la Gran Omisión.
Debido al descuido y a la falta de compromiso, para obedecerlas.
Mi humilde diagnostico de muchas iglesias en general es que no solo han perdido la “motivación” para obedecer la Gran Comisión, sino también han perdido la dirección.
Así que el problema no es solo que No lo quieran hacer sino también que lo están haciendo de maneras equivocadas, con énfasis equivocados .
Para un respetado maestro y predicador de la Biblia (John MacArthur): Estos versículos son el punto culminante no solo de todo el evangelio de Mateo, sino de toda la Biblia en general.
Porque en ellos encontramos el mandato de Jesus, enviando al mundo a sus seguidores para que anuncien de la Salvación que Dios ha consumada y hecho posible.
Y la respuesta que deberíamos esperar ver es a una iglesia “apasionada” y “comprometida” en obedecer sus palabras.
Quisiera invitarles en esta mañana que volvamos a estudiar las palabras de Jesus aquí en Mateo 28:18-20, y que encontrar en ellas el “estimulo” que nos hará sentirnos apasionados con, la Gran Comisión. Y la “instrucción” que nos llevara obedecer correctamente en nuestra generación, la Gran Comisión.
Estas son las DOS verdades que me gustaría resaltar para Ud hoy al estudiar este pasaje: El “estimulo” y la “instrucción” que necesitamos para obedecer la Gran Comisión.
I. El Estimulo que necesitamos para obedecer la Gran Comisión. (vs.18, 20)
I. El Estimulo que necesitamos para obedecer la Gran Comisión. (vs.18, 20)
A. [La suprema potestad de Cristo sobre todas las naciones. (vs.18)]
Aun cuando el corazón de la Gran Comisión esta en el vr.19. Nos damos cuenta que este, esta conectado al verso anterior (vs.18).
En donde Jesus declara: Su suprema autoridad sobre todas las naciones y los reinos de la tierra.
Se me ha dado todo el poder para gobernar en todo el universo (TLA)
Estas palabras de Jesus deben entenderse como el cumplimiento profético de la visión que se le dio a Daniel, en el cap.7:
En este capitulo Daniel ve “cuatro vestías” (león, oso, leopardo, la cuarta no se le describe su apariencia)
Cada una de ellas representaba un imperio que surgiría en la historia; Babilonia, Persía, Grecia y Roma.
La visión también describe al futuro “imperio” del anticristo que surgirá al final de los tiempos.
Lo sorprendente es que al final de la visión todos estos reinos son vencidos y destruidos, por un Anciano de días que esta sentado en su trono.
Y en el vs.13 (Daniel 7), aparece en las nubes del cielo un personaje al que Daniel describe con la apariencia como de un “hijo de hombre”. Al cual se le entrega todo el “dominio” la “gloria” y el “reino” con el fin de que se le sirva.
14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
El punto aquí es que la Gran Comisión es el encargo le ha sido dado a la Iglesia, de boca de un Rey Soberano, a quien todos están llamados a obedecer.
Esta Gran Comisión no debe leerse como una “sugerencia” de Jesus para sus discípulos sino como un mandato en el que El expresa su voluntad Soberana.
El como Soberano/ Gobernador y Rey al que nos hemos rendido y sometido tiene el derecho para enviarnos a “todo” el mundo. ¿Y como deberíamos responder?
La obediencia ante Aquel que reina y gobierna sobre nuestras vidas es el mejor estimulo para obedecer la Gran Comisión. (Pero no el único)
B. [La Permanente y Continua presencia de Cristo. (vs.20)]
Piense por un momento conmigo: Aquel que nos envía es quien “gobierna” “controla” y tiene “autoridad” en todo este Universo. ¿Puede haber algún lugar en este mundo a donde el nos mande “pero” que no nos pueda acompañar?
Ese es el segundo “estimulo” y con el que termina el vr.20: La permanente y continua presencia de Cristo, en la vida de sus discípulos acompañando a estos, mientras obedecen la Gran Comisión.
Hermanos! Dios no solo nos envía, El va con nosotros.
Dios sabe de cuanto aliento y estimulo nos da el poder contar con su presencia, con su ayuda en nuestras vidas. De ahí que esta es una de las promesas que más se repite en toda la Biblia, precedida por el “NO temas, Yo estoy contigo”.
El evangelio de Mateo comienza citando en el capitulo 1:23, al profeta Isaías (Mateo 1:23). Diciéndonos que en la “encarnación” de Cristo un vez más Dios estaría cerca de su pueblo. Que el es el “Emanuel” “Dios con nosotros”.
Y ahora al finalizar el libro, escuchamos de boca de Jesus que el, en la persona de su Espíritu Santo continuaría morando y junto a nosotros.
Hermanos; pregunto ¿No debería ser este asombroso privilegio de la “presencia” permanente de Jesus, un estimulo para salir y obedecer la Gran Comisión?
Aplicación: La Gran Comisión un orden, acompañada de un gran privilegio que debe ser obedecida tanto “individual” como “colectivamente”.
II. La instrucción que necesitamos para obedecer la Gran Comisión. (vr.19)
II. La instrucción que necesitamos para obedecer la Gran Comisión. (vr.19)
Como ya dijimos el vr.19 es el “corazón” de la Gran Comisión. Y Jesus aquí no solo nos dice “que debemos hacer” sino también “como lo debemos hacer”.
A. [Hacer discípulos de todas las naciones]
Estas palabras solo encontramos un mandamiento principal, el cual es la única razón de existir para la Iglesia aquí en la tierra. “Hacer discípulos”
Como bien nos da a entender MacArthur en su comentario; no fuimos dejados aquí para la “comunión” o para recibir “enseñanza” o para la “alabanza”.
Sino para vivir vidas que traigan “Gloria a Dios” y que busquen dar a conocer al mundo de sus “maravillas”, haciendo discípulos.
El que nuestro llamado sea: Hacer discípulos.
Nos recuerda que los discípulos se hacen, que demanda de nuestro esfuerzo y que este debe ser nuestro principal enfoque.
Un discípulo es un simple “alumno”, es un “aprendiz”, alguien que esta decidido a nos solo aprender de su maestro sino también a imitarlo.
Y el mandato de Jesus es que estos discipulados no se limiten ni a una región, cultura, raza, nación, color, genero o estatus.
Sino que estos que se acercan a Jesus, desean aprender de El y imitarlo viviendo como el, sean de todas las naciones.
B. Ahora; Y ¿Como se hacen los discípulos?
Aquí esta la estrategia provista por Jesus: Yendo, Bautizando y Enseñando.
Id: “después de haber ido” “Habiendo ido” “Mientras van”
Los discípulos se hacen por medio de La presencia de la iglesia en el mundo, con el fin de predicar el evangelio a los perdidos.
Bautizando:
Los discípulos se hacen por medio del ministerio de la iglesia quien bautiza y trae a la comunión de sus miembros a los nuevos convertidos.
Enseñando:
Los discípulos se hacen por medio de la enseñanza de la Palabra de Dios en la iglesia, por medio de la cual se equipa a los discípulos para que estos sirvan a otros por amor y se multipliquen.
Hermanos!! Puede parecer desalentador el compromiso que muchas iglesias hoy tienen con la Gran Comisión. Pero no olvidemos el precioso cuadro final de Apocalipsis 7.
Apocalipsis 7:9-10
9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.