El amor y la Justicia

Amor y Justica  •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 51 views

La necesidad de la expiación

Notes
Transcript

Introducción

Juan 3:16–17 NBLA
16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 »Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.
Para entender por qué Cristo tuvo que venir a la tierra y morir por nuestros pecados, debemos incursionar en el carácter mismo de Dios, y la Biblia nos llevan a dos cosas: El amor y la justicia de Dios.
En el primer versículo que leímos Juan 3:16 podemos ver el grande amor de Dios hacia nosotros que a pesar de nuestros pecados el envío a su único hijo para cumplir el propósito que el ya había marcado.
Podemos seguir viendo más ejemplos sobre el amor de Dios hacia nosotros:
Romanos 5:8 NBLA
8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Juan 15:13–14 NBLA
13 »Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos. 14 »Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando.

“Ahora bien la justicia de Dios también requería que encontrara una forma de que se pagara el castigo que nosotros debíamos por nuestros pecados, porque un Dios justo y santo no podía aceptarnos para tener comunión con Él si no se pagaba ese castigo.”

Romanos 3:25 NBLA
25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,
Romanos 5:8–9 NBLA
8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él.
En éste versículo Pablo nos está explicando la razón por la cual Dios envío a Cristo a éste mundo para ser nuestro sustituto para saciar la ira de Dios, de acuerdo a este texto anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente a ofrecido a Jesucristo para “manifestar su justicia”.
Entonces, cuando Dios envió a Cristo para morir y pagar el castigo por nuestros pecados, lo hizo “para manifestar su justicia”. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.
Romanos 3:24–26 NBLA
24 Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, 26 para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.
Si Dios es justo el tiene que hacer justicia, la propia justicia de Dios y dicha justicia demanda que el hombre muera. Dios no puede pasar por alto el pecado.
Proverbios 17:15 NBLA
15 El que justifica al impío y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación al Señor.
Ilustración

La necesidad de la expiación

La necesidad de la expiación surge de tres hechos: La universalidad del pecado; la gravedad del pecado con sus consecuencias y la incapacidad del hombre para solucionar este problema.
La universalidad del pecado:
1º Reyes 8:46 NBLA
46 »Cuando pequen contra Ti (pues no hay hombre que no peque) y estés lleno de ira contra ellos, y los entregues delante del enemigo, y estos los lleven cautivos a la tierra del enemigo, lejos o cerca,
Salmo 14:3 NBLA
3 Pero todos se han desviado, a una se han corrompido; No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.
Eclesiastés 7:20 NBLA
20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra Que haga el bien y nunca peque.
Romanos 3:23 NBLA
23 por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.
La gravedad del pecado con sus consecuencias
Las serias consecuencias del pecado se ven en pasajes de la Escritura que muestran la aversión de Dios hacia él.
Habacuc 1:13 NBLA
13 Muy limpios son Tus ojos para mirar el mal, Y no puedes contemplar la opresión. ¿Por qué miras con agrado A los que proceden pérfidamente, Y guardas silencio cuando el impío devora Al que es más justo que él?
El pecado nos separa completamente Dios:
Isaías 59:2 NBLA
2 Pero las iniquidades de ustedes han hecho separación entre ustedes y su Dios, Y los pecados le han hecho esconder Su rostro para no escucharlos.
Pablo también habla a los colosenses y les dice claramente como eran antes de ser salvos:
Colosenses 1:21–22 NBLA
21 Y aunque ustedes antes estaban alejados y eran de ánimo hostil, ocupados en malas obras, 22 sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, mediante Su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él.
Y también podemos observar en la palabra de Dios, cual va a hacer la paga del pecador no arrepentido:
Hebreos 10:27 NBLA
27 sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios.
El hombre es incapaz de solucionar el problema del pecado
En primer lugar el hombre no puede dejar de hacer lo malo
Jeremías 13:23 NBLA
23 »¿Puede el etíope mudar su piel, O el leopardo sus manchas? Así ustedes, ¿podrán hacer el bien Estando acostumbrados a hacer el mal?
No pueden mantener oculto el pecado
Números 32:23 NBLA
23 »Pero si no lo hacen así, miren, habrán pecado ante el Señor, y tengan por seguro que su pecado los alcanzará.
El hombre no puede purificarse a si mismo:
Proverbios 20:9 NBLA
9 ¿Quién puede decir: «Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado»?
Jeremías 2:22 NBLA
22 »Aunque te laves con lejía Y uses mucho jabón, La mancha de tu iniquidad está aún delante de Mí», declara el Señor Dios.
Ninguna obra de la ley jamás hará posible que el hombre se presente delante de Dios justificado
Romanos 3:20 NBLA
20 Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.
Gálatas 2:16 NBLA
16 »Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley. Puesto que por las obras de la ley nadie será justificado.
La epístola a los hebreos también hace hincapié en que Cristo tenía que sufrir por nuestros pecados:
Hebreos 2:17 NBLA
17 Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
Hebreos 10:4 NBLA
4 Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.
Hebreos 9:25–26 NBLA
25 y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.
Related Media
See more
Related Sermons
See more